sábado, 15 de febrero de 2020

El temporal (y 2)

En esta capital

Ayer por la mañana fué abierto nuestro puerto por esta Comandancia de Marina. Del muelle están siendo retiradas las mercancías. Los desperfectos que en la explanada causara el temporal están siendo reparados. 

Algunos prismas de la escollera fueron sacados de su sitio. Poco más abajo de la caseta de los correos interinsulares, las olas abrieron una brecha removiendo parte del pavimento de la explanadas. 

También en el Cementerio viejo el temporal ha causado destrozos, derribando dos paños de pared de aquel recinto.

Desde anoche la lluvia ha cesado. El cielo se despejó completamente, luciendo hoy un sol espléndido. El día es primaveral.

Esta capital, que desde el domingo pasado era una ciudad muerta, desde ayer, y más hoy, ha recobrado su vida. El tráfico en el muelle y calles es grandísimo, más intenso que de costumbre. 

La considerable cantidad de lodo y piedras diseminados por las torrenteras de los días de lluvia, en especial ayer están siendo recogidos de las calles.

El Progreso, 14 de febrero de 1920, página 2

En La Palma

Al amanecer del día 8 del corriente mes las montañas en esta isla estaban cubiertas de nieve. En la cima de las mismas ésta aparecía como una inmensa sábana que cubría completamente los escabrosos riscales de la intrincada sierra. 

En las primeras horas de la noche el tiempo era imponente. La lluvia continuaba en la misma forma que por la tarde; pero los truenos se sucedían y el mar agitadísimo por el viento, amenazaba derribar las murallas que servían de contención al muelle.

La carga que habían desembarcado en Santa Cruz de la Palma los vapores La Palma y Estrella de Oro gran parte de ella fué arrojada por las olas, que salvaban la muralla de Barlovento del puerto, barrían impetuosamente la superficie del mismo. La caceta que tenía allí, para el despacho de vapores, los señores Elder Dempster y Compañía, fué completamente destrozada.

Parte de la carga fué arrojada a las playas inmediatas completamente averiada. Las pérdidas experimentadas son de alguna importancia. La carga era general y muy necesaria para el abastecimiento de la población.

Gaceta de Tenerife, 14 de febrero de 1920, página 1

Renace la calma

El día de ayer amaneció también lluvioso, cayendo sobre la población agua en abundancia. 

Los barrancos han traído gran cantidad del líquido elemento, ocasionando destrozos en algunos sitios. Las aguas que corrían por el barranco del Aceite se desbordaron, siendo de necesidad abrir zanjas para encauzarlas. 

Igualmente las fuertes lluvias de estos días han causado destrozos de importancia en el Cementerio de San Rafael y San Roque. 

El viento ha cesado de soplar a pleno pulmón y desde por la tarde el tiempo se ha presentado primaveral.
Por la noche el cielo se despejó completamente. En el puerto reina otra vez la tranquilidad.

Gaceta de Tenerife, 14 de febrero de 1920, página 2

El 14 de febrero de 1920 fue sábado. Y toda la semana, a tenor de las crónicas, se la había pasado lloviendo. Las cumbres se hallaban nevadas y las cosechas se aseguraban. Los destrozos habidos se compensaban con los litros acumulados. ¿Calentamiento global o cambio climático? No sé. Por estas mismas fechas, pero hace apenas seis años (2014) nevó en Chipude e Igualero.

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