martes, 6 de noviembre de 2018

Imserso, otra vez

Asier Antona ha descubierto la pólvora. Y lanza fuegos de artificio en sus giras isleñas. Parece que a los populares se les enciende la bombilla cada vez que los avatares del destino juegan en su contra y deben pasar un tiempo en la oposición. Aunque aquí, en Canarias, siempre es complicado saber cuándo se está en un lugar o en otro. Ahora mismo, y a sus declaraciones me remito, alcanzaremos el próximo mes de mayo, cita electoral, porque el PP ha marcado la senda presupuestaria a seguir y a Clavijo no le quedará más remedio, si no quiere que se lo lleve la grúa por estar mal aparcado, que continuar casado con el palmero-bilbaíno.
Se nos fue nuestro protagonista de paseo por Lanzarote y El Hierro a pregonar a los cuatro vientos que no hay derecho a que los habitantes de esas islas se hallen en desigualdad de condiciones con respecto a los viajes del Imserso. Mientras Rajoy fue inquilino de la Moncloa, y en las etapas en que populares y coalicioneros fueron de la mano en el gobierno de estas ínsulas, no existió, por lo visto, anomalía alguna. Pero acaba de darse cuenta de que los jubilados de las islas no capitalinas han de desplazarse a estas para tomar los aviones que los trasladarán a los destinos elegidos en el programa de turismo social. Y ello, obviamente, supone un sobrecoste. Seguro que en La Gomera no se atreve a abrir la boca, porque sabe que Casimiro subsidia todo aquello que le ayude a mantener el vivero de votos.
Lo que debería hacer el presidente regional del Partido Popular es proponer un cambio radical en la política de estos viajes. Porque se los siguen llevando los menos que se lo merecen. Entre ellos, yo. Es decir, aquellos que disponen de las pensiones más altas. Y a los que también les quedan unos euros en el bolsillo para el salto a Gran Canaria o Tenerife. Máxime cuando los billetes en las aerolíneas insulares están bajo mínimos. Claro, como al señor Antona le sale todo gratis, a lo peor es que no se entera. Nada raro, de otra parte, en muchos políticos. Los que lanzan globos sondas, como la candidatura de Lope al Cabildo de Tenerife para comprobar cómo respira la gente o por qué esquina salta el conejo. No ha sido capaz de levantar Puerto de la Cruz y se nos quiere ir a desgraciar la isla completa.
Arbitren medidas, enésima vez que sostengo este planteamiento, para que cada jubilado pueda disfrutar de un viaje al menos una vez cada temporada. Y ello se consigue estableciendo un baremo que vaya en consonancia con lo que se percibe a final de mes. Muchos pensionistas no pueden permitirse el lujo de detraer un céntimo de sus necesidades perentorias para este particular. Y si hay que regalárselo, hágase. Debe ser que los cargos políticos con responsabilidades de gobierno no pasan el día 25 de cada mes, o unos días después, por un establecimiento del ramo de la alimentación a comprobar a qué se dedica la pensión de los viejitos.
Se observa que los destinos de los Viajes Culturales no duran un suspiro una vez levantada la veda. Y a los pocos minutos de que se abra el plazo de solicitudes, ya no encuentras nada de nada. ¿Por qué? Muy sencillo: A pesar de que son algo más caros y con una duración inferior a los de Costas o Islas, el usuario sabe que lleva incluidas las visitas a los diferentes lugares contenidos en la programación. En los otros, elegir unas cuantas excursiones supone un gasto muchas veces superior al desembolso inicial para el traslado y alojamiento. Salvo que, lo que hacemos muchos, se alquile un coche y se vaya cada cual por su cuenta a donde crea conveniente.
No es de extrañar, por consiguiente, que cada vez haya más malentendidos, protestas y quejas, porque muchos no se sujetan a las normas y directrices que marcan los guías para los recorridos por monumentos y lugares de interés. Para evitar suspicacias te lo explico con otro ejemplo: Imagínate a un cojo que se apunta a los denominados como Turismo de Naturaleza. A la segunda pateada estará echando chispas. Y el que no haya sido testigo de cualquier “altercado” por disconformidad ante tanta iglesia y tanto convento, se deberá a que, sencillamente, no ha ido.
Antona haría bien en reunirse con la cúpula de su partido y establecer otros criterios para cuando tengan responsabilidades de gobierno llevarlas a cabo, ponerlas en práctica. Se trata de obrar con algo más de equidad. Y no hacer como con la rebaja del IGIC, que beneficia más a quien más tiene.  La igualdad no se alcanza con la implantación de tabla rasa. A los desiguales hay que tratarlos de manera diferente, porque si no agrandamos las brechas. Y en el Imserso, como cada año se suben las cantidades de lo que debe aportar el pensionista, prueben ustedes, los que también niegan incrementos en el salario mínimo, a vivir con unos cientos de euros al mes. Que de cinismo y poses del bien quedar sabemos algo en mi pueblo.
O más fácil aún. Ahora que gobiernan otros, propónganlo en el Congreso. Y si en Canarias presumimos de superávit, como en la Villa de Viera, no hace falta ir pregonándolo por las islas. En sus manos está el arreglarlo. En vez de que unos cuantos vayan a varios, redistribuyamos y que todos vayan a uno. Yo estoy dispuesto a pagar por el mío unos euros más. ¿Sería usted capaz, señor Antona, de aportar algo? La misma pregunta para los bien pagados de mi ayuntamiento.

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