Como Manuel Domínguez se halla entretenido en cerrar el
pacto regional con CC, y abrir con ello la posibilidad de dar el salto a
instancias superiores, salió ayer Adolfo (en la tele autonómica lo vislumbré) a
defender la postura del Partido Popular acerca del medio de comunicación que el
Cabildo de Tenerife pretende implantar. Que se encuentra aún en pañales, pues solo
se ha aprobado iniciar el expediente administrativo correspondiente, pero que
ha valido a los populares para demostrar una vez más qué incongruentes son
cuando las propuestas son paridas por otros. Dado que no les vale el ‘estamos
en ello’ en esta particular cuestión, recurren a una voraz campaña del aborto –quién
lo diría– cuando ni siquiera se ha practicado la prueba del embarazo. Han
echado la carreta a caminar sin percatarse de si los bueyes estaban dispuestos.
Vino a contarnos el segundo de a bordo –por ahora, y con
permiso de Noelia– en la villa norteña que piensan elevar mociones en los 31
municipios de la isla para que sean las pertinentes corporaciones las que den
su parecer al respecto. Dejando claro, por supuesto, su total rechazo a la decisión
que atribuyen al malvado de Carlos Alonso. ¿Una tele pública? Qué despilfarro.
Que yo estudié en Wyoming y mis hijos van a colegios de elite (o élite).
Entiendo que el primer teniente de alcalde realejero, cuando
cruzó la línea divisoria bajo el puente peatonal de La Higuerita, habrá sufrido
total transformación y olvidó, como lo hace diariamente su jefe inmediato, que
aún mantenemos en la Villa de Viera (y de don Antonio González) una emisora de radio
pública desde la que “se fomenta la competencia desleal y el buen rollito con
otras teles, estas sí, totalmente ilegales”. Viene el entrecomillado a
trasladar a mis incondicionales lectores cierto pasaje de un artículo de
opinión que pudimos atisbar en la sección de Criterios del periódico El Día. Te
di norte hace unas horas en mi muro de Facebook. Comentarista con el que no
comparto casi nada, pero que en esta ocasión acierta plenamente. Al César…
Me preocupa sobremanera que el posible ascenso de Adolfo, o
Noelia, no conlleve la corrección de las trazas seguidas por el hasta ahora
máximo regidor. Y la comparecencia de ayer ante los medios de comunicación me
defraudó enormemente. Porque llevó aparejada idénticos tics que los mostrados
por Manolo en su ya dilatada trayectoria en el consistorio de la Avenida de
Canarias. Y es que continuar con la táctica de los desdobles de personalidad en
función del lugar y/o puesto desde el que se emiten opiniones, puede acarrear que
las perturbaciones neuronales se propaguen con el peligro evidente del
contagio. Y me consta que en el equipo de gobierno hay gente aprovechable, que
no está aún influenciada por delirios de grandeza y sostiene su criterio por arriba
de circunstancias aleatorias o efectos colaterales. Me temo, sin embargo, que
la gangrena se extiende ante el peligro de quedar apeado en la próxima
estación.
Sean, populares tinerfeños, en general, y realejeros, en
particular, consecuentes: echen el candado, o privaticen, a Radio Realejos. Ya
empezaron por el alumbrado público, con los nefastos resultados de las
reiteradas tinieblas, y a tiempo se hallan de seguir apostando por las liberalizaciones,
el no va más de la gestión.
¿Para qué esa pantomima de llevar a la consideración de las
sesiones plenarias su ofuscación cabildera? Y si el pacto baja un escalón,
¿cambiamos de sentir? ¿Por qué no se dedican a un solo cargo y procuran
cumplirlo con fundamento? ¿No saben que la avaricia rompe el saco? ¿O se creen,
acaso, imprescindibles, como si fuesen los únicos capacitados para atender a
cuantos más fuegos mejor? ¿Y si al final nos chamuscamos todos?
Me apena que este pueblo que me vio nacer siga ciego a más
no poder. Que se deja engañar con cantos de sirena y que se consuela con una
foto dedicada o con el besuqueo empalagoso. Que obvia los centenares de miles
de euros que se lleva limpio de polvo y paja todo el conglomerado del equipo de
gobierno. Vendedores de humo y encantadores de serpientes. Que presumen de
superávit a la par que proliferan las necesidades.
En el ecuador del mandato 2015-2019, urge convocatoria de
rueda de prensa, y charlas vecinales, si menester fuere, para que la oposición
en el ayuntamiento ponga de manifiesto el grado de cumplimiento del programa
electoral del PP (en el pueblo y no en el ‘extranjero’) y dé a conocer cuáles
han sido las propuestas, mociones y demás presentadas, con especial hincapié en
las que han sido rechazadas sin motivos aparentes. Es que salvo la gestión
obligatoria de los servicios que se encomiendan a una institución local, si yo
fuera parte de ese gobierno no tendría demasiadas razones para sentirme
satisfecho. Salvo que contabilicemos como logros los álbumes fotográficos, las
metopas, ramos de flores y visitas del bien quedar (noticias de sociedad). Y un
sobresaliente al montaje publicitario.
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