Son dos viejos amigos. Manifestado el adjetivo en la
acepción de “apelativo afectuoso para dirigirse a una persona de confianza”. Puede
que también “existente desde hace mucho tiempo o que perdura en su estado”. Porque
ayer mismo escuché en la tele que habían rescatado a un anciano de 70 años en
no sé que risco y agarré un cabreo de no te menees. Chiquita falta de
ignorancia. Al reportero en cuestión lo mandaba a intercambiar unas palabras
con Celia Villalobos para que esta le impartiera un cursillo acelerado de cómo
los pensionistas somos capaces de estar más tiempo chupando de la teta estatal
que de cuando fuimos parte del activo laboral.
Humberto y Rafa, o a la viceversa (que tanto gustaba mencionar
Juan ‘Espuela’, quien fuera encargado en la finca de La Gorvorana en aquellos
años que uno deambuló por aquellos lares), son compañeros de una de las mejores
promociones de Magisterio que ha parido este archipiélago. No, el bobo, si no
nos hacemos publicidad nosotros, espera sentado. Con una mayoría aplastante de
jubilados y que nos seguimos viendo el primer sábado del sexto mes del año para
dar cuenta de unas cuchipandas bien surtidas y mejor regadas, al tiempo que
hablamos largo y tendido de temáticas bien dispares, pero entre cuyos asuntos
no puede faltar la política. La próxima, 2 de junio, en Lanzarote, que el
grande, en todos los sentidos, de Cándido (Chacón) se ha encargado de organizar
una buena.
Y ya que la menté (la política), comienzo por el güimarero
Rafael Yanes Mesa. A quien su partido, el PSOE, ha propuesto para ocupar el
cargo de Diputado del Común, dado que Jerónimo Saavedra se retira, por fin.
Bueno, ha superado con creces el plazo establecido. Hecho con el que, desde la
prudente distancia en la que me hallo tras el abandono voluntario de la
militancia en dicha formación, pero manteniendo intactas mis convicciones
ideológicas, no estoy nada de acuerdo. Cuidado, no discuto valías, cuestiono
procederes. Da la impresión de que en el ejercicio de los cargos públicos se
vale para todo, se puede ser responsable de cualquier área, aunque el rodearse
de especialistas en los denominados puestos de confianza, o de libre
designación, suponga una auténtica sangría a, y en, las arcas corporativas.
No es de recibo –me copio de su terminología léxica– que se
quejen del desapego social hacia la cosa pública, cuando, de otra parte, hacen
todo lo contrario a lo que dicta el sentido común. Esa manía de perpetuarse
conduce, inexorablemente, a que la gente esté harta de ver siempre los mismos
caretos. Y Rafa, que ha ostentando múltiples labores, orgánicas e
institucionales, quiere, como otros tantos, eternizarse. Porque tampoco me vale
la cantinela de me empujaron, me convencieron, yo no quería pero… No, si uno no
quiere, no quiere. Ahora, con tiempo para dedicarse a la música, a escribir, a
investigar, a cultivarse, en suma, en otras facetas que se tienen abandonadas
por mor de casuísticas diversas, proyecta otra aventura. Para que un socialista
dé la razón a los representantes de la derecha más recalcitrante respecto al
retraso en la edad de jubilación. Aun entendiendo la existencia de ejemplos
meritorios en múltiples coyunturas (para mí es digno de elogio el quehacer de
Ignacio Rodríguez en La Matanza; para que vean que no es cortar por lo sano y
punto), no comparto la validez personal para lo que echen: concejal, alcalde,
consejero insular, viceconsejero y suma y sigue. Yo tanto criticar a mi alcalde,
y vas tú y me lo pones a huevo.
El PSOE canario ha perdido una magnífica oportunidad para
proponer a una mujer, independiente (como el cargo requiere) y de reconocida
solvencia en la ciencia del derecho. Estoy harto de los echaderos. Y si con la
pensión de maestro no da, que pasen por casa que les proporciono un par de trucos
para llegar a fin de mes. Ya está, Rafa, el resto te lo diré en la Isla de los
Volcanes, si tus múltiples ocupaciones te dejan un hueco; espero que sí.
Con Humberto me llevé tremenda alegría. Ha venido a
ratificar la posición que un servidor adoptó en la redacción del artículo que
publiqué el 9 de este mes en este mismo blog: “Las miembras portavozas”.
Motivado por ocurrencias de ‘políticas’ con afanes de notoriedad, necesitadas
de minutos de gloria por razones no debidamente confesadas, y que achacan al
lenguaje la culpa de que nos hallemos inmersos en una sociedad perversa,
machista y retrógrada.
Han sido varias las ocasiones en las que cito el ejemplo de
la escuela. A la que se le ponen todos los sambenitos posibles, porque debemos
buscar culpables. Alguien, o algo, debe cargar con el muerto. Y cuando sostienes
que entre las cuatro paredes de las aulas se reproducen los esquemas que los
alumnos maman cada día en los diferentes ambientes que recorren, te tachan de
corporativismo barato. Son los que se miran al espejo y al contemplarse tan
deteriorados, arremeten contra la superficie pulida y la hacen añicos. Eso,
muerto el perro se acabó la rabia.
La lengua, principal patrimonio cultural de los pueblos, indica
Humberto, es también un reflejo de la sociedad. No es sexista ni más o menos
simpática, ni le debemos atribuir características humanas. Son los hablantes
los responsables de actitudes no siempre bien ponderadas.
La equidad no se consigue con estos desdobles artificiosos
del lenguaje. Los mecanismos deben ser otros. Ya apunté días atrás que aquellas
que ostentan cargos de responsabilidad a la hora de legislar en este país, bien
harían en ocuparse de asuntos trascendentales y no perderse en nimiedades que
ni vienen a cuento ni mucho menos aportan luz en esta cuestión.
Triste es que el amigo catedrático deba descender a explicar
la diferencia entre género y sexo, de cómo el lexema “porta” se une al sustantivo
(femenino) voz, y de cómo las propias escritoras prefieren el adjetivo poeta a
poetisa, con ciertas connotaciones este último de ñoñería o insulsez. Gracias,
maestro, y también hablaremos en Lanzarote de lo sencillo que es volver a
retomar las facultades para orientarse en la vida práctica, las que nos ahorran
tonterías, según he podido leer.
Me permití la licencia de tomar esta foto de unas de las
tantas ‘convivencias’ habidas. Creo que es de Segundo. De cuando sorprendimos a
quien será anfitrión en este 2018 y nos dimos un salto a tierras conejeras en
su sesenta cumpleaños. Carguen dardos contra el fotógrafo, que sabe más
técnicas de protección civil que yo, y no practiquen con la diana de este
atrevido juntador de letras. Seguiremos la conversa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario