jueves, 26 de enero de 2017

El valor del Senado

Le ‘robo’ la instantánea aparecida en Facebook al amigo Narciso, cuyo medio de comunicación no es necesario mencionar pues lo distingues perfectamente en la foto (magnífica labor la suya), para comentar algo que no es la primera vez que lo hago y me temo que tampoco vaya a ser la última. Porque muchos políticos (y también políticas, porque ha llegado a tal extremo la bobería de la diferenciación que lo mismo alguien se ofende si no lo explicitas o, más cursi aún, echas mano de la arroba para inventarte una nueva fórmula de hacer el imbécil, o la imbécila) siguen empeñados en demostrar sus altas capacidades y no conformes con ejercer un cargo público (me olvido por ahora de los orgánicos) siguen engordando su currículum a base de quemar calderos a tutiplén.
Ahí contemplamos a una concejala popular de Icod en plena entrevista en la mañana de ayer miércoles. Pero es que doña Isabel es asimismo senadora. Y repito, ojalá fuera el único caso o ejemplo. Supone un servidor que la susodicha cobre de la institución madrileña. Y bien. ¿Conoces algún trabajo en el que se permitan estas licencias? Por lo visto cuando se trata de dineros que apoquinamos todos con nuestros impuestos, cualquier escaqueo está permitido. Lo que viene a demostrar que son los propios senadores los que, con sus actuaciones, nos demuestran la inutilidad de una Cámara, sin poder decisorio alguno y que se limita a mantener gandules. Quienes, para disimular o lo más un vano intento de justificar su quehacer, elevan alguna pregunta a la autoridad de turno, cuando son cuestiones que pueden resolverse en cualquier rincón o echar mano del teléfono, que también le pagamos.
Ejemplos, insisto, a porrillo. Eso de cumplir un horario fijo y fichar a la entrada y salida se ha establecido para los que deben sujetarse a una nómina, que ya bien quisieran guardara similitud con la de sus señorías. Quienes se enfadan cada vez que desde cualquier plataforma, o de manera individual, se elevan voces para suprimir tanto órgano inútil. Y nos sueltan peroratas para contarnos la importancia de la representación territorial. Debe ser por eso que recorren sus circunscripciones para que los ciudadanos les contemos nuestros problemas. Igual que a los maestros y profesores la administración les deja entre cada mes de clase, dos semanas para resolver la variopinta casuística que se les presenta en las aulas con sus matrículas infladas, sin que ello suponga merma de sus emolumentos.
¡Ah!, es que enero es un mes inhábil. Y como hay mucho hábil, así nos va. Dos periodos de sesiones de cuatro meses escasos cada uno (dos tercios) y otros cuatro de vacaciones. Que junto a la larguísima etapa de interinidad habida para formar gobierno, viene a colegirse que la gandulería está bien arraigada en este país de pandereta. Son el ejemplo a seguir. Así nos va. Y luego nos exigen mediante disposiciones legales. Cuánta desfachatez.
No, suprimir no. En todo caso una profunda reorganización que fije de manera definitiva no solo su composición sino los objetivos o fines de la que ahora es simple oficina de segunda lectura (pero si cambias una coma o descubres que una hache se coló donde no debía, debe volver el texto al lugar de origen para que le den el visto bueno) y se erija en lugar donde confluyan las diferentes sensibilidades autonómicas para una debida conjunción de criterios… Y un churro, sus ilustrísimas. Tienen más cara que un elefante con paperas (parotiditis). Váyanse a freír espárragos. ¿No hay dinero, no? ¿Cómo lo va a haber si se despilfarra a manos llenas? Hay elementos (y elementas) que jamás padecerán de hipertensión. Como yo, por ejemplo, que agarro cada enfado. Pero ni me voy a callar ni me van a callar. Y eso que me dijeron que con la edad me volvería más moderado, más conservador. ¿Se nota, no?
Y hoy iba  a dedicar unas líneas a un tal Honorio, de Tacoronte. Al que le bastaron seis meses para señalar que Sí Se Puede. Dicho y hecho. Le pegó un abrazo al alcalde y se entregó en cuerpo y alma. Aún no se sabe a cambio de qué, pero Corrupción Canaria (uy, perdón, Coalición Canaria) suele agradecer con generosidad los servicios prestados. En especias o en lo que se tercie. A pesar de que su palabra no valga un ‘clavijo’ (te consagraste, Nicolás), siguen funcionando viejas tácticas.
No me he olvidado. La solución a los acertijos de los días anteriores: su hija (el primero, día 24) y primo (el segundo, día 25). Y va el tercero (facilísimo): ¿Quién es el hijo de tu padre que no es tu hermano).
Cuando cierro el negocio, y programo la entrada para mañana, se está celebrando sesión plenaria en el ayuntamiento de Los Realejos. A las muchas propuestas de la oposición, el grupo de gobierno entiende abusivo el ESTAMOS EN ELLO, y por ello se adueña directamente de algunas, previo al debate, y las presenta directamente como suyas. Incluso tiene tiempo de publicarlas un rato antes del pleno en la que ha tomado por web oficial, como ayer dijimos, la de Radio Realejos. Con ello quieren demostrar que los muchos liberados, y cargos de confianza, justifican el sueldo apropiándose de las iniciativas de aquellos que las elaboran en sus ratos libres porque si deben trabajar al no tener tanta suerte como aquellos.
Y Rajoy sigue sin comunicarme cuántos euros voy a cobrar de más este año. Hasta mañana.

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