Hemos alcanzado la primera centena. Estrujando la sien (o
las dos), pero aquí estamos. Y seguimos. Como no han sido cien años de soledad,
sino que he contado con la complicidad de unos cuantos (bueno, vale, unos
buenos cuantos), el camino se ha hecho mucho más llevadero. Y mientras la
neurona carbure, desde La Corona continuaremos lanzando dardos por si se despiertan
conciencias. El folio y pico será tarea a resolver al menos cinco días a la
semana. Y a la de hoy, lunes 8, le ha correspondido el inmenso honor de tan
bonito número. Que me recuerda aquella moneda de veinte duros. Elegante, hermosa
y que daba para tanto. Déjate de sentimentalismos (no te pongas semental, que
dice el amigo) y arranca.
Cuando leas estas líneas, estoy a punto de regresar de Gran
Canaria. He pasado ocho días (siete noches) en Patalavaca (Mogán). De la mano
de Mundiplan (Imserso), en uno de esos viajes (sin transporte) que nos brindan
a los viejitos en cada temporada. Como llevar el coche hasta Las Nieves
(Agaete) es bastante fácil, para allá me fui. Y me perdí los fuegos. Pecado
mortal. La estancia en el Hotel Green Beach, una semana a cuerpo de rey
(traduce: pensión completa), me salió por 185,87 euros, es decir, 26,55
euros/día. A mi mujer, otro tanto, claro.
Ya recorrí, por consiguiente, el nuevo tramo de la carretera
de San Nicolás de Tolentino (La Aldea), con ese impresionante túnel que por
estos lares (prolongación de la TF-5 hasta Icod de los Vinos) no queremos
porque se deterioran los ecosistemas. Vayan a Madeira.
Las entradas quedaron debidamente programadas. Fue un
trabajo extra, pero valió la pena. Gran Canaria me gusta. Y La Gomera. Y
Lanzarote. Y El Hierro. Y Fuerteventura. Y La Palma. La Graciosa, no tanto
porque ya no soporta la carga. Y la mía, qué contarte si vivo en ella. Pondré,
por supuesto, algunas fotos. Esta de hoy es de hace tres años (8 de mayo de
2014). Con rabo de gato en tan bello paraje de Mogán.
Me apetece contarte unos cortos que se me ocurrieron
mientras me tiré a la bartola. Qué mal suena, pero a estas edades… El
significado de la expresión se lo puedes preguntar a don Google. Va de
animales:
Se acostaron en un confortable colchón de plumas y durmieron
plácidamente durante unos casi eternos dos minutos. Cuando despertaron aún era
de noche. El mosquito seguía zumbando. Se posó en la mesa de noche junto a un
viejo bolígrafo. Y firmó su sentencia de muerte.
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Aquel grupo de tortugas se dirigía apresuradamente hacia la
mar océana. El suave batir de las olas en la arena de la playa era el reclamo
perfecto. La guía marcaba el camino hasta que se cansó. De improviso, media
vuelta y todas a deshacer el trayecto. En ello estaban cuando el agua las
alcanzó. Sí, a la viceversa. Las mentan como mareas vivas.
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Dos pulgas esperaban pacientemente la llegada de cualquier
animal que les sirviera de transporte. Pasaron perro y perra. El uno levantó la
pata. La otra bajó los cuartos traseros. Prosiguieron y ni se percataron de la
presencia de un polizonte en cada lomo. Cuando reponían energías en la
tranquilidad del hogar, notaron más hambre que en día anteriores. Una analítica
hubiera detectado el trasvase de un buen puñado de glóbulos rojos a sendos
bancos de sangre.
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El oso acechaba. El salmón, ya muy agotado tras el peligroso
viaje, no. Un salto, otro, y… todo negro. Así pudieron escapar centenares. Las
unas con muchas huevas. Unos pocos, jadeantes, demacrados, prestaron el postrer
servicio con un vaciado de protamina. Y murieron a gusto. ¿O de gusto?
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El bisonte se vio de pronto acorralado por aquellos dos
lobos hambrientos. En la inmensa pradera, donde comenzaban a caer los primeros
copos de nieve, se entabló la batalla. Cuando parecía que los carniceros se
iban a salir con la suya, se dibujó en el horizonte un enorme disco luminoso. Y
permutaron su fiereza por aullidos lastimeros. El cíbolo se alejó al trote en
busca de la manada que, bien pertrechada a la otra orilla del río, entonaba the moon song.
…
Juan Luis Calero, a través de unos de sus personajes,
preguntaría: ¿Te gustó? De no ser así, lo seguiré intentando. Cabezudo, o
cabezota, que es uno. Hasta mañana.
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