Acusa el PP al resto de formaciones políticas por sumarse al
carro del populismo y la demagogia en el asunto de las pensiones. Bastó que
unos miles de jubilados se echaran a la calle –hecho que se sumó a los
vaticinios de las encuestas– para que a Montoro se le encendiera la bombilla. A
Mariano aún no, porque hace dos días, y sabedor de los recortes habidos, se
descuelga en su cuenta de Twitter con el apoyo del Gobierno a los tres millones
de españoles que padecen enfermedades raras, a los que anima con este mensaje: “Continuamos
avanzando en detección precoz, investigación y conocimiento para mejorar su
calidad de vida”. Primero deja morir (va con dobles el verbo) la Ley de Dependencia
y luego manda flores con la tarjeta de las buenas intenciones. Yo juraría (pero
esto no se lo digas a nadie porque no lo tengo confirmado; déjalo en sospecha)
que él es uno de los incluidos en ese colectivo.
Ven las orejas al lobo y se da inicio a las rebajas. Y como
la marca blanca (léase Ciudadanos) no solo les come el terreno sino que se
permite el lujo de actuar como en estas tierras lo hiciera Nueva Canarias, a
saber, fichar a cuanto descarriado se tropiece por el camino, hay que arbitrar
soluciones para paliar tan terribles efectos. Que diez millones de potenciales
votantes constituyen buen caldo de cultivo. Y los viejitos, conservadores per
se (más vale ruin conocido), pueden inclinar la balanza con manifiesta
facilidad.
Lancemos la proclama de que vamos a reducir el porcentaje de
IRPF a aquellos pensionistas de avanzada edad, puesto que se supone padecen más
achaques. Don Cristóbal no se percató de que no ha sido la faceta sanitaria un
dechado de virtudes en los gobiernos populares. Por lo que los dardos surcaron
los cielos españoles. Y como no se concreta qué significa con exactitud
matemática ese concepto de edad muy avanzada (vaya usted a ver si se refiere
únicamente a los centenarios), cuantificar la rebaja se antoja misión
imposible.
Cuando debería abrirse un serio debate de si es lícito
aplicar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas a quien ya no ‘renta’,
seguimos enfrascados en subterfugios para que este país avance a costa de los
sujetos a una nómina, mientras a grandes
fortunas les sale a devolver. Y observando, para mayor escarnio, que las
entidades bancarias presentan una cuenta de resultados con beneficios
escandalosos, incluso en las peores etapas de la crisis.
El Partido Popular, cada vez más solo en sus cruzadas, pasa
por alto que casi un 65% de las pensiones no tienen la obligación de hacer la
declaración anual porque se percibe tan poco que están exentos de tal
tributación. A ese porcentaje debemos añadir aquellos que superando el límite
establecido padecen alguna discapacidad. Aspecto este a tener muy en cuenta por
razones propias de la edad. Por lo que la supuesta novedad del ministro viene a
estar contemplada de alguna manera en este apartado.
Yo no sé si estoy en el cupo. Porque ancianos existen con
cuarenta años. A finales de este 2018 cumpliré setenta. Y pienso seguir dando
guerra mientras la neurona progrese adecuadamente. Mis opiniones van cada día
impresas en estos párrafos que doy a conocer merced a este maravilloso invento
de la Internet. Ya manifesté ayer que no soy objetivo, como no los somos todos
los que nos lanzamos a la aventura de emitir juicios de valor.
Por prescripción facultativa, amén de otros considerandos,
jamás podré votar al Partido Popular. Tampoco me convencen las ganancias a río
revuelto de C´s. Si la mayoría de los jubilados cabreados dedicara idéntico
rato al que yo uso para escribir estas tonterías, a recapacitar sobre la
importancia de acudir a las urnas con pensamiento crítico, a lo mejor no
tendríamos que escuchar cantos de sirena en épocas, como la que vivimos, que
huelen a candidaturas. A lo peor, y en tal caso, a perdonar, es que debido a mi
edad muy avanzada desvarío con más frecuencia de lo que debe ser habitual.
Y vaya alegría me llevé ayer cuando un exalumno me envía un
mensaje animándome a seguir en la brecha. Qué asesor se han perdido algunos. Lo
siento por ellos. Feliz fin de semana.
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