viernes, 30 de diciembre de 2016

No había nada

En uno de los pocos ratos libres que columbré en mi muy apretada agenda (¿o no se expresan así lo actuales políticos profesionales?), me dio por repasar artículos de tiempo atrás. Y cuando finalizaba el año de 2014 (más concretamente el 30 de diciembre, tal día como el de hoy), tenía la oportunidad de dar un tirón de orejas a esta nueva hornada de (no tan) jóvenes (no tan) sobradamente preparados, a pesar de que las apariencias parezcan demostrar lo contrario. Porque con una alegría digna de enmarcar, y ya han transcurrido otros dos años desde aquel entonces, persisten en su total ceguera al considerar que el municipalismo y otros afanes asociativos se deben a ellos y de aquí hacia atrás, la prehistoria. Estos niños bonitos que nacieron cuando ya las vacas estaban bien hermosas. Pero, sin más preámbulo, copio casi íntegramente aquel comentario:
“Me produce verdadera lástima escuchar, o leer, declaraciones de concejales que forman parte de corporaciones de ahora mismo en las que prima el titular fácil. Como el que da pie al presente comentario: No había nada. Es decir, cuando ellos iniciaron su travesía en 2011 (el otro día) se percataron de que los anteriores grupos de gobierno municipales se habían pasado los cuatro años rascándose los mismísimos. Y a lo peor, los propios comentaristas pertenecen a formaciones políticas que ya en un pasado reciente habían tenido responsabilidades en la gestión local.
Qué difícil es poner la marcha atrás al reloj. O trasladarnos en una máquina del tiempo siquiera a 1979. Porque aquellos que comenzaron a regir los destinos democráticos en los ayuntamientos españoles (puede que el caso de Canarias mucho más agravado por la lejanía, la insularidad y otros condicionantes) sí que pueden seguir gritando a los cuatro vientos que no había nada. Pero nada de nada. Y cimentaron, vaya que sí, el edificio del que bien disfrutan los profesionales de la cosa pública. Para que ahora, bien aupados al machito del sueldo fácil vengan con estas monsergas. Ustedes no llegan ni al tobillo de aquellos que construyeron este estado del bienestar (con todo el cúmulo de inconvenientes y deficiencias que habrá de seguir corrigiéndose), sin cobrar un duro, simultaneando este quehacer a base de echarle horas con el trabajo que le suministraba los garbanzos para el sustento diario. Tengan vergüenza y cállense, que están más guapos.
No había nada. Como yo no soy imparcial, hagan una reunión con los funcionarios (alguno queda aún) que han sido testigos directos de la transformación habida. Que les cuenten las penurias en cualquier sector de la administración pública en la década de los ochenta. Y de cómo el político de aquel entonces se fajaba a trabajar, codo con codo, no limitándose jamás a la rutina de comisiones informativas o de gobierno, amén de las sesiones plenarias.
Si nos ceñimos al ayuntamiento realejero, y dado el importante sustento gráfico de su archivo histórico, pienso si no sería conveniente publicar la historia del asociacionismo. O la de la construcción de colegios. O la de las obras acometidas en aquellos ejercicios económicos de la denominada Comarca de Acción Especial que sacó a Los Altos del ostracismo más inmundo. Cuán flaca es la memoria de los que actualmente cobran bien por estar, eso dicen, al frente de chiringuitos con escasas responsabilidades porque las funciones que supuestamente desarrollan se diluyen a través de las empresas municipales, cuando no de la privatización.
Ya está bien de seguir echando culpas sobre hombros más cascados que los suyos. Miren al frente que les va a dar tortícolis. Porque no iban a hablar de herencias. ¿No lo recuerdan? Y el PP realejero no es un rara avis ni un verso suelto. No nos vendan bondades, pues el partido en el que militan, y en puestos de no escasa representatividad, solo ha sabido hacer todo lo contrario de lo que prometieron. Promesas por las que ganaron mayoritariamente unas elecciones y que han incumplido hasta tal extremo que ya ni se sonrojan.
No había nada. Sí, había bastante, sobre todo ilusión. Y preocupación cada vez que acudía un vecino para demandar una ayuda, un puesto de trabajo. Al que jamás se nos ocurrió dar la espalda escudándonos en que eso no era competencia nuestra. Insisto: flacas memorias. Y gruesas apetencias por la escalada.
Ahora Internet nos brinda caras bonitas y sonrisas fáciles. Sujetas, incluso, a los retoques de programas informáticos. Vendemos, a bombo y platillo, la reposición de un muro cuyo importe no alcanza los dos mil euros. La mitad del sueldo del alcalde. Pero nada se publicita de los seis mil parados. Ni del altísimo porcentaje de los mismos que no perciben ni un euro con el que enviar una tarjeta de felicitación a los concejales. Por favor, no nos den lecciones. Somos muchos (perdón por la intromisión) los que sí podemos sostener lo de no había nada. Pero ustedes no están legitimados para ello. Ustedes lo tienen todo. Incluso la desfachatez de solicitarnos que utilicemos las nuevas tecnologías para poner en su conocimiento las anomalías que detectemos en nuestros paseos por el pueblo. Porque ustedes, que van en coches oficiales, abusando de un dinero que bien podría atender otras urgencias, solo piensan en el próximo posado.
No había nada. Les propongo que lleven a cabo una comparativa de presupuestos, de liberados, de gabinetes de prensa, de protocolo, de medios audiovisuales, de redes sociales, de asesores, de secretarías particulares, de tarjetas bancarias, de vehículos de transporte, y de todo lo nuevo que se han inventado para comodidades propias. Luego otro con las inversiones habidas y logros obtenidos. Y establecer un índice de rentabilidad. Porque, con toda probabilidad, el cociente de varios millones de euros (obras) entre varios cientos de miles por gastos eminentemente políticos y de imagen, viene a ser menor que escasos millones de pesetas entre casi un cero patatero. Que me corrijan los matemáticos, pero una división entre cero nos da un resultado que tiende a infinito. Aunque como todo avanza, parece que ahora es una indefinición (o indeterminación) que puede dar lugar a paradojas matemáticas (o un NaN, Not a Number = No es un número).
No había nada. Sí, ni siquiera una actualización con fundamento del IBI. Pero para qué seguir si no me van a entender. Ustedes funcionan por automatismos. Como el de mirar cada fin de mes (sin retrasos ni excusas) el incremento del saldo. Y en ese preciso instante, a buen seguro, no se acordarán de que muchísimos realejeros perdieron esa manía por culpa de una maldita crisis que hizo más ricos a los de siempre. Y no son los políticos una excepción. Muchísimo menos los del Partido Popular. Que arriba tienen la desfachatez de erigirse en salvadores de la clase obrera con sus penosos 3,30 euros. Yo puede que menos, solo consigo el 0,25%.
No había nada. No me insulten la neurona. Claro que no podía rematar este “fabuloso” año sin cantarles las cincuenta (cuarenta no me de dan). Y quieren seguir para concluir proyectos. Todos dicen lo mismo, todos venden lo mismo. Tanto que observo en el perfil de Facebook del señor alcalde de la Villa de Viera (felicidades –al Ilustre, claro– con unos días de retraso) que lo es desde junio de 2003. Otros se quitan años. No había nada. Qué falta de ignorancia”.
Buenos, mis estimados, sean felices en este fin de semana en que despedimos 2016 y damos la bienvenida a 2017. Y si nos hay contratiempo alguno, ni nos excedemos en calorías, nos vemos el próximo lunes, día en el que ya habremos iniciado la cuesta de enero. Que nos sea leve.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Negativos

Ayer fue el Día de los Inocentes. Pero ya no es como antes. Ni gastamos bromas ni intentamos provocar alguna sonrisa. Vivimos en un mundo serio. Pero no sensato. Somos aburridos y pesimistas. Nuestro estado de ánimo siempre se halla por debajo de cero grados, en negativo.
Nos sorprende nuestro estimado gobierno con cualquier recorte, por el bien ciudadano y el de toda la nación, y enseguida ponemos el grito en cielo con protestas y malas caras. No somos capaces de aguantar un poco porque el interés general lo exige. Egoístas, que somos unos egoístas. Y así no podemos ir a lado alguno. Aparte de no progresar. Siempre estancados porque no sazonamos con una pizca de humor, con una leve sonrisa.
Hace ya una semana que la lotería nos sorprendió y al menos obtuvimos ‘lo jugado’, y aún disfrutamos de salud, que es lo más importante, aunque para obtenerla nos hayamos tenido que gastar por lo menos una docena de décimos. Tengo entendido que alguna administración de este pueblo se plantea dos posibilidades: O cambiar de nombre, a ver si el dichoso gato es el que esté causando la sequía, o hacer un intercambio con unas gasolineras del Sur. Creo que en Granadilla ya había cola esta mañana para reservar la de 2017.
Pero, insisto, no seamos negativos. Que desde que Louis Van Gaal patentara la frasecita de marras, parece que no levantamos cabeza. Hagan lo que yo, a saber, compren un décimo (uno solo) y compártanlo con tres amigos. Que sale un reintegro, un par de veces a cualquier guachinche y que el Niño siga esperando. Porque esa es otra, cada pellizco navideño muere el Día de Reyes. Y hay que darle alguna alegría al cuerpo de vez en cuando.
¿Cómo? ¿Quién te dijo que era una broma? Que sí, ya tengo el nombramiento y la toma de posesión. Por qué serás tan desconfiado. Ya verás que cuando vayas, te voy a servir de guía. Que no te ocurra lo que aquel que fue un día de excursión en guagua y la visitó toda. Y yo llevo yendo desde 1962 y todavía me restan rincones, caminos y veredas por las que transitar. Con esa suerte de conocerla en profundidad con una sola jornada, yo no sé cómo la gente no se saca más la lotería. Millonarios tendrían que estar.
Quedan dos días para que el año estire la pata. Todos vamos a desear el próximo sábado que el 2017 sea mejor. Pero en el fondo pensamos que la economía, entre otras cosas, no acaba de levantarse, que el gobierno va a seguir muy condicionado por Europa y debemos cumplir el déficit a base de recortar, lo que supone cercenar más de un derecho que entendíamos adquirido, y que los únicos sueldos que se mantienen, o suben sin ajustes, son los de aquellos que deberían procurar que el pueblo vuelva a ser feliz. Porque corremos el peligro de perder nuestra principal seña de identidad y que nos caracterizó desde siempre: la alegría del pueblo latino. Aunque aquí en Canarias, crisol de culturas donde las haya y punto de encuentro de saberes y conocimientos, solemos ir más de por libres. Y con la ventaja añadida de tener una hora más disponible.
Este año no correré la San Silvestre. Los músculos de la extremidad inferior derecha están de tal laxitud, que cualquier mínimo esfuerzo me produce más quebradero de cabeza que los comunicados de los Consejos de Gobierno. Que ya no corren por cuenta de Soraya, ahora más entretenida en asuntos catalanes. Algo que disgustó a José Mari, el del trío de Las Azores, que ya no quiere seguir siendo cargo honorífico. Adjetivo que es sinónimo de otros como honroso, decoroso, honesto y decente, sin que tenga yo muy claro esa concomitancia.
Mañana, 30 de diciembre, este blog despide a 2016. Ahí estaremos. Porque el 31 no trabajo. Me dedico de lleno a desempolvar el esmoquin. Prenda que me coloco a las doce menos cinco de la noche y que vuelve al armario a los pocos segundos de la última campanada. Lo tengo flamante. Solo ha tenido mi mujer que ampliarle unos centímetros de cintura en estos últimos cuatro lustros. Ya saben que la sabiduría de la edad se acumula en forma de grasa en la zona abdominal. Ahora, cuando me lo lleve para La Gomera, como voy a caminar bastante, no hará falta retocarlo más.
Hasta mañana.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Vuelvo

Hoy, 28 de diciembre, será le fecha de mi toma de posesión. Y el próximo 9 de enero retornaré a las aulas. Atrás quedan unos meses de arduas negociaciones. Debo agradecer el desvelo e interés de la consejera de Educación del Gobierno de Canarias, doña Soledad Monzón, para que pudiera hacerse realidad esa petición unánime de todos los sectores de la comunidad educativa del IES José Aguiar. Centro al que me incorporaré en el inicio del segundo trimestre del presente curso. Veré así cumplido el viejo deseo de acabar la andadura docente en la isla de La Gomera. Y creo que fue ese el principal motivo, que no por los méritos que uno haya podido contraer, que condujo al claustro del instituto reseñado a solicitar mi reingreso. Hecho que refrendó luego el Consejo Escolar.
Me iré, pues, a La Villa, a la capital, San Sebastián. Y me congratula que sea al centro que lleva el nombre del gran pintor agulense, que aunque nacido en Cuba (Vueltas de Santa Clara), retornó con su familia a los pocos meses de edad, y cuyos trabajos pueden ser contemplados, a título de ejemplo, en la Basílica de Candelaria o en el Cabildo Insular de Tenerife.
Los pocos que conocían estas conversaciones para aparcar la situación de jubilado y volver a las aulas, me señalaban si Casimiro había puesto mucho de su parte para que dejara de escribir en el blog. Cuán largos los tentáculos. Entendían que al disponer de menos tiempo libre por la dedicación plena a los quehaceres docentes, debía aparcar el espíritu crítico que he volcado en Pepillo y Juanillo, y ahora en Desde La Corona.
Nada más lejos de la realidad. Aunque el hecho me haya hecho recordar cierto tropiezo –dejémoslo así– con el inspector de zona cuando estaba en el colegio Toscal-Longuera. El susodicho me espetó que no le parecía bien que escribiera, en aquel entonces en el periódico El Día, de asuntos relacionados con la enseñanza, con la educación. Le contesté que como se atreviera a volver siquiera a insinuarlo, elaboraría un artículo en el que denunciaría un intento de coaccionar mi libertad de expresión por parte de un superior jerárquico. Y quedó zanjado el asunto para siempre jamás.
No, no solo no ha tenido nada que ver Curbelo en este particular, sino que pienso seguir escribiendo. Y como habré de fijar mi residencia en aquella isla, seguro que, por lógica cercanía, habrá más conocimiento de causa.
En 1973 tuve la primera gran alegría cuando en este día nacía mi hija. Ahora, 43 años después, me encuentro igualmente satisfecho. Y agradezco que mis visitas a La Gomera hayan sido avales para esta nueva aventura. Prometo que aprenderé el lenguaje silbado y, a cambio, me volcaré en la encomienda que se me efectúa. Procuraré no defraudar a nadie. Me volcaré como lo hice en los anteriores lugares de trabajo. Tengo a mi favor el poder oxigenarme en los vericuetos de El Cedro y mamar naturaleza a raudales. Serán complementos vitamínicos que compensen el exceso de años. Me lo tomaré como los nombramientos universitarios de profesores eméritos.
Dentro de las clases de lengua habrá un apartado especial: el periodismo escolar. Y a buen seguro que un tercer proyecto verá la luz. En ello confío. Fue el primero El Monturrio, en Toscal-Longuera. La Pizarra, el segundo, en el IES Mencey Bencomo. Para este próximo aún no hay cabecera. Pero sobran motivos. La isla los brinda de manera espléndida y existen suficientes inspiraciones para cuando se produzca el bautizo. Ilusión y ganas sobran. No te preocupes, te mantendré informado.
Aunque alguno pueda tacharme de loco por este paso de un estado jubiloso y placentero a otro más caótico y cargado de incertidumbres, puedo asegurar que me hallo con el deseo de que comience ya este lance. En sueños he rehecho la maleta en infinidad de ocasiones. Y he pasado horas en las alturas donde la bruma del alisio se derrama sobre las crestas de las montañas. Me he sentado en El Machal a contemplar idas y venidas de barcos… Y cuando despierto, me invade un halo de tranquilidad. Y tarareo unas coplas navideñas:
De Agando la estrella acude, / su luz la gente ya espera, / en Las Hayas y Chipude / y por toda La Gomera.
Arriba en La Fortaleza / se respira Navidad, / ya se torna la tristeza / en paz y felicidad.
Eres magia natural, / belleza la isla entera, / toda tú eres portal, / encantadora Gomera.
Cuánta candidez, qué inocencia. Mucho cuidado con las bromas. Hasta la próxima.

martes, 27 de diciembre de 2016

Dos motivos de alegría

Me niego a opinar de las cláusulas suelo. Se ha escrito tanto, se ha discutido tanto, se ha celebrado tanto que emborronar la cuartilla de rigor puede ser trabajo baldío. Ahora bien, si me dispensan, o si cuento con la venia, una aclaración. Eso de que los bancos tienen que devolver el dinero (se habla de bastantes miles de millones) debe ser idea a desechar. Una entidad de esas características, y en el particular de este tipo de operación financiera estaban todas pringadas hasta el mismísimo cogote, jamás devuelve un duro. Ya buscará la fórmula para que al final apoquinen otros. Y en ese otros debemos incluir a los depositarios, a los que ponen los cuartos para que ellos jueguen siempre con las cartas marcadas, y en segundo lugar a todo aquel que con sus impuestos contribuye a llenar esa bolsa denominada presupuestos generales del estado. Hoy lo escribí todo en minúscula. No le des más vueltas ni te rompas el coco. Y al final siempre aparecerá Montoro para convencernos de que Europa nos exige, nos requiere, nos reclama, nos demanda.
Descartada la idea me fui a La Orotava, al centro médico. A repetir, que se dice. Porque alcanzada cierta edad, los medicamentos pasan a ser parte consustancial de tu alimentación. Y cuando me hicieron las recetas, y como el coche estaba aparcado casi en el quinto pino (espacio donde celebran cada año la feria de ganado), caminé un poco. El traumatólogo me había indicado el día anterior que sin pasarme. Y es verdad, cuando corresponde bajar, la flojera se nota todavía.
Como antes había tenido tiempo para la ojeada rápida a redes y digitales, tras la hora de la piscina (cómo cunde el tiempo cuando el horario no está sujeto a demasiadas restricciones), me acordé de que hubo al menos dos razones para mostrar una cara más optimista. Vamos con ellas:
Aquel reportaje de la Sexta (los telepredicadores) sigue siendo motivo de conversas y opiniones. Y como mi preocupación ha ido siempre dirigida hacia cierto medio de comunicación público (radio municipal), y en tal sentido han sido varios los artículos publicados en estos últimos años, tanto en prensa como el blog, comprobar que se levantan más voces que sostienen que con el dinero de los contribuyentes no se puede dar manga ancha a quienes no son capaces de respetar las más elementales normas de convivencia, constituye todo un aldabonazo a mis planteamientos. No podemos ceñirnos a esa tele cuya línea editorial (católica, apostólica y romana) consiste en divulgar todo aquello que sale de los mismísimos cataplines de sus propietarios (sí, en plural, que solemos olvidarnos; y si uno es enfermedad, el otro (el remedio), epidemia peor que la gripe), sino que existe otra pata en mi pueblo, al menos tan dañina como la portuense. Y como los protectores populares se creen legitimados para apostar por un supuesto derecho al insulto, toma perras para que sigas con la gracia. Animo, pues, a esos concejales de la oposición, tanto de aquí como de allí, a que denuncien las tropelías que se cometen con una falta de rigor periodístico que raya el insulto a toda persona que se guíe por el sentido común.
Javier Dóniz Páez sabe muchísimo de volcanes. He tenido la oportunidad de escucharle en dos charlas y es de esas personas que sienten, viven lo que manifiestan. Y su amor por lavas, cráteres, erupciones y piroclastos varios queda fuera de toda duda. Solo falta que en esta isla se produzca un fenómeno magmático para poder verlo disfrutar como un chico el día de Reyes. Porque entiende que el vivir en estas peñas no solo es un privilegio sino que no hemos sido capaces de vender este potencial a los numerosos visitantes que cada año transitan esta región atlántica. Al contrario, lo tomamos normalmente como un posible enemigo que espantará al foráneo. Para ello nos pone ejemplos de otros territorios que han sabido aprovechar estos dones de la naturaleza.
De su último trabajo, divulgado con compañeros de la Universidad de Castilla-La Mancha, destaco: “El geoturismo urbano es un producto de turismo muy novedoso que consiste en explotar turísticamente el relieve presente dentro de las ciudades, tanto en afloramientos naturales como en los diferentes elementos del patrimonio cultural tangible”. Siendo la base espacial de la idea el casco de Garachico, con una ruta (2 kilómetros) que recorre catorce atractivos recursos durante unas tres horas, aproximadamente.
Lo dicho, amigo, felicidades y a esperar que la suerte nos acompañe y seamos testigos, ambos dos, de la próxima erupción volcánica en Canarias. Para la que, con los adelantos de la ciencia, no será necesario sacar en procesión a virgen o santo alguno para que frene el avance la colada. Ya se parará cuando ella crea conveniente. Aunque sí acudirán ciertos entendidos para sacarse la foto. Yo pensaba en algunos alcaldes, ¿y tú? Que vayan y se acerquen bastante. Lo mismo alguno se chamusca.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Ridiculez fotográfica

Hoy me entretuve repasando al amplísimo álbum con el que el equipo de gobierno popular del ayuntamiento de Los Realejos nos entretiene. A los burros les encanta el millo y a los humanos las redes sociales, el autobombo y el ‘postureo’. Vocablo este último no recogido aún por el DRAE, pero que no deberá tardar en hacerlo porque se impone a marchas forzadas. Y a la Real Academia de la Lengua no le va a quedar más remedio que adaptarse a los tiempos que corren.
Un servidor, en los 68 años que tiene, jamás había visto cosa semejante. Les encanta una foto como a un chico un caramelo. Vale cualquier pretexto para retratarse. O para que los retraten. Y ante la muestra que te brindo se me ocurren múltiples comentarios. Pero me los voy a guardar. Y dejo a tu consideración las opiniones de cómo Manolo instruye a sus discípulos en los vastos, que no bastos, dominios del saber. Lo mismo diserta de albañilería que de agricultura. Mide los metros de asfalto y pavimentos o…
Ya está. Hasta la próxima.




viernes, 23 de diciembre de 2016

La aventura de La Hucha

La Hucha es un supermercado ubicado en el polígono industrial de La Gañanía. La Gañanía es un espacio o lugar realejero situado a mitad de camino entre Realejo Alto y la Cruz Santa, yendo por la carretera nueva. La carretera nueva, que habría que cambiarle el nombre, es insular y está llena de hoyos y baches. Los baches son esos agujeros, o socavones (depende de la dimensión), que rompen la suspensión de tu coche. Mi coche es de la marca Hyundai y este pasado martes, en horas de la tarde, estaba aparcado en el estacionamiento del establecimiento comercial citado al principio de este relato. Este relato se debe a las vicisitudes que pasa uno para ir a comprar la verdura con la que hacer el potaje para los nietos que vienen  a comer a casa, con sus respectivos padres (mis hijos),  todos los miércoles de cada semana. Esta semana ha estado el tráfico en el pueblo medio sublevado y las compras navideñas no deberán pasar por su mejor momento. Momento este en el que me estoy acordando del sueldo de nuestro alcalde y del jefe supremo de la seguridad y follones varios. Varios fueron los minutos que este pasado martes, como te iba contando, eché en falta policías para que ordenaran la enorme cantidad de vehículos que transitaban por las calles de mi pueblo. Mi pueblo es Los Realejos, pero pienso que la gente se va con sus autos, y de ahí los atascos y retenciones, a las grandes superficies de San Jerónimo o más lejos. Lejos tuve que ir a dar vueltas como un trompo porque la calle de El Medio de Arriba (antes Blas Pérez, en los tiempos que el Cine Viera funcionaba y Telégrafos se encontraba en la confluencia con la carretera de Icod el Alto, Travesía del Pino), que no iba a ser cerrada, salvo en momentos puntuales, según don Manuel, el retratado (para diferenciarlo de don Manuel, el fotógrafo, de La Carrera), la debían estar asfaltando (empichando, en canario) y poniendo guapa. Guapa la vuelta que di en ambos sentidos esa tarde loca que te vengo comentando. Comentando en voz alta me pegué desde que bajé por Los Cuartos rumbo a la rotonda del Alteza, donde todos los que salíamos del pueblo pudimos contemplar un arco iris precioso que se dibujaba entre el mar y La Montaña, más o menos. Menos de una hora pero más de media y casi tres cuartos, para subir por San Vicente hasta que toda aquella caravana tuvo que girar 180º por  mor de un accidente a la altura de El Cantillo, por donde todavía los crocantes (colocantes, en versión de boda antigua) hacen acto de presencia. Presencia escasa de policías (el sueldo es para el jefe) en momentos de tanta complicación y cuando volví a bajar para tomar la actual C-320 (anterior C-820) hacia Puerto Franco, los coches seguían subiendo porque a nadie se le ocurrió poner señalización alguna o que uno de los municipales que atendían en el accidente se trasladara a la entrada para no dejar circular en dirección a Realejo Bajo. Bajo de moral enfilé el camino de Siete Fuentes (calle es mucho pedir), por la zona del drago y entrar por San Agustín a tomar la calle La Alhóndiga, tan estrecha por Las Tenerías y salida de la calle La Unión, que mejor no contarte cómo se desplazaba aquella marabunta de vehículos. Vehículos salían como hormigas (de ahí lo de marabunta) de todos los rincones habidos y por haber. Haber, lo que se dice haber, no había sino toletes quemando combustible, porque tuvieron la infeliz ocurrencia de intentar volver a casa. Casa de la Parra (o de los Lagares) y ya atisbé a todos los que bajaban por Camino Nuevo a encontrarse con el enorme tapón que se les venía encima. Encima, pensé, Domínguez estará resolviendo asuntos partidarios (de reunión en el Sur con los empresarios o con los cazadores de conejos), mientras en el pueblo, su pueblo, mi pueblo, nos moríamos de asco al pensar para qué demonios queremos tanto concejal liberado si en realidad lo que nos hace falta son más guindillas. Guindillas no tenía a mano (solo había comprado lechugas y zanahorias), que si no meto un par dentro de un sobre y se las remito, vía Correos, a quienes ustedes ya se pueden imaginar. Imaginar quisiera a otros políticos de menos poses y más pasos. Pasos urgentes para buscar una solución inmediata al caos circulatorio que se viene padeciendo de forma casi continuada, ante lo que la ineptitud de los que viven al día, con una total falta de previsión, de miras cortas y réditos inmediatos, poco ha hecho y menos ha realizado. Realizado no puede sentirse el culpable de estos desaguisados que nos ponen de los nervios. Nervios de acero se necesitan para aguantar la caradura de quien protesta por las colas de la autopista y no es capaz de echar una mirada a su alrededor. Alrededor de una hora estuve para llegar de La Hucha a Los Príncipes, a mi domicilio, porque por Realejo Alto no existía alternativa. Alternativa (política) demando al pueblo realejero porque esta mayoría absoluta, producto de la debacle municipal de Coalición Canaria, solo ha venido a demostrar que con hacer el paripé fotográfico diario no vamos bien encaminados. Encaminados, sí, pero al abandono, aunque nos vendan humo perfumado en frascos pequeños. Pequeños horizontes de expectativas tenemos antes nosotros. Nosotros, los culpables de la situación, podemos y debemos buscar remedios. Remedios y no apariencias.
A pesar de los pesares, feliz fin de semana y Feliz Navidad. Y el lunes, si la censura no lo impide, aquí, o en La Corona, estaremos. Y no se hinchen, que luego vienen quejas y médicos.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Otro rescate

Fueron primero los bancos. Pero nosotros (Presupuestos Generales del Estado) no teníamos que pagar un euro. Esos millones de nada no iban a influir en recortes. Y las prestaciones básicas (educación, sanidad, pensiones y otras menudencias varias) no se verían afectadas. Como así (no) fue.
Así debió ser porque el PP volvió a ganar. Por dos veces. Y menos mal que hubo un medio entendimiento, que si no me crean un conflicto grave al no disponer de lugar donde colocar tanto dinero. Todos los cochinitos que hay en casa rebosan que es un gusto contemplarlos. Los veo felices. Intentaré casar uno de ellos (hembra) con el de Manolo. Tienen que salir unos lechones preciosos. Coloraditos. Y uno negro. Como en toda familia que se precie (por lo del garbanzo).
Ahora nos hemos tropezado con un nuevo inconveniente. Que no es rescate. Más bien, nacionalización. Porque cuando las grandes constructoras vendieron a los gobiernos de turno la panacea de las autopistas de peaje (radiales, las denominan asimismo), aseguraron su futuro con una cláusula por la que en caso de producirse pérdidas sería el Estado el que asumiría su gestión.
Y en ello estamos. Porque como dijo la anterior ministra de Fomento, Ana Pastor, en tales vías solo entran los equivocados. Y no deja de ser verdad. Yo soy uno de ellos. He metido la pata en varias ocasiones. Lo malo es que la señora, ahora presidenta del Congreso de los Diputados (en este país cuando más errores cometas, más méritos para los ascensos), no nos contó la otra parte de la película. Que sí conocían, y de qué manera, las empresas adjudicatarias. Por lo que les interesaba declararse en quiebra y ahí te dejo el paquete.
Cada uno de nosotros bien quisiera montar un negocio y si nos va mal, que los respectivos ayuntamientos se hagan cargo de pagar deudas, asumir nuestras equivocaciones y poner en plantilla a los empleados. Así me hago rico hasta yo, que soy un negado para las finanzas.
El gobierno estima que serían unos 2.100 millones de euros. Mientras, la asociación de grandes constructoras (lo mismo está Florentino en el ajo) sube la cifra hasta los 5.000 millones. Como a ellos no se les va a tocar el bolsillo, venga rayas para el tigre. Porque, eso intentan justificar, las expropiaciones de los terrenos  incrementaron los precios de manera desorbitada. Vamos, como cualquier obra que se licita y al final el presupuesto se multiplica hasta límites insospechados. Y ejemplos a cientos en las obras públicas. Desde al auditorio capitalino hasta el mal denominado hospital del Sur.
No podía quedar al margen la cantinela de siempre. Cuando los unos señalan a Aznar como el autor material del desaguisado para contentar a sus amiguetes, los otros no olvidan que Zapatero, diana sempiterna de cuanto dardo se ha perdido en el territorio patrio, también puede soportar otra carga más. Y ahora que ha vuelto para demostrar su apoyo a Susana Díaz, bueno está para nuevas andanadas.
Estos hechos son los que han conducido a Cristina, la mujer de Iñaki y hermana de Felipe, a declarar solemnemente que se va de España para siempre jamás. Puede que a Andorra o a Luxemburgo. Lo mismo La Caixa le encuentra acomodo. Y tiene razón porque no nos dejan vivir tranquilos, evadiendo sin levantar la voz y sin meternos con nadie. Que somos una nación de cotillas, de marujeos permanentes.
Como el dinero sale de donde sale y no hay más tu tía, tocaremos a 50 euros por cabeza. A cambio, ni un metro de autopista. Aquí no funciona la táctica del Padre Antonio cuando nos vendía cachitos de cielo. O mucho más atrás cuando ‘empichamos’ el polideportivo de La Longuera y cada uno aportaba los metros cuadrados que buenamente pudo (en pesetas). Y mucho menos podrás circular gratis. Eso es para los coches oficiales.
Menos mal que nos queda el turrón. Y la lotería. Por lo que yo no me pienso ir a vivir al extranjero. Lo más a La Gomera. Ya te contaré. No, cuando redacté estas líneas, aún no había salido el Gordo.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Duda aclarada

13 minutos, ni uno más ni uno menos. Para que luego lo llamen el número de la mala suerte. Médicos, psicólogos, enfermeros y terapeutas (un total de 50), miembros de la Sociedad para la Terapia y la Investigación Sexual, han sido encuestados por un equipo científico de la Universidad de Pensilvania para elaborar un estudio al ‘respecto’. Espera y no seas impaciente que ya te explicaré luego que significa ese respecto.
Han caído los mitos que hemos podido ‘disfrutar’ en películas cuyo principal argumento era el dalequetepego durante sesiones interminables, agotadoras. Tanto que finiquitaban en medio de unos sudores (espectadores y protagonistas) que rayaban el infarto. Menos mal que se nos ha ido quitando la fiebre.
Este medio centenar de profesionales encuestados pusieron en común sus experiencias (grandes, pequeñas y de todo color y tamaño) y aprovecharon para establecer una elevado número de opiniones sobre diferentes categorías, modalidades y formas. Teniendo en cuenta, además, que la asincronía (falta de coincidencia temporal en las vicisitudes) es la causa del exceso de trabajo, lo que provoca un desgaste innecesario y a todas luces insatisfactorio.
No es tanto culpa de los docentes, siempre en el candelero, sino del sistema educativo que solo explica la cuestión muy por arriba, muy por el aire, sin hacer hincapié en la posibilidad de que se puedan transmitir enfermedades, así como las posibles alternativas para la resolución de la problemática planteada.
El estudio de la Universidad de Pensilvania establece tres situaciones: adecuada (entre 3 y 7 minutos), deseable (entre 7 y 13) y demasiado larga (todo lo que exceda de ese límite, aludido al principio, de 13). Aspectos que deben tenerse en cuenta si no se quiera terminar padeciendo serios problemas de autoestima u otros que afecten a la manera de desenvolverse. Si uno se marca un objetivo demasiado ambicioso puede acabar con la insatisfacción de no haber cumplido las expectativas esperadas, con síntomas evidentes de frustración.
Por otra parte, el intento de retrasar el instante del desenlace, de la solución definitiva, provoca una respuesta fisiológica con resultados que no son, precisamente, deseables. Y como en todo pistón al uso, el prolongado bombeo termina por producir una falta de lubricación con el consiguiente peligro de un calentón inoportuno. Mucho más mental que fisiológico. Y es que todo exceso acaba por pagarse.
Como siempre se ha estilado, en el término medio está la virtud. Algo que es de sentido común. Y es que, en este particular, como en otras tantas facetas de la vida, y a pesar de la abundante literatura (mucha de ella con dibujos ilustrativos), nada está escrito. Y no hay manual de instrucciones que sirva de guía y modelo para todo bicho viviente.
Si el cuerpo pide guagua, que decía cierto individuo, hay que darle guagua. Y la cogía en La Dehesa y se iba hasta La Guancha. Allí no se bajaba siquiera, sino que esperaba tranquilamente sentado hasta el viaje de retorno. Pagaba y hacia el Puerto de nuevo.  Cuando fue a abonar el billete (el tique, que se decía) por tercera vez, el cobrador, intrigado, le preguntó el porqué de aquella actitud. A los que el viajero le respondió con suma parsimonia lo que al principio del párrafo quedó reseñado.
Así que, amigos, el tiempo es siempre relativo y convertir cualquier ejercicio en una competición. Y darle al reloj una capacidad de presión innecesaria, contraproducente.
Como presupongo adulto a todo el que echa una visual a este blog de pueblo (ya se sabe que en estos sitios somos más inocentes) concluyo con la reflexión de uno de los que participaron en el estudio: “El sexo consiste en mantener intimidad con alguien y no en intentar establecer un récord. Así que, menos presiones y más disfrute”.
Y para terminar, va la explicación del respecto que había quedado pendiente. El titular de El Periódico, que dio lugar al presente comentario, es el siguiente: “La ciencia ya sabe cuál es la duración ideal de un polvo”.
Sean felices, disfruten (moderadamente) y hasta mañana.

martes, 20 de diciembre de 2016

La Gomera, de película

Dentro del frenesí parlanchín que le ha entrado a Casimiro Curbelo después de abandonar sus obligaciones madrileñas –de toda índole– y poner en marcha el partido político que tenía registrado y en expectativa de destino, le ha correspondido el turno al mundo de los filmes. Puede que piense promocionarlo con el Fdcan y de no poder encajarlo, ya buscará la fórmula adecuada. Y si debe enterrar la idea, sepelio que cubre el seguro contratado.
Los gomeros que ya van despertando –cada vez más– me señalan que el presidente del Cabildo, y, a la sazón, diputado autonómico, tras realizar diversas pruebas cinematográficas en diferentes parajes de la isla, ha puesto como condición sine qua non que en toda película que se ruede a partir de ahora él deberá ocupar papel destacado (si no protagonista, tampoco un extra del montón) y en los títulos de crédito será indispensable la aparición del logo ASG.
Se espera que lo mejor esté por venir en esta nueva apuesta. Los millones de euros y los miles de puestos de trabajo que supuso el rodaje de “En el corazón del mar” (In the heart of the sea) serán mera anécdota ante el halagüeño futuro que nos espera. Ya el riachuelo suena más cantarín a su paso por Las Mimbreras. El viejo campamento volverá a ser rehabilitado y aquellos que lo inauguramos en 1962 pasaremos formar parte del ejército del general Curbelo en su cruzada, según el guion del inminente rodaje, contra las huestes del malvado comandante Cruz.
No podemos soslayar que las ventajas fiscales de esta tierra han desencadenado tantas avalanchas en el sector industrial que el paro, aquella lacra que nos asoló en décadas pasadas, ha dejado se ser una preocupación. Basta darse una vuelta para comprobar el evidente progreso de nuestra sociedad y observamos que ya nadie camina con las manos detrás del culo a la espera del maná divino.
Ha quedado acreditado, asegura el productor Casimiro, que la isla reúne las condiciones idóneas para servir como un gran plató de cine. Lo dijo a su lacayo mientras montaba a su caballo camino a Tejiade para inaugurar el alumbrado público.
“No cabe duda de que La Gomera es conocida por los rodajes que ha acogido, lo que nos ha dado renombre en el ámbito internacional”. Curbelo considera que la isla se está consolidando como una referencia en el mundo de la cinematografía, con los numerosos beneficios que se desprenden y posibilidades de atraer inversiones de calado.
De ahí, aunque solo lo haya puesto de manifiesto a los íntimos, su interés en promocionar (y promocionarse a lo John Wayne) los Estudios El Cabrito. Para ello piensa contratar a todo un especialista en el género western, pero que, al tiempo, también cree que las muchas horas de sol y el variopinto paisaje pueden ser causas que coadyuven en la implementación de otro tipo de estilos, como largometrajes de aventuras y/o cosmopolitas.
Me ha sorprendido la reseña informativa al respecto con la denominación que ha etiquetado al asesor: Profesor de Teoría e Historia del Cine de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la ULL. Cuando me tropiece con Humberto lo invitaré a un cortado para que me cuente algo.
Lo malo es que estas improvisaciones suelen jugar malas pasadas. “La Gomera puede funcionar perfectamente como un plató, aunque todavía no ha conseguido su imagen icónica para pasar a la posteridad”. Tampoco ha tenido demasiada suerte en aparecer en el título de ninguna película, agrega.
Manifestaciones que vienen a contradecir el optimismo de Casimiro. A lo peor es que no conoce aún sus reacciones. Y como lea estos pareceres (se salva porque no tiene tiempo), lo mismo debe salir pitando como Cristóbal Colón ante el ataque de los apaches acampados en Avalos.
Las alegrías de sendos protagonistas (el uno busca réditos políticos a base de seguir erigiéndose en el fulano, y el otro puede que seguir espachurrado en su despacho con las patas sobre la mesa) chocan frontalmente con el final que el periodista dio a la crónica informativa. Quien para rubricar el argumento de ‘Guarapo’ indica:
“Para los directores (Hermanos Ríos) el argumento de la película, que no es otro que el éxodo de los canarios hacia el exterior, sigue tristemente de actualidad un cuarto de siglo más tarde. En estos momentos son todavía muchos los jóvenes que se tienen que desplazar fuera de las islas para labrarse su futuro”.
Pero seguiremos explotando dobles insularidades porque interesa que las reivindicaciones lacrimosas posibiliten pasiones sensibleras que conduzcan al voto del estómago agradecido, de los que habitan lugares tinerfeños o grancanarios mientras los censos y padrones los ubican en parajes deshabitados, pero que cada cuatro años suponen buen caladero… Y así, porque La Gomera es todavía silencio amordazado. Y ahora, de película. Aspecto del que el Conde (así es conocido en aquellos predios) sabe la tira. Y con asesores de tal guisa, FIN.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Quevedo y Bento

Redacto estas líneas en la lluviosa mañana del sábado (17 de diciembre), pendiente de si el próximo lunes, cuando el presente se publique, seguirá vivo el pacto. Estoy preocupado porque cualquier ruptura supone un grave problema para todos aquellos que no tienen sitio donde cobijarse. Porque son demasiados los que entraron a servir en la cosa pública desde tan jóvenes que no les dio tiempo de buscar trabajo. Y ahora cuando deben soltar el asidero, sin haber dado un palo al agua en su vida (ni en bajada), cuando la recuperación económica aún no permite encontrar el curro a la vuelta de la esquina, cualquier retorno se antoja complicado.
No es el caso de los dos personajes en los que hoy centro mi comentario, ambos de la isla de enfrente. Para que vean los de aquí que cuando sea necesario dar el salto, encantado. Además, es Las Palmas ciudad que me gusta. Y un paseo por Las Canteras, por ejemplo, es siempre agradable. Lo recorrí varias veces el pasado mes de julio, en silla de ruedas aún.
Pedro Quevedo Iturbe es diputado nacional. Recuerden que su formación política, Nueva Canarias, firmó un pacto con el PSOE para ir de la mano. Y si te sumerges en el sitio oficial del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y echas una visual a la cantidad de encomiendas que tiene este también concejal de aquel consistorio, no te quedará más remedio que preguntarte cuáles son los calderos que deja quemar en primer lugar. Debe ostentar el récord de chamusquinas.
Esta supuesta gran capacidad de trabajo choca frontalmente con sus últimas declaraciones: “A mí no me gusta demasiado estar todo el día ocupado con trabajo, ya sea a nivel local o nacional”. Se ha retratado el señor Quevedo con tal sentencia. Pero como su partido le pide aguantar un poco más porque el tripartito de gobierno es complejo, él hace todo lo posible por mantener el equilibrio.
Perdóneme usted, señor diputado y concejal, pero qué peligro implica eso de mantener el equilibrio. Aquellos que tenemos, porque la naturaleza nos lo dictó de tal guisa, el rostro algo colorado, deberíamos abstenernos (verbo escrito a conciencia) de mencionar todo aquello que pueda guardar relación con falsas interpretaciones no sea que cualquier traspiés dé al traste con toda una carrera.
“Hay puntos estratégicos encima de la mesa que hay que dejar orientados. Cuando uno adquiere cierto nivel de notoriedad y responsabilidad, hay cosas que interesan a la organización y uno tiene que estar a lo que se diga”. Qué bien. Tengo una duda: ¿La entrevista concedida a Canarias Ahora fue en directo o le entregaron previamente el cuestionario? De haber sido con la primera modalidad, no creo que se haya puesto nervioso después de tantas batallas y tanto codearse con altas personalidades, incluyendo los reyes de España. Y de haber sido enviadas las respuestas por escrito, no se le ocurra premiar al asesor que las remitió al digital. Pudo su madre de usted haberle puesto el nombre de Modesto, le hubiese encajado mejor a su forma de ser y proceder.
Ante la interpelación de cuándo va a dejar el cargo de concejal para dedicarse de pleno al Congreso de los Diputados, señala: “A mí me gustaría que fuese en un tiempo moderadamente corto, en el que todo estuviese bien encaminado como para poder tomar una decisión como esa sin que saltase ningún plomo. Pero eso es algo que se construye todos los días”. Puede que el apellido Indispensable le hubiese cuadrado mejor que los que tiene ahora. Aunque sería bueno que recordara –claro, lleva tanto tiempo atendiendo fuegos– que lo de los plomos ya pasó a la historia. En la actualidad, aprendiz de electricista, y mucho más en su caso particular con tanto electrodoméstico enchufado al mismo tiempo, saltaría el ICP (Interruptor de Control de Potencia).
Enrique Hernández Bento, no por algo más joven se queda atrás en su extensa biografía. Algo que le viene de saga familiar. Su último cargo, en sustitución de su hermana, fue el de Delegado del Gobierno en Canarias. Del que fue cesado este pasado viernes en la reunión mañanera del Consejo de Ministros.
No debió gustarle al hombre tal hecho. Arremetió contra el presidente regional del PP, Asier Antona, y María Australia Navarro, secretaria general. No se quedó al margen de sus dardos quien pasa a sustituirle en el cargo, Mercedes Roldós. Si echas una visual a la trayectoria de todos ellos, te entra un complejo de inferioridad de tal calibre que te metes debajo de una piedra para siempre jamás. Cuánto tonelaje neuronal el de esta gente.
Enrique manifestó hace poco que no descartaría el presentarse para el puesto de presidente del partido cuando se convoque el congreso (tras el nacional del mes de febrero). Porque, según él, Asier está de prestado, puesto ahí por Cospedal para que sustituyera a Soria, su padrino. “Me ven como un rival y eso es una prueba de la debilidad de Antona”. En fin, una purga en un partido en el que hace falta libertad, añade. Cómo cambia la película.
Otro que se verá obligado a comprar en tiendas de bajo coste en este periodo de reflexión que se va a tomar. Me imagino que no se incorporará de manera inmediata a su puesto de funcionario, sino que tendrá derecho a unas buenas vacaciones para compensar los sinsabores. Movimiento orquestales en la oscuridad. O a lo peor no.
Y Manolo callado. Pero de aquí no toca. Voy a intentar armar el Pyraminx que me regaló mi hija ayer, porque mis nietos lo desordenaron. Como cada vez que agarran el cubo de Rubik. Les encanta tenerme entretenido.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Sospechas

Leo con sumo interés que la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC) ha dado a conocer un comunicado para exigir a Radiotelevisión Canaria que cumpla con la legislación en el apartado de nombramientos, “para que cualquier periodista o profesional de la comunicación pueda optar a trabajar en esa empresa pública”.
Vaya en primer lugar el reconocimiento de mi total ignorancia acerca de este ‘sindicato sectorial de profesionales de la comunicación’, adscrito a la Federación de Sindicatos de Periodistas, según me chiva esta fuente de información llamada Internet, cuyo comisionado, un tal señor Google, busca en un instante por cuanto recoveco es capaz de meterse. Hay una web (www.upccanarias.com) que no me saca de la duda, pues se halla inoperativa. Me recomienda que vuelva en unos días pero uno lleva prisa. Y sin necesidad alguna.
Sabía de la existencia de una Asociación de la Prensa de Tenerife, a cuyo frente se halla el estimado amigo Salvador García, pero como uno ejerce por libre (freelance, en moderno) y siempre se reivindicó como maestro de escuela, amén de no transitar por los vericuetos de redacciones, gabinetes, peceras y estudios, sino que se quedó en el pueblo, es normal que las carencias afloren. Mi padre siempre lo tenía en la boca: El que nace barrigón, ni aunque lo fajen chiquito.
La UPCC recuerda al consejo rector, ese que preside Santiago Negrín y al que yo denomino la yenka o el pasacatre, que debe cumplir con los principios de igualdad, publicidad, concurrencia, mérito y capacidad, alejándose de criterios arbitrarios, de conveniencia o reparto por influencias políticas.
Y hace un llamamiento al Gobierno de Canarias para que valore la preparación y experiencia de los profesionales de la comunicación en las islas. Asimismo, “es necesario que a los puestos de trabajo que se pudieran generar en este sector, salvajemente golpeado por la crisis, se incorporen los mejores profesionales posibles, a través de las pruebas de acceso, exámenes y concursos públicos que se determinen”.
Y concluye: “La transparencia y publicidad de las posibles ofertas de trabajo deben ser innegociables, máxime cuando se trata de un empresa pública financiada por todos los canarios con sus impuestos”.
Deduzco que el sindicato sabe de irregularidades. Pero no creo que con esta nota de prensa se pueda solucionar. Bien está que la haga pública, pero entiendo debe dar más pasos. Si conoce situaciones concretas de anomalías (que hayan ‘enchufado’ a alguien para cualquiera de sus didácticos y entretenidos programas, por ejemplo, Noveleros, ya que fue el titular de la entrada de ayer en este modesto blog) que curse la correspondiente denuncia ante los órganos pertinentes. Porque ya estamos demasiado habituados a que se produzca el amago de tirar la piedra y ahí nos quedamos. Paralizados como los guanches de Chimisay.
Estas observaciones deben darse a conocer, por supuesto. Aunque me temo que todo concluya con unas pinceladas en las redes sociales o en algún medio de comunicación local, y poco más. Me remito al revuelo que provocó aquel reportaje de la Sexta con respecto a la riqueza léxica que se destila cerca de la depuradora del Valle. Vamos a una velocidad tal que un acontecimiento tapa al anterior, y a otra cosa. Y como los sindicatos no pasan por su mejor momento, estos flases están condenados al más puro y duro ostracismo. Desgraciadamente.
Insisto, por ello, en que si la certeza es absoluta y los hechos que se dan a conocer son consecuencia de prácticas irregulares, agravadas por tratarse de dinero público, tardando se está en poner las pruebas a disposición de la autoridad judicial. Que ya estamos demasiado habituados a los rumores, dimes y diretes que circulan por esas brillantes tertulias que constituyen un deleite para nuestro sentidos. Como la foto: un gallinero.
Se acaba la semana laboral de un servidor y lo mismo la familia me invita a una buena merienda por seguir tan campante. Y aprovecho para felicitar a la edil socialista teldense que ha pagado de su bolsillo unas deudas municipales con Hacienda para poder acogerse a unas subvenciones. No estamos muy acostumbrados a estos gestos. A contrario sensu, los nuevos, castos e impolutos de Podemos, los que iban a cobrar algo menos de lo que percibo yo de pensión… Déjalo, no te amargues, ni continúes con la cruzada porque la tienes perdida. Disfruta del día, que te lo mereces. Deja a los pobres políticos en paz.
¿Ya regresó mi alcalde, Adolfo? ¿Vas a empezar otra vez? Vale, hasta el lunes. Sean felices.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Noveleros

No me refiero a ese maravilloso programa de la tele canaria que… Bueno, me ahorro el comentario porque ustedes saben de mis debilidades con los dineros inyectados en un medio de comunicación que se puede perfectamente suprimir, y dedicar esos millones a levantar esta situación de emergencia que esgrimió este pasado martes la portavoz de Podemos (en temas de esta tierra), doña Meri (Mari, Mary, yo qué sé) Pita, para votar en contra de la toma en consideración por el Congreso de los diputados de la reforma del Estatuto de Canarias.
Y valga el primer inciso para solicitarle a los de la nueva hornada que me expliquen cómo se enmarca esa anomalía momentánea (la emergencia) en un texto que nos deberá servir de guía durante unas cuantas décadas. Porque si vamos a estar apretados siempre hasta dentro de cuarenta o cincuenta años, vaya porvenir les espera a mis nietos. Para mí que esta señora, o señorita, a quien se le reconoce el mérito de ir descomponiendo su formación en gran parte del archipiélago,  no está en el mejor momento de su trayectoria política. La noto tensa. Pero como la aplaudieron Errejón e Iglesias, ellos sabrán.
Tampoco, con este titular, hago alusión a la murga realejera que tan gratos momentos me hizo pasar en el pasado –hoy no estoy ya para trotes carnavaleros– con su original espectáculo (show).
Y como ya echaste una visual a la foto, ni son todos los que estaban, ni están todos los que fueron.
Se ha podido escuchar: Una gran cantidad de invitados, nadie ha querido perderse este hecho histórico, una nutrida representación canaria. Claro, viajando y comiendo de gorra, cualquiera. Ninguno tuvo inconveniente alguno para conseguir billete a la capital del reino. A pesar de las fechas tan difíciles. Para ellos siempre hay plaza. Aunque te bajen a ti. Tampoco importa lo que cuesta el pasaje. Pagamos entre todos. No, ellos no se incluyen.
No quería llenar este comentario de instantáneas, pero hasta mi alcalde se trasladó a Madrid. Él alegará que se lo abona el Partido Popular, pero el decreto quedó firmado para que Adolfo tripulara otro rato. Y este día, y otros tantos, no se descuenta del sueldo que los realejeros le ingresamos cada final de mes. O antes.
Y se trataba de una simple toma en consideración, como aludí en el primer párrafo. Cuando alcancemos el periodo de tramitación, lo mismo fijan su residencia en territorios peninsulares. Como los diputados nacionales, que viven allá tres días a la semana. Si no hay festivos.
Luego los escuchas hablar de crisis. Y esgrimen razones para recortes, aprietos y más huecos en el cinturón. Mientras, a cuerpo de rey sus ilustrísimas. Ahí está Casimiro, quien reclama euros para su doble insularidad, para mitigar el coste de la cesta de la compra. Se pisan los morros, tú.
Estas no son fotos de un día histórico. Yo no entro a valorar pros y contras. Para eso están los medios de comunicación, impresos o no, al uso. Quiero erigirme en portavoz de los que lo están pasando mal. Que estas próximas fiestas deberán acudir a un centro asistencial para calentar el estómago. Mientras estos impresentables dilapidan presupuestos sin el más mínimo rubor. Y se van en masa. Para que la tomadura de pelo al pueblo sea aún más realista.
Se lo estampa en la cara de sus eminentísimas alguien que también fue cargo público. Pero que, por lo visto, y a los hechos me remito, vivió una época en la que imperaba la sensatez. Algo que ustedes no conocen y mucho menos practican. Vaya pandilla de gorrones (parásitos, vividores, sablistas, abusadores, aprovechados) a cargo de las arcas públicas. No basta con uno que defendiera el anteproyecto. Que, junto a los que ya forman parte del Congreso, supone una extensa camada canaria. Y que conste que lo de camada fue aposta (adrede, con intención deliberada). Porque eso en esta tierra se llama mamar. Sin más.
Luego debo tragarme un vídeo en Internet, colgado por el presentador de Noche de taifas, quien fuera candidato de Coalición Canaria para una institución pública en pasadas elecciones, en el que se queja amargamente de lo caro que supone cualquier traslado. Y arremetía contra Binter, de manera expresa. Pues viaja en Armas (¿no promocionas la naviera en el programa?), o dirige la misiva a tus correligionarios que llevan décadas gobernando en estas ínsulas sin que hayan solucionado no solo el problema al que aludes, sino otros tantos que doña Ana Oramas, verbigracia, no ha alcanzado a ver. Y no se trata solo de una cuestión de estatura.
A todos se les llena la boca con declaraciones tan falsas al menos como ustedes mismos. Jamás han sido capaces de ponerse en el pellejo de todos esos que dicen representar. Y cuanta más información, audiovisual o no, me llegaba desde la gloriosa jornada de este pasado martes, más me enervaba. Menos mal que a la una de la tarde me quitaron el Holter de tensión arterial. Que si no, explota el aparato. ¿Pues no voy a ser hipertenso? Porque no pienso callarme (dejar de escribir) ante tanto descrédito e inmoralidad. Vaya ejemplos. Bonitos espejos en los que mirarse.
Noveleros, sí, pero impresentables, también. La gira o excursión rayó la golfería. Y todas las formaciones se subieron al carro. O al avión. Vámonos, que ahí abajo se quedan los bobos para que se las arreglen con hacienda. Y, además, dietas. A dieta sí los ponía yo. A pan, gofio y agua una buena temporada.
Estatuto de autonomía, dicen. Estatuto de autonodeuestedes, los privilegiados. Sí, estoy caliente, ¿y qué? Y tú, estimado lector: ¿Estás de acuerdo conmigo? Pues comparte, pincha en me gusta, deja un comentario. A ver si somos más los que levantamos la voz y logramos que algún iluminado se despierte y tome conciencia. Lo mismo es que sigo siendo un utópico. Qué semanita llevo.
Mañana es 16, bonito día. Nos volveremos a ver en La Corona. Hasta entonces.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Penoso

Con pena acabé ayer tras echar la pertinente percepción a la prensa digitalizada. Y pulí pasajes para percatarme de que la letra ‘pe’ pretendía protagonizar papel primordial: parlamento canario (con minúscula), piscina (Puerto), peajes (autopistas), Primark (Soraya), Casa Pepe…
Ahí tienen en la foto de Diario de Avisos las flamantes instalaciones de la piscina municipal portuense tras un año de puertas cerradas. Las ‘optimistas’ declaraciones del concejal de deportes, Javier González, me hicieron recordar conversas con otros usuarios de la que disponemos en Los Realejos. De 25 metros, pero cubierta y climatizada. Donde camino, más que nado, pero cada cual hace lo que puede.
“Me encantaría tener una varita mágica”, declara el edil. Toma, y a mí. ¿Y a quién no? Pero a ustedes los hemos elegido para solucionar los asuntos con los recursos que los contribuyentes ponemos a su disposición. Y no les pedimos que hagan magia, sino que utilicen el sentido común. Cuando el presidente del club Martiánez sostiene que con unos cuantos miles de euros y un par de días de trabajo se hubiese solucionado el problema de las máquinas y se podía haber seguido utilizando, mientras se iban solventado los trámites para las nuevas infraestructuras, algo de razón tendrá. Seguro que lleva más tiempo en el meollo que muchos de los que sientan sus posaderas en los sillones del salón noble del Penitente. Con mis respetos (a los sillones).
Por si fuera poco el quebradero de cabeza para los deportistas, viene a resultar que las ayudas económicas prometidas tampoco aparecen. Y usted, señor concejal, los consuela con la excusa de siempre, los problemas administrativos. Pero que no se preocupen, las recibirán. El único problema está en el cuándo. No difiere gran cosa de cuando Marrero era el responsable. También de fiestas. Y chiquita ídem con las aportaciones que debía abonar a los grupos que actuaban en los eventos (ya salió la palabreja). Más de un año esperaron algunos. Y ahora que me acuerdo, los problemas administrativos jamás hacen acto de presencia cuando se trata del cobro de los miembros de la corporación. Qué suerte tienen algunos.
Y la guinda. Solicita “unos años de paciencia”. Manda aquello, lo otro y lo de más allá. Debe ser el concejal un magnífico practicante de la apnea. Porque hay que respirar hondo y luego aguantar lo indecible para soportar tamañas barbaries. Hacen honor a la conmemoración que se celebra el día de marras, a saber, 13 de diciembre: Santa Lucía. Es que no hay peor ciego que…
¿Lo del Parlamento? Lamentable. Los sofocos de la presidenta Carolina Darias, directamente proporcionales a la insolencia y caradura de sus homólogos cabilderos. Aprovechar la dación de cuenta de la memoria de los servicios transferidos (año 2015) para arremeter contra los diputados por su otra visión del reparto del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan), es de una bajeza semejante a cualquier pelea de tasca de la esquina. Penoso no, lo siguiente. Ni siquiera la propuesta de celebrar otra comisión para hablar específicamente del tema pudo aplacar la fiereza de un tal Casimiro, en la actualidad presidente de la Fecai, quien en su cabildo gomero jamás ha tenido inconveniente en aceptar las sugerencias de la oposición para tratar cualquier tema, aunque no se hallase incluido en el correspondiente orden del día. Cínico no, lo siguiente. Tan acostumbrado al vasallaje (o yo o el caos) en su feudo, y creyéndose indispensable en el archipiélago merced a sus tres votos conseguidos por una ley electoral a su medida, pretende que Canarias se ponga a sus pies y le rinda pleitesía. Mándate un higo de pico. ¿Por qué no revisas el tema de los entierros y dejas de pagarlos a todos sin excepción? Porque no la totalidad de los gomeros son pobres de solemnidad. Los quieres atados hasta el más allá. Quietitos en la caja y con el voto entre los dientes.
No hay que remontarse muy atrás para encontrar unas declaraciones de la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor (ahora presidenta del Congreso de los Diputados) en las que sostenía que la quiebra de las autopistas de peaje no supondría coste alguno para el Estado. Vamos, como el rescate de los bancos. Íñigo de la Serna, el sucesor, ya declara abiertamente que  sí deberá quedarse con ellas y decidirá cómo gestionarlas. Muy sencillo, estimado colaborador de Hacienda, con cargo a los presupuestos generales. Porque si a las empresas que Aznar concedió la encomienda les hubiese ido de maravilla, ni a ti ni a mí nos habría correspondido un euro de las ganancias. Pero al tratarse de pérdidas, nuestra obligación es ser solidarios y ayudar a pagar las deudas a las entidades bancarias. Así, bien explicados los temas, aclarados los conceptos opacos, da gusto colaborar con estos necesitados que ya no podrán esquiar tantos días como antes… sino algunos más.
Soraya fue a Primark a comprarse unos detallitos para estas próximas fiestas. En coche oficial y en horas de trabajo. Y nosotros nos preocupamos por un mal aparcamiento. Creo que los periodistas se pierden en menudencias y obvian lo importante. El carril BUS-VAO nos ha comido el coco. Piénsalo bien.
El establecimiento ‘Casa Pepe’ (Almuradiel, Ciudad Real) hace méritos para convertirse en el bar más facha de España con una exhibición sin precedentes de símbolos franquistas. Pepe tenía que ser.
Pablo Iglesias contra Errejón (o a la viceversa). Pedro Sánchez frente a la gestora. Patricia versus Clavijo. Con tantas ‘pes’ me va a tocar la lotería. Probablemente.
Pido perdón por pintar pobres palabras. Procuraré pergeñar proyectos principales para perfeccionar prontamente. Piensen positivamente, please.

martes, 13 de diciembre de 2016

Golpe de Estado

Este pasado fin de semana fue informativamente rico. Y todos aquellos que nos lanzamos por el peligroso sendero de la opinión, estamos obligados a sumergirnos en la vorágine para poseer cuantos más elementos de reflexión mejor. Porque un matiz es la impronta subjetiva que deslices en el comentario y otra faceta bien distinta la matriz de donde parte el meollo del argumento a desarrollar, que se trata de un hecho objetivo.
Vivimos en Canarias una situación política cuasi esperpéntica. A los que hemos tenido la infeliz ocurrencia de votar a estos representantes en el circo de los despropósitos nos da la impresión de que no hay rectores de las instituciones, sino mozalbetes que se pelean en el patio de recreo por los asuntos más nimios. Y lo llevan a cabo de manera “ipso facta”, que al parecer de Francisco Linares significa de modo inmediato. Que puede traducirse igualmente por “ipsofácticamente”, todo junto, sin pausas ni espacios, y que parece más contundente.
De las marrullerías de Fernando Clavijo (en sentencia de Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria), pasamos a las niñatadas de Carlos Alonso, su homólogo tinerfeño y afamado especialista en efectos fumígenos, sin olvidar lo del reparto clientelar del Fdcan (Fondo de Desarrollo de Canarias), que, a juicio de otras formaciones, ha servido de excusa para apuntalar el proyecto de Coalición Canaria con los votos del gomero Casimiro y con el beneplácito de la herreña Allende (que está y no está, que amenaza que se va y se queda, que veta pero no veta, y así).
En todo este guirigay estábamos cuando surge la figura del villero Linares y se entera de que en el Parlamento se había producido un ‘golpe de Estado’. Llama inmediatamente a Juan Dóniz (los demás son relleno) y quedan en Casa Egon para echarse el leche y leche. Aún no había traspasado la condensada (al ser más espesa baja con mayor parsimonia) el conducto esofágico, contactan con Eva para que les redacte una enérgica nota de protesta. Porque no hay derecho, ni está contemplado en estatuto alguno, que los diputados voten en contra de nuestros intereses. Que estuvimos catorce meses negociando para que ahora se empeñen algunos en destinar más dinero para educación, sanidad y servicios sociales. ¿Y el piche?
Vamos a ver, figura, permíteme que te escriba un par de cosas. No quieras seguir los pasos de otro alcalde vecino, mi alcalde. Quédense en sus respectivos pueblos, intenten solucionar los muchísimos problemas que sufrimos los vecinos y no se empeñen con sus excursiones supramunicipales en echarse el pedo mayor que el culo. Sí, hoy lo plasmo con esa rotundidad porque si utilizo un giro o recurro a la ironía, desgraciadamente, no me van a entender. ¿Tú sabes lo que significa la soberanía popular?
Y no vale, Francisco Linares, que al día siguiente recurras a disculparte ante los parlamentarios.  Perdonen, pero era un símil sin mayor importancia. Se me escapó, lo siento, no volverá a ocurrir. Porque un golpe de Estado (coup d´État) es nada menos que la toma del poder político vulnerando la legitimidad institucional. Y por tu regla de tres, también lo sería cuando tu apruebas los presupuestos orotavenses y no aceptas el parecer de los otros grupos, que también tienen muchos votantes detrás y aportan visiones positivas. Parece que se te han subido los humos a la cabeza, has olvidado los nobles orígenes de las AIO y te has convertido en un burgués a la antigua usanza.
La rentabilidad en estas islas se ha medido desde siempre por el nivel de enfrentamiento. Y no entiendo cómo puede parecerle mal a alguien el que se destine más dinero para los conceptos antes esgrimidos. Cuando a Curbelo, mero ejemplo, se le llena la boca con sacar del ostracismo a las denominadas islas menores mediante la equiparación en la prestación de servicios y que la doble insularidad no encarezca la cesta de la compra, debería existir al menos uno en su ASG que no sea tan cínico como él y le insinúe, sin levantar mucho la voz por si acaso, que no todo pueden ser peonadas y acciones de permanente subsidio. Y que las partidas a incrementar en sanidad y educación no vendrán en exclusiva para el colegio de Toscal-Longuera ni para la construcción del nuevo centro médico del citado barrio realejero.
Y ya que recalé en el pueblo, en mi pueblo, vaya el final de este episodio chiripitifláutico para nuestro diamante en bruto. Que este paso seguirá sin pulir por mucho que pretenda alargar su permanencia en la cosa pública hasta los noventa y nueve (dependerá de las arrugas, por lo de la foto). Del que cierto controvertido periodista dice: “Las manías de los magos son muy difíciles de erradicar”.
“Alonso está de modo permanente en la postura de querer tener la razón en todo y contra todos. Él está acostumbrado a ser el centro de todo”. Hombre, debo reconocer que al PP se lo están poniendo a huevo. Ahora mismo puede presumir de tener más novias que nunca. Pero que Manuel Domínguez nos salga con sentencias como las anteriormente entrecomilladas, solo pueden ser defendidas en contextos en que los efluvios etílicos o de otras sustancias dopantes salen por las orejas. Basta echar una visual a las redes sociales, la web oficial del consistorio, el blog de Radio Realejos (emisora en la que ya contamos con chanchullo importado) o las alabanzas de los beneficiarios de subvenciones dudosas, para percatarse de que la realidad por estos lares coincide con lo que se critica en otros foros. Ya hemos manifestado en varias oportunidades que los desdobles de personalidad cuando se pasa de La Higuerita hacia el naciente y desde Barranco Ruiz hacia el poniente en nada envidian las aventuras del señor Hyde y el doctor Jekyll (Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde).
Y a pesar de los pesares, qué bueno sería un paso a la oposición (iba a escribir desaparición) de CC, para que se le bajen los humos a estos curritos. Que dan de cara, tú.
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Y una nota, por si acaso: Como programo la publicación de la entrada con antelación, si cuando leas estas líneas la situación política ha cambiado en Canarias, no te preocupes, se trata de algo normal. Aunque parezca lo contrario. Como la foto. Yo la veo bien, regándose las neuronas, o lo que tengan. Tanto movimiento, como el de los presidentes de los cabildos ayer en el Parlamento, me vale para redactar otros párrafos. Grano a grano, como podrás deducir, va el nuevo blog ganando en consistencia. ¡Ah!, el domingo por la noche estuve viendo un rato una película en la 1. Se titulaba Golpe de Estado, pero no vislumbré a Linares. Qué portento.

lunes, 12 de diciembre de 2016

2001

Como Una odisea del espacio, la ya lejana (1968) película de Stanley Kubrick. Arrancamos con otra aventura. Nos proyectamos al infinito sin rumbo predeterminado. Y en esto de lanzarse soy ya un experto. Sin paracaídas ni parapente. Aunque me haya costado una rehabilitación prolongada. Pero salimos y aquí estamos.
Quedan atrás gratos recuerdos de las dos criaturas que me acompañaron en la anterior singladura. Pepillo y Juanillo ya son Pepe y Juan. Quítales el don porque preferirán, a buen seguro, un empleo digno. Eran chicos de platanera y ahora son jóvenes de mundo. Transitarán solos a partir de ahora. Creo que la vida los ha puesto a prueba y sabrán desenvolverse. No me defraudarán. Si por un casual el destino los encauza (que no encausa) hacia la política, un consejo: No dejen jamás de ser ustedes. Cuando atisben que elementos coyunturales externos intentan hacerles cambiar señales identificativas, arranquen la caña. La honra y el prestigio antes que los sinsabores causados por las negras fauces de la ambición.
Me horrorizaría que copiaran procederes de figuritas de porcelana (de esas vacías en su interior). Las que nos inundan en redes sociales y otros medios al uso con vídeos y fotos (estilo Franco de caza y pesca) que solo pretenden alimentar egos, superegos, autoestimas y vanidades (sin hogueras).
Por muy insignificante que sea la actuación, la foto es seña de identidad del político que vive con el único afán de figurar. Y como ya el pueblo, la isla, el archipiélago y, por qué no, la nación entera son espacios pequeños para su desarrollo personal (egolatría a la enésima), qué menos que una espinela para quien la reposición de un bombilla fundida acabará por ser motivo suficiente para la millonésima foto del álbum mil novecientos setenta y cuatro:
Le gusta tanto un retrato
a mi alcalde, que es Manolo,
que pedirá para él solo,
a Correos en un rato,
un sello en cualquier formato;
y que todo realejero,
desde principios de enero,
deba sentirse obligado
al pertinente estampado
en cartas al extranjero.
Es lo que hay. Priman las boberías. Contemplas imágenes de reuniones políticas en cualquier institución y ahí están todos jugando con el móvil, la tableta o la madre del cordero. Y cobran por ello pasta gansa. Y cuando deben contestar a interpelaciones o dar cuenta de supuestas gestiones, sacan los papeles y a leer lo que los asesores tuvieron a bien escribir.
Pero vamos a comenzar con el ánimo algo más positivo. Y te cuento que este jueves pasado estuve con los amigos de la Agrupación Folclórica de Higa. Echándonos unas perras de vino, un mucho de condumio (cuándo bajaré estos kilos de más que el parón provocado por el accidente y el cúmulo de fiestas han ido haciendo bien patente en barriga y aledaños) e intercambiando opiniones. Entre las que destaca que este año sí caerá el décimo. Lo malo, añado, es que aún no sabemos dónde.
Casi al final aparecieron Linares y Eduardo. En los discursos de rigor se concentraron en la organización de la Cabalgata de Reyes, que desde hace muchísimos años organiza Higa en La Perdoma. Y cuando hablaron del plan de seguridad me acordé de un bien pagado en mi pueblo. Yo creo que aquel no era el momento adecuado para ese mensaje, pero doctores tiene la iglesia. Como el cura, que un rato antes estuvo desatascando acequias y tuberías. Tienen todos un don de la oportunidad. Pero como iba invitado, punto en boca.
Con Chicho, quien también fuera componente del grupo, y con Juan, el de la imprenta, hablamos de todo y más: de pateadas en La Gomera, de tiempos lejanos en la política, de los dichos y modos de hablar que los modismos ahogan… Lo pasamos bien, qué quieres que te diga. Y salimos con la barriguita llena (ya buscaremos la manera de que se rebajen los centímetros de excesos) y el corazón contento.
Cuando llegué a casa vi que en Facebook me habían dejado varios comentarios acerca del cierre de Pepillo y Juanillo. E inmediatamente me puse manos a la obra. Decidí, motu proprio, no alargar la espera y no dejar muchos días para volver a embarcarme. Con un fin de semana será suficiente. Por ello, se atraca el 9 de diciembre y el 12 estamos soltando amarras.
Tampoco me trazaré metas. Iremos partido a partido, que diría el Cholo. Eso sí, cuando surjan viajes, lo siento. Te compensaré con alguna foto que traiga, porque dinero no tengo como para llevármelos a todos conmigo. Al menos físicamente. Soy consciente de que en espíritu no es lo mismo.
Principiamos. ¿Me acompañas? Dadas sean las gracias.
Y aclaro, por si acaso. Nada tengo de monárquico. La Corona es un paraje maravilloso ubicado en el Macizo de Tigaiga. Y desde lo alto estaremos vigilantes. Y daremos fe, día a día, estimado amigo Álvaro, de aquella copla: Yo me subí a La Corona / por ver los vientos pelear, / agua y sol en el Realejo / y en El Guindaste la mar.