Comencé el mes que hoy finaliza con Liberados, un lamento
ante tanto despilfarro de los dineros públicos, hecho del que no es ajeno mi
municipio sino más bien ejemplo bastante significativo.
Y concluyo este periodo veraniego con un sonoro envido al
señor de la foto. Culpable del bajón electoral de Podemos en las elecciones del
pasado mes de abril (no lo digo yo, que me limito a copiar pareceres ajenos y
que el nuevo Secretario de Organización morado, el tinerfeño Alberto Rodríguez,
quien fuera ascendido al más puro estilo casta, es prueba fehaciente), pero que
sigue, erre que erre, pisoteando todos los principios que dieron origen al
movimiento que ilusionó a mucho ‘iluso’. Y que se va diluyendo, cual azucarillo
de bajo coste, por mor de ambiciones personales que echan por tierra las
esperanzas colectivas. Me recuerdan los andares de ciertos clérigos que
demandan sacrificios a los fieles mientras ellos no hacen concordar sus
comportamientos con aquello que proclaman desde púlpitos. Y si quieres me
extiendo a otras profesiones, también los maestros, que no ejercen de tales y no
se erigen en modelos a imitar.
Viene a resultar, según su planteamiento, que el fracaso de las negociaciones para la
investidura de Pedro Sánchez (defendido por Casimiro Curbelo en su último
artículo dominical: http://www.eltambor.es/pedro-sanchez-una-leccion-de-principios/;
y saben que no soy yo un seguidor acérrimo del gomero) se debe a que la postura de Podemos es idéntica en todo el territorio nacional (incluyan La
Rioja), mientras que en Madrid hay un PSOE y en las comunidades autónomas otro.
De ahí que haya sido posible gobiernos regionales mientras fracasó el estatal.
Explíqueme usted, señor Echenique, en qué se parecen los comportamientos
de Noemí Santana y Raquel Romero. Porque la canaria, de haber seguido las
directrices de la alemana retornada, o las propias de ustedes en la capital,
debería regentar, como mínimo, cuatro consejerías en el gobierno de estas
ínsulas. Y seis o siete Román. Y otras tres para Casimiro. ¿Y el ganador, Ángel
Víctor? A llorar en Arucas. Cuánto cinismo. Incluso para disimular en las
explicaciones de ciertos asuntos domésticos de guardia y custodia. Lo del chalé
es mero efecto colateral.
Pues bien, don Pablo Echenique Robba, permítame que le
explique lo del adjetivo trafullero del título ya que no sé si en Argentina se
estila. A lo peor sí, y con la frecuencia de boludo. Que como bien sabe goza de
diferentes acepciones según la nación americana donde se utilice.
Trafullero se aplica a quien hace las cosas mal y pronto. Es
una derivación del canarismo trafulla (probablemente del portugués trafulha, que ou a pessoa que diz ou faz
trafulhices: trapaceiro). Y algo sabemos en mi pueblo, con murga carnavalera
al respecto. Y también atisbo en mi Diccionario del habla canaria: trafulla,
trafullar, trafullento, trafulleo, trafullina, trafullo, trafullón.
Hubo tiempo ha una canción titulada Programa, programa,
programa. Creo que el autor de la letra fue un tal Anguita. No recuerdo si
llegó a representarnos en Eurovisión o
se quedó en canción del verano. Venía a contarnos la importancia teórica de
cómo debe hacerse la gestión pública. Y ustedes la adoptaron en unas célebres
concentraciones. Y fue leitmotiv en sus ataques contra la casta hasta el día en
que decidieron subirse a la guagua de la modernidad y convertirse en casta
asimismo. Incluso adquirieron propiedades ostentosas como cualquier banquero al
uso. Y crearon estructuras de partido (político) semejantes a los que pusieron
antes en solfa. Y jodieron el invento. Perdieron la credibilidad hasta el punto
de pleitear por las poltronas con más ahínco que el que ponían en el pasado
para defender lo contrario. Les pudo la ambición y la cagaron. Tanto que IU,
muy malparada en esa cursilada de Unidas Podemos, con un desaprovechado, y
marginado, Alberto Garzón, quien fue engullido y disuelto como edulcorante,
trata ahora de sacar la cabeza en la esperanza de que aún pueda salvarse del
ahogamiento.
Los de Ciudadanos –lo escribíamos ayer– se lanzan por la
banda de estribor en busca de Boj Esponja. Ustedes pretenden capitanear el
barco aunque ello signifique dejar a un lado la hoja de ruta. Trafulleros.