Si la suerte de Clavijo en la foto (quedar detrás de la
vicepresidenta Soraya es una ventaja) se traduce en dinero ‘contante y sonante’
para las arcas públicas canarias, en cuanto finalice la cuesta de enero las
carreteras de Tenerife sufrirán tal cambio que nuestros coches se van a
extrañar. En previsión a tal posibilidad, ya Carlos Alonso presupuestó (por
segunda o tercera vez, dirá mi alcalde)
el arreglo de la bajada desde El Castillo hasta La Longuera, vía insular que
más parece un barranco que otra cosa. Y a Casimiro creyeron haberlo vislumbrado
bailando en la Laguna Grande a las tantas de la madrugada. Horas en las que el
restaurante ya está cerrado, por si pensabas en otros efectos colaterales.
Hubo ayer conferencia de presidentes autonómicos en el Salón
de Pasos Perdidos del Senado. Con gran despliegue informativo y contando con la
presencia de Felipe VI. Quien llegó con abrigo pero nada más saludar a Rajoy
entró en calor. Como ya acudieron casi todos (faltaron a la cita el catalán y
el vasco) con el trabajo realizado (eso escuché en varios medios de
comunicación), comenzaron con un buen desayuno (pagó Pío), después vino la pose
fotográfica y cuando Mariano anunció que había que recaudar más y reducir
gastos, fue tal el descojone (te juro que viene recogido el vocablo en el
diccionario académico) que se unió el tentempié de media mañana con el
almuerzo. Copioso, jugoso y variado. Y después, ya sabes, te entra una modorra.
Como en unos días nos enteraremos, versión Revilla, de las
interioridades del cónclave, puede que conozcamos el detalle de la subida de
impuestos (no sé de otra fórmula para mayores ingresos) y si vamos a seguir
siendo los de siempre los que suframos los recortes para que los gastos no se
disparen. Porque no entra en sus cálculos el disminuir la pléyade de “cargos
digitales” que asesoran en consejerías y presidencias sin que alguno de ellos
haya culminado los estudios elementales (lo leí en cierto periódico de estas
ínsulas).
Vuelve a escucharse el estribillo de que hemos superado la
crisis y que volvemos a la senda del crecimiento. Son datos macroeconómicos y
que aún no se traducen en una recuperación tangible, pero todo se andará. Ya
saben que esos efectos siempre se manifiestan de arriba hacia abajo. Y como nosotros
no nos caracterizamos por poseer espíritu previsor ─no hemos depositado en Suiza
47 millones de euros como fondo de pensiones─ quedaremos sujetos a los vaivenes
del mercado. Que se exteriorizan siempre desde abajo hacia arriba. Son leyes
físicas tan incuestionables como los goles de Sergio Ramos. La portería es lo
de menos.
Ya el lugar elegido para la cita no pareció el más adecuado.
Máxime cuando el gobierno de la nación sigue presidido por quien no se destaca
por su claridad. Y que suele hacer todo lo contrario de lo que expresa o
promete. No creo sea menester remitirme a hechos concretos porque saldrían
artículos para tres semanas. Y, a lo peor, Fernando estuvo más pendiente de
atar posibles cabos que le aseguren la poltrona unos meses más. Ya me imagino
las citas en Fitur dentro de unos días. Donde acudirá una representación
realejera para repartir un millar de folletos.
Dentro del revuelto panorama, me alegra que un juzgado
madrileño haya impuesto una fianza de un millón de euros a El Mundo por dar
informaciones no contrastadas. E imputado a cuatro periodistas por delitos de
calumnias e injurias graves. Pero me entristece el comprobar que la justicia en
Canarias funciona con cierto retraso. Algo más de una hora menos. Porque por
estos contornos me atrevería a sostener que podría ampliarse el catálogo de
posibles infracciones en el mundo de la comunicación y otros chanchullos
varios. Hechos que se refuerzan con
repeticiones en redes sociales de sucesos lamentables. Que algunos sostienen
deben servir para ejemplarizar conductas. Y que yo, una vez más llevando la
contraria, mantengo que vienen a reforzar comportamientos inadecuados y que
valen como modelos que se imitan con pasmosa facilidad. Llevamos tal racha de
peleas callejeras e incidentes entre menores, debidamente plasmadas en
registros audiovisuales, que nos hemos constituido en paradigma nacional. Para
lo que no es menester más leyes, más restricciones, más prohibiciones. Solo se
requiere sentido común, ecuanimidad. Y para ello sobran reuniones autonómicas y
sesudos analistas. Aunque al final, me temo, el culpable estará entre las
cuatro paredes de las aulas. Quien no solo deberá suplir carencias de otros
ámbitos, sino asumir omisiones de familias y ambientes más cercanos.
Conclusión: “Pido a todos el mayor esfuerzo para llegar a un
entendimiento en materia de financiación”. ¿Y en qué faceta no, angelito? ¿Para
tal epílogo tanto ceremonial? Hubiese bastado con un simple comunicado vía fax.
Con lo que ya habríamos ahorrado fuerte pastón. El día que comiencen a predicar
con el ejemplo a muchos nos va a dar fuerte desfallecimiento. Lumbreras.
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Y un apunte final (para comprobar si leíste hasta aquí): el
18 de enero de 1973, don Pedro, el cura de La Vera, nos casó (o nos unió en
matrimonio, a mi mujer y a mí, claro) en la ermita de La Gorvorana. Ya van, pues,
44. Puedes felicitarnos, no te cortes. El café corre por mi cuenta. Aunque no me
hayan comunicado aún el importe del incremento de la pensión.
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