jueves, 3 de agosto de 2017

Distinciones

Quienes me conocen –no muchos, pero sí unos cuantos– saben de mis escasas predilecciones por el capítulo de  las distinciones. A las que tan dadas son las instituciones públicas en estos últimos tiempos. Cualquier motivo es bueno para la entrega de metopas y la foto de rigor. Incluso se premia por realizar las funciones para las que fuiste contratado. A lo peor el subconsciente de los gobernantes lo entienden como una compensación a la precariedad laboral. Capítulo aparte constituye la concesión de honores. Sujeta al oportuno expediente y que concluye en una votación del máximo órgano de gobierno. En los ayuntamientos, el pleno.
La pasada semana –sesión plenaria ordinaria correspondiente al mes de julio en el consistorio realejero– se acordó, por mayoría, conceder la Medalla de la Villa al Mérito Cultural, en su categoría de oro, a Carmen Nieves Luis García. La incoación del expediente se debió a la propuesta de varias asociaciones de Icod el Alto, lugar en el que la galardonada ha desarrollado ingente labor investigadora y divulgativa en el campo de la música tradicional. Mencionar Los Alzados es pensar en Carmen Nieves.
Pero los indudables méritos han quedado debidamente reflejados en otras crónicas y otros foros. Las redes sociales, fundamentalmente, han sido vehículos de transmisión del acuerdo. Y por Facebook me entero de que no hubo unanimidad en la resolución. Aunque tal circunstancia no resta un ápice de los valores atesorados por la homenajeada, a quien se vio, en dos ocasiones, en tesituras parecidas, le llama la atención que algunos cargos públicos no hayan tenido la suficiente altura de miras, cuando era el “pueblo” el que pedía el reconocimiento. Porque si el proponente hubiese sido cualquier formación política, uno podría ser capaz, aunque no lo comparta, de verlo como una faceta más de la confrontación entre los unos y los otros. Se pierden magníficas oportunidades del todos a una en las ocasiones, como esta, en que los hechos son tan nítidos que no deberían admitir la más mínima duda.
En la misma red social aludida puedo leer que el resultado de la votación fue el siguiente: 15 votos a favor, cuatro en contra y una abstención. No asistió una concejal del grupo de gobierno. De Icod el Alto, precisamente. Sin que por ello deba un servidor presuponer nada. Por los comentarios habidos, no es necesario ser muy fuerte lince para colegir que los siete concejales de la oposición (PSOE, IU y CC) no fueron los disidentes, pues ellos mismos han desvelado su voto afirmativo. Sin embargo, el mutismo ha imperado en el grupo popular. Y mira que son dados a promocionarse quienes lo componen. El voto es secreto, sobre todo para y cuando interesa.
La fotografía la extraigo de la correspondiente nota de prensa del ayuntamiento. En el acto que se fije para la entrega en el Salón de Plenos, será Manuel Domínguez el que imponga la distinción. Alcalde que presume de mantener  la cohesión entre los suyos, tanto que se permite declarar que no deja libertad de voto. Entonces, ¿se amotinaron algunos o hubo pacto entre bambalinas? Cuando escribí tiempo atrás que había malestar y que no todo era un paseo triunfal, ¿por qué te reíste, estimado lector? Que uno tiene la oreja puesta siempre e intenta ubicarla en la dirección adecuada. Qué incongruencia más grande el que alguien vaya a ser protagonista de un acontecimiento, fruto de una resolución quizás parida con su voto en contra.
Estas líneas no pretenden enturbiar tan magno hecho, pero sí despertar conciencias. Porque no es oro todo lo que reluce y existen enormes dosis de cinismo en algunas actuaciones. Ahora se erigirá como protagonista de un reconocimiento merecidísimo una formación que da la espalda a la participación ciudadana. O son ellos los que paren la idea o no dudan en recurrir a este esperpento. Bien harían los cinco disconformes en quedarse en la casa o en descubrir las razones argumentadas para no sumarse al homenaje. ¿Habrá nueva delegación de funciones?
Basilio Labrador se sorprendió cuando me vio en La Carrera el día que el pabellón pasó a ostentar su nombre. Méritos y amistades son cuestiones indiscutibles. En nuestra breve conversa quedó claro. Ahora, tres cuartos de lo mismo. No es necesario que me inviten para acudir a la imposición de la medalla concedida a Carmen Nieves. Iré caminando, que no me queda tan lejos. Espero no caerme.
Fue otro sentir plasmado Desde La Corona. ¿Polémico por enfocarlo desde el punto de vista que la mayoría pasa de puntillas? Entiendo que no. Realista, sin duda. Y reflejar el equilibrio de la objetividad, aun tratándose de un artículo de opinión, sano ejercicio de cordura. Aunque, me temo, el no ir dando palmaditas en la espalda de quienes dicen representarnos me ocasiona ciertas distorsiones. ¿Habrá mentes subversivas que lean lo que yo no escribí e insistan en colgarme sambenitos por no seguir cuerdas ni dictados? Ponle el cuño. Qué le voy a hacer, cuanto más viejo más “alzado”.
Felicidades, Carmen Nieves, mi reconocimiento y afecto. Y por extensión –seguro que tú vas a hacerlo– a las gentes de Icod de los Trigos.

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