martes, 6 de febrero de 2018

Sí, pero mal repartido

Estuve, como ayer te indiqué en este mismo medio, la pasada semana en La Gomera. Caminé poco y comí mucho. Pésima combinación para los señores de cierta edad, que es mi caso. Circunstancia (los años) que me posibilitó el que asimismo ayer recibiera la carta de la pensión, esa que los jubilados esperamos en enero, pero llega en febrero, y en la que se pone en tu conocimiento que debes seguir apoquinando el IRPF como si estuvieras en activo. Y para este ejercicio de 2018, como ya salimos de la crisis, incrementan el porcentaje. En resumen, paso a cobrar 4 euros (justos) más al mes, lo que me va a permitir que extienda los garbeos insulares al menos en un par de ocasiones.
Me parece interesante la relación que se viene llevando a cabo por los cargos públicos de Sí se puede, en la que cuantifican las enormes sumas de euros, antes en pesetas, que se han despilfarrado en la isla por parte de quien gobierna aquellos predios desde casi los tiempos de Beatriz de Bobadilla. Como ya en anteriores artículos he nombrado los pufos más importantes, basta añadir otros botones.
Después de enterrar más de dos millones (que se dice pronto y se escribe en un santiamén) en la obra del Mirador de El Santo (Arure), se empeña el que invoca la solidaridad cada domingo en la prensa (mientras mercadea con sus tres votos en el Parlamento) en poner sobre la mesa otros 300.000 para dotar de mobiliario al faraónico establecimiento. Persisten los delirios de grandeza. Me imagino que los usuarios dejarán su coche en los aparcamientos habilitados en Temocodá y se trasladarán al lugar (pensemos en un restaurante con vistas hacia Alojera) en las guaguas lanzadera del Cabildo. Y que no se les ocurra poner de chófer al que me tocó este pasado día 2 desde Gran Rey a La Villa (5 euros, 2,5 veces el trayecto del Benchi), con unas maneras el caballero hacia una pareja de supuestos jipis (seguirá la cruzada de Adasat para expulsarlos de la faz de la Tierra), que solo faltó pegar a los chicos un par de cogotazos.
A un par de minutos nos tropezamos con otro mirador. El que diseñó César Manrique. Muerto de risa, cuando no de asco. Otra maravilla que sumar a ese patrimonio moribundo. Como la póliza de decesos abarca todo tipo de entierros, qué importa el que se siga sepultando dinero. La dependencia es tanta que CC (no, Coalición Canaria no, me refiero a Casimiro Curbelo) juega con los seis meses de chaleco reflectante en servicios de mantenimiento y los otros seis subsidiados en las oficinas de empleo.
Aparte de la política empichadora (ahora le toca a la que baja desde La Laguna Grande al Juego de Bolas, que se halla en mejores condiciones que todas la vías insulares tinerfeñas; y nada digamos de la GM-2 a su paso por la cumbre), van otros 400.000 del ala para el parque recreativo de Las Nieves. Todo sea para que cuando ASG celebre las procesiones de San Curbelo Curbelo, bendiciones incluidas, puedan el humo de las chuletas y los efluvios de los caldos gomeros subir cual alabanzas al infinito.
Cuando el empleado de cierta gasolinera me espetó que él reposta en Tenerife en su día libre semanal debido a los altos precios de los combustibles, no me quedó más remedio que sumar, grosso modo, los capitales enterrados. Cuando me alongué a los bancales yermos de Taguluche, tres cuartos de lo mismo. Cuando contemplé el estado calamitoso de las presas (vean en la foto la situación actual de la de Meriga, pero podrían ser las de Chejelipes, Amalahuige, Mulagua, La Encantadora…) me pregunté si no son posibles otras políticas. En las que sea la población gomera la que pesque y no reciba cada día la ración de mero a la plancha. Porque se hace necesario que el pueblo, inteligente como el que más, despierte de tan largo y profundo letargo y exija repartos dinerarios más racionales. Porque presupuestos generosos hay, aunque muy mal repartidos, pues lo que prima es el efecto inmediato y el voto fácil, cautivo.
Y el punto de recarga para coches eléctricos en La Laguna Grande (otro buen fajo de billetes, puesto que se debe llevar la línea desde no sé dónde) será para mantener contentos a los de Fred Olsen, socios mayoritarios de la empresa insular por excelencia.
Leo que Cicar y Disa firmaron un convenio en Fitur para descuentos en las estaciones de servicio (monopolio). Y me asaltan las dudas de si no ha sido posible buscar soluciones para que el litro de gasoil, verbigracia, no tenga un precio de 20 céntimos/litro superior al de cualquier surtidor tinerfeño. Y no me vengan con el cuento del transporte. Porque la cuba, que no se vacía en un día, va y viene por cuatro perras.
Y ya puestos, me gustaría que alguien me informara de cómo se halla el controvertido asunto de las Casas de Enchereda, que la Justicia ordenó derribar y ahí siguen aguantando la ventolera de los alisios. ¿Se habrán despejado las turbias incógnitas que hay detrás de la edificación en zona protegida de Majona? ¿Nada que aclarar por parte de la institución insular acerca de unas obras que no se parecen a la construcción de un cuarto de aperos o una conejera?
Qué pena, mi Gomera. Despierta de tu silencio amordazado. O no te das cuenta de que no puedes seguir conformándote con las migajas mientras algunos (unos pocos) hacen su agosto con inyecciones económicas que no redundan en los jodidos de siempre. Sacúdete o seguirás sumido en la más ignominiosa dependencia. Haz cuentas, carajo, y recapacita si los monumentos faraónicos esparcidos por la geografía gomera te han venido a solucionar las necesidades familiares. Pon en práctica lo que no te atreves a decir en voz alta, pero que me comentas por lo bajini en charlas de andar por casa y mirando alrededor por si acaso los correveidiles acechan.
Pues sí, estuve en Hermigua y no pude bañarme en su Piscina Municipal y Centro de Talasoterapia porque sus puertas esperan a que la mar brava de Santa Catalina mande a la porra unas instalaciones cuyo mantenimiento sale por un ojo de la cara. Así que abrió dos meses y a dormir el sueño de la megalomanía. Otro. Y va la tira.
Cuando seas consciente, gomero, de que tu voz y tu palabra son algo más, mucho más, que la felicidad momentánea de un estómago agradecido, entonces, y solo entonces, podrás ser partícipe de un nuevo reparto. Más justo, más equitativo, más legítimo. Otras palmeras, altivas y orgullosas, han caído. Y si entiendes que te cobija, craso error; se cobija, no lo dudes.

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