jueves, 17 de septiembre de 2020

Protocolo COVID

Pienso –espero no ser el único– que las autoridades están actuando de la mejor manera posible en el tratamiento (o ataque) de esta pandemia que nos asola (y azota). Porque no creo que se esté haciendo peor en España que en otros países del mundo. Es verdad que el bicho nos ha trincado a todos en flagrante fuera de juego, con el paso cambiado. Y se ha tenido que adoptar medidas sobre la marcha (improvisar) sin el necesario periodo de reflexión. Pero aun así, el balance es satisfactorio. Lo manifiesto en el convencimiento de que algunas naciones que presumen de potencias mundiales no salen mejor paradas. Pero la crítica es libre (y sana) y en el contraste de pareceres cada cual arrima el ascua a la sardina que mejor le convenga. Y no me refiero, únicamente, al juego político del y tú más o si yo hubiese estado en tu lugar.

El problema radica, a mi modesto entender, en cómo los medios de comunicación nos están vendiendo la (des)información al respecto. Porque en unos tiempos en que todos las pasan canutas –incluso los vendidos al mejor postor– no se han enfundado el mono de trabajo y se han puesto a la labor de mostrar a su público, a sus lectores, a sus consumidores, en suma, noticias debidamente contrastadas. Se han prestado al juego de la improvisación de manera temeraria en asunto tan controvertido.

Hace dos días se inició el curso escolar. De una forma atípica, con temores y sobresaltos. Porque el riesgo cero no existe y la chispa puede saltar en cualquier momento. Las declaraciones se suceden y pudimos comprobar (malditas imágenes y condenados móviles) a los mismos padres (madres) que protestan ante el peligro a que íbamos a someter a los alumnos, que se arremolinan en el exterior del centro, tanto a la entrada como a la salida, pasándose sus propias quejas por cierto lugar de su anatomía.

Me centraré ahora en unas pinceladas que guardan relación con los centros que no pudieron tener un arranque normal. Y que vienen a demostrar la escasa seriedad en el tratamiento de las noticias por parte de quienes se califican como periodistas. La Televisión Canaria –una de mis debilidades, lo reconozco y lo siento– se ha hinchado de repetir que en estos supuestos se han hecho pruebas PCR (Polymerase Chain Reaction: reacción en cadena de la polimerasa) a todo el personal dependiente de la Consejería de Educación. Mentira cochina. Rotunda falsedad. No es verdad. No sé si fallo de la Administración a la hora de activar el protocolo, reticencias por atender otras prioridades u otras inconfesables razones, pero lo cierto es que en alguno de los colegios implicados ese requisito no se ha cumplido.

Diario de Avisos publicaba el 13 de este mes lo siguiente: “Según fuentes consultadas se trata de un docente que ha dado positivo por covid19. Quedará aislado, mientras que el resto del personal del centro (hace alusión al CEIP Ángel Guimerá –en la foto– de San Juan de la Rambla) deberán* someterse a pruebas por lo que, por una cuestión de tiempo, no llegarán en fecha al inicio del curso”. Viene el asterisco a cuento de la concordancia entre sujeto y verbo de la oración. Corrección gratis, periodista. Es algo tan elemental que se estudia en primaria. Si el coronavirus no se atraviesa.

¿A qué fuentes habrá ido el autor del párrafo precedente a consultar? A la Fuente del Bardo seguro que no. Y con respecto a que Educación ha activado el protocolo con respecto al profesorado, solo sugerirle que lo concrete. Porque hay mucha laguna en el asunto y que cada cual se busque la vida como mejor pueda, no creo sea el camino correcto a establecer. Y, además, ¿sigue convencido de que se trata de un profesor?

Última perla. También en Diario de Avisos, pero del 15 de septiembre (anteayer): “El CEIP Ángel Guimerá y el IES Barranco Las Lajas no comienzan hoy ante el positivo de un docente”. ¿Comparte centro ese docente? Porque si es profesor del IES no lo será del colegio. Y a la viceversa. Y si es solo uno, ¿por qué cerrar los dos centros? O se trata de uno y uno. Y de ser en el de San Juan de la Rambla, ¿le siguen informando sus fuentes, dos días después de la perla anterior, de que es un maestro el afectado?

Me da que en esta hoguera hay más de un pirómano echando leña. Y que el artículo 20 de la Constitución (ese de la información veraz) debe ser suprimido. O, en su defecto, coger a todos los medios de comunicación y ponerlos en cuarentena. A ver si mejoran. Menos mal que los alumnos nos están dando cachetadas con su exquisito y ejemplar comportamiento. Lo mismo va a resultar que sean los blogueros quienes pongan cordura y fundamento en el mundo periodístico. Una indudable ventaja tenemos: no estamos sujetos a dictados ni cortapisas. Hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario