Los matanceros están de enhorabuena. Tras muchos años de
espera, pero en los que la tenacidad prevaleció por arriba de cualquier otra
circunstancia, el antiguo Cine Prado, adquirido por el ayuntamiento en el ya
lejano 1988, abre sus puertas, convertido en flamante Auditorio Municipal, el
próximo día 5 de diciembre.
Vale aplicar aquí lo de nunca es tarde. Y no va a entrar
este comentarista barato en el capítulo de vicisitudes habidas. Para lo que
hubiese bastado dirigirme al incombustible e incuestionable alcalde de aquella
población y me habría detallado los aconteceres vividos, y sufridos, durante
este largo proceso. Pero que, a buen
seguro, si se echa la vista atrás y se resume esa larga trayectoria en
unos minutos, se colegirá que el esfuerzo ha valido la pena. Máxime, y a la
fotografía del interior del recinto me remito, cuando un pueblo puede presumir
con orgullo de un centro desde el que se irradiará la cultura como motor del
avance y del desarrollo.
Vaya mi pública felicitación por el logro alcanzado. Hecho
que se ha repetido en otros municipios, como puede ser el caso de San Juan de
la Rambla o Güímar. A perdonar los que se me puedan quedar en el tintero, pero
no es mi intención llevar a cabo un compendio de lo mucho, y bueno, que se
ejecuta en otros territorios. Y lamentar profundamente el que acciones de tal
porte no se vislumbren por lares más cercanos. ¿Pensaste en Puerto de la Cruz o
quizás en Los Realejos?
Me vengo a mi pueblo. Desde donde anteayer escribía que
sentía sana envida y profunda resignación. Porque no tenemos nada. Porque
llamar auditorio al salón de actos de la Casa Municipal de la Cultura, inaugurada
en 1987, me parece otra tomadura de pelo más de las muchas a que nos tiene acostumbrados
el actual equipo de gobierno. Que presume de gestión y se jacta de superávit,
sin que ello se traduzca en mejoras sustanciales para esta villa. Eso sí, de
fuegos de artificio, ni la Pirotecnia Toste.
El Cine Viera se cae a trozos. Como otros ejemplos de
nuestro patrimonio. Particular que el señor alcalde ha delegado en dos
concejales, lo que nos hacía presuponer que el éxito estaba garantizado. Pero
nuestro gozo en un pozo. Lleva camino paralelo este asunto a la remodelación
integral del Callejón de los Cuartos. Que hace honor a su denominación y
seguirá en condición de tal hasta que esta hornada de bien pagados sea retirada
de la circulación (política). O la adquisición, asimismo, de la casa natal del
ilustre polígrafo Viera y Clavijo. Aunque, a veces, no sabe uno a qué carta
atenerse cuando contempla el estado de la Casona de la Gorvorana, de propiedad
municipal y ahora mismo juguete para que unos estudiantes hagan prácticas de
diseño.
Tras anunciarse, hace de esto varias décadas, que el mencionado
cine había sido adquirido por la hoy desaparecida CajaCanarias y de
comunicarse, incluso, la posibilidad de establecer un convenio con la entidad
bancaria para su recuperación, se ha pasado a un estado de frustración tan
preocupante como la inutilidad de cuantas corporaciones han tenido algún tipo de
relación con este particular. Y es que en mi pueblo ocurre algo raro. O los
ciudadanos de a pie pensamos en fenómenos paranormales o nos merecemos los
gobernantes que tenemos. O nosotros somos bichos raros que creemos en pajaritos
preñados o ellos no disponen de capacidad suficiente ni siquiera para administrar
los asuntos caseros.
Puede que estés recapacitando si esta cuestión ya se
arrastra desde la época de los primeros mandatos tras el advenimiento de la
democracia a este país. Y como copartícipe de la del periodo 1983-1987 –mucho más
la de 1979-1983–, propongo un ejercicio de memoria histórica. Porque tendemos a
olvidar con pasmosa facilidad. Sobre todo en aquellos que nacieron con
posterioridad y ya no son capaces de preguntar a sus progenitores sobre el lamentable
estado en que se encontraban los pueblos. Con tantas carencias y una escasez de
presupuestos tan preocupantes que tuvimos la imperiosa necesidad de establecer
unas prioridades que pasaban, en primer lugar, por dotar de colegios a una
población que aún rayaba el analfabetismo. Nada te cuento de penurias en todo tipo
de infraestructuras puesto que, afortunadamente, fuimos capaces de sacar la
cabeza del hoyo, más que bache.
No sé qué podríamos ser capaces aquellos aventureros con los
millones de euros que ahora mismo se barajan. Como observo que alguna que otra
formación política pretende reverdecer viejos laureles, lo mismo estamos a
tiempo, antes de irnos para Las Chacaritas –¿te acuerdas de la expresión, no?– de
probar a proyectar a medio plazo ese legado que dentro de nada dejaremos a otra
generación.
Estamos cansados del día a día y de la improvisación. Del
gesto fácil y del besuqueo empalagoso. Del rédito fácil y cortoplacista. De la
manera de rodearse de ineptos que hacen la o por un canuto a duras penas. Del
copiar iniciativas porque el pensar les está vetado. Pero no se atreven a
hacerlo con proyectos de cierta envergadura, como los que se dejan mencionados,
ante el temor de morir en el intento. No despiertes, realejero, y sigue
viviendo en la ignominia. Pobre Parlamento de Canarias de confirmarse la
pretensión. Pobre Cabildo de Tenerife de ídem de ídem.
En fin, matanceros, levanten el telón, que nosotros, por
desgracia, seguiremos en la cola. Lo malo es que las entradas aún no están a la
venta. A pesar de la espinita, mi más cordial enhorabuena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario