Escuchaba a Escolástico Gil, alcalde de El Rosario, cómo se
deshacía en elogios, durante el transcurso de una entrevista que le hicieron en
el programa Un día más (El Día TV), de la mano de Enrique Hernández y Moisés
Grillo, hacia el Cabildo Insular por una importante serie de obras que el organismo
supramunicipal insular iba a ejecutar en La Esperanza. Y me alegré de que se
valore ese espíritu de colaboración entre instituciones públicas. Porque por
arriba de intereses partidistas se halla el valor supremo del bienestar
ciudadano. Algo que, desgraciadamente, se olvida con pasmosa facilidad cuando
en el terreno del juego político se dirimen posicionamientos personales y se
olvida el verdadero rol de todo cargo público.
Y antes de continuar, el consabido inciso para destacar
(negativamente) la intervención de dos representantes sindicales (el tercero
dio todo un ejemplo de la cordura que se le presupone a quienes deben velar por
las mejoras de los colectivos) en el mismo espacio televisivo. Viendo el
espectáculo, seguro que el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, se frotaba las
manos. Porque si ante la audiencia del medio de comunicación precitado se
brindan tales rifirrafes, flaco favor pueden llevar a cabo en cualquier
negociación. Y olvidaron que se hallaban en el estudio para dar a conocer las reivindicaciones
de la policía local de la Ciudad de los Adelantados, para mostrarnos que el entendimiento
sigue siendo una entelequia en determinados sectores del género humano. Qué
pena.
No estoy en nada de acuerdo con quienes sostienen que el ‘ayuntamiento
de la isla’ no mueve una paja por el Norte. A lo manifestado anteriormente
deberé añadir las declaraciones de la alcaldesa de San Juan de la Rambla con
respecto a varias obras a realizar en aquella población, las reiteradas
comparecencias de representantes del equipo de gobierno (CC-PSOE) en la vecina
ciudad de Puerto de la Cruz, y, ahora, aquí en Los Realejos, con tres
actuaciones primordiales para la mejora de las infraestructuras viarias.
Este próximo lunes darán comienzo la remodelación integral
de la Avenida de Canarias (2.476.696 euros), casi dos años cerrada al tráfico
en su tramo más cercano al núcleo de San Agustín, y la repavimentación (y otras
mejoras) de la carretera de El Castillo (493.366 euros), cuyo firme presenta un
aspecto que ni siquiera podría ser calificado de lamentable. Y a la que deberemos
pasar a denominar Calle El Castillo, pues ya es de titularidad municipal. En
ambos casos, asciende al 80% la aportación el Cabildo. Sin olvidarnos de que en
los inicios de la Calle Doctor González se acometerán acciones encaminadas a
desviar las aguas pluviales hacia el Barranco de Godínez, a fin de aliviar las
avalanchas que se venía produciendo en El Puente cada vez que la naturaleza nos
sorprendía con unos buenos aguaceros. Trabajos estos que acometerá íntegramente
la institución insular.
Me parece loable la campaña informativa que el consistorio
realejero ha emprendido en esta semana para que los conductores sepamos a qué
atenernos durante el transcurso de las obras en la principal arteria de
comunicación. Sabido es que cualquier labor de este tipo siempre va a generar
inconvenientes. Pero bienvenidas sean dichas tareas y si queremos disfrutar de
unas vías en perfectas condiciones, habremos de sufrir con carácter previo las
consecuencias de atascos, malentendidos y molestias. Por ello, reitero mi satisfacción
por la acción de comunicación ciudadana y la llamada a la colaboración vecinal.
Estos son los hechos por los que deben regirse siempre las
labores institucionales. Porque Manuel Domínguez, en su afán de poner delante
el cargo de presidente insular del PP, no se ha caracterizado por reconocer que
a Los Realejos también se le tiende la mano, con dinero constante y sonante, desde
el Palacio Insular. Y sus permanentes guerras como consejero de la oposición en
nada favorecen el necesario acercamiento. Puesto que si hubiese recibido
idéntico tratamiento al que él ofrece en
nuestro ayuntamiento a los concejales que ocupan igual posición a la que él
tiene en Santa Cruz, lo mismo hubiésemos tenido que esperar los realejeros unos
cuantos años más.
Me llama la atención, por ejemplo, que en las notas de
prensa para dar cuenta de estas informaciones no se mencione en primer lugar al
organismo que más dinero aporta. Creo que sería una buena manera de demostrar
que los realejeros somos, como bien nacidos, agradecidos. Y que no se dejara
caer de manera velada en las intervenciones públicas que las obras del presente
son siempre consecuencia de los errores del pasado. Unas curas de humildad en
el desempeño de los cargos debería ser asignatura obligatoria. Y si en el
subsuelo de la Avenida de Canarias se encontraron azulejos y un inodoro, hágame
el favor de no levantar nada en ambas Románticas no sea que salgan los huesos
de fallecidos en el aluvión de 1826. Los mayores de Toscal-Longuera nos
acordamos de El Camposanto.
Me congratulo, en suma, por lo que se deja mencionado. La
esperanza de que no existan retrasos y no se vea empañada la próxima campaña
navideña. Y un ruego final para que no se den tortas en la (re)inauguración.
Deberán hilar fino los protocolos de aquí y de allá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario