viernes, 26 de enero de 2018

Resumen semanal

Estuvo Manuel Domínguez en Políticamente incorrecto el miércoles por la noche. Y habló, claro, de la campaña mediática de Carlos Alonso. Molesto porque el presidente del Cabildo lo comparó con el abusador del colegio. Casi al tiempo, Antonio Alarcó se enfadó con el equipo de gobierno del ayuntamiento lagunero porque copia sus propuestas y ni se ponen colorados alcalde y concejales. Y me pregunto si el PP se mira la joroba alguna vez. O comprueba si le cayó algo en un ojo. Así que lo del psicólogo no va descarriado. Es más, puede que se requiera el auxilio de psiquiatría.
Va el Cabildo, organismo que no está bien considerado por el señor alcalde de mi pueblo, a poner dinero para la redacción del proyecto de rehabilitación de la Casona de La Gorvorana. Si sumamos las aportaciones insulares, me da que alguno deberá morderse la lengua un día de estos. Como residí en aquella casona (en una de las muchas viviendas que la componen) mi infancia y juventud (hasta que me casé, para ser más exactos), todo lo que ocurre en torno al notable deterioro que presenta me causa tristeza y dolor. Uno de estos días pasados, cuando bajé a contemplar el hermoso boquete, e intercambié unas palabras con Chencho, el último ocupante de edificio, me dio fuerte bajona sentimental. Luego, hace dos noches, me seguí documentando en el programa Un día más acerca de los ilustres personajes que tuvieron relación con la Hacienda en siglos pasados, y me subió de nuevo la moral. Y es que no siempre tiene uno la suerte de haber compartido dependencias con egregios protagonistas. Eso sí, Manolo, el día que se inaugure el restaurado complejo te voy a robar todo el protagonismo. Lo siento. Y mis hermanos me acompañarán. Y llamaré a quienes también fueron inquilinos en décadas y años idos. Y que menos que nos invites a un cortado en la flamante cafetería.
Sostiene Jerónimo Saavedra con respecto a la tan cacareada reforma electoral que la triple paridad ya no tiene razón de ser en la actualidad. Y que si no somos capaces de ponernos de acuerdo para implantar un sistema más representativo y proporcional a la nueva realidad de estas islas, entonces estaremos en condiciones de manifestar que Canarias no ha madurado políticamente. Con el respeto a su trayectoria, y a su edad, siento discrepar de esta última aseveración. Canarias sí ha madurado, los que no lo han hecho son aquellos que vienen sentando sus posaderas en el hemiciclo (bueno, no es semicírculo, pero así se menta) desde ha la tira. Y eso que algunos repiten, repiten y vuelven a repetir. Pero la solidaridad les queda ancha y solo tiran para su gallinero. Piden, piden y vuelven a pedir. Dame dinero y con ello me ahorro el tener que subir los impuestos. Recursos ajenos, muchos; recursos propios, los mínimos. Así, votos asegurados. Cautivos, pero bien sujetos.
El PP ha reconocido que hubo financiación ilegal, pero solo en Valencia. A saber, una excepción. Un fallo que puede cometer cualquiera. Y cuyo principal responsable, el trajeado Camps (al que Rajoy pasará a denominar como ese señor del que usted me habla), puede irse de rositas. Bueno, ya lo está. La justicia goza en este país de recorridos tan largos que cuando se alcanza la meta los hechos han quedado olvidados (prescritos) por el camino. Con razón Mariano tiene esos lapsus. Lo que no quita para que se postule de nuevo como candidato.
“El periodismo tiene que ser serio, riguroso, de investigación, lo otro es deleznable”, Domingo Álvarez, director de RTVE en Canarias. Pues véngase usted para este Norte a impartir unos cursillos. Hágalo antes de que la mancha se siga extendiendo. La línea de ‘marcado compromiso católico’ que (in)cierta tele local ha sido capaz de colar en dos emisoras de radio (una de ellas sostenida con fondos públicos), deberá ser encuadrada en el apartado del último adjetivo calificativo (sinónimo de despreciable), porque de seria, rigurosa y de investigación tiene bien poco. Tanto es así que se intercambian los sesudos analistas, que andan como la caja del turrón. No es que valgan para el consabido roto y descosido, qué va, alcanzan mucho más allá. Quítense Gabilondos, Francinos y Herreras. Como atisbo en las redes sociales que alguna de las tertulianas que acuden a la llamada de los encantadores de serpientes se queja amargamente de las incomprensiones, vaya mi modesto consejo ante el lamento: Sarna con gusto no pica. Periodista: persona legalmente autorizada para ejercer el periodismo, se puede leer en el DRAE. Lo de legalmente, con sinceridad,  no lo entiendo. Como sostiene el maestro Salvador García, con una dilatada trayectoria a sus espaldas en el noble oficio, muchas sombras y pocas luces. Yo, como soy mas rural, insisto en que muchos llevan los bombillos permanentemente fundidos.
Cuídense, que viene mal tiempo.

jueves, 25 de enero de 2018

Kamikaze

El término kamikaze se utilizó originalmente por los traductores estadounidenses para referirse a los ataques suicidas llevados a cabo por pilotos japoneses contra embarcaciones de la flota aliada a finales de la segunda guerra mundial. Luego se ha seguido aplicando a diferentes tipos de atentados en los que el ‘protagonista’ se sacrifica deliberadamente, o como una manera metafórica donde el individuo tiene pocas posibilidades de éxito corriendo, sin embargo, un riesgo considerable. La RAE, en otra acepción, lo define como la persona que se juega la vida realizando una acción temeraria. Y pone como ejemplo el del conductor kamikaze.
Llevamos unos días en los que los medios de comunicación (y algún cuarto, o cuartillo) nos avasallan con el accidente provocado por un conductor que circulaba en dirección contraria en la TF-5. Al que se califica inmediatamente de kamikaze. Y las pesquisas de las autoridades se dirigen hacia el monumental ‘coloque’ que llevaba el susodicho. En las pruebas de alcoholemia a las que fue sometido presentaba unos índices que sobrepasaban con creces los límites establecidos. Y la propia guardia civil colige que con estos niveles la conciencia del que se pone al volante alcanza el punto de no saber siquiera si va a o no por la calzada que le corresponde. Y que la capacidad de respuesta ante cualquier imprevisto del tráfico es prácticamente nula.
En conclusión, llámalo borracho sucio, señala que llevaba un pedo de no te menees, califícalo como mejor creas menester, pero no lo llames kamikaze, porque este sí que dispone del conocimiento adecuado y sabe qué va a hacer y a lo que se enfrenta. El otro, para su desgracia y la de aquellos que son víctimas de las consecuencias de su irreflexión, puede que sea un pobre enfermo que necesita mucho más que las frías paredes de una celda.
Dicen, eso leí, que ayer fue día del periodista. Bien harían muchos de los que así se mentan en contar hasta diez antes de teclear lo que no debieran. Aquello de que los hechos son sagrados se desvirtúa a marchas forzadas. Y si el informador siente deseos de opinar, que lo advierta previamente y cambie de sección. O que haga lo que un servidor en este blog.
Kamikaze sí que es, sin embargo, quien tras cuarenta años (casi) en el machito venga a descubrir ahora que se debe fomentar el sector primario. Cuando una isla languidece y sus bancales presentan un paisaje desértico por el abandono sistemático ante la falta de ayudas, toca acordarse del que ‘jociquea’ la tierra a cambio de incomprensiones y desplantes. Cuando ni siquiera se ha sido capaz de llevar adelante un plan de recogida selectiva de residuos, pero se ha botado el dinero, obtenido merced al chantaje de unos votos, en obras que jamás estuvieron operativas, se nos viene a silbar estribillos al estilo de ‘el gallo sube’. Por Majona y Enchereda, ayes se escuchan…
Kamikazes son dos presidentes insulares enzarzados en peculiar pelea de patio de colegio. Y los toletes debemos pagar sus gracias. Tal para cual. Culo veo, culo quiero. Pulsos estériles para dilucidar quién es más guapo, quién montará el caballo blanco para quedarse con la chica. Qué película más chachi. Y los (las) incondicionales aplauden con las orejas. Si uno es crac (lo recomienda el panhispánico de dudas, aunque el DRAE admite crack), el otro es más crac. Ambos son cracs.
Aunque CC (Compañía de Colocación) se halla en horas bajas en mi pueblo, lo mismo me doy un salto a La Orotava (yendo por dirección correcta, no en plan kamikaze) y le propongo a Linares que me busque una cita con Clavijo para estudiar la posibilidad de que me ‘enchufen’ de asesor de cualquier cosa. Valer no valgo mucho, pero viendo cómo son los movimientos estratégicos, tampoco soy menos que nadie. Y eso que gobiernan en minoría. ¿Te imaginas lo que serían capaces de hacer con treinta y un diputados? Y en Lanzarote, tierra donde harían falta unos diez juzgados más para seguir desentrañando maniobras orquestales en la oscuridad, se ponen más curritos que el carajo y son capaces de lanzar bravatas sin antes mirarse al espejo. Bueno, quizás podría hasta quedarme en La Villa de adjunto en el gabinete de prensa. Eso sí, mi sueldo quedará sujeto al más estricto control de transparencia. Dejaría la pensión en excedencia temporal.
Y se acaba la cuesta. Un empujoncito y ya estaremos arriba.

miércoles, 24 de enero de 2018

Hipocresía

Está bien, pero no basta. Son necesarias más medidas preventivas. Sin las adecuadas dotaciones económicas, muchas administraciones, también las judiciales, no pueden avanzar. Y me apena –debo escribirlo o reviento– cuando escucho a miembros del partido que gobierna este país, el que debe velar por la buena gestión de los dineros públicos, que no se ha hecho bastante, que se requieren más medios. Y aun en, y con, el dolor que estos luctuosos sucesos causa profunda mella en los corazones de la ciudadanía, reitero mi parecer acerca de que lazos y minutos de silencio quedan bien pero no son suficientes. Máxime cuando los que deben aportar soluciones, mañana estarán en otra cosa. Algunos cargos púbicos harían bien en medir sus palabras o esconderse debajo de una piedra. Y las escuchadas hoy en mi pueblo (declaraciones a varios medios de comunicación) vienen a ratificar que el cabreo que sentimos y que nos ahoga no es producto de un pronto súbito. Por ello, repito una décima que ya colgué en una red social hace unos días y añado otras dos, en acróstico, que definen un estado de ánimo. El mío, claro. Que sí, guardan estrecha relación. Pero seré tildado una vez más de demagogo. Servidumbres que debo arrostrar por subir a La Corona de lunes a viernes.

Lazos, discursos, lamentos,
mas la lacra continúa;
como quien debe no actúa
poniendo los instrumentos
para que estos linchamientos,
en la medida posible,
no sea un hecho extensible,
desolados seguiremos
mientras no nos concienciemos
de este estigma tan terrible.

Hora es de que se actúe con
Impulso ante estas secuelas,
Pero familias y escuelas
Observan muy poca acción;
Carecen de la inyección
Reparadora y precisa;
Es menester ir deprisa,
Sin dilaciones ni huidas;
Instituyan las medidas
Antes que cualquier premisa.

Cuando nos daban dinero,
Ostras, cómo molaba,
Millón a millón sumaba
Inyecciones al cajero.
Sigue, sigue, yo más quiero
Incrementar la ganancia,
O sea, mucha abundancia;
No es legal, mas congratula
Esta práctica tan chula
Siempre atenta a la mangancia.

martes, 23 de enero de 2018

Crónica negra

A lo peor es algo exagerado el titular. Pero esta batería de breves creo que se lo merece. Unos de tinte más opaco y otros no tanto, pero el conjunto tiende, como mínimo, a cierto aspecto grisáceo. O como se estila en otros ámbitos del planeta, a marrón. Vayamos de más suave a más espeso.
Lleva un artículo de opinión varios días en un digital de este archipiélago que comienza con un sugerente “Nunca digas de este agua no beberé…” que me hace patinar las neuronas cada mañana cuando me desayuno con la ración de lectura diaria. Y es que hasta el corrector ortográfico del ordenador se percató y cuando lo tecleaba, ipso facto, y sin yo decirle media palabra, me colocó “esta agua”. Porque el que me suene cacofónico “la agua” (Word volvió al aviso correspondiente), no indica que el cambio de artículo conlleve que también deba hacerse con el demostrativo. Pero son tantos, y muchos en televisión, los que persisten en la matraquilla de “este agua”, que alguno va a terminar enchumbado (ensopado, empapado).
Las restricciones de agua en Tenerife, a la vuelta de la esquina. Conclusión de una entrevista a Wladimiro Rodríguez Brito. Con quien, casi siempre, coincido en sus certeros planteamientos acerca de la problemática agrícola de nuestro territorio. Lo malo es que el profesor palmero carga siempre contra los malos gestores que rigen los destinos políticos de las instituciones canarias. No se ha hecho nada en este sector y las medidas adoptadas solo han añadido inconvenientes a una problemática ya de por sí bastante peliaguda. No lo cuestiono, pero olvida su paso por el Cabildo de Tenerife. Fueron muchos años en los que bien pudo convencer a sus compañeros (nacionalistas) de viaje. Alguna cuota de responsabilidad habrá tenido en los desaguisados que ahora pone en solfa. O puede que una vez abandonados los quehaceres como cargo público haya retornado a sus principios comunistas.
Hacia un futuro peor con la reforma de la ley electoral, sentencia el pluriempleado Casimiro. Porque lo dice él, y punto. El añadido de ‘los restos’ solo beneficiará a Tenerife y Gran Canaria. Aparte de sedes gubernamentales, universitarias, sanitarias, aeroportuarias (y más arias), por lo visto pretende que La Gomera (y de paso El Hierro) tenga más diputados. Con lo que el disputado voto incrementará su valor y a más chantaje, más infraestructuras inútiles a sembrar. Mientras, para ratificar su política del mercadeo, reúne a varios centenares de viejos en La Villa, ameniza la función con el polvorete de Pepe Benavente, y a mantener el vivero en buenas condiciones que a la vuelta de la esquina alcanzamos mayo de 2019.
Sigo a la espera de la carta de Rajoy. La que me comunica cada mes de enero que mi pensión se va a incrementar tal cantidad de euros que luego me paso todo febrero dándole vueltas al coco para distribuir todo ese dinero. Ya saben que el capítulo de gastos más importante va a la partida de viajes. Y como hace casi un año que no me doy un salto desde Los Cristianos (Fonsalía aún no está operativo), lo mismo recalo en Alajeró (a pedir asilo político al amigo Nicolás), o me doy un garbeo por Chipude (que van a celebrar la Candelaria en unos días), o paso por el Cabildo a saludar… a los que conozco.
Me he percatado de que los reportajes fotográficos de Manuel Domínguez (y ayer, San Vicente, fue fecha propicia) caen estupendamente bien en un amplio sector femenino. Sobre todo el de tipo Sálvame o similares. Y si se ofenden, que no escriban boberías en los comentarios. Es que tiene look, posee gancho, es un crack (me imagino que no harán referencia a la droga, o a lo peor sí). Lo que nos cuesta  mensualmente, es lo de menos. Rentabilidad obtenida por el salario abonado, es lo de menos. Que el Cabildo nos saque las castañas del fuego, es lo de menos. Que nuestro patrimonio se caiga a cachitos, es lo de menos. Que el tráfico en la población nos saque de quicio, es lo de menos.
Celia Villalobos, popular como el grupo de gobierno de mi pueblo, a sus 68 años, está divina de la muerte. Contemplo sus fotografías y, será producto de su inmensa caradura, la observo más deteriorada que un servidor, con 69. Debe ser que yo me veo con buenos ojos. Y eso que cuenta con la ventaja de estar menos desgastada. O que las sobadas del Congreso no le sienten. O que juega mucho mientras Mariano discursea. Luego, cuando la trincan en tales renuncios (foto incluida), se le desata la lengua y suelta disparates a mansalva.
¿A quién le extraña que en el estreno del AVE Valencia-Castellón la máquina deba parar 22 minutos? Con la presencia de Rajoy, casi todo queda explicado. ¿O no recuerdan lo del helicóptero en Madrid? Además, como algún iluminado invitó a Rita Barberá a esta inauguración, lo mismo se detuvieron a esperarla.

lunes, 22 de enero de 2018

Sociedad Valle de Taoro

Estuve ayer domingo, tras una ausencia de unos veinte años, en el Casino de La Dehesa, en la Sociedad Valle de Taoro, fundada el 8 de abril de 1922, por lo que a la vuelta de la esquina nos encontraremos celebrando el centenario, desde que aquellos entusiastas deheseros (expresión de unos de sus mentores, Florencio Sosa) hicieran realidad este proyecto para un barrio portuense en el que comenzaban a bullir las inquietudes ciudadanas.
Me llevé una muy desagradable impresión. Las instalaciones están de pena, cayéndose a trozos, vamos. Pero, como contrapartida, tropecé con un entusiasta grupo de personas –la mayoría socios desencantados que fueron abandonando el barco a medida que se hundía– que se enfrentaba a la situación (o cogía el toro por los cuernos, que se menta) y decidía reflotar la nave. La tarea que hay por delante se antoja dura.
Todos –me incluyo– nos preguntábamos cómo era posible que los dirigentes de estos últimos años hubiesen dejado de la mano lo que tanto sacrificio supuso durante décadas para mantener viva la llama de la cultura y el entretenimiento. La oficina que guardaba la documentación presenta un estado lamentable. La suciedad impera y se extendió el temor de que hubiesen desaparecido libros contables y de actas. Cristóbal Díaz Tena y un servidor, secretarios en épocas pasadas, nos tirábamos de los cada vez más escasos pelos ante tanta desidia. A medida de que se vayan abriendo armarios, ayer cerrados a cal y canto sin que se supiese dónde demonios estaban las llaves, quisiera pensar que vayan apareciendo las anotaciones que configuran la historia de este núcleo de población.
Se cuantificaron, a vuelapluma, las deudas que el Casino tiene contraídas en la actualidad. La mayoría en gastos corrientes, como luz, agua, teléfono, la contribución (IBI) y otros. Y se arbitraron fórmulas para ir enjugando estos compromisos más perentorios, antes de que los cortes supongan mayores inconvenientes. Para luego pasar a reparar los daños, más que patentes, que el edificio presenta.
Mucho ánimo y grandes dosis de compromiso se necesitan. Por ello, la comisión gestora, desde ayer por la mañana constituida en nueva junta directiva de la entidad por el voto unánime de los presentes en la reunión que se cita, tiene ante sí una ardua tarea. Y se recurrió a la medida que tanto ha caracterizado a esta sociedad en su ya larga trayectoria y que no es otra que apelar a la generosidad de los socios para que abonaran por anticipado y en un solo pago la cuota anual. Fue la versión moderna de lo que en los inicios se denominó empréstito y que fue la base para adquirir la sede social.
Por mi parte, y dado que en el mueble que alberga los libros donados vislumbré un buen puñado –calculo que algo más de cuarenta ejemplares– de “75 años en la historia de un barrio: El Casino de Las Dehesas”, publicación que salió adelante en el año 2000 gracias a la colaboración, entre otros, de tres empresas, cuyos responsables se hallaban presentes en la mañana dominguera, a saber, Rubén Cabrera, Elicio Díaz y Ernesto Martín, quedó brindado el ofrecimiento para que dejen un par de ejemplares para la biblioteca y vendan el resto, que al menos unos euros aliviarán cualquiera de las deudas existentes. Al menos en esa compilación se halla la constancia de los aconteceres habidos en los tres primeros cuartos de siglo (1922-1997).
Como no hay señales de vida del registro de socios, esta nueva singladura arranca con casi setenta nuevas altas. Por denominarlo de alguna manera, pues la mayoría son –somos– tripulantes de antaño que bajamos a dar una vuelta.  Y visto el sentir de los presentes es probable que el número se incremente de manera satisfactoria. Entiendo que bastaría recuperar a mucho desencantado. Si en una de las primeras reuniones (19 de abril de 1922) se acordó solicitar a los socios un préstamo de 150 pesetas para cubrir los gastos de instalación (legalización del Reglamento, alquiler del local, 17 kilos de carburo, algunos muebles…), ahora no va a ser menos. Se saldrá adelante, porque ni en los peores tiempos de la guerra hubo hecho alguno que cerrara las puertas. Mi humilde colaboración la tienen.
Concluyo con dos notas históricas: la relación de prestamistas de esa primera derrama social y la de los socios fundadores. Si ellos lo hicieron posible en 1922, cómo nos vamos a quedar detrás. Cerremos estos últimos años de negra etapa, corramos tupido velo y miremos el futuro con optimismo.
Prestamistas (entre paréntesis la cantidad, en pesetas, aportada): Marcelino Sosa (10), Antonio Pérez (10), Cristóbal García (10), Florencio Sosa (10), José Afonso (10), Peregrino Cabrera (10), Ángel Hernández (5), Antonio Hernández (5), Agustín Marrero (5), Andrés Alvarado (5), Cristóbal Medina (5), Domingo Yanes (5), Diego Suárez (5), Francisco Pérez (5), Francisco Hernández (5), Isidro Díaz (5), José Hernández (5), José Rodríguez (5), José Yanes (5), Luis García (5), Pedro Cabrera (5), Pedro Rodríguez (5), Vicente Monterrey (5), Narciso Cabrera (3), Antonio García (1) y Domingo Hernández (1).
Socios fundadores (ordenaban alfabéticamente por nombre, y no siempre bien, y no por apellidos): Antonio Pérez Correa, Ángel Hernández Hernández, Antonio Rodríguez Ramón, Antonio García Rodríguez, Agustín Marrero Cabrera, Antonio Felipe Ruiz, Benito Luis Yanes, Cristóbal García Cabrera, Domingo Yanes García, Elicio Díaz González, Felipe García Bravo, Francisco Hernández Díaz, Florencio Sosa Acevedo, Francisco Hernández García, Isidoro Díaz García, José Afonso Pérez, José García Cabrera, José Yanes Barreto, José Hernández Martín, Juan Suárez Sánchez, José Rodríguez Acevedo, Manuel Delgado Ramón, Manuel Fernández Fuentes, Manuel García Acevedo, Miguel García Acevedo, Marcelino Sosa Acevedo (primer presidente), Peregrino Cabrera González, Pedro Rodríguez Acevedo, Santiago Sosa Acevedo, Tomás Martín García y Vicente Monterrey.
Como hoy, 22, es día de fiesta en mi pueblo, me permití la licencia de darme un salto y cruzar La Frontera (así se llamaba donde actualmente se ubica una gran superficie comercial). Pedro Sosa sabe algo de eso.

viernes, 19 de enero de 2018

Reforma electoral

Vuelven a bajar turbias las aguas por los barrancos políticos canarios. Otro intento de reforma de la ley electoral sacude los cimientos convivenciales. Se nos llena la boca de patriotismo canario (por delante) y nos damos tortas a las primeras de cambio (por delante también). Cada formación política, o grupo parlamentario, no disimula un ápice a la hora de mostrar numantina defensa de sus intereses partidistas. Se les importa bien poco eso que proclaman cada instante acerca del amparo a ultranza del bienestar ciudadano. Cada cual acota su chiringuito y pone vallas electrificadas para que sus dominios no se vean invadidos por los perversos enemigos.
Qué difícil se torna el camino para los cargos ¿públicos? cuando toca mostrarse de acuerdo con necesidades urgentes en isla diferente a la suya. Se les llena la boca de canariedad y en lo más profundo de su ser subyace el insularismo más repugnante. No ven más allá de sus narices. Viven permanentemente encerrados en su mundo virtual y se protegen con barnices que se solidifican con pasmosa facilidad.
Imaginemos el ayuntamiento realejero. Donde una corporación formada por veintiuna personas deben velar por los intereses de todos y cada uno de los que conformamos el padrón de habitantes. Y si un concejal domiciliado en La Longuera, por ejemplo, no es capaz de comprender que en La Cruz del Castaño existen demandas más perentorias, flaco favor está haciendo al pueblo.
A los políticos que sientan sus posaderas en el salón de Teobaldo Power habría que hacerles un test previo. Para que demostraran que aunque somos siete sobre el mismo mar, deben sentir un latir con un solo pulso. ¿O eso solo ocurre en Navidad? Falsos e hipócritas.
Nadie soy para arrogarme entenderes ajenos. Pero un servidor –y me temo que esta opinión es ampliamente reconocida– está harto de los chantajes de los representantes de gomeros y herreños. Los primeros, con buen maestro a la cabeza, llevan una racha de inyecciones económicas, con importantes cantidades que a lo largo de décadas se han despilfarrado en proyectos de dudosa rentabilidad. Y como no quiero repetirme, dense una vuelta por allá y contemplen obras que se estallan de risa. Y los otros, con la canción de me quedo, me voy, te acompaño, te dejo solo, nos sentimos liberados. Me estoy refiriendo, claro, a la ASG y a la AHI.
Aunque abogo por un sistema de circunscripción regional, dadas nuestras especiales características de territorio insular, y partiendo de que todo peñasco debe estar representado (esperemos que nos se nos cree un  conflicto en La Graciosa), partamos de la premisa de que cada isla tenga 3 representantes en el Parlamento: 21 en total. Y como no comparto –y somos tantos y tantos– que sea demagógico el planteamiento de que con setenta (es que en otras comunidades hay más; ¿y qué, carajo?; prediquen por una vez con el ejemplo) nos va salir un pastón (no solo está en juego más sueldos y otras prebendas, sino las obras que se deberán acometer en el actual edificio, salvo que a los diez nuevos los cuelguen… del techo, como las lámparas, aunque alumbren mucho menos), estimo que con cincuenta (nivel inferior de la horquilla del actual estatuto) va que chuta. Esos 29 restantes saldrían de una lista regional y el número 1 de cada una, candidato a la presidencia.
Esa reducción, también económica, supondría que los partidos se esmerarían en la confección equilibrada de sus candidaturas y en colocar gente capacitada para legislar con equidad. Y se demostraría que Canarias no son siete burros amarrados en la inmensidad del Atlántico y cada uno tira para su montoncito de alfalfa. Dicho con todo respeto para los cuadrúpedos.
Y una consideración final. Qué facilidad para apuntarse al incremento. Incluso los que llegaron el otro día dispuestos a cambiar el estatus de la casta.
Ya sé que ni puñetero caso, pero aun así, feliz fin de semana.

jueves, 18 de enero de 2018

Con dedicatoria

A Celia (por no llamarla indecente)
Villalobos recomienda,
con desparpajo total,
que lo pasaremos mal
si no se atiende a su enmienda.
Nos viene a contar la menda,
bocachancla, impertinente,
que se jubile la gente
a los ciento y pico o más.
¿Y lo dices tú que vas
con la panza bien caliente?

A Teobaldo Power (no levantes la cabeza)
Ya no basta con sesenta
y es menester predicar
con el ejemplo y sumar
otros diez más a la cuenta.
Alcanzaremos setenta
y aquí no ha pasado nada,
porque esta nueva mesnada
lo mismo nos va a costar…
¡Y tú te debes tragar
semejante defecada!

A Gürtel, Faycán… (que se van casi de rositas)
Pactar con la fiscalía
está saliendo rentable
para mucho indeseable
que bien la mano metía.
Y yo entiendo, señoría,
que tal hecho favorece
a quien jamás se merece
simpatía y comprensión.
¡A la cárcel, por ladrón,
que la condena le pese!



A los noveleros (qué gustito a viajes y cuchipandas)
En Fitur se han congregado
políticos a porrillo,
se llenó hasta el altillo
de tantos que se juntaron.
Entres todos se gastaron
un pastón impresionante;
con lo que asciende el montante
trabajo habría tenido
más de un pobre desvalido
sin porvenir por delante.

A Casi (sin acritud)
La reforma electoral
se traduce en incremento;
Curbelo dice: Lo siento,
si no soy fundamental.
Es chantaje, me da igual,
porque un barniz solidario
le vendo al pueblo canario
en mi escrito dominguero,
y de plasmar que los quiero:
¡más millones pa´l erario!

miércoles, 17 de enero de 2018

Similitudes

El Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) se desentiende de la sentencia condenatoria que la Audiencia de Barcelona ha impuesto a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) por el célebre problema que ya Pasqual Maragall les espetara en 2005. Son, alegan, una formación nueva, cuyo primordial objetivo es el ejercicio de la transparencia (con los mismos caretos, cuánta desfachatez), que nada tienen que ver con los de las mordidas del 3%, formación política que ya pagó con su disolución en 2016. Y se quedan tan anchos, y tan panchos. Eso sí, lamentan profundamente la injusticia de la sentencia, pues esperaban que no fuera tan dura, por lo que confían en que el Supremo reponga la honorabilidad… de los cleptómanos (sisadores o ladrones, para mejor entendernos). Para lo que interesa sí están los altos tribunales. Para lo que no, ni siquiera son reconocidos como tales. Y me voy a Bélgica a vivir a cuerpo de rey y demandaré la investidura telemática. Y retornaré a lo Fernando VII, deseado y felón.
Pero no solo ocurren estas dicotomías en Cataluña. La semejanza de la postura de los dirigentes independentistas con la sostenida en estas ínsulas, cada vez más baratarias, por el ínclito Casimiro Curbelo, es más que notoria y palpable. Cuando creó, a su imagen y semejanza, la Agrupación Socialista Gomera (ASG; por cierto, qué cantidad de empresas y organismos bajo tales siglas cuando consultas en Internet), corrió tupido velo a una trayectoria que ronda las cuatro décadas y su rejuvenecimiento corrió paralelo al de la nueva formación.
De tal suerte, para que vean los catalanes que su argumento ya bajaba por barrancos y laderas de La Gomera desde mucho antes, el presidente del Cabildo, y a la par diputado autonómico de mando en plaza y sartén por el mango, inicia una desaforada campaña de pedir por todo y para todo. Y como esta ley electoral que nos rige, y por la que el 99% de los canarios estamos sujetos (agarrados por aquello) a los procedimientos sablistas de quienes saben que su voto es de un valor incalculable, no tiene visos de ser modificada –salvo el aumento del número de diputados, lo que viene a demostrar que se les importa un pimiento el progreso y bienestar social–, los tinerfeños, verbigracia, seguiremos en las colas porque las perras se destinan a (re)asfaltados cuasi innecesarios y obras que denotan megalomanías de personajes ávidos de poder. Y que entienden la equiparación de las islas no capitalinas (a las que todos deseamos irnos a vivir para disponer de la tranquilidad que aquí no disfrutamos; te cambio la casa por una de tus propiedades) como un método por el que La Gomera pase a tener facultades universitarias, grandes puertos y aeropuertos, grandes instituciones públicas, sedes de grandes empresas privadas… Exacto, que se enteren (de) que esto ya se acabó. Y me ratifico en lo expresado un fisco más pa´rriba: porque los tengo bien cogidos. Y acabo con el arriba parias de la Tierra: “lucharemos con uñas y dientes por una Canarias donde todos seamos iguales y tengamos las mismas oportunidades”. Basta con repasar el reparto desigual del patrimonio en la isla cuyos destinos tutelas desde antes de acabar Filosofía y Letras.
También es nuevo el PP de mi pueblo. Lo seguirá siendo mientras el alcalde (edil lo siguen mentando en los comunicados de prensa, como el que trata de las obras de Movistar para la instalación de la fibra óptica y que dan pie a la perorata de tres miembros del equipo de gobierno sin que el ayuntamiento ponga un euro en las zanjas) persista en el trastorno de la conciencia de la unidad del yo. Ahora se ha sumado a la campaña de la venta de El Teide, pues el malvado Cabildo (el mismo que acomete las obras de la Avenida de Canarias y El Castillo) quiere cobrarnos y lo que es peor, privatizar servicios complementarios en el Parque Nacional. A lo peor tuvo un sueño raro y se percató de lo mal que funciona en Los Realejos el alumbrado público.
Cuando lo que procede es alegar todo lo que se considere oportuno en el periodo de reclamaciones al Reglamento del servicio del sistema integral de uso público, aprobado en sesión plenaria del 4 de diciembre próximo pasado, y publicado en el BOP número 3, de  enero de este año, y al igual que montó en cólera cuando se comenzó a estudiar la posibilidad de una tele pública insular, olvida (qué flaca memoria tiene el hombre) lo que sostiene en la Villa de Viera (y aquí no es novato en los gobiernos municipales) y adopta la táctica catalana o de Curbelo: del Realejo pa´fuera soy de la categoría de prebenjamines. Vamos, casi en pañales. El adalid de lo privado, entre La Higuerita y Barranco Ruiz, escupe hacia lo alto y se chinga todo.
Y por último, otro que es pipiolo en las lides de Seguridad Integral Canaria es Miguel Ángel Ramírez, quien, y como presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, entiende la vergüenza de los aficionados, pero no muestra idéntico arrepentimiento con respecto a los trabajadores de su empresa, a los que adeuda varios haberes sin que el rubor futbolístico haga acto de presencia cuando a final de mes algunos no vean compensadas sus labores con el montante económico correspondiente. Los jugadores sí cobran, parece.
En resumen, cuánto liviano hay suelto por ahí. Prestos para lo que satisfaga sus egos, pero reacios ante otras casuísticas.

martes, 16 de enero de 2018

Primer edil

Fernando Lázaro Carreter (1923-2004) fue director de la RAE desde 1991 a 1998. En su libro El dardo en la palabra se reúnen los artículos que se publicaron, con ese mismo título, en periódicos de España y América. No solo se trata de un vasto compendio del uso del idioma, sino que, además constituye una crónica, irónica y con tintes humorísticos, de la evolución de la sociedad española durante dos décadas (1975-1996).
En la publicación lleva a cabo un estudio del lenguaje de los periodistas, pues entiende que las personas que están al frente de los medios de comunicación deben ser unos buenos guías para los ciudadanos. La responsabilidad de quienes hablan o escriben para el público es de tal importancia que se requiere cierta pulcritud idiomática para el avance social.
Las faltas de ortografía y los miles de errores que se cometen, llevaron al autor a lanzar cientos de dardos. Y a pesar de escribir de deslices cometidos años atrás, y en muchos casos repite las lecciones varias veces, se lamenta de la incidencia de estos desaciertos en todos los medios.
Alguna vez me introduje en esta cuestión en el anterior blog (Pepillo y Juanillo). Y en concreto de este particular asunto de hoy, también. Pues como uno ejerció de maestro hasta no ha tanto, lleva adherida la manía –como la tuvo Lázaro Carreter– de machacar en hierro frío por si el golpe del martillo fuese capaz de subir unos grados la temperatura del material.
Leía ayer un información, cuya fuente era el Ministerio de Hacienda, acerca del sueldo de los alcaldes españoles, con especial detalle de los canarios, bajo el paraguas de un enorme titular: Los alcaldes de La Laguna y Arona encabezan el ranquin de sus sueldos. Ranquin viene a ser la adaptación gráfica para la voz inglesa ranking, según el Diccionario panhispánico de dudas, porque el DRAE aún no lo recoge, y recomienda el uso de expresiones españolas como lista, tabla clasificatoria, clasificación o escalafón. No obstante, todo se andará, porque el autor reseñado sentenciaba que los cambios en el lenguaje resultan siempre de mutaciones en la sociedad hablante, ya que un idioma inmóvil certificaría la parálisis mental y hasta física de quienes lo emplean.
Pero volvamos a la información periodística: Por su parte, el primer edil de Las Palmas de Gran Canaria… Ay, primer edil, título, precisamente, de uno de los dardos. Recurso manido de gabinetes de prensa que deberemos sumar a los consabidos grosso modo y motu proprio.
Del libro en cuestión (Galaxia Gutenberg, Círculo de lectores, página 559): “De pronto, no se sabe por qué, los medios de difusión se encaprichan con una palabra, y dan con ella verdaderas palizas a lectores u oyentes. Exactamente igual que los nenes cuando les regalan un tambor o una trompeta”. Al margen de lo que venimos comentando, me acordé de evento. Porque cuando a un concejal se le mete la matraquilla, échate a correr. Los de cultura, verbigracia. Para más inri. De la ídem.
Sigo instruyéndome con don Fernando: Los veteranos sabíamos que significa concejal a secas. Los doctos podían añadir que fue una manera semihumorística y semipedante de llamar a los concejales del siglo XIX (voz latina y sin uso), a semejanza del cargo de los ediles romanos, los cuales tenían a su cuidado, según su nombre indica (derivado de aedes: edificio, casa, templo), tales cosas de la ciudad.
Y continúa: Algún avispado, agudísimo e inteligente, pensó que era un modo muy refinado de decir alcalde. Y se rubricó por escrito. Con lo que su estilo ganó en elevación, pero a costa de la dignidad aneja al más preclaro magistrado urbano, disminuido de grado con tal designación.
Mas como la inventiva idiomática nunca falta, otro ingenio cayó en la cuenta del error terminológico y se sacó del caletre ese melindre que convierte al alcalde en el primer edil. Y para enmarcar este párrafo: “No he oído ni leído que se le denomine primer concejal, por la simple razón de que se tiene claro el significado sobrio y más bien rancio de esta última palabra, y a nadie se le ocurriría jugar con ella y forjar semejante sandez; pero edil es más volátil y vagaroso, lo cual facilita el trabajo a los sandios, que son incansables”.
Como me he quedado más relajado tras releer el dardo, creo hallarme en condiciones de sostener que, de igual manera que no todo el personal se encuentra capacitado para ser concejal (edil), no se es periodista por mor de una papeleta en la tómbola festiva. Y quizás este intrusismo desmedido pueda ser la causa de tanto dislate. Porque me parece que no hay profesión en la que los que valen para un roto y para un descosido naden más a sus anchas. No tanto en el escrito, para lo que es menester ciertas valías (que van más allá de los enchufismos por afinidades políticas en los consistorios), como en el audiovisual, donde pululan ejemplares que con alcachofa en mano son capaces de subir al Pico de las Nieves (Gran Canaria) a hacer el ridículo bajo la lluvia para rogar a los telespectadores que se queden en sus casas porque hace mucho frío y pueden caer unos copos de nieve. Prodigios de nuestro ente autonómico en clave de vétete por ay.

lunes, 15 de enero de 2018

A moderar las maneras

Llego tarde en la noche del domingo a casa tras pasar el día en Las Abiertas. Tocó acabar la poda de la flor de mundo (hortensias) y me hallaba medio derrengado. Pero como antes había pasado por San Juan, bien cerca de donde un luctuoso suceso acabó con la vida de otras dos personas que se suman a la larga lista de ahogados en la mar, me vinieron a la memoria las opiniones cruzadas que se han venido vertiendo en las redes sociales en torno al tema de los presupuestos. Y aunque había prometido no seguir dando a conocer las décimas que van llenando la talega de este 2018, me siento en la obligación de romper el compromiso y dar mi versión del asunto en forma de poesía. Siquiera sea para que se distienda algo el particular. Además, como desde siempre he sostenido que Facebook no gana elecciones pero sí ayuda a perderlas, ahí dejo estos versos y que cada cual haga la reflexión que estime conveniente. De poco va a servir el parecer de este viejo realejero, pero como mis vínculos con la población vecina son bien patentes, ahí va la muestra:

Ni doy ni quito razones,
pero en La Rambla, estimados,
hay tortas por todos lados
por mor de confrontaciones.
Proliferan opiniones
en torno a los presupuestos,
pero tirarse los tiestos,
y alguna que otra pulla,
indica que mucha bulla
con resultados funestos.
11-enero-2018

Bien turbias siguen bajando
las aguas aquí en San Juan,
porque los niños están
con la comida jugando.
Fuera del tiesto meando
ya llevan varias semanas
en que tardes y mañanas
nos marean la perdiz,
me da a mí que tal desliz
no les abre más ventanas.
13-enero-2018

Cómo anda el patio, señores,
aquí al ladito, en San Juan,
parece que todos van
poniendo a flote rencores.
Pediría a los actores
dejar las ansias guerreras;
si siguen así, de veras,
muy flaco favor nos prestan,
¿por qué no mejor apuestan
a moderar sus maneras?
14-enero-2018

Ya está. Hagan el favor de no darme más motivos para continuar con las rimas. Me gustaría diversificar la temática. Gracias.

viernes, 12 de enero de 2018

Nos queda el Cabildo

Escuchaba a Escolástico Gil, alcalde de El Rosario, cómo se deshacía en elogios, durante el transcurso de una entrevista que le hicieron en el programa Un día más (El Día TV), de la mano de Enrique Hernández y Moisés Grillo, hacia el Cabildo Insular por una importante serie de obras que el organismo supramunicipal insular iba a ejecutar en La Esperanza. Y me alegré de que se valore ese espíritu de colaboración entre instituciones públicas. Porque por arriba de intereses partidistas se halla el valor supremo del bienestar ciudadano. Algo que, desgraciadamente, se olvida con pasmosa facilidad cuando en el terreno del juego político se dirimen posicionamientos personales y se olvida el verdadero rol de todo cargo público.
Y antes de continuar, el consabido inciso para destacar (negativamente) la intervención de dos representantes sindicales (el tercero dio todo un ejemplo de la cordura que se le presupone a quienes deben velar por las mejoras de los colectivos) en el mismo espacio televisivo. Viendo el espectáculo, seguro que el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, se frotaba las manos. Porque si ante la audiencia del medio de comunicación precitado se brindan tales rifirrafes, flaco favor pueden llevar a cabo en cualquier negociación. Y olvidaron que se hallaban en el estudio para dar a conocer las reivindicaciones de la policía local de la Ciudad de los Adelantados, para mostrarnos que el entendimiento sigue siendo una entelequia en determinados sectores del género humano. Qué pena.
No estoy en nada de acuerdo con quienes sostienen que el ‘ayuntamiento de la isla’ no mueve una paja por el Norte. A lo manifestado anteriormente deberé añadir las declaraciones de la alcaldesa de San Juan de la Rambla con respecto a varias obras a realizar en aquella población, las reiteradas comparecencias de representantes del equipo de gobierno (CC-PSOE) en la vecina ciudad de Puerto de la Cruz, y, ahora, aquí en Los Realejos, con tres actuaciones primordiales para la mejora de las infraestructuras viarias.
Este próximo lunes darán comienzo la remodelación integral de la Avenida de Canarias (2.476.696 euros), casi dos años cerrada al tráfico en su tramo más cercano al núcleo de San Agustín, y la repavimentación (y otras mejoras) de la carretera de El Castillo (493.366 euros), cuyo firme presenta un aspecto que ni siquiera podría ser calificado de lamentable. Y a la que deberemos pasar a denominar Calle El Castillo, pues ya es de titularidad municipal. En ambos casos, asciende al 80% la aportación el Cabildo. Sin olvidarnos de que en los inicios de la Calle Doctor González se acometerán acciones encaminadas a desviar las aguas pluviales hacia el Barranco de Godínez, a fin de aliviar las avalanchas que se venía produciendo en El Puente cada vez que la naturaleza nos sorprendía con unos buenos aguaceros. Trabajos estos que acometerá íntegramente la institución insular.
Me parece loable la campaña informativa que el consistorio realejero ha emprendido en esta semana para que los conductores sepamos a qué atenernos durante el transcurso de las obras en la principal arteria de comunicación. Sabido es que cualquier labor de este tipo siempre va a generar inconvenientes. Pero bienvenidas sean dichas tareas y si queremos disfrutar de unas vías en perfectas condiciones, habremos de sufrir con carácter previo las consecuencias de atascos, malentendidos y molestias. Por ello, reitero mi satisfacción por la acción de comunicación ciudadana y la llamada a la colaboración vecinal.
Estos son los hechos por los que deben regirse siempre las labores institucionales. Porque Manuel Domínguez, en su afán de poner delante el cargo de presidente insular del PP, no se ha caracterizado por reconocer que a Los Realejos también se le tiende la mano, con dinero constante y sonante, desde el Palacio Insular. Y sus permanentes guerras como consejero de la oposición en nada favorecen el necesario acercamiento. Puesto que si hubiese recibido idéntico tratamiento al que él ofrece  en nuestro ayuntamiento a los concejales que ocupan igual posición a la que él tiene en Santa Cruz, lo mismo hubiésemos tenido que esperar los realejeros unos cuantos años más.
Me llama la atención, por ejemplo, que en las notas de prensa para dar cuenta de estas informaciones no se mencione en primer lugar al organismo que más dinero aporta. Creo que sería una buena manera de demostrar que los realejeros somos, como bien nacidos, agradecidos. Y que no se dejara caer de manera velada en las intervenciones públicas que las obras del presente son siempre consecuencia de los errores del pasado. Unas curas de humildad en el desempeño de los cargos debería ser asignatura obligatoria. Y si en el subsuelo de la Avenida de Canarias se encontraron azulejos y un inodoro, hágame el favor de no levantar nada en ambas Románticas no sea que salgan los huesos de fallecidos en el aluvión de 1826. Los mayores de Toscal-Longuera nos acordamos de El Camposanto.
Me congratulo, en suma, por lo que se deja mencionado. La esperanza de que no existan retrasos y no se vea empañada la próxima campaña navideña. Y un ruego final para que no se den tortas en la (re)inauguración. Deberán hilar fino los protocolos de aquí y de allá.

jueves, 11 de enero de 2018

Manolo y Casimiro, vaya par

Hay días en los que el dilema para elegir un tema con el que matar el gusanillo bloguero se vuelve peliagudo. Y ayer fue uno de ellos. Largo rato estuve por la tarde dándole vueltas al magín. Y no creas que me llevé el consabido ‘qué necesidad tienes’ con el que algún familiar me sermonea de vez en cuando. Si fumara, pienso, me estaría haciendo mucho más daño. O si empinara el codo más allá de lo recomendable, también.
Se me encendió la luz (mentira cochina porque soy cliente de Endesa y el miércoles es, precisamente, mi día Happy) a las tantas. Y vinieron a sacarme del aprieto los dos personajes que han concentrado la mayor cantidad de opiniones en estas últimas fechas, amén de ser los culpables de que las visitas a Desde La Corona aumenten significativamente cada vez que aparecen sus fotos ilustrando los párrafos con los que me alongo, de lunes a viernes, al parecer y criterio de los que siguen mis andanzas periodísticas.
Vamos por orden. Primero el más cercano. O quizás no. Porque salvo las cortas estancias para las sesiones del posado, escasos son los momentos que el paganini (o pagano) pueblo realejero goza de la oportuna contrapartida. La relación contractual deberá llevar implícito que si te abono religiosamente buena pasta a fin de mes, tú corresponderás con el trabajo que el cargo conlleva, para el que fuiste elegido. Pero son tan notorias las ausencias y tan escandalosas las comparecencias públicas en horario intempestivo que no te podemos conceder siquiera el beneficio de la duda.
Ayer nuestro alcalde time sharing se asomaba a Facebook para enviar al presidente del Cabildo su enésima carta de amor, tras “alegrarse sinceramente” (falso, falso y falso) de que el Tribunal Supremo haya reconocido la deuda del Estado para con esta comunidad autónoma, por flagrante incumplimiento del convenio de carreteras. Y nos pone sobreaviso [sic] de que los millones pendientes no van a servir para nada. Deduzco, pues, que el regidor municipal entiende que da lo mismo que los envíen para Galicia a fin de que Feijóo organice una buena mariscada con sus amistades peligrosas.
Mientras, como en esta villa norteña todo marcha sobre ruedas, no hay retenciones a las entradas y salidas del pueblo, los pavimentos de nuestras calzadas gozan de mejor salud que las carreteras de Casimiro, las conexiones directas del polígono industrial con la autopista permiten el tráfico fluido de los vehículos pesados, el alumbrado público cumple, con creces, los ratios establecidos para evitar la contaminación del cielo y un amplio etcétera (que no menciono en aras de que la lectura no sea demasiado cansina), el edil necesita más amplios horizontes y se mete en berenjenales de mayor porte dejando abandonado su propio gallinero. No sé si ponerlo “sobreaviso” para que los pollos no se le solivianten. Si ya uno de los relegados, por no dar el perfil de niño bueno, osó manifestar que no es oro todo lo que reluce, mejor haría en recular un fisco, no sea que se incrementen los cacareos. Como él está en otra onda.
Después de escuchar en la tele que una webcam en La Orotava era capaz de girar 365 grados (seguro que es una cámara anual no bisiesta) y leer que Pedro González, concejal popular portuense, acusa a la oposición de solo estar pendientes de sacarse la foto (casi me descojono = desternillo o troncho de risa; cógete el tren de cercanías, sí, el que pasa por La Dehesa, y llega a Realejo Alto), me relajo con las ocurrencias de Curbelo, quien exige responsabilidades a Endesa por dejar La Gomera sin luz durante veinte minutos, reconoce favorablemente la precitada sentencia del TS, y pide, pide, pide y vuelve a pedir. Igualito que como beben los peces en el río.
Él (Casimiro) no ha sido capaz de asumir culpabilidad alguna en todas las obras llevadas a cabo en la isla y que o han sido derribadas por sentencias judiciales (embotelladora de Taguluche) o duermen el sueño de los olvidos más profundos como  el Jardín Botánico y piscinas en Vallehermoso, el denominado Audillón de La Villa, Centro de Artesanía en Gran Rey, Centro de Talasoterapia en Hermigua, hoteles rurales, miradores, quesería… Precioso currículum como para demandar débitos.
Y por si fuera poco, dos veces condenado. Pero bien se ocupó de que su nuevo juguete (ASG) no estuviese sujeto a código ético alguno. En la época que estudió Filosofía y Letras, la Ética era optativa. Y él se decantó por la Economía de mercado. Lo mismo antes de fin de mes me doy un salto. Me prometieron una varas de flor de mundo en Los Aceviños. Y de camino pararé un momento en Las Rosas para comprar un tarro de miel. Cuánta hipocresía. Con todo el dinero botado, ni desempleo existiría.
Tranquilos. En Fitur se estrecharán todos las manos, correrán un par de noches locas (alguno ya es especialista) y… Parece que ya estoy más relajado. Hasta mañana.

miércoles, 10 de enero de 2018

Las diez primeras

Fue en 2015 cuando me dio por escribir una décima cada día. Debidamente archivadas se hallan en el ordenador –que no le pase lo que al disco duro externo que pasó a mejor vida; y ya van dos sin que haya existido caída, rotura o similar; ¿se perdió información?, mucha; ¿y con quién me meto? – a la espera de que Pepe o yo nos saquemos la primitiva y publiquemos algunas boberías en La Perdoma. Ahora, en 2018, he comenzado con idéntica manía. No sé si aguantaré hasta la 365, pero las diez primeras ya están en la hucha. Hago una excepción y las doy a conocer. Mañana volveremos a las andadas con opiniones, por ejemplo, de las muchas colas de tráfico que se producen en el pueblo sin haber dado comienzo las obras cabilderas (digo yo que el 80% merece mejor trato) de la Avenida de Canarias y la carretera de El Castillo. Amén de las de menor montante económico, de carácter municipal, pero que valen para que alcalde y concejales se pongan guapos para la sesión fotográfica. A partir de la próxima semana, paciencia, paciencia y más paciencia. Y si te enfadas, no hay beso. Ya he logrado que uno de los retratados en el Belén de Las Canteras me vire la cara. En fin, vamos con las décimas:


Un rosquete, un bizcocho,
de doña Paula, un pastel,
un trago de moscatel:
“BIENVENIDO DIECIOCHO”.
Desde aquel carnero mocho
que existió en La Gorvorana,
muchos calzones de pana
se han quedado en el camino,
mas nosotros como el vino…
¡Y eche otra cuarta, cristiana!

Llegamos al día dos
de enero del nuevo año,
como a nadie le hago daño,
seguiré alzando la voz.
Otro reto que va en pos
de aumentar la colección,
y así, agrandando el montón,
bien alto y claro diremos
que parado no estaremos,
sino en permanente acción.

Con sol constante e intenso
henos aquí ya en el tres,
o no llueve de una vez,
o a la modorra no venzo.
Como en el fondo yo pienso
que seguiré una a una,
me caerá la fortuna
de ver llegado el instante
en que una lluvia constante
vendrá de forma oportuna.

¿Día cuatro? ¿Qué me dices,
si tengo el sabor aún
de las uvas que al tuntún
me comí ante tus narices?
No sé si serán deslices,
pero pa´mí que los días
transitan todos por vías
de extrema velocidad;
ayer mismo… Navidad,
y mañana… Las Marías.

Esta es la quinta, señores,
que subimos al camión,
la cinco, es de cajón,
y sin causarnos dolores.
Porque obras son amores,
seguiremos la manía
de ir sumando cada día
una décima a la lista,
y si alguna me rechista
no la meto en la alcancía.

Sin duda las lluvias fueron,
para todas nuestras gentes,
el mejor de los presentes
que los Reyes nos trajeron.
Desde el Norte nos vinieron
sucesivas oleadas
de nubes bien recargadas
de esta agua extraordinaria
para la tierra canaria
con las simientes sembradas.

Y los descuentos llegaron,
madre mía, qué delirio,
qué digo, fuerte martirio,
las colas proliferaron.
Los atascos se formaron
-y domingo que fue el siete-
pero la gente se mete
en la fiebre consumista
y aunque de mona se vista:
¡Me la pongo más que apriete!

Aún sin llegar a Oriente
los Reyes Magos, señores,
los carnavales, qué sudores,
hacen brincar a la gente.
Ya en enero no hay pendiente,
o cuesta, que se decía,
cuando la crisis tenía
protagonismo constante;
¿ahora?, tira pa´lante,
y de fiesta cada día.

Las rebajas han llegado,
continúa la avalancha,
la gente sigue tan pancha,
la crisis se ha evaporado.
Con el bache superado,
y a las colas me remito,
el panorama bonito
que entre todos dibujamos,
me indica que mucho inflamos
en esta especie de rito.

Jolines, si hoy ya es diez,
y hace un rato partí el año,
seguro me va a hacer daño
ir tan rápido, pardiez.
Acelerados, tal vez,
vivimos; mejor, corremos,
como los pies no paremos
para vivir relajados,
en la cuneta agotados
dentro poco acabaremos.

martes, 9 de enero de 2018

Medicina de hace un siglo

Ayer me entretuve husmeando en periódicos de años idos. De un siglo atrás, para ser exactos. Y ese 9 de enero de 1918 se estilaba la medicina que puedes observar en esta colección de anuncios que hallé en El Imparcial, El Progreso y Gaceta de Tenerife. Parece justo y necesario acordarse del amigo José Rodríguez Herrera, quien todavía en la perdomera Tipografía García compone reliquias con tipos móviles de plomo. Así que hoy toca relajarse, olvidarse de la política (y de los políticos) y recrearse con las ilustraciones. Un trabajito me costó recortar los susodichos, pero como sarna con gusto no pica, ahí los tienen. Disfruten como hago yo cuando me sumerjo en las hemerotecas digitales de las dos universidades públicas canarias.