lunes, 15 de mayo de 2017

Otro batiburrillo

Otro dilema este pasado fin de semana. Lo que me conduce, inevitablemente, a que el domingo en la tarde me plantee escribir de uno de los asuntos que conformaron la realidad informativa o echar mano al socorrido recurso de intentar la enésima ensalada. O mixtura. O macedonia. Y como no estoy sujeto a dictados ni normas, me veo en la obligación de no privar a mis estimados seguidores de la posibilidad de intercambiar opiniones de varios temas. Porque, como hablaba este último sábado en la Plaza de Viera y Clavijo con el amigo Damián, si diversificamos la casuística siempre habrá al menos un argumento que podrá ser de interés. Antes de que te inviten (o conminen, en ocasiones) a que escribas de tal o cual testimonio. O que los plasmes en una fotografía, como es su caso.
Queda una semana de ‘campaña’ para la elección del mandamás socialista. Jefe o jefa, según proceda. Y menos mal, que si no. Entre sondeos de Sigma Dos y andanadas de armas tomar, los fuegos realejeros son apenas voladores gufiones (dícese de los que no explotan, pero huelen…). Iba a ser un proceso interno. Modélico. Menos mal, que si le llegan a dar publicidad. Para qué enemigos si los tenemos en casa. Mal endémico per sécula.
¿Saben quién es el concejal de Turismo de Las Palmas? Ni pintado le viene el cargo al señor Quevedo. A su apretadísima agenda le ha añadido ahora ser presidente de una de las tantas comisiones que se crean en el Congreso (porque es también diputado, y disputado) para ganar unos euros de más y cuyas conclusiones están redactadas desde antes de comenzar las reuniones. Que se alargan cuanto sea menester porque hay que aparentar sangre, sudor y lágrimas. Y que está dispuesto a venderse –tal y como lo lees– por unos 450 millones. Con los que, añadidos a los otros muchos de Oramas, los canarios bailaremos una isa con más salero que esos negritos del vídeo que navega por Internet.
Y ya que  me fui al espacio virtual, hoy habrá que proceder con mucha cautela porque puede recrudecerse el ciberataque que afectó a un centenar de países. Ya no estamos tranquilos ni delante del ordenador en casa. No solo te espían sino que te roban la cartera con todos tus datos. Menos mal que poco tengo que ocultar, pues si fuera Amancio Ortega estaría muy preocupado. Como sigo siendo cliente de Telefónica, de toda la vida, no sé si me habrá afectado la fibra esta intromisión ilegítima en mis bytes o megas. Hasta ahora no he notado nada. Y eso que me coincidió con el control periódico de la tensión arterial. Espero que el Diován y el Artedil sigan cumpliendo con su misión.
Mientras en el pueblo elegíamos la Romera Mayor, en un lejano país hacíamos el ridículo una vez más. ¿Cuántas van? Hemos perdido la cuenta. Cómo estamos despilfarrando unas cantidades importantes en enviar unas embajadas musicales a Eurovisión. O gallineros, puesto que las desafinaciones son moneda de cambio corriente. Vaya espectáculo grotesco. Menos mal que Portugal nos echó una mano y amó por los dos (Amar pelos dois). Nos compensa que  el CEIP Valsequillo ganó Schoolvision, lo que demuestra el talento isleño. Cojan recortes y manden a los Jóvenes Cantadores.
“Me ofrezco a mis compañeros para asumir el liderazgo del PSOE canario”. ¿Yo? Qué va. Carezco de mimbres y de preparación. Y puede que de tiempo. La propuesta (entrevista en Diario de Avisos) es de uno que ya fue secretario general y que lo abandonó por un puesto bien remunerado en el Parlamento europeo sin  que muchísimos de los que depositaron su confianza en él sepan aún las razones de su deserción. Es uno de los teóricos más ilustres que ha parido estas tierras. Lúcido y con una inestimable capacidad dialéctica. Pero con unos aterrizajes funestos. Y como la virtud se encuentra en el punto intermedio de ambas posturas (hipótesis y puestas en escena), surge la duda en este opinador barato de si es el recambio adecuado para la máquina gestionada interinamente como casi todo el aparato en la geografía patria. Ya se sabe que una cosa es predicar y otra bien diferente la de dar grano. Y piquito de oro le sobra, pero no basta. Una ley electoral que requiere consensos, sí o sí, necesita otros mimbres. Incluso posturales, sin tanta tensión, que parece que va de cabreado por la vida. Lo que suele equipararse, con pasmosa facilidad, en ciertos tintes de prepotencia. Que sí, Juan Fernando López Aguilar. No se puede conducir con esa severidad. Demasiado rígido. Máxime cuando el tráfico requiere amplias dosis de paciencia. Se te nota siempre en un atasco.
Hoy es Día de San Isidro. El que puso el sol y se olvidó de que la lluvia es muy necesaria. Tendremos Romería Chica en el pueblo. Echo la vista atrás y me percato de que mucho concebimos por los ochenta y ahí siguen los eventos. Comparen programas. El amigo José Hernández los conserva todos. Estamos en ello.

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