jueves, 31 de agosto de 2017

Corrupción

Esstoy algo canssado puess he tenido que adelantar miss ejercicioss mañaneross, pero antess de darme una ducha, o un baldeo por assperssión, me fumaré mi puro diario no ssea que mañana sse alargue essa convocatoria, fuera del periodo de ssessioness, mecachisss. Nunca me he negado a dar explicacioness y he informado en cincuenta y doss oportunidadess. Jamáss he vissto gente tan torpe para comprender algo tan ssencillo, tan ssimple. Ademáss, ssiempre ssoy máss claro que el agua. Cuánta torpezza dialéctica. Qué cabritoss.
La reflexión de Mariano quedó interrumpida por unos ligerísimos toques en la puerta del amplio despacho. Bajó ambos pies de la mesa (la misma que había utilizado José María para escena similar), escondió el habano en el lugar de costumbre (confiado en que, como en otras ocasiones, se apagaría por sí solo), pulsó un par de veces aquel ambientador casero que le habían regalado en Cambados y que tan buenos resultados le estaban proporcionando, cogió la toalla y se la colocó sobre sus hombros.
─Passa, Ssorayita. (Ya conozzco lass ssutiless cariciass de ssuss delicadass manecillas, o manitass, uy, que me trabuco una vezz máss, díjose por lo bajini).
─Buenos días, Mariano. Vamos a repasar tu comparecencia, pero… ¿aún no te has duchado? Ya estuviste fumando de nuevo ─le recriminó la vice mientras se subía a un taburete para llevar a cabo la comprobación de rigor. Tras olfatear en todas las direcciones, y cuando se disponía a la enésima monserga, púsose el presi delante del jarrón chino donde ocultó el cuerpo del delito, y que aún despedía una exigua columna de humo, unos hilillos, y se aventuró a llevar la iniciativa a pesar de que le escocía la quemada del dedo índice de la mano (derecha, por supuesto).
─Tenemoss todo el tiempo del mundo, porque lass cossass sson como sson y ssi fueran de otra manera, puess no sserían essass cossass; ess de lógica aplasstante. Esstaré una media hora en el jacuzzzzi, luego massaje y a lass diez regressaré lissto para dar loss últimos retoquess a los papeless que me dejasste ayer. Anoche ya me leí medio folio y compruebo que hass sseguido al pie de la letra miss insstruccioness. Vass mejorando, Ssorayita.
─¿Y nos dará tiempo, Marianín? ─preguntó Soraya, quien se llevó la mano (derecha, claro) a la boca cuando se percató de la osadía verbal─. Lo siento, presi, pero como tú usas conmigo el diminutivo.
─Ji, ji, ji. ¿Y a qué otra fórmula oral, o recursso esstilísstico, podría recurrir esste gallego cargado de grandess dossiss de ironía, mi “pequeña” princessita (cuánto énfasis puso el registrador de la propiedad en el adjetivo). Ess que sse cae de maduro. Qué bueno ssoy. ¿Lo cogisste, Ssorayita?
─Bueno, estaré en mi despacho. No te vayas a quedar dormido en el baño como la vez anterior. Sniff, sniff, aquí huele raro.
─Qué gran olfato tiene essta chica ─volvió a pensar Mariano (algo rarísimo en él; ¿dos veces al día?, raro, raro, raro)─. No me extraña que haya llegado a esse cargo.
─¿Decías algo?
─Nada, nada. Ssalgo dissparado. Noss vemoss en una hora.
Fuéronse el uno y la otra a sus respectivos quehaceres y encontráronse, según guion acordado, al cabo de los sesenta minutos estipulados (sesenta y tres, para ser exactos).
─Esstoy hecho un chaval. Llevo una marcha. ¿De qué íbamoss a tratar? Ess que hoy dan la etapa íntegra de la Vuelta y ssabess que el ciclismo me puede. Vamoss, Contador. Habrá que pedirle loss papeless al africano del Froome esse. Llama a Zzoido.
─Pero, Mariano, la comparecencia, mañana en el Congreso.
─¡Ah!, ¿mañana ess nuesstro Congresso? ¿Y hay máss candidatoss?
─Que todos los grupos han solicitado que expliques los asuntos turbios.
─¿Assuntoss turbioss? ¿Nossotross? Qué pintoressca obssessión.
─¿Recuerdas lo de la Audiencia el otro día?
─Esstuve brillante, no me lo negaráss. Y el juezz, qué tío máss cachondo, hassta quisso ayudarme, como ssi yo no fuesse capazz. Esso no toca, cortaba de vezz en cuando. Me infundió ssossiego, sserenidad.
─Lo mismo, Mariano. Ni Gürtel, ni Correa, ni Bárcenas.
─¿Gürtel? ¿Correa? ¿Bárcenass? ¿Loss va a fichar el Madrizz? Qué grande eress Florentino, ess un puntal.
─Dale caña con Cataluña, terrorismo, Venezuela.
─No me digass que essos condenadoss por pederasstia, amigoss de etarrass y chavistass de mierda…
─Sin pasarte, presi.
─Denunciadoss por agressiones, por tráfico de drogass, untadoss con dinero negro…
─Borra ese color.
─¿Algo máss, Ssorayita? ¿Cuándo ess la Tomatina de Buñuel?
─Buñol, Valencia.
─¿Y esstará Paco? Pobre Rita, con lo que le gusstaba enfangarsse.
─Si saliera la palabra corrupción…
─ Zzzz. Zzzzz. Zzzzzz. Zzzzzzz.
Y así.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Carga turística

Se elevan ya voces en Lanzarote de cuánta presión pueden soportar ciertas zonas, de cuál es el tope de visitantes de un lugar para que este no se degrade. Se alude, concretamente, a La Graciosa y Papagayo. ¿Cuántos visitantes pueden llegar a Caleta de Sebo sin que aquel escaso y frágil territorio no se hunda en las profundidades oceánicas? Se va a echar a perder. ¿Lo recuerdas de hace unos días, no? Dicho por una vecina de allá, no por mí.
Estamos tan acostumbrados a medir éxitos por afluencias que no dudamos en sostener que Canarias puede alcanzar en un futuro no tan lejano el redondo número de veinte millones de turistas. Y nos quedamos tan anchos. ¿Pero existe capacidad para resistir esta carga? Es lo de menos. Ni se cuestiona ni entra en plan alguno.
Aclaro, antes de continuar, que la fotografía fue también, como ayer, ‘robada’ de Diario de Avisos. No se quejarán de que les vengo haciendo publicidad gratuita.
Se aprueban leyes de Protección de Espacios Naturales. Que está muy bien, es indudable. Pero nos olvidamos, o se dilata demasiado, la redacción de los respectivos planes de uso y gestión. Y si por un casual ya se elaboró la norma que rija el desarrollo del sitio a preservar, no se ejecuta por la más nimia traba, o por excusas peregrinas, o por ocultos intereses.
Centrémonos en nuestro Teide. Cuyo acceso en teleférico constituye un goteo permanente. ¿Podrá su cono seguir sufriendo la erosión descontrolada de tanto excursionista? Claro que es un potencial turístico a explotar. Pero hagámoslo de manera racional. Y sentemos las bases para otro tipo de visitas. Encaminadas a quienes comprenden y respetan el mundo de la vulcanología, de aquellos enamorados del mundo de cráteres, erupciones y lavas y no de quienes la conservación de estos lugares emblemáticos se les importa un comino. Si quieres denominarlo turismo selecto, hazlo. Yo prefiero mentarlo como curioso, interesado, versado, respetuoso. Y así, por extensión, si me apuras, con el resto de Las Cañadas y con tantos ejemplos de este mundo apasionante en la diferentes islas. En el que la aventura es componente constante. Junto a otros conceptos de suma trascendencia como la historia, la geología, la geografía y otras tantas ramas del saber. Porque, ¿es normal que las visitas a las Montañas del Fuego se midan, exclusivamente, por el número de vehículos que acceden al Islote de Hilario, lo que se traduce en varias decenas de miles de euros diarios?
O racionalizamos los recursos o el invento nos puede explotar (nunca mejor expresado) en cualquier momento. Se nos va de las manos en el afán de superar récords. Y cuando nos quedemos con tres palmos de narices, no valdrán lamentos. Porque tiempo hemos tenido para regularizar situaciones. Pero nos pierden las cuentas. Cuanto más, mejor. Y no, no pueden ser los números los únicos componentes de la ecuación. Hay otras incógnitas a despejar. Corremos el peligro de cargarnos la gallina. Y muerta esta, ¿con qué suplimos los huevos perdidos?
¿Se acuerdan de que había que fomentar un turismo de alto poder adquisitivo, un turismo selecto y orientado hacia los sectores que la naturaleza nos brinda de manera tan generosa? Sí, algo más que sol y playa. Que también, no vayamos a cortar por lo sano. Palabras, nunca hechos.
La Graciosa está en gravísimo peligro. Me alegro de que algunos conejeros ya tomen conciencia de la situación. Creo que César no hubiese permitido estos excesos. Y Lobos va en camino. A lo mejor –y no me cuelguen– sería bueno que otros destinos turísticos (Norte de África, por ejemplo) volvieran a la normalidad para que en Canarias aterrizáramos, pusiéramos los pies en el suelo.
Mañana acaba agosto. Pero quedan días de verano. Aprovéchenlos. Pero con cabeza. Y cuidemos nuestro entorno. Nos va la vida en ello.

martes, 29 de agosto de 2017

Paja de mar

Denominación que no había escuchado ni leído. Pero todos los días se aprende algo nuevo. Y como es tanto lo que se ha propagado del fenómeno de las microalgas, con tantas versiones y pareceres, ayer me correspondió otro repaso del tema que ha concitado la atención durante bastantes jornadas de este verano. Tomo la foto de Diario de Avisos, en la zona de Radazul.
Las manchas marrones (también color pistacho), y en ello parece que estamos todos de acuerdo, es un fenómeno producido por una cianobacteria (en nuestras costas la Trichodesmiun erythraeum). La bonanza de la mar, el aumento de la temperatura del agua y la ausencia de nuestros apreciados alisios constituyen el cóctel perfecto para su proliferación. No necesitan, sostienen los entendidos, aportes de posibles residuos que existen en los vertidos incontrolados ni los microorganismos que nos puedan alcanzar con las tan odiosas calimas. Les basta con la fotosíntesis para mantener la dieta (símil).
Un informe (en realidad, análisis de dos muestras recogidas) de junio pasado del Banco Español de Algas, mal interpretado por los medios de comunicación (al decir de su autor), ha venido a añadir a los episodios de hepatitis A, que se comentaron semanas atrás, la posibilidad de aparición de tumores en el hígado. Que los responsables circunscriben al campo de la investigación (ratones), pero que una mala redacción del certificado ha venido a extender a todo bicho viviente que se bañe en las aguas oceánicas. Vamos, que los próximos casos de cáncer será debidos a este hecho. Ponle el cuño. Como ya nos olvidamos de los repetidores (torretas) de telefonía móvil, en algo, y con algo, debemos entretenernos. Lo de menos son los fundamentos científicos. Pelillos a la mar.
“Cierto es que existe un porcentaje elevado de vertidos de aguas residuales sin tratar, pero es también cierto que se llevan a cabo continuos controles de nuestras aguas.
El principal motor de nuestra economía es el turismo y quiero pensar que ningún político de nuestro entorno está tan loco como para querer acabar con él y generar, por tanto, una nueva crisis económica. Sin embargo, sí creo que la política actual se está basando en el oportunismo, el aprovechar el momento para echar culpas, decir cosas no contrastadas y para nada buscar soluciones.
A esto se le une que vivimos en el mundo de la sobreinformación, que en muchos casos nos lleva a la desinformación. A veces los medios de comunicación, buscando altos niveles de audiencia, generan titulares sensacionalistas o información poco contrastada, lo que lleva a alarma social.
Por último, en las redes sociales mucha gente opina basándose en rumores y un porcentaje importante de la población da más credibilidad a este tipo de información que a la que proviene de la experiencia y la formación”.
El texto entrecomillado lo firma, en el contexto de un artículo titulado Microalgas en Canarias, Basilio Valladares (hijo). Y como de casta le viene al galgo, credibilidad doy a los que del tema en cuestión entienden ‘más que sea un fisco’.
Del exceso de información y de la peligrosidad de las redes sociales cuando nos dejamos llevar por el saber de los catedráticos del yo lo escuché, yo lo leí o yo lo vi en la tele, algo he escrito en comentarios anteriores. Saben de mi opinión acerca de la tremenda facilidad que existe para adquirir la condición de periodista. Es, quizás, la profesión que menos requisitos exige. Y así nos va.
Ayer hubo otra rueda de prensa al respecto. Desde que se tuvo conocimiento en Facebook de la misma, proliferaron otros entendidos, con másteres obtenidos en el culo de La Pata y en la cueva del Roque Chico, con dictámenes del ‘a mí me la vas a pegar’ que dejan en entredicho a laboratorios, analistas y biólogos en general. Te invito a un somero recorrido por esta red social (seguro que ya lo hiciste) y te sorprenderá el altísimo nivel de conocimiento de tanto sabio desperdiciado.
¿Otra consecuencia del cambio climático? Me temo que sí. Y contra este fenómeno, ¿qué hacemos? Muy sencillo: que se jodan los que vienen detrás.

lunes, 28 de agosto de 2017

Civismo

Algo, o bastante, falla en la sociedad actual. Los comportamientos ciudadanos dejan mucho que desear. Dudo que la racionalidad que se nos atribuye surta los efectos que en buena lógica deberíamos demandarle. Porque son tantos los hechos que muestran conductas inadecuadas, que se imponen terapias urgentes. Es más, tras la visión de cualquier documental que trate la vida animal en su estado más primigenio, la visita al psiquiatra se antoja requisito indispensable. El deterioro neuronal es más que evidente.
Tomo la fotografía del alcalde realejero con la que el ayuntamiento ilustra la información que nos da fe del inicio de los trámites pertinentes para adoptar medidas que pongan freno a los desafueros que se vienen cometiendo en el Parque de San Agustín, situado en la zona de El Puente, y en el que se ubica la Sala de Estudios Rafael Yanes. La otra fotografía nos retrata cómo era el lugar citado hace cinco o seis décadas. Y allá, al fondo, La Gorvorana, desde donde venía un servidor caminando hasta el Colegio San Agustín.
Define el diccionario el término civismo como el comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública. Y en una época en la que el analfabetismo ha quedado felizmente erradicado y en la que, afortunadamente, el acceso a la educación y cultura no encuentra las trabas que las diferencias sociales marcaban décadas atrás, tendremos que realizar más de un examen de conciencia ante la avalancha de tropelías en los espacios públicos.
Se anuncian vallados. Y me surgen las dudas. Porque los ejemplos de muros existentes por esos mundos de ahí afuera, no son, precisamente, modelos a seguir. Y no es menester irnos a Israel o a Estados Unidos. También en Ceuta y Melilla encontramos frenos con cuchillas. Como en algunos terrenos de estas islas donde aún es posible contemplar golletes de botella en la parte superior de paredes o bordas de estanques.
Estas trabas, estos elementos disuasorios, no siempre surten el efecto deseado. Más bien invitan al salto. Cuando indicamos al pequeño “eso no se toca”, ya intuimos las consecuencias. Lo vedado atrae, aun en el mundo adulto. Junto al cartel de prohibido arrojar escombros, es normal contemplar buen montón de desechos.
Alude el alcalde a cámaras de vigilancia y presencia policial. Es en este último apartado donde más discrepo. Porque bien sabe que la dotación de la plantilla actual es mucho más que insuficiente. Ahora que presumimos de superávit, bien se haría en establecer un listado de prioridades. Lo malo es que se recurrió a crear un puesto, el del señor Marrón, que cercenó la posibilidad de aumentar el número de agentes. Muchos de ellos con edad para no muchos trotes –algunos son viejos (sin connotaciones) amigos desde la década de los ochenta del pasado siglo– y, lo que es peor, se han detraído miembros para el gabinete particular del jefe de seguridad y emergencias.
De tal guisa, señor Domínguez, harto complicado lo veo. Y no bastarán las quejas ciudadanas en las redes sociales. Máxime cuando a usted solo le gustan para aplausos y palmaditas en la espalda, pues duda de su utilidad cuando los comentarios nos son laudatorios. Yo lo vi con mis propios ojos, se chiva con frecuencia. Pero nos quedamos ahí. Nuestra cometido acaba en la búsqueda de culpables externos. Y al final viene a resultar que nadie arroja basuras, nadie fuma, nadie pasea animales, nadie estropea el mobiliario urbano… Y todos exigimos agentes de la autoridad en cada esquina.
Es un debate complicado. Porque todos tenemos la razón. Y bajarnos del burro cuesta ímprobos esfuerzos. Y en estos espejos se ha contemplado la juventud. Los reflejos sociales, los calcos, las imitaciones han devenido en situaciones de total descontrol. Los padres dejaron de serlo y se convirtieron en coleguitas de los hijos. Y el principio de autoridad se fue para el carajo. Se trastocaron los papeles en el reparto y cada cual se convirtió en actor no sujeto a dirección alguna. Nada digo del rol de los maestros puesto que, desarmados ante el cúmulo de circunstancias adversas, capean el temporal como mejor el olfato les da a entender.
Pero se antoja fundamental que Los Realejos disponga de un plantel policial acorde con su población, la dispersión de sus núcleos y la cantidad de infraestructuras disponibles. Y esa sí es misión del equipo de gobierno. Menos asesores y “cargos digitales” y más agentes. Sobran, también, concejales liberados. Los supuestos trabajos que realizan, y que son objeto de pertinaz propaganda a través de inundar Internet y medios de comunicación tradicionales, pueden ser perfectamente dirigidos por los técnicos competentes en la materia. El político en ese menester sobra. Que luzca palmito en sus horas libres. El cargo debe suponer sacrificio y entrega. Salvo los (y las) modelos profesionales, pocas profesiones conozco en las que se cobre por salir en la foto.
El amigo Segundo Sacramento, cargo relevante en el área de protección civil portuense, está cansado de denunciar el uso indebido del columpio adaptado para niños con minusvalía de la Plaza del Charco. En el Parque de la Magnolia han ubicado otro. Me temo, señor Domínguez, que no deberá pasar mucho tiempo para que los mozalbetes (que no tienen padres) lo tomen como otro elemento de distracción y disfrute, cuando no de tropelías y excesos. ¿Mal agüero? Qué va, lo que está a la vista no merita espejuelos.

viernes, 25 de agosto de 2017

Nos vende la moto

Recoge el DRAE la expresión vender la moto (o vender la burra) y la define como tratar de convencer de algo con mucha labia. Ocurre cuando nos quieren colar cualquier producto de poco valor como si fuese el no va más del mercado. De ello se abunda en épocas de crisis, que es cuando el ingenio se agudiza. Y todo individuo sobre la faz de la Tierra, de carácter latino, dispone de un doble rasero en el arte de la maña o la treta por el que intentará ofrecerte gangas a diestro y siniestro.
Los realejeros estamos de enhorabuena. Nuestro alcalde es un filón. Lo más normal es que te lo encuentres en cualquiera de sus múltiples sesiones fotográficas. Él explota esta veta. Le es mucho más rentable que la oratoria. Y lo más nimio de lo que significa la gestión cotidiana de una institución pública es elevado a la categoría de éxito mundial.
Nos ha vendido de todo: edificios de aparcamientos y locales comerciales (que rinden al doscientos por cien), la contratación de un jefe de seguridad y emergencias (el mejor pagado en muchas leguas a la redonda y con dos resultados exitosos: copiar un plan de protección y concitar un rechazo casi generalizado, incluso dentro de la exigua plantilla policial), fluidez en el tráfico rodado (Avenida de Canarias, Los Cuartos, Los Barros…) y un etcétera casi tan amplio como el inventario de besos que reparte cada día… Que no, no sigo, me niego, para que luego me reprendas porque me repito.
Ahí lo tienen, de nuevo a la carga. No te engañé con el titular. Y utilizando el salón de plenos para sus transacciones comerciales. Con el añadido de que, a lo peor, pagó publicidad con dinero público. Y, a lo peor (otra vez), en medios de comunicación (es un decir) ilegales. Moda a la que también se sumó (la Fiscalía está en ello) el consistorio lagunero. Ciudad en la que no se ve (in)cierta tele, pero que en la época de Clavijo apoquinó varios miles de euros para difusión de actividades propias del patrimonio histórico. Manda cazones (tiburones vitamínicos de la especie de elasmobranquios carcarriniformes; la realidad supera toda ficción imaginable).
¿Son las redes sociales útiles?, se preguntaba el vendedor de motos el pasado 17 del presente a las 8 horas y 26 minutos. Le adelanté en otro artículo que muchísimo. Y bien lo sabrá él. Pero como es de mente olvidadiza y sufre de trastornos bipolares cuando vislumbra el rabo de gato por La Higuerita, intentaré (una vez más, lo malo es que ya no sé cuántas van) ser lo más pedagógico posible, a pesar de mi placentera etapa de estado jubiloso.
La guerra con Carlos Alonso, presidente del Cabildo, es permanente. Lo acusa de muchas fotos, demasiadas puestas en escena y comercialización fraudulenta de frascos repletos de humo. O séase, y traduzco, competencia desleal. Y en esto del ámbito competencial, y de por medio, la carretera de El Castillo, vía de acceso al populoso barrio de Toscal-Longuera. Que sí tú, que si yo, que si patatín, que si patatán. Y nosotros de visita en los talleres por culpa de las suspensiones.
Días, semanas, meses, años de lloros y pataletas. ¿El niño quiere el chupete? Se lo regalamos. Toma, yo te aporto el 80% del importe de la obra y adjudícalo tú. El Cabildo de Tenerife hace con los ayuntamientos lo que demanda para sí del Gobierno de Canarias. Y, ayer te lo adelanté –y el grupo socialista también lo trasladó a los medios de comunicación–, el señor alcalde (puede que más pensando en otra instantánea gráfica para añadir a la colección) comete otra chapuza y ha tenido que anular el expediente de adjudicación. Puede que los técnicos y funcionarios, con tanta locura, trastoquen los informes. Y Manolo callado como un tuso. O no, el bobo. ¿Hasta cuándo deberemos seguir sufriendo las inclemencias del temporal de baches y socavones? Menos mal que nos roban el cableado del alumbrado público para mantener… el suspense.
¿Son las redes sociales útiles? ¿Otra vez? Bien te gusta joder la pavana: fastidiar, incordiar, dar la lata, según la Academia Canaria de la Lengua. Pero como los “mass media” (tradicionales) suelen arrimarse al mejor postor (normalmente, los grupos de gobierno), justo es reconocer la sacrificada labor que los grupos de la oposición llevan a cabo en determinados ayuntamientos, con propuestas de mejora innegables, pero que, por el afán desmedido de protagonismo de algunos alcaldes, son rechazadas sistemáticamente, para luego ser presentadas posteriormente como méritos propios. Y como los voceros oficiales se encargan de repetir hasta la saciedad la mentira goebbeliana, aquí estoy en La Corona para erigirme en defensor de causas difíciles, pero que por justas merecen especial dedicación. Y, por qué no, para joder la pavana.
Cuando el grupo socialista presentó (la enésima) una enmienda para adecuar los parques infantiles a niños con diversidad funcional, recibió la correspondiente medicina de prepotencia con la consabida respuesta (la enésima): Estamos en ello. Quince meses después, y gracias a La Caixa, junto a la pertinaz preocupación del colectivo Milenio, ahí se encuentra el flamante columpio adaptado. ¿Qué les suponía a don Manuel y a doña Sandra aceptar la solicitud y demostrar en Los Realejos que es posible lo que el consejero insular reclama con tanta insistencia cuando actúa con su otra personalidad? Nada. Es más, hubiesen quedado como unos señores de la política y no como unos sabelotodos (vale el ejemplo de Vázquez Montalbán en Galíndez: Es un sabelotodo de mierda que mira a los demás por encima del hombro), sabidillos o sabihondos. Si la señora concejala desea colocar el guion as o la arroba, pues ya sabe, que para eso se “profesionalizó” en la universidad lagunera.
No, no y no. La foto es para mí. Y como mucho, uno de los míos. No quiero más sombras. Si los réditos se midiesen en poses… Respeto institucional más allá de nuestras lindes, pero aquí bien que prescindes si no es tuyo el concejal.
Concluyo con el deseo de que no corra la voz por cierto edificio de la Avenida de Canarias (parte no cerrada al tráfico) que Jesús tiene una flamante Derbi 125, matrícula TF-13137. Quita, quita, que me vende la moto.
Tengan todos, incluidos concejales y alcaldes, un feliz fin de semana. Pero, sobre todo, a quienes hacen posible que Desde La Corona siga repartiendo dardos con mensaje para intentar despertar conciencias. Y que impere la ecuanimidad.

jueves, 24 de agosto de 2017

125 bombonas

Llevo unos días hablando solo. O con la brocha (de pintar). Que debe ser el primer paso hacia la locura. Como me confieso adicto de leer prensa (digital), son tantas las sorpresas que me tropiezo cada día que deberé consultarlo con el cardiólogo por si pueden guardar relación estos encontronazos con la subidas de tensión. Y no es que uno rebusque con afán, sino que los chispazos te salen al encuentro. Como no he aprendido a contenerme…
¿Qué hacía Trump mirando el eclipse sin protección ocular alguna? ¿Nadie de su entorno pudo señalarle el peligro? Claro, después se encandila y toca el botón equivocado. Cualquier día de estos vamos a tener un grave percance.
Dimite la edil de Aranjuez al perder el apoyo de Podemos, analizo por otro lado. Quien redactó este titular, ¿sabrá lo que significa edil? Porque la información señala que se trata de la alcaldesa. Que no es primer edil, como ya bien nos deleitó Lázaro Carreter hace unas décadas con El dardo en la palabra. Edil es concejal. Y punto.
Pero lo que me tiene bailando sobre una pata sola es el asunto de Alcanar. Esa población tarraconense que no conocíamos pero que se ha hecho tristemente famosa por la explosión, relacionada posteriormente con los atentados. Y ya han comenzado los tiros cruzados entre los diferentes cuerpos de seguridad por si se gestionó adecuadamente la investigación una vez producida la detonación. Como también observamos el poco tacto entre las diferentes administraciones, lanzándose dardos envenenados una vez concluida la identificación de los cadáveres. No es que se cuestione uno el estado de las autonomías (hoy voy de minúsculo), pero demanda coordinación, máxime cuando la difusión de dimes y diretes no tarda un par de minutos en propagarse. Se acusan, mutuamente, de intoxicar. Pero los escozores los sufrimos nosotros. Y nos rascamos ante tanta imprudencia de los unos y los otros.
Se ha concluido que había en el chalé de marras (abandonado, por lo que estaban de okupas los implicados en el suceso) nada menos que 125 bombonas. Que deben ser unos tres camiones de los que pasan por mi casa haciendo el reparto. ¿Y nadie se percató de semejante barbaridad? ¿Las robaron? ¿Nadie denunció nada? Comprarlas entiendo que no es posible. Sencillamente, no me cuadra.
Puede que algún día nos enteremos de todo mediante un informe detallado. Porque los medios de comunicación cada día siembran más confusión. Como el caso del niño desaparecido, luego encontrado en el hospital y más tarde, desgraciadamente, identificado entre los cadáveres de la masacre. Demasiadas incógnitas. Puede que el exceso de información provoque más desconcierto aún.
Pero lo de las bombonas me trae sobre ascuas. Además, no son como las nuestras, grises, que pueden pasar más desapercibidas. Quizás estemos acostumbrados por estas tierras a convivir con espacios más cortos, más cercanos. Y tal vez por ello nos enteremos más de lo que se cuece a nuestro alrededor. ¿Chismosos? También.
Sigo dándole vueltas a la cabeza y 125 bombonas me parecen muchas bombonas. Demasiadas como para que nadie comentara cualquier cosa. O a lo peor sí lo hizo, o sí lo hicieron, y no se le (les) prestó atención o se consideró un aspecto sin importancia, sin trascendencia. Esperaremos a ver.
Antes de finiquitar el presente post, sumarme a las quejas de los vecinos de Toscal-Longuera porque el arreglo de la bajada de El Castillo deberá seguir esperando. Y por la información disponible, el señor Domínguez, tan dado a echar culpas a diestro y siniestro, no podrá escudarse ahora  en que el Cabildo no quiere actuar. Si te apetece conocer cómo se ha tenido que suspender la contratación de las obras, debes pinchar en el enlace  que te indico seguidamente (http://www.bopsantacruzdetenerife.org/descargar/2017/08/099/Bop099-17.pdf) y ve a la página 28.077. Esto no lo cuelga en su perfil de Facebook, sino las fotos en el Parque de la Magnolia (mérito de La Caixa y propuesta rechazada al grupo municipal socialista para luego aprovecharse como en tantas ocasiones). ¿Sirven para algo las redes sociales, señor alcalde?

miércoles, 23 de agosto de 2017

No estaba en mis planes

Si que te cuento que ayer no publiqué nada porque estuve pintando hasta las tantas y acabé con la neuronas desfallecidas, seguro que me vas a creer porque tú eres buena persona. Y, además, como estamos en plena canícula, lo mismo me agradeces el descanso. Después de la pechada (empujón) del lunes, el martes fue más llevadero y, en lógica consecuencia, aquí estoy. Todo ello me conduce a sacar conclusiones con el pie (derecho) que sufrió la fractura de calcáneo, pues se me hincha que da pena verlo. Deben ser los años. El otro aún no se queja y tiene la misma edad.
Los que no se cansan jamás son la mayoría de cargos públicos que tienen responsabilidades de gobierno en las instituciones públicas y cobran del erario. Esos a los que las veinticuatro horas del día se les quedan siempre cortas (máxime en el verano que hay muchas fiestas) y luego no ven luces fundidas, baches, rabo de gato, microalgas, vertidos y alguna que otra chapuza más.
Ya que pensé en el alumbrado público, felicitar a los villeros por haber elegido la misma empresa que nos trae a mal vivir en Los Realejos. Sí, han concedido a Effico la conservación y mantenimiento de las instalaciones eléctricas. A partir del 1 de septiembre –ahí a la vuelta de la esquina– la compañía de Servicios de Eficiencia y Servicios Integrales, S.L. pondrá a prueba la resistencia de más de cuarenta mil vecinos de La Orotava. Nosotros, los vecinos occidentales, ya conocemos la “eficiencia” del servicio. Cuando quieran referencias, basta contactar con cualquier vecino de la zona donde yo vivo y los pondremos al día. O al oscuro, para ser más exactos.
“No entra en mis planes, pero varios compañeros me pidieron que diera el paso”. Palabras de Juan Carlos Marrero, flamante nuevo secretario general de CC en Puerto de la Cruz. El salto de estar expulsado a dirigir el cotarro demuestra que la fidelidad a Linares se halla bien retribuida. Se ha fijado la meta de “recuperar la calle”. Frase que me recuerda a cierto personaje que allá en los tiempos de Franco manifestó (a Fraga se le atribuye) algo parecido. No yéndonos por la tremenda y tomando la sentencia por el lado positivo, nada me extraña que después de tantos años en la cosa pública, y tras desempeñar múltiples cargos en el organigrama municipal, el señor Marrero caiga en la cuenta de que se hallaba algo alejado de la realidad circundante. Vamos, que apenas pisaba la calle (Tegueste, y las otras)
Él entró en este juego por ocho años. Eso declaró. Pensaba yo que uno se presentaba a unas elecciones por cuatro. Después el pueblo decidirá los reenganches. Este debe ser su quinto ejercicio en El Penitente. “En 2015 decidí que era mi último mandato, tanto en el ayuntamiento como en el partido, pero las circunstancias de la vida…”. No te recates, hombre, el que vale, vale, y el que no para maestro de escuela.
Ya demostraste tu tasación cuando eras concejal de fiestas. ¿Te acuerdas de aquel festival internacional de Folclore? Sí, Arautápala. En el que tu ayuntamiento participaba con una cantidad de dinero que se cobraba tan en diferido que cuando se hacía el ingreso en la cuenta de la Agrupación Folclórica de Higa, ya se había celebrado la siguiente edición. Pero tú no dejabas de asistir a las reuniones y mostrabas el apoyo (moral) para que los portuenses disfrutaran en sus fiestas de julio de un evento de altas miras. Lo malo fue que tu jefe, el villero Paco Linares, no tuvo reparo alguno en cargárselo con la excusa de la crisis. Algo que no compartí pues era el Cabildo el organismo que ponía más cuartos en el encuentro.
Debió ser esa fama de buen pagador la que posibilitó el ascenso a la concejalía de Urbanismo. Y ahora al cargo orgánico ya señalado. Desde el que ya te estás ofreciendo para encabezar la próxima candidatura en detrimento de Sandra y seguir qué menos que otros veinte. Lo malo es que tu partido sigue en picado. Y más preocupado está el alcalde orotavense en salvar sus propios muebles que en recomponer lo que se cuece en otros lares. Por muy cercanos que sean. El toque de atención realejero en la última cita electoral marcó un punto de inflexión. Y hasta Paulino Rivero ya manifiesta abiertamente la debilidad ‘nacionalista’. En su blog lo dejó reflejado hace unos días con motivo de la moción de censura en Icod.
Como ciudadano del Valle, preocupado por lo que ocurre entre Santa Úrsula y el Barranco de Ruiz, con emocionado recuerdo de aquella Ciudad Turística que tanto significó en el contexto insular, reclamo un buen meneo en 2019. Porque Puerto de la Cruz no puede seguir languideciendo. Y la sensación de abandono y desidia cuando uno transita sus calles, bien merece que más de uno vuelva a su puesto de trabajo. Si es que alguna vez lo tuvo. Y en el paquete te incluyo, Marrero. Aunque no estabas en mis planes. Mientras, te propongo que comiences tu último peregrinaje ‘recuperando’ alguno de los callejones de La Dehesa. Porque cierto concejal de los contornos parece más preocupado en contratar abogados afines que en quitar chiratos, arreglar tuberías y poner unos bombillos decentes.
El día a día. Lo cotidiano. Patear la calle. Si todo está escrito desde 1979.

lunes, 21 de agosto de 2017

BCN

Entre tantos artículos de opinión, comentarios en las redes sociales, reportajes en los medios de  comunicación audiovisuales e informaciones de todo tipo, qué difícil plasmar unas líneas del tema que ha concitado nuestra atención en estos últimos días. Que por cercano eclipsa, cuando no margina, un hecho que se reproduce en demasiados puntos del globo terráqueo, pero que solo nos toca la fibra sensible cuando sentimos que el peligro ronda nuestras cabezas.
Echamos la vista atrás, rebobinamos aconteceres angustiosos y nuestros recuerdos no pasan de Londres, Berlín, París, Bruselas, Niza, Múnich… Qué lejos nos quedan otros muertos. Igual de inocentes los que vieron cercenadas sus vidas en Irak, Afganistán, Pakistán, Líbano, Siria, Turquía, Somalia, Yemen, Nigeria, Argelia… Pero son los de ellos. Y visten diferente. Profesan otros credos. Y son raros, para qué negarlo.
Y cuánto riesgo en lo que se propaga. Que suele comenzar con el lamento, continúa con el párrafo de la supuesta comprensión y concluye con el ojo por ojo y diente por diente. Porque lo visceral se destila. Es el ‘y tú más’ de los políticos elevado al grado supremo del exacerbamiento. A la vuelta de la esquina, licencia de armas para todos y a dar tiros llevando las religiones –vale cualquiera– por bandera. Convirtámonos en cruzados y que corra la sangre. Propaguemos el odio mediante los oportunos adoctrinamientos. Que el miedo y el terror se conviertan en acicates que muevan conciencias. Demos crédito a cachanchanes y bocazas. Que tienen especial predicamento en cierto sector del periodismo, para general regocijo de los indocumentados de turno.
Qué ardua tarea por delante. Porque la patriotería ha encontrado nuevo caldo de cultivo. Qué fácil lo tendría este opinador barato si hubiese recurrido a recopilar barbaridades y sinrazones vertidas con mala bilis en estas tristes y luctuosas jornadas. Pero, aun así, hubiese escuchado aplausos de los seguidores del hay amores que matan. De los que se regodean con el morbo y la insensibilidad. De los que se tapan los ojos para no contemplar escenas escabrosas, pero dejan la oportuna rendija entre los dedos.
He podido captar demasiado cinismo, abundante hipocresía, excesivo odio, descomunal xenofobia, inmenso racismo, desmedida insolencia, exorbitante desvergüenza, exagerada falsedad, colosal fingimiento, considerable rencor, imponente disimulo, gigantesco rencor, abultada hostilidad… En suma, toneladas de fanatismo.
Y no ayudan, no, los choques entre derechos (a la intimidad y a la información). Claro, si no hay imagen no hay noticia. Como tampoco el contabilizar muertos, catalanes y españoles, con evidentes sesgos de confrontación y aprovechamiento (efectos colaterales). Y los medios, siempre los medios, tras los cuales existen intereses económicos bien marcados, se privan ante hechos que, por arriba de éticas y deontologías, susciten morbo (más que debate), que venda.
Tengo, por qué no confesarlo, una rara sensación. Desde la distancia (física y emocional), opino con sabor agridulce. Puede que hastiado de singular ficción en asunto de tantos arrestos. Pues no sé si la CORDURA y el SENTIDO COMÚN han hecho mutis por el foro.
El disfraz, la apariencia y el bien quedar son pruebas inequívocas de una sociedad en la que la impudencia se ha convertido en un hábito más. Y ante conflictos de intereses, privan audiencias, cuotas de pantalla y, en suma, poderoso caballero don dinero. Cómo nos acordamos de don Domingo, el de La Hoya, y su eterna ECUANIMIDAD.
Creo que me puede –me ha podido– el pesimismo. Y uno debe sentarse ante el teclado libre de todo prejuicio. Pero como no van conmigo las caretas, hay ocasiones –esta es una de ellas– en que los sentimientos no quedan al margen. Y como iniciamos la semana, lo hago resaltando sublimes conceptos como APOYO, RESPALDO, AYUDA, PROTECCIÓN, SUSTENTO, DEFENSA, ADHESIÓN, HAZ, SOSTÉN, SERVICIO. En resumen: SOLIDARIDAD.

viernes, 18 de agosto de 2017

Como en la radio

Este comentario (post) de hoy va dedicado, de manera especial, al grupo de lectores que me sermonean con la cantinela de que la tengo cogida con Manuel Domínguez. Y dejo sentado de antemano que coincido –aunque no plenamente, siempre hay matices– con los párrafos que colgó ayer en su perfil de Facebook (ver captura de pantalla), y que cuestionan el mal uso de las redes sociales para difundir cuanto le venga en gana al que no tiene cosa mejor que hacer.
El responsable de este blog, bien poco sospechoso en el uso de los avances que las nuevas tecnologías nos brindan (como no sea los enlaces a mis entradas en Desde La Corona, alguna fotografía y contadas ocurrencias –chispas– que le intento sacar a determinados pasajes de nuestra atribulada existencia), viene sosteniendo, desde que estos inventos hicieron acto de presencia, que todos nos hemos convertido en periodistas, o reporteros gráficos, con facilidad pasmosa. Y como cada cual utiliza su cristal, la diversidad de ópticas se dispara. Y la ‘verdad’ parece medirse con la cantidad de iconos laudatorios. No debe ser ajeno el señor alcalde a este planteamiento que sostengo. Porque bien aficionado es a manifestarse en el mayor número de eventos posible. Con el agravante de que brinca como un  saltaperico (los jóvenes ya no saben qué es) cuando cualquier ciudadano no comparte sus pareceres.
Pero vayamos a lo que nos concita. No sin antes expresar mis condolencias a los familiares de la fallecida en el trágico accidente de la playa de El Socorro. Reproduzco la última parte de la opinión del alcalde: “Solo me gustaría que algún día nos demos cuenta de la fuerza que tienen las redes sociales, de lo que provocan, y que, como en la radio, aunque no le estemos viendo, siempre hay alguien al otro lado que nos lee o nos escucha y se toma en serio ese mensaje”. Hago la pertinente aclaración de que me he permitido traducir la conjunción q (yo no alcanzo tales modernidades), he añadido alguna coma y a punto estuve de suprimir cierto leísmo. La negrita es mía. Para dar título al presente y para intentar ser capaz de que Manolo capte lo que le vengo señalando desde tiempos inmemoriales sin que haya movido un dedo.
Me alegra de que reconozca el peligro que entraña el mal uso de los medios de comunicación. Puede añadir la televisión, ya que la telefonía móvil ha posibilitado que el hándicap de la inmediatez, del que adolecía (ver significado de adolecer en el diccionario para evitar confusiones), haya quedado mitigado. E invito, en lógica derivación, a los señores presidente y concejal-delegado de la empresa pública Medios de Comunicación municipales de Los Realejos, S.L. (Radio Realejos, para entendernos), a que sean igual de estrictos (precisos, cabales, juiciosos) con el espacio de la programación que dirige uno de sus locutores (fijo en plantilla y con plaza asegurada por oposición, como le gusta propagar). Porque cuando, junto a su equipo de colaboradores chanchulleros, se erige en el mayor difamador de las ondas hertzianas (¿es menester, acaso, pedir las grabaciones de los pasajes en que Manuel Correa, exalcalde de la Victoria; Fidela Velázquez, alcaldesa de San Juan de la Rambla; o un servidor, sin ir más lejos, entre tantos y tantos, han sido víctimas de los dardos envenenados, o no son ustedes, señores responsables de la emisora, perfectamente conocedores de insultos, improperios, insidias, burlas y unos dieciocho mil etcéteras?), estaremos ante un caso flagrante de mala praxis, de la utilización espuria de un instrumento que, según usted, señor Domínguez, puede ser altamente peligroso. Sí, me refiero a Daniel Montesdeoca, no sea que por cualquier corporativismo mal entendido se puedan sentir aludidos quienes son meros espectadores. Con silencios cómplices y corriendo el peligro, y a las palabras del alcalde me remito, de “que se tomen en serio ese mensaje”.
Sea consecuente y actúe en consonancia con lo que manifiesta ante el luctuoso hecho de hace unas horas. Es lo que le demando siempre, y así lo he hecho constar en anteriores artículos, cada vez que opera como presidente insular del PP y contradice sus procederes en el pueblo. Sea ecuánime. No quede bien ante sus amigos (muchos aplauden con las orejas sin saber de qué va la película: “los que ponen sus dedos en las teclas en busca de protagonismo”) y vuelva a caer en la dicotomía del ser y no ser a la par.
Yo opino, señores Domínguez y Dévora. Es un derecho recogido en el artículo 20 de la Constitución. Otros denigran, mancillan, agravian. Y reiteradas sentencias proclaman que no existe el pretendido derecho al insulto. Se pregunta el alcalde si son útiles las redes sociales. Muchísimo, le contesto. El problema es el mal uso, el abuso. Y le parodio: ¿Es útil la emisora pública Radio Realejos? Por supuesto. Sí, hagan el favor de repasar toda una larga trayectoria, cortos de memoria. ¿La condenamos por el maltrato al que la somete un garbanzo negro? A su consideración lo dejo. ¿Sería, usted, capaz de ejercer su cometido de máximo responsable en caso de que se reproduzcan esquemas desacertados? Como me temo que no, siento incluirle en los que “alimentan el caos, la desesperación y la ansiedad de muchos”. ¿Hago bueno aquello de que se trinca antes a un…?
Feliz fin se semana. Estoy cansado de pintar hierros y merezco un descanso. Hasta el lunes.

jueves, 17 de agosto de 2017

Se va a echar a perder

Ignoro la fiabilidad de los contadores de visitas que te permiten conocer qué cantidad de lectores se han asomado a las entradas del blog. Lo manifiesto porque como cada día me señala algunos centenares, estoy preocupado, a la par que sorprendido, por si no soy capaz de mantener el interés en los temas que son objetos de mi comentario.
El artículo que ha merecido la mayor atención se publicó el 16 de agosto de 2016, en Pepillo y Juanillo, y lo titulé La Graciosa en peligro. Ayer tarde eché una visual y señalaba la nada despreciable cantidad de 7434 visualizaciones. Ni siquiera la de Casimiro (7 de marzo próximo pasado, en Desde La Corona), que mucho revuelo armó en sede parlamentaria, alcanzó tanta trascendencia (3599 visitas).
La frase que da título al presente no es mía. Es de una de las gracioseras entrevistadas por La Sexta en el reciente programa dedicado a la isla, en el que se debatía acerca de la masificación que sufre aquel reducido espacio. El lamento es bastante significativo: Se va a echar a perder.
Este es el tercer o cuarto artículo que dedico a dar mi parecer de la presión a que está sometida la que se considera la octava isla del archipiélago. Que cada verano sufre tal avalancha de visitantes, que se baten récords en el arrendamiento de apartamentos (un año de antelación, mínimo), en el movimiento de vehículos, en el alquiler de bicicletas, en el número de viajes de las líneas marítimas, y en ‘todo lo que normalmente no vemos’ (basuras, visitas al cuarto de baño, erosión del territorio…).
No me voy a repetir en lo expuesto con anterioridad. Pero me alegro de que los habitantes tomen conciencia de que la olla puede explotar. Puede que de nada valgan los lamentos de quienes vendieron solares a foráneos que ahora regentan habitaciones, viviendas, residencias. Aunque se está a tiempo de poner coto. Porque, me temo, los dineros obtenidos están tomando otros caminos y no repercuten en mejoras para los que allí fijan su residencia durante todo el año.
Yo entiendo que ya está echada a perder, pues en este particular caso me puede el pesimismo. Mas no me gustaría perder la esperanza y seguir metiendo la mano en el agua. A pesar de las microalgas. Debidas al aumento de la temperatura a consecuencia del cambio climático. Y nos quedamos tan frescos. Como si esta secuela no supusiese la avanzadilla de la que nos espera.
Mientras, todos doctores en biología marina. Y las redes sociales ponen de manifiesto que el pueblo canario vale su peso en oro. La cantidad de másteres por centímetro cuadrado se ha incrementado vertiginosamente. No hubo necesidad de acudir a la tómbola de la fiesta del barrio para adquirir la papeleta. Nos bastó un par de dedos, y la tecnología puso el resto.
Los entendidos (me quedo patinando al no saber dónde ubico a los políticos) coligen que no existe relación entre microalgas y vertidos de aguas residuales. Y de tal suerte, carta blanca para arrojar toneladas de mierda al océano. Como llevamos haciendo varias décadas. Todavía es posible visitar calderones, pescar viejas y coger lapas. Cuando junto a las cianobacterias aparezcan más bichos raros, estudiaremos qué medidas corresponde adoptar. Y si el turista decide buscar lugar alternativo, rezaremos a la Virgen de Candelaria para que surjan más conflictos en el Norte de África y en Oriente Próximo (o Lejano).
Se va a echar a perder, dijo la señora tocada con su sombrero graciosero. Quien ha vivido allí siempre sabrá bien el porqué de la sentencia. Salvando las distancias, es lo que vengo sosteniendo con mi alcalde. Me temo que nadie nos va a prestar la más mínima atención. Seguirán llegando barcos cargados de gente a La Graciosa. Unos veinte al día. Y persistirá Domínguez en ser y no ser al mismo tiempo. Cuando ocurra una desgracia, allá y aquí, nos lamentaremos amargamente. Pero nadie se acordará de que lo habíamos advertido. ¿Adivinos? Qué va, sentido común.
Perdón por no haber publicado ayer. Razones de fuerza mayor me lo impidieron. Intentaré que no vuelva a ocurrir. Procuraré no echarme a perder. ¡Ah!, te dejo pues Clavijo recomienda que nos estemos callados no sea que se enteren por esos mundos afuera de que en Canarias… Hasta mañana.

lunes, 14 de agosto de 2017

Despistes

Me asalta la duda de si podemos definir a Rajoy como el prototipo de hombre despistado. Porque sus lapsus (resbalón, desliz, error) no pueden deberse a falta de capacidad intelectual para afrontar, con ciertas garantías de éxito, el más mínimo enfrentamiento verbal (sin plasma). Pero como se atorrolla (Explicación: Lo tenía todo bien aprendido, pero cuando salió ante el público se atorrolló de mala manera) más de la cuenta, uno duda.
Despistes, y despistados, existen para dar y tomar. Mentes lúcidas en la historia han adquirido fama no solo por sus indudables valores, sino, además, por distracciones que han marcado época. Ejemplos, a porrillo. Y sin ser ningún genio, ¿a quién no se le han extraviado las llaves? Mejor, ¿quién no las ha buscado hasta decir basta y las tenía en el bolsillo, o, quizás, en el lugar de costumbre? ¿Cuántos se han roto los cascos pensando dónde demonios se halla el lápiz –que hasta hace un segundo estaba ahí– y pasea con él en la oreja durante buen rato. O aparcar el coche y no acordarte en qué lugar. Ya lo del burro, estando montado en el animal, me parece demasiado.
Sé de uno que se bajó a comprar una caja de cigarros, se entretuvo hablando con unos amigos, y cuando regresó, a lugar equivocado, armó la marimorena porque se le habían llevado el auto con la mujer y el hijo dentro. Y se fue a denunciar el hecho a la policía. Y entre todos lo encontraron… donde lo había dejado estacionado. Solo había cambiado algo la cara de pocos amigos que ahora presentaba la parienta.
Leí hace unos días las peripecias de cierto motorista italiano que recorrió no sé cuántos kilómetros sin percatarse de que el paquete –su pareja– se había quedado en la gasolinera donde repostaron y estiraron las piernas. Y recordé que no hace falta ir tan lejos. Te cuento:
Varias décadas atrás, en el lugar de la foto (El Penitente), tuvo Chicho su herrería. Donde también se hallaba el mercado municipal. Y donde un servidor hizo las prácticas con la Autoescuela Casanova para sacar el carné de conducir (finales de los sesenta). Pues bien, nuestro protagonista de hoy, el susodicho Chicho, era el vivo ejemplo del despistado elevado a la enésima potencia.
Cierto día, concluida su jornada laboral, cuando estaba a punto de coger la moto para regresar a su domicilio en El Toscal (La Ladera, para ser más exactos), se tropezó con Pepe (era, junto a su hermano Manolo, fontanero del ayuntamiento) y se prestó a llevarlo para el barrio (estos vivían bien cerca, en Los Beltranes, del domicilio de aquel). Dicho y hecho. O tal vez no.
–Súbete.
Tira Chicho carretera adelante y cuando alcanza el destino…
–Bueno, ya llegamos, bájate.
Y mira para detrás. Ya sabes que para apearse de este tipo de vehículo, debe hacerlo primero el de atrás. Como nadie respondió, casi ni pone el pie en el suelo…
–Coño, ya Pepe se cayó y yo no me di cuenta. Me cago…
A deshacer el camino. A todo lo que la moto daba por aquellas estrecheces de La Dehesa (cincuenta años atrás) y rezando para que no le hubiese pasado nada. Mientras le daba al magín porque él no había escuchado ninguna caída ni grito alguno.
En el Salto del Barranco vislumbra a Pepe que venía caminando y sin magulladura aparente.
–Chacho, ¿qué te pasó? Traigo unos nervios…
–No, a mí no me pasó nada, porque ni siquiera esperaste a que me montara, saliste como una escopeta y allí me quedé yo como un tolete. No me diste tiempo ni para pegarte un chillido.
Al segundo intento sí lo llevó. Y ahora viraba el ojo de vez en cuando. Por si acaso.
Esos son despistes famosos y no los que ahora te brinda Internet. Haz la prueba y observarás que todos se reducen a que tal o cual enseñó algo. A ligerezas interesadas yo no juego. Seguro que tú podrás reseñar otros muchos ejemplos.

sábado, 12 de agosto de 2017

Niágara de versos y prosas

Han transcurrido dos meses largos. Porque fue el 5 de junio próximo pasado, y en la piscina municipal, cuando Álvaro Hernández Díaz me hizo entrega de un ejemplar del libro que se deja reseñado y cuya portada ilustra este post de hoy sábado 12 de agosto, onomástica de Agilberta (confesor), Alejandro -el Carbonero- (obispo, mártir y patrón), Aniceto (mártir), Casiano (obispo), Crescenciano (mártir), Digna (mártir), Esteban (confesor), Eunomia (mártir), Euplo (diácono y mártir), Euprepia (mártir), Eusebio (obispo), Felicísima (mártir), Felicísimo (mártir), Félix (mártir), Fotino (mártir), Gerardo (mártir), Gratiliano (mártir), Herculano (obispo), Hilaria (mártir), Juan (mártir), Julián (mártir), Juliana (mártir), Largión (mártir), Macario (mártir), Muredac (obispo), Nimia (mártir), Porcario (abad), Segene (abad) y Sergio (confesor). Quién hubiera trincado (sin dobles) esto de la Internet cuando era uno más joven. ¡Ah!, ¿Tú no has leído, verbigracia, aquello de que este libro se terminó de imprimir (en nuestro caso Tipografía García, de La Perdoma) el 29 de enero, día de San Sulpicio Severo? Pues eso.
Le adelanté al autor en el propio vaso piscinero que me había gustado el prólogo del otro Álvaro, el junior. Quien labró el terreno para que el senior sembrara la simiente, lamentándose, al momento de soltar los bártulos de la labor, por si no lo preparó adecuadamente, aunque sostiene, y de casta le viene al galgo, que “puedo prometer y prometo que aré lo que pude”.
Parida la criatura en el año de la sexagescencia, se me invita en la dedicatoria a dar mi parecer (Espero tu crónica; ya tú verás) y a ello se dispone este otro componente del Mester de Juglaría, no sin antes demandar clemencia por la tardanza. Pero el no haber perdido la manía de tener sobre la mesa de noche varios ejemplares  ̶ ahora me dio por (re)leer una colección de 100 volúmenes, Ediciones Orbis, más o menos del año de la pera ̶  me retrasó el cometido. Pero como nunca es tarde, si la niña está buena (que decía un amigo), heme aquí ante la pantalla del ordenador. No ha tanto quedaba bien lo de un folio en blanco.
Consta el compendio (muestrario, antología) de 26 poemas, 16 relatos, 6 humoradas, 2 obras teatrales y 16 crónicas, paridos –y paridas– en el “silencio orfebre y la fértil soledad”, y que se exponen a la “pública vergüenza”, no sin reclamar la consabida indulgencia. Por cierto, ¿ya lo adquiriste? En las librerías del pueblo se halla. Y barato. Cómpralo, hombre, y fomentamos el comercio local. Porque no pretenderás que yo te lo cuente de pe a pa, como hacíamos antes cuando salíamos del cine y le dábamos a la lengua hasta las tantas con las andanzas del fulano y ese final apoteósico cuando la chica despierta de su obnubilación por el malo y se queda para siempre jamás con... Y me dejo de películas, que me enrollo.
Nos deleita Álvaro en sus poemas con una variopinta temática y amalgama en apacible crisol rimas, sentires y, en suma, el fruto de años de paciente quehacer. Collage de fuegos, evocaciones, coplas, poemillas en flor, amores, querencias, amistades, juegos, lugares, rincones… Y la chispa, una constante.
Relatos de aquí y de allá, a vuelapluma o cargados de profundas reflexiones. Desde unas sugerentes tardes con Aline a las historias de Cayetano. Me quedo con estas. Y la invitación para que en próxima entrega conozcamos las peripecias al completo. Que no sé si fueron paridas en los tiempos de la vieja Olympia, la macabir que balbuceaba el pequeño o ya son fruto de avances informáticos.
Las ocurrencias de quien maneja el humor en cualquier situación no podían faltar en el compendio. Quienes entendemos, me incluyo, que sacarle chispa (me repito por si no captaste antes su inclusión) a la vida es el más sano ejercicio para el peregrinaje vital, las humoradas constituyen  el contrapunto perfecto. Poco importa que el meollo sea el sastre de Tarzán o una singular Campanitas en versión macarrones. Los angelitos negros de Antonio Machín se echarían unas risas. O se mandarían unas carcajadas.
Conocíamos, por su estrecha relación con el Pago de Higa (zona orotavense), las dos obras de teatro que se incluyen en el libro. Muchos parajes perdomeros fueron recorridos por quien estas líneas suscribe en frías noches de villancicos en el mes de diciembre de algunos años idos. Por lo tanto, El Cerrudo (Belén viviente), así como la intermediación de José Manuel Ramos en la compraventa de una cosecha de papas, con la chiripitifláutica celebración “donde las chicas guapas”, nos conducen al buen hacer de Teatruva.
Por último, un conjunto de Crónicas que ponen brillante remate a una exquisita degustación. Desde la remembranza de don Víctor, el salesiano cura de Los Altos, hasta la explicación de cómo se da el paso (atrás) para continuar compartiendo saberes a través de la figura de Cronista Oficioso, que no Oficial.
Variado, atractivo, divertido. Buena cosecha de las gavetas de un coleccionista nato y de un curioso impenitente. Un símil para los que ya presumimos de cierta edad: como las ventas de antes. Caudal, torrente (también cinéfilo convicto y confeso, que Facebook dé fe), un buen chorro de pipas  ̶ me faltaba el aderezo autóctono ̶  con que regar la platanera del saber (porque había que traslucir la vena gorvoranera, o dejaría de ser yo).
Gracias, Álvaro, por la entrega. A la espera quedamos del próximo alumbramiento, que ya metido a editor, pa´lante.

viernes, 11 de agosto de 2017

Rumores y otros

Las tradicionales sequías informativas veraniegas –no tan acentuadas en la actualidad como décadas atrás– dan pábulo a la proliferación de rumores. Que son, eso dicen, la antesala de la noticia. Lo que me parece otra aberración más en este convulso mundo de los excesos. En el periodístico, ni te cuento.
Sostiene algún lumbrera que la acumulación de jóvenes (en prácticas) en las redacciones de cualquier medio hace disminuir la calidad del producto. Lo que viene a ser más falso que un billete de tres euros, porque ojalá más de un encumbrado alcanzase la preparación de estas hornadas universitarias. Y no me apetece poner ejemplos no sea que los ejemplares que llevan muchos años en la cosa puedan sentirse ofendidos. Como si el tiempo fuese el único medicamento para conseguir la mejoría. Conocí a un futbolista al que le repetían los entrenadores –puede que para consolarlo– que en la siguiente temporada alcanzaría el cénit de su carrera. Contaba su historia cuando debía ayudarse de bastón sin haber cumplido aquel sueño de juventud. Se quedó con las ganas.
Qué arma de doble filo este mundillo de las redes sociales. En el que nos desenvolvemos con total desparpajo y sin medir consecuencias de los peligros que entraña. Porque el vivir conectados de manera permanente nos ha provocado tal subidón de adrenalina que todos nos hemos convertido en expertos. Y de ahí a periodista o reportero gráfico, un paso.
Ayer tuvo que salir a la palestra Sanidad para señalar que el brote de hepatitis A (hecho cierto) con que estos calores nos han sorprendido, nada tiene que ver con el tan cacareado asunto de las microalgas que han poblado nuestras playas en los últimos días. Es que no hay nada más fácil que divulgar cualquier direte, etiquetar a unos amigos y que ruede el bulo. Al cuarto de hora es tema contrastado. Y si aderezamos la movida con una fotografía, aunque sea de la Cochinchina, a ponerle el cuño.
Algo parecido debió acontecer con el señor Hernández Bento. El que fuera amigo entrañable de Soria, y desaparecido de la escena política tras su fallido intento de hacerse con el mando del PP en Canarias en un proceso de primarias que fue recurrido en los tribunales, se elevó hace unas horas a candidato a la alcaldía de Las Palmas por Ciudadanos. Minutos después era públicamente defenestrado al no aceptarse su afiliación a la formación naranja. Algo que para otro medio era afer elevado a los altares desde el pasado julio. ¿Otra serpiente? Chi lo sa.
Puedo confirmar –esto no es rumor– que Juana no está en mi casa. Y si por un casual así fuese, lo primero que le recomendaría es un cambio urgente de abogada. Porque las directrices de quien lleva su triste dilema la han abocado a un camino de difícil retorno. La comisión de un delito es la peor decisión que pudo adoptar. La presión social a través de los medios de comunicación y el juego de los sentimientos no suelen ser buenos aliados ante el fundamento de la razón. Convertirse en prófugo de la justicia quizás no sea la mejor decisión para proteger a sus hijos.
El 10 de agosto de 1982 (35 años atrás), las Cortes aprobaban el Estatuto de Autonomía de Canarias. Ayer nos lo recordaba un periódico con una fotografía de Bravo de Laguna, quien en aquel entonces ya transitaba por la cosa pública y algo tuvo que ver con la redacción del documento. Nuestro hombre sigue hoy tan campante y ahora mismo estudia la posibilidad de integrar su grupito grancanario en Ciudadanos. Puede que tenga más suerte que el anteriormente citado Hernández Bento. Y espero que no vuelva a caer en la tentación de llevarse algo para casa, que ya con el episodio londinense habrá salido escaldado. Y no fue un rumor.
La viñeta de Morgan (vi su exposición en Las Palmas el verano pasado, qué maravilla) me conduce a dos temas con un denominador común: los deportes extremos. Como el de las esperpénticas carreras para coger una hamaca en la piscina del hotel (no es nada nuevo pero los canales de difusión elevan al estrellato de las visitas las tramas más nimias) y la grave preocupación (esta sí es cuestión de calado) por las exigencias a que exponemos el cuerpo, con unos esfuerzos tan inhumanos que se corre el peligro evidente de que el motor se gripe ante un sometimiento que trasciende los límites de la sensatez.
Y finiquito estos otros, que no son rumores. Se nos marcha Clavijo hasta El Líbano. Siguiendo los pasos de otros presidentes y ministros, va a girar visita al contingente militar del Mando de Canarias. Luego, entiendo, le harán un reportaje para ese maravilloso programa televisivo denominado Noveleros. Que podría extenderse al Somos costeros. A este rebenque de la platanera le gustaría que fuera a entrevistarse, verbigracia, con Eduardo Álvarez (lo nombro en representación de tantos canarios que se han ido por esos mundos en busca de un porvenir que aquí no hallaron) y sacara conclusiones de penurias y esfuerzos. Y siempre llevando la bandera de Canarias por delante. Esos valientes sí que necesitan estímulos. Lo de los otros entra en el capítulo de las obligaciones que adquirieron cuando libremente pasaron a formar parte del Ejército. Deja ver si tengo suerte y algún día nuestros dirigentes se quitan la venda y se dejan de ‘postureos’.
Lo mismo nos encontramos mañana. Ya se verá.

jueves, 10 de agosto de 2017

Crisis de los huevos

No está clara (ni yema) la cuestión. Las gallinas, ajenas a la problemática, a lo suyo: a poner.  Y a inundar el mercado sin ser conscientes de que nos pueden estar envenenando. Porque al humano –el más irracional sujeto que habita el planeta Tierra– no se la ha ocurrido mejor solución para combatir plagas de pulgas, garrapatas, cucarachas, pero, sobre todo, las de piojos rojos, que utilizar cierto insecticida denominado fipronil. Que, como todo producto tóxico, nos ofrece la otra cara de la moneda. Lo que es haz para los insectos reseñados, se convierte en envés para los animales y domésticos. Y las aves no solo pueden contaminarse, sino que nos pueden regalar los efectos nocivos del producto a través de… los huevos.
Alemania acusa a Bélgica y Holanda de falta de transparencia. A su vez, Bélgica lo hace con los Países Bajos por ocultar sus huevos desde noviembre del pasado año. Da la impresión de que el Benelux ya no es lo que era. Y que la Unión Europea hace aguas. O tiene los huevos aguados. O duros, como la cara de algunos dirigentes. Y yo, en lugar de escribir unas líneas para poner en solfa a cierto digital herreño que nos informa de la concesión del premio Leoncio Morales a Narvay Quintero, consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, amén de portavoz del Gobierno de Canarias, sin que exista la más mínima referencia a los otros 18 galardonados, me sumerjo en la huevonada (necedad en el lenguaje coloquial de varios países americanos) y desvío mi atención al amplísimo espectro léxico del vocablo en cuestión.
Aunque, y con carácter previo, la imaginación me trasladó a Venezuela (Nicolás Maduro) y Corea del Norte (Kim Jong-un), países que en la actualidad pueden ser el paradigma, en su enfrentamiento con el vecino del ático, Estados Unidos (Donald Trump), de la comprobación testicular (acepción 5ª del DRAE) del que los tiene (o produce) más grandes y batir el récord mundial de confección de tortillas, con o sin papas. Porque estos tres ejemplos (qué digo, ejemplares) sí que son una verdadera crisis de huevos y no la posible salmonelosis proveniente de las gallináceas europeas. Y no hay verano que se precie sin varios brotes de salmonela. Los huevos no iban a ser menos y siempre se descarría alguno.
Nos ahogamos, a veces, en un vaso de agua, o con un huevo frito (o pasado), con supuestas crisis que solo son el resultado de las batallas económicas por ocupar espacios de mercado en un mundo cuya principal finalidad consiste en consumir sin ton ni son. Tesitura similar a cuando se pone en solfa a un medicamento. Cuando en realidad solo se trata de una operación de mercadotecnia del laboratorio de la competencia. Por qué desgraciarlo tú cuando lo puedo hacer yo.
Suele ser en época estival cuando surgen informaciones de este estilo. No digo que sea otra de las clásicas “serpientes”, pero da que pensar. Lo tomaremos como un huevo de Colón (cosa que aparenta tener mucha dificultad pero resulta ser fácil al conocer su artificio), también llamado huevo de Juanelo (no mi amigo de San Juan, debe ser otro). Aunque si estuviésemos en invierno no nos calificarían de beodos si sostenemos que se trataría de un huevo pasado por agua (huevo tibio, se estila por las Américas) siempre que las lluvias hagan acto de presencia.
Si hemos de volver a la trifulca antes reseñada entre mandatarios supuestamente idos, encajarían otras expresiones al estilo de huevos bobos o huevos dobles quemados, cuando no cacarear y no poner huevo. No obstante, que no se pongan farrucos o puede que den con los huevos en la ceniza ante alguien que se eche los huevos a tuto. Lo mejor sería hacerle huevos al asunto. O, en caso contrario, machacarse los huevos. Para no comerse un huevo por no tirar la cáscara, es preferible ir pisando huevos. Como en Puerto de la Cruz, tranquilitos, empollando huevos. Tanto que nos cargamos la gallina de los huevos de oro (turismo) sin que movamos un dedo, como si estuviéramos de a huevo… Como de algo hemos de morir, qué mejor que con un par de huevos.
Todo surgió de buscar HUEVO en el diccionario. A fe que enseña un montón. Y como Internet te facilita el trabajo sin necesidad de poseer varios ejemplares en casa, cuando un huevo te siente mal y te salgan sarpullidos por todo el cuerpo, te quedará la satisfacción de estar vacunado con un fisco de cultura. Mientras, no uses fipronil indiscriminadamente. No se ha probado, creo, contra la mosca blanca ni microalgas, pues siguen ahí, tan campantes.
Cuídense de la calima. Y del viento. Y del calor. A este paso no vamos a salir de casa. Para que no se nos suden (las ideas).

miércoles, 9 de agosto de 2017

Coplas

En el periódico Gaceta de Tenerife (14 de mayo de 1927, página 2) nos tropezamos con una amplia reseña del Festival de la Copla establecido por el Ateneo de La Laguna. Se trató de un concurso, según rezaba el acta correspondiente, al que se admitieron 479 composiciones (para isas o folías), y fue tal el éxito obtenido que el jurado propuso a la entidad organizadora aumentar el número de premios hasta veinticuatro, en lugar de los doce originalmente previstos en la convocatoria.
El acto tuvo lugar en el Teatro Leal, donde los galardonados leyeron sus composiciones y recibieron los obsequios donados por diversas entidades, amén de instituciones públicas y algunos particulares que generosamente aportaron donativos al respecto.
La información aclara que el orden en que se reseñan no implican preferencia alguna y que los regalos fueron atribuidos mediante sorteo. Entre los distinguidos se encuentra nuestro insigne “realejero” José Galán.
Llama la atención entre los trabajos laureados varias composiciones que han marcado impronta en el mundo de la música folclórica canaria, así como los autores de las mismas, personajes de especial relevancia en el mundo de las letras. Me permito transcribir las estrofas merecedoras de la distinción, porque 90 años después de aquel acontecimiento siguen vivas en la memoria e interpretadas en los escenarios festivos de las islas. Y como uno estuvo metido en ese mundillo hasta el otro día, a veces afloran recuerdos. De ahí la foto con los componentes de la A.F. de Higa.
Al escucharte cantar / unas folías, mujer, / la copla quisiera ser / para tus labios besar. (Elvira Machado)
Lejos del terruño amado / unas folías canté, / y oí gemir la guitarra / cuando a mi madre nombré. (Saturnino Tejera)
Dicen los que no han querido, /  que no se muere de amor, / pero se vive muriendo / y así es como vivo yo. (Antonio Ribot)
En lo brazos de su madre / el pobre niño murió, / y creyendo que dormía / le cantaba el arrorró. (Diego Crosa)
Esta copla de folías / es un  ataúd florido, / en donde yace mi amor, / al que ha matado tu olvido. (Juan Pérez Delgado)
Cuando se canta una copla, / sin poner el alma en ella, / hasta la guitarra sufre / y desafinan las cuerdas. (José Galán)
Eres entre las canarias / una pérfida excepción, / llevas nieve en el semblante / y nieve en el corazón. (Luis Álvarez Cruz)
A “disile” que la quiero / no me atreví en “too” el día, / al “escuro” de esta noche / se lo dirán las folías. (José Casanova)
Arrorró me cantó a mí, / folías le canté yo, / ella desde que nací / y yo desde que murió. (Blas González González)
Al monte de la Esperanza / por leña subí una vez, / y como verde la hallara, / triste y sin leña bajé. (Veremundo Perera)
Por una copla del pueblo / de tu engaño me enteré, / bendita sea la copla / que borró nuestro querer. (Nicolás Mingorance)
Una viña matancera, / un trigal en La Laguna, / y por la noche, a la luna, / bailar la isa en la era… / ¿para qué mayor fortuna? (José Casanova)
Fuiste el sábado a vender / violetas a Santa Cruz, / pero vendiste una rosa: / la rosa de tu virtud. (Modesto Novajas)
Si el recuerdo de la tierra / te entristece en otro mar, / con la tristeza en el alma, / pon el alma en tu cantar. (Juan Reyes Bartlett)
Para mí que ando perdido, / eres cual faro en la noche, / como en el risco la hoguera, / como la esquila en el monte. (Antonio Ribot)
Al Cristo de La Laguna / mis penas le conté yo, / sus labios no se movieron / y sin embargo me habló. (Rafael Hardisson Pizarroso)
Te he visto en Guía, en Los Silos, / en Güímar, Fasnia y La Cuesta, / si en tantas partes te encuentro / es porque “sos” turronera. (Rafael Hardisson Pizarroso)
Un sábana, unas cañas, / carne de cerdo, buen vino, / pan, aceite y un brasero: / Ya está en planta el ventorrillo. (Rafael Hardisson Pizarroso)
Lloraste ayer como niña, / y como esposa después, / y mañana como madre: / siempre llora la mujer. (Antonio Ribot)
Me declaré y no me quiso, / mas le canté y me aceptó, / no la vencieron razones / y una copla la ganó. (José Pérez Vidal)
¿Dices que en la era anoche / se te perdió una medalla? / Cosa más grande perdiste / y no le das importancia. (Eduardo Díez del Corral)
Toda copla debe ser / el noble sentir del alma, / por eso son las folías / la voz del alma canaria. (Antonio Lugo y Massieu)
Nadie sabe cuando canto / a quien canto mi cantar, / lo sabes tú y lo sé yo, / qué me importan los demás. (Juan Pérez Delgado)
Veo un barco de emigrantes, / cuántos dramas calla el mar, / y pienso en las que se quedan / llorando a los que se van. (Diego Crosa)
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Me apuesto 50 céntimos a que más de una habrás escuchado alguna vez. Y una reflexión: ¡Cómo pasa el tiempo!