Puede que el titular no sea el más adecuado. Pero tampoco
voy muy descarriado. Y es lo que se me vino a la mente cuando apenas ha transcurrido
un mes desde que prosperó la moción de censura en Icod y ya le han encontrado
acomodo al exalcalde. Francisco González sigue los pasos de otros fracasados en
este Norte tinerfeño. La moda se inició, creo recordar, cuando un candidato
coalicionero perdió dos elecciones locales en Los Realejos y fue premiado con una
Dirección General en el Gobierno de Canarias. Y si mal no recuerdo fue también la
de Patrimonio, la que ahora hereda, precisamente un arruinado diferente. Algo
que no constituye una novedad en la Ciudad del Drago, porque no debemos olvidar
el paso de otro frustrado en cargo similar del organigrama gubernamental del
archipiélago (director general de Infraestructuras Educativas), y que más tarde
se vio implicado en un peculiar y turbio asunto de cultivo de marihuana. Tema
del que no se ha vuelto a esnifar, perdón, a saber nada más. Al menos en los
medios de comunicación tradicionales. Cuando interesa, tupido velo o acuerdo
con el fiscal. Como el Luismi portuense. El de las miles de llamadas
telefónicas con el móvil corporativo a números raros.
Lo de Coalición Canaria en esta tierra nuestra es mucho.
Mejor, es demasiado. Con un sustento parlamentario de 18 diputados (a los tres
de ASG –Casimiro&Cía– hay que echarles de comer aparte), siguen obrando a
su antojo. Hacen y deshacen a su entera conveniencia mientras el resto del arco
parlamentario contempla el maravilloso paisaje de su ombligo y alrededores. Por
mucho que monten numeritos en las sesiones de control en Teobaldo Power. Donde
se lanzan a la yugular de Clavijo (minuto de gloria) con una verborrea digna de
enmarcar. Apariencias a la altura del betún. Cuánta pobreza.
Los que llevan las riendas canarias han presentado
recientemente nuevo logo. Tiempos nuevos, transmite un compungido Barragán. Y tú
miras la punta de El Teide por si tiene toca. Y llueve en abundancia para que
limpie tanta mierda acumulada… en los barrancos. Tras la primera visual a la
estrella casi fugaz (son ellos, y no yo, quienes dicen que se mueve) se me
ocurrió poner en Facebook: CC se mueve cambada (escorada a la derecha), abierta
en canal y estrellada. Tan veleta como siempre.
Cuánta rabia contenida ante tanto descaro. Los echaderos
políticos, auténticas sangrías presupuestarias, son prácticas cotidianas de los
que se auparon a la poltrona y no se bajan, sino que tienden la mano de vez en
cuando a los que desde abajo contemplan el circo. Y buscan un huequito a los
unos ahora y a los otros después para bailar la isa corrida. El director del
baile, siempre de CC merced a una ley electoral en la que priman servidumbres
isleñas, señalará las figuras a ejecutar. Y todos obedientes, porque el cupo de
bailadores es amplio. Y el repertorio, más aún.
¿Dialogar? Sí, sí, y siempre sí. Pero para otro tipo de política.
Donde prime la preocupación por el interés ciudadano y por un reparto equitativo
de los dineros públicos. Donde la maquinaria de la gestión sea dirigida por un elenco
cualificado, aunque solo el justo y necesario. Ni uno más. Donde los vagones no
dispongan de tantos asientos como pesebres de estómagos agradecidos fueren
menester para alimentar a los que son apeados del resto de medios de transporte.
Unos lo denominan puertas giratorias. Yo prefiero lo de camas
elásticas. Y es tal el despropósito que los boletines oficiales no dan abasto.
Son el instrumento que bien quisieran todos aquellos que se hallan a expensas
de un aviso de cualquier agencia de colocación. Unos curran décadas y cuando se
ven abocados al paro, puede que por un despido de dudosa legalidad, quedan en
expectativa de destino durante periodos exasperantes. Otros, como el exalcalde
icodense, qué suerte tienen. Qué manera más chachi de sacarse la lotería. Y el
ascenso supone consolidar complementos de por vida.
Es tal el grado de locura que nos invade que hasta el juez
Calatayud, con sentencias y discursos ejemplares, ha sucumbido ante la vorágine
y ha metido la pata hasta el corvejón en el transcurso de una entrevista.
Entiendo el fondo de su respuesta, pero lo perdieron las formas. Y cuando una
persona de tanta preparación, teórica y práctica, cae en las redes del exceso
verbal, qué podemos esperar de otras faunas.
Nos queda el consuelo de que Coalición Canaria se mueve. ¿O
se muere? Si algunos hubiesen movido ficha desde tiempo atrás, podría ser ahora
mismo un ejemplar en peligro de extinción. Qué excelente perspectiva para el
pueblo canario que pasaran dos o tres décadas en la oposición. Lo malo es que para
los 60 hay tarta. Y lo mismo se está cómodo sin mayores responsabilidades y
percibiendo a final de mes buena soldada. Hay, en suma, echaderos y echaderos. Camas y camas.
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