Una de las acepciones del DRAE nos indica que el vocablo que
da título al presente artículo hace referencia a los individuos (o individuas, todo sea por la modernidad)
que tienen por hábito vivir a costa ajena. O de gorra, que también se menta. Y
eso es lo que parece ser norma de los señores de la foto. Quienes no conformes
con el generoso sueldo que le abonamos cada mes (para que alguno de ellos se
dedique a realizar labores que en nada guardan relación con el cometido por el
que le asignamos el salario), y por el que deberían dedicarse a pensar qué
acciones pueden ser provechosas para el pueblo, deben estar muy ocupados en
revisar la cuenta corriente (por aquello del superávit o de los beneficios) y
en acudir al toque de corneta del jefe supremo para salir en la foto. Porque
sin rubor, sin vergüenza, sin recato rechazan por sistema las propuestas de los
concejales de la oposición (su lema preferido para la negativa es “estamos en
ello”), y surgen de su profundo letargo unos meses después como iniciativas del
equipo de gobierno. Y ni se ponen colorados cuando venden la idea como original
y exclusiva. Claro, en un país en que todo se copia (tesis doctorales, planes
de seguridad y emergencia…), qué va a importar una raya más para el tigre.
Lo peor es que aún debemos ponerles asesores para que puedan
ir con cierta solvencia por la vida. Y montar un gabinete de prensa que solo
sabe emitir notas laudatorias y plausibles. Ahí tienen un simple botón de muestra
en la concesión de la medalla de plata a la agrupación local de Protección
Civil. Acuerdo que salió adelante con el voto unánime de todos los miembros de la
corporación, pero como fue formulada por Noelia, entonces sí que se hace
constar la procedencia y se incluye la foto de rigor. En la que, en buena
lógica, debería figurar al menos un representante de cada formación política.
Pues no. Con un marrón basta.
Hace poco era Jonás (IUC) el que denunciaba la solemne
caradura del retrato de marras, con dos concejales populares al lado de un
panel informativo. Sugerencia que había demandado su grupo tiempo atrás. Ahora
es Miguel Agustín (PSOE) el que se lamenta del vulgar calco (ver otras dos ilustraciones
al respecto) de lo que habían solicitado en el debate de la sesión plenaria en
la que se aprobaron los presupuestos municipales.
Hombre, mucho de sí no dan, pero uno no llega a pensar que sean
tan torpes como para no darse cuenta este equipo de gobierno que en la
actualidad, y merced a los adelantos tecnológicos, queda constancia de todo.
Eso se deja para mis tiempos en los que anotabas el texto en un cacho de papel.
Pero ahora ni a base martillazos (otro recurso del PP para casos de extrema
necesidad) se pueden borrar ciertas huellas.
Un servidor, por si acaso, también quiere dejar constancia
de dos capturas de pantalla ante dos comentarios (idéntico contenido) que
plasmé en los perfiles públicos del ayuntamiento y de la concejalía de fiestas,
no sea que la tentación conduzca a eliminar mensajes indeseados. Me gusta, me
encanta y me divierte, estupendo. Los otros tres iconos, me asombra, me
entristece y me enfada, prohibidos.
Primero fue un teniente de alcalde el que me defraudó. Ahora
es una concejala. Puede que debido a viejas amistades me había creado una
imagen bien diferente. Pero comprobar cómo se suman al espectáculo de fotos y
apropiaciones indebidas sin la más mínima mención al que las curró, se me
derrumbó el castillo de naipes. Se ve que las influencias partidarias (esa
parte oscura de la política) son más potentes que cualquier otro tipo de
consideración. Y donde manda capitán, no manda marinero. Por
que seguimos siendo
un pueblo. Donde, al menos de vista, nos conocemos casi todos. Y el bien del
municipio para que progrese y ofrezca un adecuado nivel de vida a sus
habitantes lo queremos y deseamos todos.

Los 21 concejales han sido elegidos por el voto ciudadano. Y
es triste y lamentable comprobar que aquellos que restan muchas horas a sus
cometidos profesionales (de algo hay que vivir) son marginados por quienes
tienen la sartén por el mango, los que dirigen el entramado y tienen a su entera
disposición cuantos medios necesiten. También los económicos. No se vistan,
ediles del grupo de gobierno, con ropajes ajenos. Al César lo que es del César
y a Dios lo que es de Dios. ¿O también está la religión a su servicio
exclusivo? Un bañito de modestia les vendría de maravillas. Y ahora que llega
la Semana Santa, vayan a confesar pecados tan
mortales. Acaparadores. Al adversario (o, quizás, enemigo) ni agua.
Mejor, sí, agua y ajo. Se van a condenar.
Y un trabajo extra a los concejales de la oposición: Todos
estos hechos deben ser dados a conocer en cuanto foro sea menester. Sobre todo a
la gente mayor que no ha querido, o sabido, introducirse en los vericuetos
informáticos. Que son muchos. Para los que el halago, el beso y el arrumaco son
suficientes para creer en pajaritos preñados. Y si los acompañamos con un ramo
de flores y una metopa, miel sobre hojuelas.
Así que empiecen desde ya a compartir este post y a lo mejor
el número de visitas puede hacer posible que más de una conciencia dormida se
despierte. Torres más altas y palmeras de orgulloso porte cayeron. Amén.
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