Le ‘robo’ la instantánea aparecida en Facebook al amigo
Narciso, cuyo medio de comunicación no es necesario mencionar pues lo
distingues perfectamente en la foto (magnífica labor la suya), para comentar
algo que no es la primera vez que lo hago y me temo que tampoco vaya a ser la
última. Porque muchos políticos (y también políticas, porque ha llegado a tal
extremo la bobería de la diferenciación que lo mismo alguien se ofende si no lo
explicitas o, más cursi aún, echas mano de la arroba para inventarte una nueva
fórmula de hacer el imbécil, o la imbécila)
siguen empeñados en demostrar sus altas capacidades y no conformes con ejercer
un cargo público (me olvido por ahora de los orgánicos) siguen engordando su
currículum a base de quemar calderos a tutiplén.
Ahí contemplamos a una concejala popular de Icod en plena
entrevista en la mañana de ayer miércoles. Pero es que doña Isabel es asimismo
senadora. Y repito, ojalá fuera el único caso o ejemplo. Supone un servidor que
la susodicha cobre de la institución madrileña. Y bien. ¿Conoces algún trabajo
en el que se permitan estas licencias? Por lo visto cuando se trata de dineros
que apoquinamos todos con nuestros impuestos, cualquier escaqueo está
permitido. Lo que viene a demostrar que son los propios senadores los que, con sus
actuaciones, nos demuestran la inutilidad de una Cámara, sin poder decisorio
alguno y que se limita a mantener gandules. Quienes, para disimular o lo más un
vano intento de justificar su quehacer, elevan alguna pregunta a la autoridad
de turno, cuando son cuestiones que pueden resolverse en cualquier rincón o
echar mano del teléfono, que también le pagamos.
Ejemplos, insisto, a porrillo. Eso de cumplir un horario
fijo y fichar a la entrada y salida se ha establecido para los que deben
sujetarse a una nómina, que ya bien quisieran guardara similitud con la de sus
señorías. Quienes se enfadan cada vez que desde cualquier plataforma, o de manera
individual, se elevan voces para suprimir tanto órgano inútil. Y nos sueltan
peroratas para contarnos la importancia de la representación territorial. Debe
ser por eso que recorren sus circunscripciones para que los ciudadanos les
contemos nuestros problemas. Igual que a los maestros y profesores la
administración les deja entre cada mes de clase, dos semanas para resolver la
variopinta casuística que se les presenta en las aulas con sus matrículas
infladas, sin que ello suponga merma de sus emolumentos.
¡Ah!, es que enero es un mes inhábil. Y como hay mucho
hábil, así nos va. Dos periodos de sesiones de cuatro meses escasos cada uno
(dos tercios) y otros cuatro de vacaciones. Que junto a la larguísima etapa de interinidad
habida para formar gobierno, viene a colegirse que la gandulería está bien
arraigada en este país de pandereta. Son el ejemplo a seguir. Así nos va. Y
luego nos exigen mediante disposiciones legales. Cuánta desfachatez.
No, suprimir no. En todo caso una profunda reorganización
que fije de manera definitiva no solo su composición sino los objetivos o fines
de la que ahora es simple oficina de segunda lectura (pero si cambias una coma
o descubres que una hache se coló donde no debía, debe volver el texto al lugar
de origen para que le den el visto bueno) y se erija en lugar donde confluyan
las diferentes sensibilidades autonómicas para una debida conjunción de criterios…
Y un churro, sus ilustrísimas. Tienen más cara que un elefante con paperas
(parotiditis). Váyanse a freír espárragos. ¿No hay dinero, no? ¿Cómo lo va a
haber si se despilfarra a manos llenas? Hay elementos (y elementas) que jamás
padecerán de hipertensión. Como yo, por ejemplo, que agarro cada enfado. Pero
ni me voy a callar ni me van a callar. Y eso que me dijeron que con la edad me
volvería más moderado, más conservador. ¿Se nota, no?
Y hoy iba a dedicar
unas líneas a un tal Honorio, de Tacoronte. Al que le bastaron seis meses para
señalar que Sí Se Puede. Dicho y hecho. Le pegó un abrazo al alcalde y se
entregó en cuerpo y alma. Aún no se sabe a cambio de qué, pero Corrupción
Canaria (uy, perdón, Coalición Canaria) suele agradecer con generosidad los
servicios prestados. En especias o en lo que se tercie. A pesar de que su
palabra no valga un ‘clavijo’ (te consagraste, Nicolás), siguen funcionando
viejas tácticas.
No me he olvidado. La solución a los acertijos de los días
anteriores: su hija (el primero, día 24) y primo (el segundo, día 25). Y va el
tercero (facilísimo): ¿Quién es el hijo
de tu padre que no es tu hermano).
Cuando cierro el negocio, y programo la entrada para mañana,
se está celebrando sesión plenaria en el ayuntamiento de Los Realejos. A las
muchas propuestas de la oposición, el grupo de gobierno entiende abusivo el
ESTAMOS EN ELLO, y por ello se adueña directamente de algunas, previo al debate,
y las presenta directamente como suyas. Incluso tiene tiempo de publicarlas un
rato antes del pleno en la que ha tomado por web oficial, como ayer dijimos, la
de Radio Realejos. Con ello quieren demostrar que los muchos liberados, y
cargos de confianza, justifican el sueldo apropiándose de las iniciativas de
aquellos que las elaboran en sus ratos libres porque si deben trabajar al no
tener tanta suerte como aquellos.
Y Rajoy sigue sin comunicarme cuántos euros voy a cobrar de
más este año. Hasta mañana.
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