Desaforados estamos ya. Nos atrapó la vorágine compradora. Y
el nuevo invento del Black Friday nos ha traído el éxito comercial del denominado
succionador de clítoris. Aparatejo que ha provocado más de un quebradero de cabeza
en atribulados maridos, que se quejan amargamente de que ya sus mujeres ni los
miran. Vamos, que ni caso cuando se ponen pesados. Y no es el clásico dolor de cabeza
la excusa esgrimida. Porque, eso alegan ellos, la cara de satisfacción no
concuerda con la negativa al respecto.
Ello me ha dado pie –y de ahí la primera de los fotos de
este comentario– a que saque a colación aquel hecho verídico, que no anécdota,
del amigo que se pasó larga temporada en acceder a la petición de su cónyuge
para que la llevara a ver el guanche de Icod el Alto. Porque estaba el hombre
plenamente convencido de que a partir de ese momento saldrían a relucir las
comparaciones en cualquier momento íntimo de la vida familiar. Y temía que las
bajonas –interprétalo como quieras– implicaran malas consecuencias. Porque las
matraquillas son difíciles de quitar del magín.
Un servidor, no obstante, que camino por El Lance de vez en
cuando, no dejo de echar una visual a la tan retratada escultura y viendo el
tamaño del individuo pienso que lo mismo el frío de aquellas alturas ha hecho
mella en el atributo. Y es que cuando se mete la bruma, se te encogen hasta las
ideas. Pero allá cada cual con sus cavilaciones.
Y vamos con la segunda. Nosotros la conocemos como la
rotonda del Alteza (que pague la publicidad). Y mientras Manuel Domínguez eleva
su voz cada vez que desde el Cabildo o Gobierno de Canarias se publica algo en
relación al cierre del Anillo Insular, en Los Realejos padecemos auténticos
quebraderos para entrar o salir del pueblo en casi todas las horas del día. Por
la noche dormimos, como en todos lados.
Nadie se ve su joroba, se dice. Pero en el caso de Manolo
está justificado. Él ya no es nuestro alcalde. Dejó de serlo cuando sus
apetencias lo empujaron a otros destinos. Ahora mismo ha renunciado al sueldo
municipal y a la dedicación exclusiva al cargo, para entregarse al Parlamento
de Canarias. Entiende que viste más de cara a sus aspiraciones. Este hecho,
grave de por sí, es perdonado porque en sus ratos libres –el trabajo de diputado
tampoco entraña mayores sacrificios– viene a las sesiones fotográficas y a la
ración de besos con la que contenta al personal.
Mientras, más de treinta años llevamos esperando para una
solución al Callejón de los Cuartos. En ese tiempo (el PP llevará, cuando acabe
este mandato, 16 en las poltrona) no se ha movido una piedra. Y parece que
tampoco un papel. Algún remiendo a base de piche y punto. La remodelación de la
travesía de Los Barros solo ha venido a agravar la situación, pues ha
dificultado tanto la circulación, que es raro el momento en que la cola de
salida no alcanza la “rotondita” de las gasolineras (la que contiene la escultura
que nos señala que somos una CIUDAD amiga de la Infancia). Y carcajéate cuando
una ambulancia hace sonar la sirena buscando una escapatoria.
Hago un pequeño inciso para mentarte la ignorancia histórica
de este equipo de gobierno. Puesto que en el programa de actividades navideñas
podemos leer que se hará entrega de las llaves de la CIUDAD a los Reyes Magos
en La Cruz Santa, antes de dar inicio a la cabalgata. Nada me extrañaría que
cambiaran dentro de poco el cartel que anuncia la entrada en el municipio
(Villa Histórica) en la zona de El Castillo. Y con dos concejales liberados
para Patrimonio. Y otros tanto de Cultura.
Después de que Domínguez aprendió a volar hasta la capital
en parapente, los realejeros que no disponemos de tales privilegios seguimos
inmersos en caos permanente. Y con quince chupando del bote (más los agregados,
apenas un millón de euros la broma), nadie es capaz de meditar un fisco e
intentar buscar alguna solución para la confluencia brutal en la mencionada
zona del Alteza. Ahora también estación de guaguas. El bien pagado jefe de seguridad
–chiquito marrón nos debemos tragar– no se ha percatado aún –no sé cuántos
sueldos más debemos pagarle para que se le encienda alguna bombilla, Led
aunque sea– de que cualquier día se puede armar una buena en estos contornos.
Cuando se atraviese un mal tiempo y llueva con ganas una buenas cuantas horas
seguidas, va a tener que coger sus teóricos planes de evacuación y…
Ya he dejado constancia escrita en este blog. Planificación
a corto y medio plazo: ninguna. Y a largo plazo: menos. Pero cobran puntualmente
e, incluso, hay superávit.
Estás viejo, tío. Cierto, pero todavía bien amueblado.
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