Éramos pocos y parió la abuela. Cuando había entretenimiento
con la proliferación de polvos carnavaleros en cualquier rincón de Canarias,
con las claridades en el disfraz de la concejala de transparencia gaditana, con
el bailoteo de Mariano en una boda (yo vi un vídeo en el que un señor, tieso
como un palo, daba dos pasos pa´lante y dos pasos pa´tras –el pasacatre del
folclore de toda la vida– a los acordes de Mi gran noche, de Raphael), con la
supuesta alopecia de Trump cuando una ráfaga de viento le levantó en la escalerilla
del avión su frondosa pelambrera (en vez de preocuparnos por si debajo de esa
corteza tiene o no cerebro), con el yo, yo, y solo yo con el que Domínguez
piropea a Alonso, nos aparece de nuevo otra de las genialidades de la alcaldesa
güimarera.
Carmen Luisa Castro, la de Sálvame, la de la raya azul y
otras poquedades, pone al ayuntamiento, que supuestamente dirige, en un nuevo
brete. Ahí pueden ver el cartel que anuncia una genialidad de la Comisión de
Fiestas del barrio de Fátima. Y bien visible el escudo de la ciudad sureña.
Porque el consistorio figura como colaborador en la velada (nocturna, of course) que “solo para ellas” va a
celebrarse en el perdomero Balcón de Higa. Bien lejos se vienen. ¿Para que no
las reconozcan?
Será, me imagino, una noche loca. A la que acudirá, cómo no,
la alcaldesa, en esa velada del próximo 3 de marzo, para más señas, sábado. Y dado
que no se especifica si existen excepciones, entiendo que participará en la
elección de Mis Licenciada en Follometría, Miss Cachonda y Miss Estrecha. Se me
antoja que lo de cachonda (acepción coloquial de burlona, divertida, bromista;
en las otras, por razones de cortesía, no me meto) le va al pelo. Aunque lo de
follo…nes, también al cabello.
No sé qué pensarán los puritanos populares de esta nueva
arrancada de Carmen Luisa. De cuya gestión se conoce más bien poco, por lo que,
deduzco, necesita estos entretenimientos para estar en el candelero. Ignoro si
habrá invitado, por razones de cercanía, al presidente insular, perdón, perdón,
que es solo para mujeres, y corrijo, a las concejalas de igualdad, bienestar
social, educación, cultura y pasatiempos varios de los ayuntamientos portuense
y realejero a que se den un salto por el Pago de Higa en fecha tan señalada y
compartan experiencias teóricas y periciales.
A quien no traerá, con total certeza, es a la protagonista
de las fiestas para la que estarán destinados los fondos recaudados: la Virgen
de Fátima. Intuyo que no ha de ver con buenos ojos el que se le organice una
fiesta con dineros obtenidos de manera tan ligera. Le preguntaré al amigo
Gabriel, güimarero de pro, su opinión al respecto.
Pues sí, cuando aún no se han apagado los ecos de la
polémica surgida en torno al vocablo portavoza, cuando proliferan los mensajes
de todos los colectivos demandando una equiparación real entre mujeres y
hombres en todas las facetas de la vida, llega el popular ayuntamiento de
Güímar (gobierna con el apoyo de CC) y destina parte de su presupuesto a espectáculos
en los que se hablará mucho, y se pondrá en práctica mediante la oportuna
votación, de cómo se logra la igualdad a través de tías (pongan todas las
connotaciones que crean menester) estrechas, cachondas o expertas en el arte de
follar (soplar con el fuelle).
De asistir las concejalas anteriormente mencionadas, espero
y deseo que no compartan las experiencias del evento en los Clubes de Mayores,
a los que tanto acuden en busca de complacencias en la urna, no sea que ocurra
lo que en aquel convento cuando la madre superiora amenazó a las subordinadas,
por su algarabía desmedida, en volver a colocar el sillín a la bicicleta.
¿Y qué quieres que haga? ¿Me lo tomo en serio o sigo con el
cachondeo? Por todos los santos y vírgenes, a esta alcaldesa hay que echarle de
comer aparte. No le falta un agüita, se postula para un buen chubasco. Y ya
está. Punto final.
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