Aún sin
llegar la ministra del ramo a la Carrera de San Jerónimo para entregar la
documentación a la presidenta del Congreso, ya se producían en Canarias ciertos
movimientos sísmicos no debidos a fallas ni actividades volcánicas, sino a las
pataletas de siempre, a esa inveterada costumbre de buscar al chivo expiatorio
de las incapacidades propias allende los mares. Entre ellas, el no ser capaces
de gastarse los euros consignados en ejercicios anteriores. Y la capital se
convierte en diana perfecta. Cuando la historia nos demuestra que siempre será
el árbitro que ponga en orden las trifulcas. Pero CC (lo que va quedando: ATI y
un par de estacones), y los voceros de turno, deben agarrarse a cualquier clavo
ardiendo so pena de quedarse en el varadero. Y como ya los comités locales no
valen cincuenta céntimos, las consignas se pasean por los vericuetos de las
redes sociales…
La maquinaria pesada
de ‘cecé’, y no te miento,
se ha puesto en funcionamiento
y la tropa está lanzada.
Ya se mueve la mesnada
contra Madrid a degüello,
porque no hay nada más bello
que un enemigo buscar
con el que poder tapar
la ineptitud… ¡Nuestro sello!
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