martes, 3 de abril de 2018

Una interesante velada

La nueva Junta Directiva de la Sociedad Valle de Taoro (Casino de Las Dehesas, Puerto de la Cruz) se ha propuesto que antes del próximo 8 del presente mes de abril (la entidad cumplirá ese día 96 años de existencia) sus instalaciones ofrezcan un remozado aspecto. Porque, y ya lo manifestamos en otro comentario en este mismo blog, los anteriores dirigentes casi logran llevar al traste una historia que no ha sido valorada como bien se merece. Que un barrio haya sido capaz de mantener viva la llama del asociacionismo durante tanto tiempo, marca un hito trascendental en la historia de Puerto de la Cruz. Y el centenario, a la vuelta de la esquina.
Desde el pasado mes de enero se vienen acometiendo las obras más perentorias. Si digo que hasta los techos se estaban cayendo por problemas de filtraciones en una cubierta que requería una impermeabilización urgente, puede que me quede corto. Y con tal motivo, ayer tarde me llamó el presidente (Domingo García Díaz) para que le echara una mano en volver a colocar los libros en el restaurado mueble que a la entrada del edificio, junto al viejo piano en el que Fulgencio tocaba El relicario (a dos dedos), ese famoso pasodoble compuesto por José Padilla en 1914, da fe de una dilatada trayectoria cultural. Ahí estaremos, junto a Cristóbal Díaz Tena, para aportar nuestro granito de arena. Y ya que estoy, aprovecho para indicarte que puedes tú también colaborar adquiriendo el libro 75 años en la historia de un barrio (quedan unos ejemplares) a módico precio. Aunque algún organismo aporte un bidón de pintura, siempre serán bienvenidas las ayudas.
Rescato hoy dos pasajes que las hemerotecas nos brindan. El primero fue publicado en Gaceta de Tenerife el 20 de mayo de 1928 (página 2) y llevaba por título el que entendí oportuno copiar para el presente: Una interesante velada. Viene firmado bajo el seudónimo NI-PÍO, y es del tenor literal siguiente:
«Junto con el programa que oportunamente se publicó en este diario, recibimos una atenta invitación del señor presidente de la sociedad de instrucción y recreo Valle de Taoro, domiciliada en el populoso barrio de Las Dehesas, jurisdicción de este Puerto.
Con el propósito de informar a nuestros lectores, y por lo atrayente del programa, a las ocho de la noche del pasado día 6 nos despedimos de varios amigos y amigas en la plaza de la Constitución, y dirigimos nuestros pasos hacia Las Dehesas, haciendo nuestra entrada en el Centro a las ocho y treinta, en el cual fuimos atentamente recibidos y obsequiados por su digna Junta Directiva, en especial nuestros queridos amigos don Florencio Sosa Acevedo y don Sabas Pérez Correa, presidente y secretario, respectivamente, de aquella culta y entusiasta sociedad, los cuales me presentaron al ilustrado vicepresidente don Aquilino A. Hernández y al simpático joven don Pablo Delgado Luis, entusiasta director del Cuadro de Declamación.
Pasamos a la planta alta, o sea, al salón de espectáculos, y, si hemos de ser sinceros, nos hemos quedado atónitos, pues nunca creímos que en La Dehesa existiera tal hermosura: Un artístico escenario, pintado con exquisito gusto, formando su frente dos columnas, imitando al mármol, envueltas por una preciosa cortina encarnada y al centro, por la parte alta, con bella perfección pintado el escudo del Puerto de la Cruz. Por todas las paredes se ven colocados bonitos ramos de flores naturales que con las diversas “Petromax” que iluminan el salón y las tantas y tantas caras de simpáticas y bonitas mujeres dan al conjunto un espectáculo precioso, encantador, sublime…
El señor vicepresidente, que hace de acomodador, nos señala una silla en preferente fila, llamándonos la atención que junto a la nuestra se hallaran cuatro más sin ocupar. El señor Hernández nos lo explicó: Estas cinco sillas están reservadas para los representantes de la Prensa, a los cuales ya usted sabe que siempre les pasamos invitación; si pasado un cuarto de hora de empezado el espectáculo los corresponsales no han llegado, entonces se da orden en la taquilla por si hay quien las desee.
Son las nueve y veinticinco cuando es ocupada otra silla por un estimado compañero, y cinco minutos más tarde se descorre el telón, apareciendo el joven presidente, el cual, con breves y elocuentes palabras, expresa la importancia del acto que se va a celebrar. Actos como este –dice– celebrados en un pueblo o ciudad, hablan muy alto de la cultura de sus moradores, pero aquí, señores, en Las Dehesas, tiene mayor significación porque representa el sacrificio de una juventud que, con sus manos encallecidas por el rudo y cotidiano trabajo, demuestra deseos de progreso y cultura. (Grandes aplausos)
Acto seguido se pone en escena la graciosa comedia en dos actos “Estrenar sin ensayos”, siendo muy bien desempeñada por los jóvenes don Manuel Fernández Fuentes, don Francisco Pérez Correa, don José Delgado Luis, don Antonio Ramón Castro, don Elías Pérez Delgado y don Pablo Delgado Luis, siendo este último el que más hizo reír.
Seguidamente, romanza de “El huésped del sevillano” y “Un viejo amor” (canción mejicana), por los jóvenes tenores don José Bello y don Ramiro Arnay, los cuales lo hicieron magistralmente.
De los monólogos cómicos, “Un orador forense” y “El anarquista”, interpretados por el popular y simpático Antonio Rey Álvarez; baste decir que aún hay quien le esté doliendo el estómago de tanto reír.
Las poesías “Madre”, “Nochebuena”, “Cicatrices” y “Es un golfo”, fueron todas magistralmente interpretadas por don Julián Calzadilla, don Gregorio Fernández, don Ramiro Arnay y don José Bello, siendo igualmente muy aplaudidas “La plegaria de una Virgen” y “Mantón de Manila”, por las bellas y simpáticas señoritas Rosalba García Delgado y Luisa Calzadilla Ruiz.
También los monólogos “El primero de todos” y “Sinibaldo Campánula”, interpretados por don Julián Calzadilla y don Francisco Pérez Correa; fueron de mucho agrado para el público, que aplaudió sin cesar.
Por el programa que tenemos en las manos, vemos como solo nos resta oír al joven secretario de Valle de Taoro, a quien, con certeza, aunque él diga lo contrario, se le confió el resumen de la velada.
Aparece el señor Pérez Correa, y es saludado con atronadores aplausos, extinguidos los cuales comienza haciendo un hermoso discurso en verso, que muchas veces tuvo que suspender por la incesante aclamación del público.
Tuvo frases de gratitud para cuantos prestaron su concurso para el esplendor de aquella fiesta, y en especial para las señoras y señoritas que con su presencia honraban aquel local. Al final fue de nuevo muy aplaudido.
Y no terminará este pobre trabajo el cronista sin antes felicitar a todo el barrio de Las Dehesas por el éxito obtenido en la expresada velada que, como dijo el señor Sosa Acevedo, representa deseos de progreso.
Desearíamos que estas líneas mal hilvanadas, sirvieran como de estímulo para que actos de esa naturaleza se celebren con más frecuencia; y no nos referimos al Casino de Las Dehesas, sino a todas las sociedades de la localidad que dejan trascurrir el tiempo sin que organicen espectáculos de esa índole que a la par que se les proporciona unas horas agradables a sus socios y familiares, habla muy alto de la cultura del Centro.
Y terminaré por hoy, publicando el final del hermoso resumen poético de nuestro amigo don Sabas P. Correa:
Proseguid, Valle Taoro, / por esa ruta emprendida, / que vale más en la vida / la inteligencia que el oro».
Y el segundo se publicó en El Progreso, 27 de agosto de 1930, página 1, y lo firmó Florencio Sosa Acevedo bajo el título de “Una sala de lectura y una biblioteca en el campo”. Esta es su transcripción:
«Yo mismo debo dar la noticia. El día 30 de este mes, sábado, se inaugurará en el barrio de Las Dehesas, Puerto de la Cruz, una sala de lecturas con biblioteca. Muy modesta es esta obra, pero de ella espero frutos muy beneficiosos.
Por lo pronto en la sala de lecturas se podrán leer los siguientes periódicos y revistas: EL PROGRESO, La Prensa, Gaceta de Tenerife y La Tarde, de Santa Cruz de Tenerife; Las Noticias, de La Laguna; Decimos, del Puerto de la Cruz; El Campo, de La Orotava; Diario de Las Palmas, de Gran Canaria; El Tiempo, de Santa Cruz de La Palma; El Sol, El Socialista, Estampa y Nosotros, de Madrid; Estudios y Helios, de Valencia.
La biblioteca empezará a funcionar con unos 30 ó 40 libros. Pocos, ¿verdad? Pero daos cuenta que todo es a expensas mías; y esto lo debo decir aunque se me tache de vanidoso e inmodesto. Abrigo la esperanza de encontrar algunas personas que me ayuden, para que pronto sea una realidad la biblioteca circulante. Ya se me han hecho ofertas de libros.
De todas maneras, con unos cuantos periódicos, revistas y libros, vamos a comenzar nuestra obrita, conforme nos hemos propuesto, No nos es posible hacer más.
Tenemos interés en que los periódicos publiquen estas líneas por si alguno de sus lectores nos quisiese favorecer con algún libro u otra publicación. Caso de ser así, agradeceríamos mucho a los desinteresados donantes nos lo comunicasen para pasar a recogerlos. También estimo que se deben publicar estas cosas por si apareciesen quienes puedan y quieran realizarlas en otros lugares. ¡Qué falta está haciendo esto, tanto en el pueblo como en el campo!»
A perdonar la extensión, pero entiendo que valía la pena y venía como anillo al dedo ante la situación actual. Solo me resta volver a felicitar a quienes han tomado las riendas de la Sociedad. Saben que cuentan con mi ánimo y mi apoyo. Hay que dignificar a los que ha bastantes décadas supieron mantener viva la llama. Merecen nuestro más profundo reconocimiento. Si aquellos héroes hubiesen vivido la dejadez y el abandono de estos últimos años… No, porque sencillamente no lo hubiesen permitido. Intentaremos, Florencio, no defraudarte esta tarde al ir llenando los estantes del recuperado mueble con esos tesoros. Serán algunos más que aquellos pocos con lo que tú comenzaste. Tu siembra ha ido fructificando. Y ojalá que no se vuelva a producir un bache tan grande.

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