viernes, 16 de marzo de 2018

A partir de ahora

Es el título de la última conclusión de un trabajo (Prensa y educación en el Norte de Tenerife entre la I y la II Repúblicas, 1873-1931) inédito (falta de perras), del que solo he dado a conocer ciertas pinceladas y que mereció los máximos parabienes del tribunal que lo sometió al pertinente examen el 3 de septiembre de 2004 (viernes), muy a pesar de (in)determinadas figuras de los medios de comunicación (audiovisuales, fundamentalmente) que pululan por idénticos territorios a los que fueron objeto de investigación. A cuyas eminencias no osa este humilde juntador de letras hacerles la más mínima sombra. Líbrenme de malas tentaciones. Va su transcripción literal:
“Por último, cabe formularse las posibilidades futuras, qué otros trabajos podrían abordarse a partir de la línea marcada por el presente. En consonancia con la aludida escasez de labores de conjunto, ¿por qué no proponer amalgamar esos estudios que se han publicado, relacionados con diversas poblaciones del Sur de la isla? Que hacen referencia a temáticas educativas en diferentes momentos de siglos anteriores. Con los añadidos que fueren menester para ir cerrando espacios de tiempos y lugares. Bebiendo en las fuentes hemerográficas o archivísticas. Porque, a buen seguro, con los avances tecnológicos, con los procedimientos informáticos actuales, tal compendio puede ser mucho más factible.
Luego, cuando ese ayer algo lejano quede fotografiado, correspondería analizar, sosegadamente, el intervalo del régimen franquista. Seguro que hallaremos innumerables enfoques. Con toda probabilidad, ya no sólo los medios impresos, sino la llegada de los audiovisuales, constituirían un enorme soporte para sacar a la luz un material importante.
Por nuestra parte no descartamos retomar algún día lo que se dejó plasmado en la nota aclaratoria de la introducción. Algunos personajes relacionados con el mundo educativo, que fueron parte activa en algunos instantes del proceso estudiado, entiendo que requieren una dedicación más exhaustiva. Al menos tres de ellos llamaron poderosamente mi atención: Clara Eugenia Yanes, Manuel García Pérez (Tinguaro) y José Galán Hernández podrían ser tres pilares fundamentales en una nueva investigación. Una maestra sureña que tomó posesión de la escuela de niñas de Buenavista del Norte, que ejerció su labor allí durante 44 años, que recibió el primer homenaje que rindió el magisterio tinerfeño por tan fecunda labor, pero que siempre permaneció a la sombra de Nicolás Díaz Dorta, su marido[1]; un maestro tardío pero tempranero periodista, fecundo colaborador de variadas cabeceras, que compartió quehaceres con ilustres columnistas, que simultaneó escritos y pizarras, enseñanza pública y privada; y un poeta casi realejero, profundo y erudito, orador en Fiestas de Arte y animador en eventos lúdico-festivos, político y activo sindicalista, víctima de la crueldad de una guerra mal denominada civil...
Son, entiendo, posibles caminos, meras sugerencias. Para periodistas o historiadores. El enfoque multidisciplinar podrá enriquecer el contenido.
Finalizo. Un reciente estudio acerca de la labor del Colegio San Agustín, ahora cerrado, pero que cubrió muchas necesidades en mi pueblo natal –Los Realejos–, me conduce a la última interrogante: ¿Cuántos hechos quedan sumergidos en la frialdad de papeles, expedientes, libros de escolaridad, boletines de calificaciones, exámenes, impresos, tasas, matrículas, fotografías, discursos, excursiones, prácticas de laboratorio, tablas de gimnasia...?
A la consideración de cada cual quedan las posibles respuestas. La casuística presenta un espectro amplísimo. Lógico sería manifestar, para concluir, que ojalá el presente pueda valer siquiera de consulta. Sólo el ruego de la cita conveniente. Porque, para mi desgracia y la de otros muchos que dedicamos algunas horas de nuestro tiempo en nobles empeños, hay mucho aprovechado. Así de claro, así de expresivo. Por qué llamarlo de otra manera. Hay momentos, y este es uno de ellos, que no valen la sorna, la ironía y el barniz. Al César lo que es del César. Los miles de notas al pie dan crédito de la dedicación. Escrito queda”.


[1] Nombrado cronista oficial de la población norteña, cuyo busto se puede contemplar en la plaza de aquella población y que nos dejó escritos algunos apuntes de la historia del lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario