miércoles, 5 de septiembre de 2018

Respuestas breves

De vez en cuando a uno le demandan opinión de varios asuntos. Como a cualquiera de ustedes, me imagino. Y en estos últimos días, tres han sido, fundamentalmente, las cuestiones por las que se han interesado unos estimados amigos, amén de seguidores de este blog. Algo que les agradezco, porque, casi sin pretenderlo, han dado pie a que un servidor tenga resuelto un día más el dilema de la elección de la temática a escoger para meditar en La Corona. Vamos con ellas:
Acerca de la batalla de flores amarillas, qué digo, lazos de tal color, entablada en Cataluña, y con la que se entretienen dirigentes de ambos bandos mientras siguen cobrando a fin de mes, debo manifestar mi honda preocupación por lo que pueda afectar al mercado del plátano, por razones de matiz obvias. ¿Nos los van a comprar solo aquellos que decoran los espacios públicos? ¿Cuál será la postura de quienes entienden que el amarillo no favorece en nada al mobiliario urbano?
Aunque si le damos la vuelta a la tortilla, tardando están los dirigentes canarios en proponer a los mercados catalanes que lancen una ofensiva ecológica. En vez de estar despilfarrando dinero en tanto plástico, compren muchas toneladas del producto típico de nuestra tierra y después de zamparse la parte comestible, a colgar las cáscaras (pieles) en lugares por los que no transite mucha gente (por aquello de los resbalones). Acción que se repetirá cada dos o tres días, sin que haya habido necesidad de retirar los anteriores. Con la cantidad de monos que andan sueltos, junto a otros bichitos que la naturaleza brinda, el sistema se retroalimenta. Tendremos la ventaja añadida de que nadie se va a preocupar en retirar el material biodegradable.
Fue, asimismo, objeto de consulta los dislates de la alcaldesa de Güímar, quien se postula, eso leí, para encabezar la candidatura popular al Cabildo de Tenerife. Quién la verá llegar al Palacio Insular manejando su pala mecánica. Porque después que la vi haciendo prácticas en el Polígono Industrial, ese que fue decorado con una linda raya azul, debió vender el fotingo de la fotografía que ilustra este post. Eso sí, al más puro estilo Francisco Camps.
Yo estoy por asegurar que la calentura sufrida en aquella famosa cena de mujeres en el Balcón de Higa (La Perdoma), donde se eligieron a Miss Licenciada en Follometría, Miss Cachonda y Miss Estrecha, y a la que Carmen Luisa Castro asistió, debió causarle algún tipo de disfunción, eréctil o no, en el cerebro –que en intimidades no me meto– y la pobre no levanta cabeza después del evento. Tardando está algún otro dirigente en impartirle unas lecciones rápidas de mercadotecnia, porque me da que con estas salidas (sin connotaciones) no va a llegar muy allá.
Debo tener una docena de décimas guardadas entre los meses de agosto y septiembre (así menté a las carpetas de este 2018 en el apartado de espinelas sin publicar; ofertas por privado y de uno en uno, por favor) y ahí se van a quedar porque todavía tengo un fisco más de vergüenza que la susodicha. ¡Ah!, ya Antona intervino para soltar la lindeza de que ella no quiso decir eso. Esperemos sentados a que su jefe insular abra la boca para referirse a la estrella de Sálvame. Lo mismo la Virgen del Socorro se cambia de nombre este año.
Y la última guarda relación con mi pueblo. Me ha reprochado un excelente amigo, y mejor atleta, que nunca he escrito nada de la importante gestión deportiva que se viene haciendo desde el ayuntamiento. Con respecto a instalaciones, las mismas que existían de mandatos anteriores, salvo los arreglos de mantenimiento y mejora que toda corporación debe acometer. Muchos reconocimientos a destacados deportistas del municipio. Bien, sin embargo, ¿es acaso mérito del equipo de gobierno o del curro personal de quienes dedican muchas horas al entrenamiento? Se colabora con todas las actividades que se celebren en la Villa. Qué menos, ¿no?
Aquellos que por razones diversas estamos más relacionados con otras facetas, nos preguntamos, verbigracia, que para cuándo idénticos tratamientos a los valores culturales. Ha habido galardones de carácter supramunicipal, por ejemplo en teatro, que desde el ayuntamiento han silenciado por razones no del todo claras. ¿Sectarias? Quizás.
De todas maneras, y como lo cortés no quita lo valiente, recuerdo con respecto a esta concejalía aquel pasaje del Cantar de Mío Cid: Dios, qué buen vasallo si… Y a buen entendedor… Porque hay dos ediles del grupo popular a los que les tengo especial afecto –en secreto, para que no se consientan–, pero que se hallan en lugar equivocado. El tiempo, inexorable cuentadante, me dará la razón cuando el PP deje de gobernar en el municipio. Que todo se andará.

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