miércoles, 17 de octubre de 2018

¿Está nervioso?

Lo iba a titular en plural y sin interrogaciones, porque creo que sí lo está─ pero como a la mayoría de concejales que forman parte del equipo de gobierno realejero se le escucha siempre el estribillo de “yo me debo a Manolo”, me pareció que obraba más en justicia dedicando el presente comentario de manera exclusiva a quien merece, y reclama permanentemente en sesiones fotográficas (menos cuando va al baño; sí, recuerden la negativa a la depuradora comarcal), todos los honores de al menos tres mandatos en la gestión municipal. Trabajo que yo te resumo con una simple pregunta: ¿Me podrías indicar, por favor, al menos tres proyectos de relevancia que se hayan ejecutado en la Villa de Viera sin la ayuda externa de cualquier otra institución?
Me pareció conveniente repetir la foto que colgué ayer en una red social –de la que el alcalde me eliminó tiempo ha– y junto a la de los generosos sueldos (que ya publicara en su día el grupo socialista) en los que se mueven estos dirigentes, dignos aprendices y mejores seguidores del que se va a chivarle a la todopoderosa Merkel que los malvados socialistas pretenden subir el salario mínimo interprofesional hasta los 900 euros. Vaya descaro, qué atrevimiento, cuando la cancillera lo elevó hasta 1645 euros mensuales por las tierras teutonas.
En la pregunta anterior te señalo que no vale contar el piche, recurso electoral de primer orden. Ni el mantenimiento de los servicios a los que todo municipio está obligado. Faltaría más que no se atendieran los jardines. Ni que se cuide el suministro de agua potable. O que no deje de pasar el camión de la basura… ¿Cómo? Del alumbrado público te rogaría que corras un tupido y oscuro velo. Desde que se privatizó el particular, no veas cómo está de ‘privada’ (canarismo: muy contenta, llena de gozo) la empresa adjudicataria. Le viene resultando un beneficio de tres pares de narices. Mientras nosotros lo vemos cada vez más negro, el ayuntamiento paga religiosamente el canon establecido sin que Effico (Compañía de Eficiencia y Servicios Integrales, S.L.) reponga un cable. Manda voltios y amperios.
Como algunos ya se han atrevido a no dorarle la píldora al señor Domínguez, lo que le enerva sobremanera, este ha arremetido últimamente con cajas destempladas ante situaciones que creía dominadas. Y es que donde no encuentre el protagonismo (aunque sea Pedro Sánchez la diana con la que tapar vergüenzas ajenas) que cualquier luz divina, proveniente de Wyoming, le causara una transverberación al más puro estilo de Santa Teresa (es que como pasé hace unos días por Alba de Tormes, algo se me pegó), saca pecho y demuestra que la careta de niño bueno es de quitapón.
Podría contarte avatares de las ayudas prometidas al joven que sufrió el desgraciado accidente que le costó la amputación de tres dedos en su mano derecha y de cómo se puede ser capaz de jugar con los sentimientos de una familia, a sabiendas de que el proceso de superación del trance ha sido, y lo sigue siendo, de lo más duro que se pueda soportar. O de cómo se toma parte en un conflicto vecinal que se enquista cuando lo que procede, por pura lógica, es la intermediación. O de cómo parecen no gustarle demasiado las papas a quien se ha endiosado hasta límites sacrílegos. Y uno, a veces, debe ser prudente y comedido por razones de amistad y por temor a represalias mayores. Qué pena. Nos queda, no obstante, el recurso de las urnas.
Mientras, sigue cobrando por un trabajo que no cumple sino a jornada muy parcial. Y los otros, el resto de la foto, no son capaces de mover un dedo sin que el jefe, a pesar de pomposas delegaciones para justificar sueldos, autorice resolución alguna. Y como la ubre parece dar leche a raudales –no hay nada como la teta pública– nos inventamos 10 reuniones mensuales para los cuatro concejales no liberados (menos mal que la ley puso cierta cortapisa, que si no, todos a ordeñar), a razón de 75 euros por cada una, que añadido a las asignaciones por asistencia a comisiones y sesiones plenarias, suponen bastante más que la pretendida subida al salario mínimo. Esa que al señor Casado le parece escandalosa porque llevará al país a la bancarrota. Cínicos y prepotentes. Lobos disfrazados aunque intenten disimularlo con barnices y potingues varios.
Y como sabe que los realejeros comenzamos a despertar del letargo, que ya ha dejado de causarnos efecto la adormidera suministrada, afloran los nervios. Y los tics se reproducen de manera inexorable. La culpa será del Cabildo, chivo expiatorio de una dejación en la gestión municipal sin precedentes en Los Realejos. De los once millones invertidos por la institución insular –algo habrán tenido que ver los consejeros socialistas–, mutismo absoluto. Me imagino que la Avenida de Canarias será reinaugurada una docena de veces. Y en todas ya podrán presuponer quién será el protagonista. Quítense Rambos y Rambitos.
Abonamos estos sueldos, en las más de las ocasiones, para que estos bien pagados copien, sin rubor alguno, propuestas ajenas, rechazadas sistemáticamente en las sesiones plenarias, y luego presentadas como propias. Con mucha jeta, y punto. Son así. Dan más de no.
Para terminar, dos consejos:
A los que tengan dos dedos de frente, frótense con ahínco los ojos y olviden que hubo un espejismo en sus vidas. Despierten.
A los que tengan solo un dedo de frente, o carezcan de esta, no quisiera estar a vuestro lado cuando se les encienda la luz, aunque me temo que las retinas no estén por la labor. Sigan soñando con pajaritos preñados.

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