miércoles, 18 de enero de 2017

Conferencia

Si la suerte de Clavijo en la foto (quedar detrás de la vicepresidenta Soraya es una ventaja) se traduce en dinero ‘contante y sonante’ para las arcas públicas canarias, en cuanto finalice la cuesta de enero las carreteras de Tenerife sufrirán tal cambio que nuestros coches se van a extrañar. En previsión a tal posibilidad, ya Carlos Alonso presupuestó (por segunda  o tercera vez, dirá mi alcalde) el arreglo de la bajada desde El Castillo hasta La Longuera, vía insular que más parece un barranco que otra cosa. Y a Casimiro creyeron haberlo vislumbrado bailando en la Laguna Grande a las tantas de la madrugada. Horas en las que el restaurante ya está cerrado, por si pensabas en otros efectos colaterales.
Hubo ayer conferencia de presidentes autonómicos en el Salón de Pasos Perdidos del Senado. Con gran despliegue informativo y contando con la presencia de Felipe VI. Quien llegó con abrigo pero nada más saludar a Rajoy entró en calor. Como ya acudieron casi todos (faltaron a la cita el catalán y el vasco) con el trabajo realizado (eso escuché en varios medios de comunicación), comenzaron con un buen desayuno (pagó Pío), después vino la pose fotográfica y cuando Mariano anunció que había que recaudar más y reducir gastos, fue tal el descojone (te juro que viene recogido el vocablo en el diccionario académico) que se unió el tentempié de media mañana con el almuerzo. Copioso, jugoso y variado. Y después, ya sabes, te entra una modorra.
Como en unos días nos enteraremos, versión Revilla, de las interioridades del cónclave, puede que conozcamos el detalle de la subida de impuestos (no sé de otra fórmula para mayores ingresos) y si vamos a seguir siendo los de siempre los que suframos los recortes para que los gastos no se disparen. Porque no entra en sus cálculos el disminuir la pléyade de “cargos digitales” que asesoran en consejerías y presidencias sin que alguno de ellos haya culminado los estudios elementales (lo leí en cierto periódico de estas ínsulas).
Vuelve a escucharse el estribillo de que hemos superado la crisis y que volvemos a la senda del crecimiento. Son datos macroeconómicos y que aún no se traducen en una recuperación tangible, pero todo se andará. Ya saben que esos efectos siempre se manifiestan de arriba hacia abajo. Y como nosotros no nos caracterizamos por poseer espíritu previsor no hemos depositado en Suiza 47 millones de euros como fondo de pensiones quedaremos sujetos a los vaivenes del mercado. Que se exteriorizan siempre desde abajo hacia arriba. Son leyes físicas tan incuestionables como los goles de Sergio Ramos. La portería es lo de menos.
Ya el lugar elegido para la cita no pareció el más adecuado. Máxime cuando el gobierno de la nación sigue presidido por quien no se destaca por su claridad. Y que suele hacer todo lo contrario de lo que expresa o promete. No creo sea menester remitirme a hechos concretos porque saldrían artículos para tres semanas. Y, a lo peor, Fernando estuvo más pendiente de atar posibles cabos que le aseguren la poltrona unos meses más. Ya me imagino las citas en Fitur dentro de unos días. Donde acudirá una representación realejera para repartir un millar de folletos.
Dentro del revuelto panorama, me alegra que un juzgado madrileño haya impuesto una fianza de un millón de euros a El Mundo por dar informaciones no contrastadas. E imputado a cuatro periodistas por delitos de calumnias e injurias graves. Pero me entristece el comprobar que la justicia en Canarias funciona con cierto retraso. Algo más de una hora menos. Porque por estos contornos me atrevería a sostener que podría ampliarse el catálogo de posibles infracciones en el mundo de la comunicación y otros chanchullos varios.  Hechos que se refuerzan con repeticiones en redes sociales de sucesos lamentables. Que algunos sostienen deben servir para ejemplarizar conductas. Y que yo, una vez más llevando la contraria, mantengo que vienen a reforzar comportamientos inadecuados y que valen como modelos que se imitan con pasmosa facilidad. Llevamos tal racha de peleas callejeras e incidentes entre menores, debidamente plasmadas en registros audiovisuales, que nos hemos constituido en paradigma nacional. Para lo que no es menester más leyes, más restricciones, más prohibiciones. Solo se requiere sentido común, ecuanimidad. Y para ello sobran reuniones autonómicas y sesudos analistas. Aunque al final, me temo, el culpable estará entre las cuatro paredes de las aulas. Quien no solo deberá suplir carencias de otros ámbitos, sino asumir omisiones de familias y ambientes más cercanos.
Conclusión: “Pido a todos el mayor esfuerzo para llegar a un entendimiento en materia de financiación”. ¿Y en qué faceta no, angelito? ¿Para tal epílogo tanto ceremonial? Hubiese bastado con un simple comunicado vía fax. Con lo que ya habríamos ahorrado fuerte pastón. El día que comiencen a predicar con el ejemplo a muchos nos va a dar fuerte desfallecimiento. Lumbreras.

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Y un apunte final (para comprobar si leíste hasta aquí): el 18 de enero de 1973, don Pedro, el cura de La Vera, nos casó (o nos unió en matrimonio, a mi mujer y a mí, claro) en la ermita de La Gorvorana. Ya van, pues, 44. Puedes felicitarnos, no te cortes. El café corre por mi cuenta. Aunque no me hayan comunicado aún el importe del incremento de la pensión.

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