Dóciles y
corderitos
quiere a los
curas Manolo,
pues en el
pueblo habla él solo
y los demás,
calladitos.
Anden todos
derechitos
y nada de
voz alzada,
yo dirijo la
manada
porque
también soy pastor
–aparte de
cazador–
y al jefe no
se le enfada.
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