Puede que el titular te resulte algo exagerado. Pero lo es
(un atraco), y en toda regla. Porque pagar 108 millones de pesetas anuales (que
debía ser el presupuesto total del ayuntamiento cuando uno transitaba por el
edificio que hoy alberga la Biblioteca Municipal) a todo un equipo de gobierno
en Los Realejos, para que la cohorte de concejales se limite a machacar las
ideas de otros, y bien poco más, resulta escandaloso. Y viene a demostrar las capacidades
de gestión de quienes rigen los destinos públicos en la Villa de Viera. Me
imagino a mi abuela soltando su letanía de “malimpriadito dinero”. Más ridículo
aún el que, en cuádruple salto mortal hacia atrás y sin red, sean capaces de
poner en solfa a otras administraciones por cometer idéntico pecado. ¿Torpes,
me preguntas? Creo que te quedas corto.
Es penoso que a catorce ediles (todos cobran, como ya
indicamos en artículos anteriores, porque los cuatro que no pudieron ser
liberados perciben más de mil euros mensuales, que pueden compatibilizar sin
problema alguno con otros trabajos) no se les pueda reconocer más mérito que el
copia y pega. ¿De qué nos valen currículums, tal vez inflados, si luego no
demuestran más valías que el aprovecharse de las proposiciones de la oposición?
Máxime cuando estos no disponen, ni por asomo, de los mecanismos, técnicos y
humanos, disfrutados por el grupo popular. Y cuya labor política deben ejercer
tras haber cumplido con sus obligaciones laborales. Y menos entiendo aún que
los responsables de áreas tan fundamentales como son Hacienda y el Plan General
de Ordenación Urbana tengan a su frente a dos de esos cuatro sin dedicación
exclusiva. A la par que, verbigracia, nos encontramos con dos concejales de
Patrimonio. Lo que señala bien a las claras que el organigrama busca solo el
reparto de chiringuitos antes que la eficacia y la rentabilidad. Y ya que puse
este ejemplo, echen una visual a señeros edificios del pueblo.
Como se ha dejado manifestado en este blog (y en Pepillo y
Juanillo), en un número bastante apreciable de posts, se margina de forma
sistemática a quienes también son representantes de la ciudadanía no aceptando sus
propuestas. Bien alegando que “están en ello”, bien rechazándolas sin mayores explicaciones,
porque dispongo de mayoría absoluta y hago lo que me venga en gana. Aunque
alguna vez, rara avis, no les queda más remedio que rendirse ante la evidencia
y aceptar, de mala gana, que los grupos de la oposición también tienen una
bombilla. Y con más corriente que las del alumbrado público. O las de ellos, si
bien fundidas y sin posibilidad de recambio, según podemos deducir de una
deriva mucho más que preocupante. Porque no se vislumbra que al ausente se le disimulen
sus escaqueos con un mínimo de dignidad.
La última ha sido la que nos indica la foto. Comparecencia
para dar a conocer que en el ejercicio económico de 2019 ─¿elecciones?─ habrá nuevas bonificaciones fiscales.
Como la rebaja del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles, o el recibo de la Contribución,
para entendernos) a más familias numerosas (se amplía la cantidad de ingresos
totales anuales por miembro familiar), amén de ciertas exenciones en el pago de
tasas. Justificado por el señor alcalde como medidas de alivio fiscal para los
vecinos, a pesar de las restricciones y penalizaciones impuestas por el
Gobierno de Canarias. De los sablazos de Rajoy para rescatar bancos, de los
recortes y congelaciones habidas (incluso a los pensionistas), de la negativa a
incrementar el Salario Mínimo Interprofesional y otras menudencias, mutismo
absoluto. Como tampoco una alusión a que este asunto sale de una proposición
del grupo socialista (marzo de 2018) y que fue aceptada en sesión plenaria. Y
ahora es presentada, con el boato y pompa de rigor, como iniciativa de la
concejalía de Hacienda. Cinismo y prepotencia, pero, al tiempo, grandes dosis
de inutilidad. Y sin remedio aparente. Bueno, sí, en mayo próximo, siempre que este
pueblo deje de esnifar el humo que le venden. A precio, de oro, claro, pero
como somos así de generosos, podemos permitirnos el lujo de pagar sueldos sin
que el currante tenga la obligación de presentarse en el puesto de trabajo.
La mayoría de sugerencias
son rechazadas. Pasados unos meses resucitan. Otras, las menos, son admitidas.
Pero tanto en un caso como en el otro, jamás se ha confesado la autoría
original. El que está acostumbrado a robar entiende que todo es lícito, que
todo el campo es orégano. Te cito unos ejemplos de los que, quizás, alguno te
suene. Aunque tú creías que salieron de un momento lúcido de cualquier miembro
del grupo de gobierno en la Avenida de Canarias. Craso error, no pidas peras al
olmo. Si te digo que son más inútiles de lo que yo pensaba, lo mismo te
desengaño. Cuidado, no obstante, cuando despiertes. Este medicamento presenta
contraindicaciones. Vamos allá:
Vestuarios del
Antonio Yeoward (La Puntilla, o Llanos de Méndez, mejor), en La Longuera.
Comisión de Seguimiento de Sugerencias y Reclamaciones. Compra de viviendas por
el Instituto Canario (en La Cruz Santa). Vasos reutilizables en los aconteceres
lúdico-festivos. Oficina Municipal de Empleo. Oficina de asesoramiento a las
fiestas con los planes de seguridad (Marrón sigue paseando y hablando por el
móvil). Reducción de tasas por vallado de solares. Medidas de seguridad en el
Parque de San Agustín. Parques adaptados (solo existen, creo, dos columpios de
tal índole y uno se lo debemos a La Caixa)…
Si has visto en
la web del ayuntamiento (perdón, de Manolo y su grupo) algo al respecto, te
apuesto un euro (hoy doblo el envite) a que no has atisbado ni una sola palabra
de quien pudo ser el artífice de semejante ocurrencia. Que el ingenio, creen,
es propiedad de los que marchan por la derecha. Incluso en Inglaterra. O en
Wyoming. Por cierto, no te creas que navegar en el sitio oficial
(supuestamente) es cuestión menor. Menos mal que yo no tengo nada que hacer y
me entretengo, pero de accesible, más bien poco.
No te limites a
leer y asentir con la cabeza. Eso está bien, pero no es suficiente. Es
necesario que el pueblo se entere del engaño. Si tú se lo comunicas al vecino es
probable que la bola se agigante. Las gentes no están enteradas de lo que se
cuece en ciertas trastiendas y permanecen en un oscurantismo más propio de
épocas pretéritas que de un presente de oportunidades informativas. Es
primordial que ese castillo de naipes se derrumbe. Porque nos está costando un
ojo de la cara, y parte del otro, un grupo al que solo le interesa lucir
palmito de cara a la galería. Pero que se ríe a mandíbula batiente a nuestras
espaldas. Fuera máscaras ya. Y bien pagados, arriba. Vamos, una sangría en toda
regla. Lo dicho: un atraco a mano armada.
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