Ayer por la mañana fué abierto nuestro
puerto por esta Comandancia de Marina. Del muelle están siendo retiradas las mercancías.
Los desperfectos que en la explanada causara el temporal están siendo reparados.
Algunos prismas de la escollera fueron
sacados de su sitio. Poco más abajo de la caseta de los correos interinsulares,
las olas abrieron una brecha removiendo parte del pavimento de la explanadas.
También en el Cementerio viejo el
temporal ha causado destrozos, derribando dos paños de pared de aquel recinto.
Desde anoche la lluvia ha cesado. El
cielo se despejó completamente, luciendo hoy un sol espléndido. El día es
primaveral.
Esta capital, que desde el domingo
pasado era una ciudad muerta, desde ayer, y más hoy, ha recobrado su vida. El
tráfico en el muelle y calles es grandísimo, más intenso que de costumbre.
La considerable cantidad de lodo y
piedras diseminados por las torrenteras de los días de lluvia, en especial ayer
están siendo recogidos de las calles.
El Progreso, 14 de febrero de 1920, página 2
En La
Palma
Al amanecer del día 8 del corriente
mes las montañas en esta isla estaban cubiertas de nieve. En la cima de las
mismas ésta aparecía como una inmensa sábana que cubría completamente los
escabrosos riscales de la intrincada sierra.
En las primeras horas de la noche el
tiempo era imponente. La lluvia continuaba en la misma forma que por la tarde;
pero los truenos se sucedían y el mar agitadísimo por el viento, amenazaba derribar
las murallas que servían de contención al muelle.
La carga que habían desembarcado en
Santa Cruz de la Palma los vapores La Palma y Estrella de Oro gran parte de
ella fué arrojada por las olas, que salvaban la muralla de Barlovento del
puerto, barrían impetuosamente la superficie del mismo. La caceta que tenía
allí, para el despacho de vapores, los señores Elder Dempster y Compañía, fué
completamente destrozada.
Parte de la carga fué arrojada a las
playas inmediatas completamente averiada. Las pérdidas experimentadas son de
alguna importancia. La carga era general y muy necesaria para el abastecimiento
de la población.
Gaceta de Tenerife, 14 de febrero de 1920, página 1
Renace
la calma
El día de ayer amaneció también
lluvioso, cayendo sobre la población agua en abundancia.
Los barrancos han traído gran cantidad
del líquido elemento, ocasionando destrozos en algunos sitios. Las aguas que
corrían por el barranco del Aceite se desbordaron, siendo de necesidad abrir
zanjas para encauzarlas.
Igualmente las fuertes lluvias de
estos días han causado destrozos de importancia en el Cementerio de San Rafael
y San Roque.
El viento ha cesado de soplar a pleno
pulmón y desde por la tarde el tiempo se ha presentado primaveral.
Por la noche el cielo se despejó
completamente. En el puerto reina otra vez la tranquilidad.
Gaceta de Tenerife, 14 de febrero de 1920, página 2
El 14 de febrero de 1920 fue sábado. Y toda la semana, a
tenor de las crónicas, se la había pasado lloviendo. Las cumbres se hallaban
nevadas y las cosechas se aseguraban. Los destrozos habidos se compensaban con
los litros acumulados. ¿Calentamiento global o cambio climático? No sé. Por estas
mismas fechas, pero hace apenas seis años (2014) nevó en Chipude e Igualero.
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