El domingo te permite, ya saben que el horario de un jubilado
es muy complicado, husmear un rato en periódicos viejos. Y eso hice este pasado
25 de marzo. Como ya tenía programadas las entradas de lunes y martes y con la
perspectiva de un fin de semana largo, me entretuve en esas magníficas plataformas
digitales de las dos universidades canarias, donde me tropecé con estas
pinceladas del ya lejano 1930.
De La Prensa rescaté tres reseñas. El 12 de junio, en su
página 4, una queja vecinal por la supresión del servicio de cartería de
Realejo Bajo, tras la creación de la nueva estafeta de correos en Realejo Alto.
Aspecto el que se vuelve a incidir en el ejemplar correspondiente al 15 del
mismo mes en su página 3. No deberíamos olvidar que hace varias décadas, habiéndose
ya llevado a cabo la fusión de los dos municipios, este particular se volvió a
plantear. Por último (18 de septiembre, página 5), la construcción de dos depósitos
de agua para los núcleos de La Longuera y la Cruz Santa, junto a la aprobación,
por parte de la Mancomunidad del Valle, del proyecto de Matadero a ubicar en el
barrio de La Montaña, junto el Barranco de la Raya.
Me tomo unas vacaciones
y, volveré el dos de abril
no pienso irme a Brasil,
tampoco a las procesiones,
si acaso unas excursiones
por parajes tinerfeños
con recorridos pequeños,
salvo mejor parecer
que señale mi mujer
con diferentes diseños.
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