A lo peor es algo exagerado el titular. Pero esta batería de
breves creo que se lo merece. Unos de tinte más opaco y otros no tanto, pero el
conjunto tiende, como mínimo, a cierto aspecto grisáceo. O como se estila en
otros ámbitos del planeta, a marrón. Vayamos de más suave a más espeso.
Lleva un artículo de opinión varios días en un digital de
este archipiélago que comienza con un sugerente “Nunca digas de este agua no
beberé…” que me hace patinar las neuronas cada mañana cuando me desayuno con la
ración de lectura diaria. Y es que hasta el corrector ortográfico del ordenador
se percató y cuando lo tecleaba, ipso facto, y sin yo decirle media palabra, me
colocó “esta agua”. Porque el que me suene cacofónico “la agua” (Word volvió al
aviso correspondiente), no indica que el cambio de artículo conlleve que
también deba hacerse con el demostrativo. Pero son tantos, y muchos en
televisión, los que persisten en la matraquilla de “este agua”, que alguno va a
terminar enchumbado (ensopado, empapado).
Las restricciones de agua en Tenerife, a la vuelta de la
esquina. Conclusión de una entrevista a Wladimiro Rodríguez Brito. Con quien,
casi siempre, coincido en sus certeros planteamientos acerca de la problemática
agrícola de nuestro territorio. Lo malo es que el profesor palmero carga
siempre contra los malos gestores que rigen los destinos políticos de las
instituciones canarias. No se ha hecho nada en este sector y las medidas
adoptadas solo han añadido inconvenientes a una problemática ya de por sí
bastante peliaguda. No lo cuestiono, pero olvida su paso por el Cabildo de
Tenerife. Fueron muchos años en los que bien pudo convencer a sus compañeros
(nacionalistas) de viaje. Alguna cuota de responsabilidad habrá tenido en los
desaguisados que ahora pone en solfa. O puede que una vez abandonados los
quehaceres como cargo público haya retornado a sus principios comunistas.
Hacia un futuro peor con la reforma de la ley electoral,
sentencia el pluriempleado Casimiro. Porque lo dice él, y punto. El añadido de
‘los restos’ solo beneficiará a Tenerife y Gran Canaria. Aparte de sedes
gubernamentales, universitarias, sanitarias, aeroportuarias (y más arias), por
lo visto pretende que La Gomera (y de paso El Hierro) tenga más diputados. Con
lo que el disputado voto incrementará su valor y a más chantaje, más infraestructuras
inútiles a sembrar. Mientras, para ratificar su política del mercadeo, reúne a
varios centenares de viejos en La Villa, ameniza la función con el polvorete de
Pepe Benavente, y a mantener el vivero en buenas condiciones que a la vuelta de
la esquina alcanzamos mayo de 2019.
Sigo a la espera de la carta de Rajoy. La que me comunica
cada mes de enero que mi pensión se va a incrementar tal cantidad de euros que
luego me paso todo febrero dándole vueltas al coco para distribuir todo ese
dinero. Ya saben que el capítulo de gastos más importante va a la partida de
viajes. Y como hace casi un año que no me doy un salto desde Los Cristianos
(Fonsalía aún no está operativo), lo mismo recalo en Alajeró (a pedir asilo
político al amigo Nicolás), o me doy un garbeo por Chipude (que van a celebrar
la Candelaria en unos días), o paso por el Cabildo a saludar… a los que
conozco.
Me he percatado de que los reportajes fotográficos de Manuel
Domínguez (y ayer, San Vicente, fue fecha propicia) caen estupendamente bien en
un amplio sector femenino. Sobre todo el de tipo Sálvame o similares. Y si se
ofenden, que no escriban boberías en los comentarios. Es que tiene look, posee
gancho, es un crack (me imagino que no harán referencia a la droga, o a lo peor
sí). Lo que nos cuesta mensualmente, es
lo de menos. Rentabilidad obtenida por el salario abonado, es lo de menos. Que
el Cabildo nos saque las castañas del fuego, es lo de menos. Que nuestro
patrimonio se caiga a cachitos, es lo de menos. Que el tráfico en la población
nos saque de quicio, es lo de menos.
Celia Villalobos, popular como el grupo de gobierno de mi
pueblo, a sus 68 años, está divina de la muerte. Contemplo sus fotografías y,
será producto de su inmensa caradura, la observo más deteriorada que un
servidor, con 69. Debe ser que yo me veo con buenos ojos. Y eso que cuenta con
la ventaja de estar menos desgastada. O que las sobadas del Congreso no le
sienten. O que juega mucho mientras Mariano discursea. Luego, cuando la trincan
en tales renuncios (foto incluida), se le desata la lengua y suelta disparates
a mansalva.
¿A quién le extraña que en el estreno del AVE
Valencia-Castellón la máquina deba parar 22 minutos? Con la presencia de Rajoy,
casi todo queda explicado. ¿O no recuerdan lo del helicóptero en Madrid? Además,
como algún iluminado invitó a Rita Barberá a esta inauguración, lo mismo se
detuvieron a esperarla.
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