jueves, 14 de septiembre de 2017

El contestado Marrón

Vuelven a bajar revueltas las aguas por el barranco de Godínez. Y sin llover aún con fundamento. Pero el turbio panorama, con un tufo canelo (terroso, pardo, cobrizo; jolines, pon marrón y ya está) que te camba, parece que va a seguir en Los Realejos in sécula seculórum. Qué cruz, qué calvario, qué tormento, qué martirio, qué suplicio, qué tortura… ¿Vas a seguir?
Vuelve a estar de moda el contestado (objetado, contradicho, rebatido y más) Marrón. Ese jefe de Seguridad y Emergencias, a quien se le reconoce el mérito de haber copiado un plan para salir todos pitando cuando el Teide nos lo exija, o cuando una tromba de agua, estilo 1826, nos baje a la costa sin necesidad de lanchas, o cuando una ventolera nos sacuda de lo lindo, o cuando… Ya está, no le des más ideas. Que el copia y pega funciona desde antes de abrirse La Pirámide (Campus de Guajara).
El estratosférico sueldo debió encantarle al susodicho (no, el bobo)  y no quiere retornar a su plaza de policía municipal en la capital. De igual manera que supo encantar al profesorado en los pasillos del Seminario, el alcalde ha sucumbido y se ha dejado hipnotizar. Nada importa su pasado nacionalista. Pelillos a la mar. Borrón y cuenta nueva. Esto es un camino de vaivén. ¿O no, Carlos Alonso?
Se admiten aspirantes para cubrir en propiedad la plaza de Subcomisario. Cuando en realidad lo que necesitamos en el pueblo son más agentes. Porque son pocos los que conforman la actual plantilla y bastantes de ellos rozan ya una edad como para no correr mucho. Ellos me entienden, que para eso somos viejos amigos.
Y me vienen como anillo al dedo unos carteles informativos que pretenden concienciar a la ciudadanía para que las aceras no presenten un aspecto lamentable. Porque el DRAE nos señala que comerse, o tragarse, alguien el, o un, marrón significa cargar con una culpa (No voy a comerme yo solo el marrón) o hacer frente a una situación difícil o embarazosa (El nuevo Gobierno tendrá que comerse el marrón). Algo escatológico, lo sé, pero ya vendimos el nuestro (ver foto del alcalde, concejala y resto de animales) a la regidora del ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, la popular Noelia García. Con firma protocolaria incluida.
En lógica consecuencia, y por ser mucho más ilustrativo (también en el texto, pues los realejeros somos conscientes de que el puesto anteriormente aludido va a ser sostenido con nuestros impuestos), el presidente insular del PP podría firmar otro convenio con el consistorio santacrucero (el concejal Carlos Correa, amén de destacado deportista y figura significativa de la Asociación Deportiva de Personas con Discapacidad, ADEMI, pertenece a la misma formación política) para que los que vamos a apoquinar la derrama pertinente recordemos cada instante, y para siempre jamás, que el Marrón (perdón, el marrón) lo pagaremos nosotros. Cómo me duele la parte alícuota.
Será todo lo legal que ustedes quieran. Pero el tufo de componenda te tumba de espaldas. Y como va a seguir ejerciendo el puesto de confianza (a dedo) para el que desembarcó en la Villa de Viera, no creo que se vaya a cerrar los ojos cuando vea pasar ante sus narices todo lo que se cuece (o guisa) en relación con el expediente de marras. Pero como los realejeros, salvo los que me leen, estamos sumidos en la ignorancia más supina no dudamos en conceder mayorías absolutas a quien, o quienes, se ríen del contribuyente a mandíbula batiente (ya salió el pareado tonto). Así nos va.
La ética, y la estética, del proceso está más viciada (o bichada) que una excursión del Duque de Feria a Disneyland París. Pero en este país esperpéntico, el PP ha hecho de su capa un sayo y obra con patente de corso. Y por mucho que en este municipio se nos venda con reiteración que ellos (los que gobiernan) son de otra echadura, la tozuda realidad nos hace tropezar diariamente con hechos que ponen de manifiesto la desfachatez más notoria. Por mucho que se disfracen de corderos, los sesgos, cada vez más evidentes, nos indican desvíos actitudinales dignos de estudio. Y me bajo en esta parada porque si comienzo otra vez con la dicotomía del señor Domínguez, me temo que acabaré con otro tocho para tesis doctoral.
Hasta mañana. Y sigan tan fieles.

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