lunes, 16 de octubre de 2017

Los reyes del mambo

Dos asuntos llamaron mi atención este pasado fin de semana. Ambos relacionados con ese conglomerado de formación política que responde a las siglas de CC y que lleva gobernando en esta Comunidad desde hace más de treinta años sin que importe demasiado que sea el partido que más votos obtenga, o no, en cada confrontación electoral. Pueden ser los primeros, los segundos o, incluso, los terceros. Da lo mismo. Convencen a cualquiera de sus dos principales parejas y las llevan al altar de una manera asombrosa. Allá cuando les convenga, divorcio al canto.
En la actualidad, curritos como nadie, los reyes del mambo (versión cinematográfica: The Mambo Kings, adaptación de la novela Los reyes del mambo tocan canciones de amor, de Óscar Hijuelos, y que supuso -1992- el primer papel en inglés de Antonio Banderas) se balancean (como los elefantes de la canción infantil) en las telarañas de Canarias con el apoyo parlamentario más insignificante desde que somos una nacionalidad. Les basta con el sostén del grupo mixto (los aseregé de Casimiro), porque a populares, socialistas, podemitas y romanitas les trae sin cuidado cómo se guisan los potajes en estas ínsulas, mientras sigan placenteramente ubicados en Teobaldo Power en la modalidad del todo incluido.
Eso sí, de vez en cuando, por aquello de aparentar ante un electorado cada vez más desanimado, alzan la voz y se acuerdan, por ejemplo, del reparto clientelar de los fondos públicos. Y elevan una protesta que suele durar hasta que Carolina levanta la sesión. Luego se van al Mencey a echarse unos güisquitos y pelillos a la mar. De ahí, la proliferación de microalgas.
Mientras en Tenerife tenemos unas carreteras que dan pena, lástima y sentimiento, el gomero Curbelo se permite el lujo de volver a empichar tramos de vías insulares que se hallan en mejores condiciones que la TF-5, verbigracia. O echar abajo el antiguo hospital para levantar un nuevo edificio. O  sembrar infraestructuras en las tierras de Hautacuperche que duermen el sueño de los justos durante eternidades. O recurrir a la táctica de crear empleo temporal a porrillo (después a cobrar el paro) para que el agradecimiento se traduzca en la urna cada cuatro años. O derribar construcciones declaradas ilegales por la Justicia sin que se exijan responsabilidades de tipo alguno. Luego, en la encíclica dominical (loable trabajo del negro), a otra cosa, mariposa.
Y ahora, más que nunca tiene la sartén por el mango. O a Fernando agarrado por los bajos fondos. Es la manera de cubrir las grandes necesidades. Las que por lo visto no existen en Fuerteventura, donde las protestas por una sanidad deficitaria son moneda de cambio corriente. De los herreños ya escribí algo en el artículo anterior. Pues se han matriculado en una agencia de colocación tan eficaz como vergonzante.
A la par que el presidente del Gobierno prorratea de tan peculiar manera (lo que ha percibido un gomero en los ocho primeros meses de este ejercicio económico casi cuadriplica la inversión directa de un tinerfeño), se descuelga el alcalde villero, y secretario general tinerfeño de CC, Francisco Linares, con un “acuerdo de honor” que hace ‘ídem’ a su característica forma de creerse sus propias mentirijillas.
Muchos años estuve en Higa. Furrunguiando lo que buenamente me enseñaron y supe captar a pesar de mi supina ignorancia. Y fui testigo directo de algún que otro avatar en que el ayuntamiento de la Villa de la Orotava pudo haber hecho bastante más. Pongo siempre de ejemplo el Festival Internacional de Folclore Arautápala. Pero otros proyectos fueron, asimismo cercenados. Por el actual alcalde siempre se esgrimieron excusas que el paso del tiempo han ido desmontando. Cuando no la crisis, cuando no la escasa implicación de otros organismos. Como el Cabildo, que curiosamente aportaba la mayor cantidad de dinero para el precitado festival, sin que el grupo organizador tuviese jamás constancia de que hubiera cerrado el grifo y abocado a la suspensión del mismo.
Recuerdo una conversación con cierta persona que hoy es, casualidades del destino, concejal en la oposición en el consistorio villero. En el transcurso de la misma, opiniones para todos los gustos. En la conclusión, un denominador común: el señor Linares llega a creerse sus inveteradas ocurrencias, sus propinas ficciones.
Quizás haya tenido un sueño placentero tras alguna de las múltiples visitas a barrios y colectivos. Donde recibe cariñosos recordatorios de promesas incumplidas. Pero él bien sabe darle la vuelta a la tortilla. Cuando aún le escuecen las ronchas de la moción de censura icodense, va y se nos descuelga, y a las réplicas de los grupos aludidos, PP y PSOE, me remito, con un pacto de dignidad por el que no habrá más mociones de censura en Tenerife hasta 2019. No hay que restarle méritos al hombre de que fantasías le sobran. Lo malo es que a costa de tanta invención pueda seguirle creciendo la… imaginación.
Como Clavijo ve buena sintonía en PP y PSOE para aprobar las cuentas del próximo año, pensaré seriamente comprarme un chozo en La Gomera. Mejor que allí no voy a estar en lugar alguno. Para ese entonces puede que la isla se halle bajo el dominio del partido único ANSG-CCC. Y gracias al acuerdo de honor, el reparto clientelar se hará siempre en El Contadero. Lo mismo me nombran tesorero.

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