lunes, 29 de mayo de 2017

De rabiosa actualidad

El foguetero Manolo
nos sigue dando estampidos,
bien le encanta buscar ruidos
y apuntarse: ¡Cuánto molo!
La bandera yo enarbolo
de los fuegos de artificio,
pues si al alboroto auspicio,
contando cualquier rumor,
la gente dirá: ¡Qué horror!,
y para mí el beneficio.

El himno del arrorró
ni cala ni se conoce,
ni haciendo versiones doce
el enfermo mejoró.
Cantando se nos durmió
y nos dejó en mal lugar,
si lo quieren despertar
para que cambie su sino,
cómprense otro en el chino
mucho más fácil de usar.

Estima la fiscalía
que Zerolo puede irse,
pues para aquí aburrirse:
más lejos hay lotería.
“No es verdad, su señoría.
yo no me puedo ausentar,
cómo me voy a largar
si ya no tengo dinero,
vivir en el extranjero
no es un cortado en el bar”.

Doscientos cuatro millones
Quevedo nos va a traer,
y Canarias va a coger
un lustre de mil copones.
Descuentos en los aviones,
y los barcos, regalados,
dineros por todos lados,
qué porvenir más brillante,
iremos siempre delante,
y los demás…¡jeringados!

Espejel, a lo Penal,
y fiscales, controlados,
populares, encantados,
pobre Audiencia Nacional.
Va a resultar al final
que ya se elige a la carta
los jueces con que la tarta
contenciosa se raciona,
mirando de la persona
qué ideología comparta.

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