La fotografía constituyó, según el PP, todo un hito
informativo. En la misma, Adolfo González, primer teniente de alcalde del
ayuntamiento de la Villa de Los Realejos, y presidente de la comisión insular
de cultura del Partido Popular tinerfeño, junto al diputado regional Agustín
Hernández, muestran una lámina en la que podemos observar la fachada de la casa
natal de Viera y Clavijo. Se encuentran ambos en los exteriores de la sede del
Parlamento, en Teobaldo Power, y simbolizan la materialización de una propuesta
sugerida por la precitada comisión y elevada al órgano legislativo a través de
una proposición no de ley (PNL) para promover la adquisición de dicha casa,
declarada monumento histórico de Canarias.
En la misma se insta al gobierno regional a que una vez
adquirida la propiedad se proceda a la redacción y ejecución de sendos
proyectos de rehabilitación integral y puesta en uso del inmueble como centro
cultural, de estudio y divulgación de la figura de Viera y Clavijo. El acuerdo
obtuvo el voto unánime de la cámara. Y es que los asuntos donde prima el
sentido común, las ideologías quedan al margen. Al menos eso entendemos los que
desde la distancia contemplamos espectáculos nada gratificantes cada vez que sus
señorías –de aquí y de allá– ocupan sus escaños para ponerse a discutir como en
cualquier patio de colegio que se precie.
Como el asunto viene coleando desde la década de los ochenta
del pasado siglo, cuando leí el particular quise entrar en estado de ánimo positivo
–por enésima vez– y llevo unas semanas pensando si esta vez va a ser la
definitiva. Lo malo es que después me pongo a ver la tele y agarro cada
depresión...
Hace un par de días se debatió en el Senado otra moción
–presentada por la popular Isabel García Luis– para instar al Gobierno
(nacional) a contribuir al impulso del plan de difusión, nacional e
internacional, de la figura de don José de Viera y Clavijo, eminente
historiador, escritor y científico ilustrado, máximo exponente de las letras en
el archipiélago y una figura de cohesión cultural para todas las islas. Recibió,
asimismo, apoyo unánime.
Cuando anteayer la senadora publicó este tema en las redes
sociales, obvió que en dicha sesión parlamentaria la también senadora Olivia
Delgado había defendido una propuesta de adición por la que solicitaba que
hubiese apoyo económico del Ejecutivo de Rajoy para la compra de lo que hoy
sigue siendo propiedad privada. Y que fue rechazada porque el PP estimó que no debía
apoyarla.
Entiende este aprendiz de casi todo, y así se lo hice saber
a la senadora icodense en un comentario, que se ha perdido una magnífica
oportunidad para sumar esfuerzos. Porque nunca está de más la colaboración de
las instituciones, y si las cargas se reparten, mayor facilidad para la
adquisición de esa casa por la que llevamos esperando bastantes décadas. Pensarían
los populares de allá que no tocaba, que con el apoyo al plan de difusión era
suficiente y corresponde seguir esperando, algo a lo que los realejeros estamos
acostumbrados, casi resignados. Y otros ejemplos significativos podrían
consignarse.
Parece lógico que si se cuenta con una sede física (museo,
centro cultural o como quieran denominarlo), todos las posibles actividades a
desarrollar disfrutarían del soporte adecuado y gozarían, en suma, de mucho
mayor crédito y fundamento.
Pero debo estar equivocado porque no se me contestó a la
simple pregunta de si no era más fácil aceptar el añadido antes de cerrar la
puerta de manera tan brusca. Si esta es la coherencia del PP de aquí con el
allá, guárdenme un cachorro. A no ser que mi alcalde haya decidido no aceptar
regalos y adquirir (como hizo con su título) la edificación con el superávit
municipal. Porque no quisiera pensar que doña Isabel y él no hayan sido capaces
de vender nuestros encantos a la cúpula nacional. Claro que si esto lo uno al
arranque habido con el afer de la depuradora, hasta los ateos nos ponemos a
hacer cruces.
Por una mísera contribución hubiese tenido Mariano la
oportunidad de venirse al pueblo para lanzarse en parapente o disfrutar, como
hace en Amadores, de un espléndido baño en El Socorro. Son detalles que el
Partido Popular, muy en horas bajas, debería cuidar. Pero en su empeño de
marcar diferencias con Madrid, flaco favor se están haciendo por estos lares.
Lo compruebo cada vez que inserto en el blog cualquier comentario relacionado
con el equipo de gobierno. Por el número de visitas me da que el pueblo
despierta de su profundo letargo. Mi alcalde está jugando con fuego e intentado
minimizar los efectos colaterales. Pero ayer me paró un amigo por unas de las
tantas avenidas del colesterol, y me preguntó que era eso de la Peña Los
Roques. Se lo expliqué con sumo gusto, claro. Incluso le conté que el 26 de los
corrientes nos volvemos a ver.
En los primeros días de este mes tuve la oportunidad de entablar
amena charla con alguien que conoce muy bien por dentro la administración
realejera. Y echaba en falta planificaciones a medio y largo plazo. También en
la faceta cultural. Donde se va, me señala, a salto de mata. Así que, estimados
vecinos, sigan tranquilos que cualquier tarde de estas nos enteramos de que han
aprobado otra propuesta para adquirir la casa de Agustín Espinosa. Y que el
Centro de Interpretación de los molinos de Realejo Bajo será una realidad. Y de
que el Cine Viera pasará a ser un verdadero auditorio. Y de que… Hasta luego,
me está llamando mi mujer.
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