martes, 23 de enero de 2018

Crónica negra

A lo peor es algo exagerado el titular. Pero esta batería de breves creo que se lo merece. Unos de tinte más opaco y otros no tanto, pero el conjunto tiende, como mínimo, a cierto aspecto grisáceo. O como se estila en otros ámbitos del planeta, a marrón. Vayamos de más suave a más espeso.
Lleva un artículo de opinión varios días en un digital de este archipiélago que comienza con un sugerente “Nunca digas de este agua no beberé…” que me hace patinar las neuronas cada mañana cuando me desayuno con la ración de lectura diaria. Y es que hasta el corrector ortográfico del ordenador se percató y cuando lo tecleaba, ipso facto, y sin yo decirle media palabra, me colocó “esta agua”. Porque el que me suene cacofónico “la agua” (Word volvió al aviso correspondiente), no indica que el cambio de artículo conlleve que también deba hacerse con el demostrativo. Pero son tantos, y muchos en televisión, los que persisten en la matraquilla de “este agua”, que alguno va a terminar enchumbado (ensopado, empapado).
Las restricciones de agua en Tenerife, a la vuelta de la esquina. Conclusión de una entrevista a Wladimiro Rodríguez Brito. Con quien, casi siempre, coincido en sus certeros planteamientos acerca de la problemática agrícola de nuestro territorio. Lo malo es que el profesor palmero carga siempre contra los malos gestores que rigen los destinos políticos de las instituciones canarias. No se ha hecho nada en este sector y las medidas adoptadas solo han añadido inconvenientes a una problemática ya de por sí bastante peliaguda. No lo cuestiono, pero olvida su paso por el Cabildo de Tenerife. Fueron muchos años en los que bien pudo convencer a sus compañeros (nacionalistas) de viaje. Alguna cuota de responsabilidad habrá tenido en los desaguisados que ahora pone en solfa. O puede que una vez abandonados los quehaceres como cargo público haya retornado a sus principios comunistas.
Hacia un futuro peor con la reforma de la ley electoral, sentencia el pluriempleado Casimiro. Porque lo dice él, y punto. El añadido de ‘los restos’ solo beneficiará a Tenerife y Gran Canaria. Aparte de sedes gubernamentales, universitarias, sanitarias, aeroportuarias (y más arias), por lo visto pretende que La Gomera (y de paso El Hierro) tenga más diputados. Con lo que el disputado voto incrementará su valor y a más chantaje, más infraestructuras inútiles a sembrar. Mientras, para ratificar su política del mercadeo, reúne a varios centenares de viejos en La Villa, ameniza la función con el polvorete de Pepe Benavente, y a mantener el vivero en buenas condiciones que a la vuelta de la esquina alcanzamos mayo de 2019.
Sigo a la espera de la carta de Rajoy. La que me comunica cada mes de enero que mi pensión se va a incrementar tal cantidad de euros que luego me paso todo febrero dándole vueltas al coco para distribuir todo ese dinero. Ya saben que el capítulo de gastos más importante va a la partida de viajes. Y como hace casi un año que no me doy un salto desde Los Cristianos (Fonsalía aún no está operativo), lo mismo recalo en Alajeró (a pedir asilo político al amigo Nicolás), o me doy un garbeo por Chipude (que van a celebrar la Candelaria en unos días), o paso por el Cabildo a saludar… a los que conozco.
Me he percatado de que los reportajes fotográficos de Manuel Domínguez (y ayer, San Vicente, fue fecha propicia) caen estupendamente bien en un amplio sector femenino. Sobre todo el de tipo Sálvame o similares. Y si se ofenden, que no escriban boberías en los comentarios. Es que tiene look, posee gancho, es un crack (me imagino que no harán referencia a la droga, o a lo peor sí). Lo que nos cuesta  mensualmente, es lo de menos. Rentabilidad obtenida por el salario abonado, es lo de menos. Que el Cabildo nos saque las castañas del fuego, es lo de menos. Que nuestro patrimonio se caiga a cachitos, es lo de menos. Que el tráfico en la población nos saque de quicio, es lo de menos.
Celia Villalobos, popular como el grupo de gobierno de mi pueblo, a sus 68 años, está divina de la muerte. Contemplo sus fotografías y, será producto de su inmensa caradura, la observo más deteriorada que un servidor, con 69. Debe ser que yo me veo con buenos ojos. Y eso que cuenta con la ventaja de estar menos desgastada. O que las sobadas del Congreso no le sienten. O que juega mucho mientras Mariano discursea. Luego, cuando la trincan en tales renuncios (foto incluida), se le desata la lengua y suelta disparates a mansalva.
¿A quién le extraña que en el estreno del AVE Valencia-Castellón la máquina deba parar 22 minutos? Con la presencia de Rajoy, casi todo queda explicado. ¿O no recuerdan lo del helicóptero en Madrid? Además, como algún iluminado invitó a Rita Barberá a esta inauguración, lo mismo se detuvieron a esperarla.

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