Tuvo, días atrás, momentos de flaqueza doña Angela Merkel. Y
me da que precisa, con carácter urgente, otro salto a La Gomera. Sabe
perfectamente que la solución se encuentra en un buen condumio.
Convenientemente regado, claro.
Necesita un buen potaje
Angelita, la alemana,
pues está de mala gana,
muy temblona y sin coraje.
Saque usted pronto el pasaje
que ya los berros esperan
y verá que le generan
energías a raudales,
para acabar con sus males
si las fuerzas decayeran.
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