domingo, 20 de enero de 2019

20: No cabían más

Para arreglar las puertas de la iglesia orotavense de San Agustín –unos nueve mil euros, según leo– se ha debido firmar el pertinente convenio de colaboración, por el que el ayuntamiento asume en su totalidad el presupuesto de la obra. Y no es que la cantidad sea desorbitada, pero, a tenor de los personajes que contemplamos en la foto, diríase que estamos ante la culminación de todos los conflictos bélicos que asolan este mundo. Nos apuntamos con facilidad pasmosa al retrato y nadie se priva a la posibilidad de quedar inmortalizado. Otra cuestión, en la que hoy no voy a entrar, es en si corresponde a las instituciones públicas correr con los gastos de una creencia religiosa. Porque sentar precedentes en un estado aconfesional puede derivar en muchas más solicitudes, que no sé si Linares está dispuesto a asumir. Máxime cuando con la excusa de la crisis se cargó el Festival Internacional de Folclore Arautápala. Algo que me sigue doliendo, pero que los grupos implicados en su organización tampoco parecen estar demasiado reivindicativos. Vamos con la décima:

Fíjate bien en la foto,
pues más parece el sellado
de un importante tratado
que del arreglo de un roto.
Nos quieren vender la moto
de un  asunto de postín
y es un mero arreglín
para adornar las entradas,
un tanto deterioradas,
del templo San Agustín.

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