Se trata de una estrategia televisiva que consiste en
modificar, de manera sorpresiva, la programación anunciada para contrarrestar
la de la competencia. Y como en la actualidad todo se copia, se ha extendido el
ámbito de acción de dicha táctica. Por lo que en el entorno político comienza a
vislumbrarse que tiende a ser práctica habitual. Con tal de desarmar al
enemigo, cualquier artimaña se antoja lícita.
Como los grupos de la oposición en el Parlamento de Canarias
(en estos momentos, dada la precariedad del gobierno de Clavijo y añadiendo la indefinición
de Antona, deben ser más de cuarenta diputados) habían solicitado la
comparecencia de algunos miembros del Ejecutivo para que explicaran la gestión
en el controvertido asunto de las microalgas, se inventa el presidente una
reunión de su Consejo a celebrar en La Gomera. Alega que con motivo de las
Fiestas Colombinas, pero en realidad se trata de un acto de complacencia con el
que tiene la sartén por al mango, el todopoderoso Curbelo. Razón: 3 votos.
Algo parecido a lo ocurrido en La Laguna (para tratar el
tema de las aguas residuales), donde su alcalde convoca una sesión plenaria
para el mismo día, y hora, en que Santiago Pérez debe comparecer en Bruselas
para defender su denuncia contra la discutida, y contestada, Ley del Suelo.
Cuando en Canarias protestábamos por las prospecciones
petrolíferas de Repsol (afortunadamente olvidadas), el responsable del blog
Pepillo y Juanillo propuso que en vez de tanta manifestación, que, salvo el
carácter simbólico, de nada servían, causaría mucho mayor efecto el que no
fuésemos a repostar a las estaciones de servicio de la citada compañía. Pero me
contrarrestaron (contraprogramaron) con la bajada en unos céntimos del litro de
gasolina y gasoil y acudimos en masa a llenar los depósitos.
Dado que se considera normal el que cualquier empresa te
acribille a mensajes publicitarios (incluso a través de llamadas telefónicas a
las tantas), creo que uno podría defenderse propagando qué productos no voy a
comprar porque no me da la realísima o en qué negocio o establecimiento no
pienso poner el pie porque no me sale de allí.
En días pasados volvió a la carga (in)cierta tele, que solo
se ve en el Norte, con sus discursos impregnados de amor y paz. Basta
contemplar la cara del que transmite los mensajes de confraternidad, para
deducir que los negocios que le inyectan sus dineros, a cambio de los anuncios
para difundir sus bondades comerciales, son copartícipes de arengas y
peroratas. Como lo son, igualmente, las instituciones públicas que, sabedoras
de la ilegalidad de las emisiones, no dudan en echar mano de mis (nuestros) impuestos
para sostener un canal de maledicencia. La Victoria puede ser un ejemplo
significativo de cómo se pasa del odio más exacerbado al cariño más empalagoso.
La ductilidad de los dirigentes causa extraños matrimonios.
En el uso de los derechos y libertades que consagra el
capítulo segundo de la Constitución (esa norma que no contempla el del insulto
que nos brindan a todos los que no reímos sus gracias ni aplaudimos sus hazañas),
me voy a permitir especificar una primera lista de establecimientos y/o
productos que han perecido para este consumidor. Espero que todos los “valientes”
(lo entrecomillo para poner de manifiesto que debemos considerar una osadía, no
exenta de riesgos, el discrepar ─plantarle cara─ de quienes hacen usos fraudulentos de
cámaras y micros) que muestran su solidaridad con los vilipendiados (del
Realejo, unos cuantos) se suban al carro. Alternativas tendremos a porrillo. Va
la (contra)publicidad, en mayúsculas y negrita:
FONTEIDE, AGUA SERVICE EXPRESS, MAXIPLAGA,
LUCIO POLO SEGUROS, MEGA ELECTRÓNICA, TODO LLAVES, TEIDE HOSTEL, RESTAURANTE EL
MONASTERIO, CLÍNICA DENTAL ARROBER, ¡VAYA!COCHES, LA CALERA, RESTAURANTES
COMPOSTELANA, ÓPTICA NUEVA VISIÓN, LA TASQUITA DE MIN, GASOLINERA BP EL TROMPO,
BAR SALINA, GIMNASIO BAHÍA, EL COSCÓS…
Cuando algunos ayuntamientos recomiendan a sus vecinos que
no vayan a comprar a las grandes superficies (donde, sin embargo, siempre
encontrarás alcaldes y concejales), sino que adquieran productos y servicios en
las tiendas más cercanas, están llevando a cabo idéntica tarea a lo que se deja
esbozado en este artículo de hoy. Cada cual que haga lo que crea conveniente,
pero aliento a los que no comparten líneas barriobajeras para que actúen en
consecuencia. Ya lo decía el Padre Antonio: De cobardes nunca se ha escrito
nada. Dado que amedrentar es lo suyo, yo no me pienso callar. Ni voy a dejar de
escribir. Ánimo a todos los que han alzado la voz. Y animo a los que piden la
paz y la palabra (mis excusas, Blas de Otero).
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