viernes, 3 de febrero de 2017

Lamentable

¿Ya dimitió el impresentable de Pedro Rodríguez Zaragoza? ¿Cómo? Me chiva el diccionario que actuación impresentable es aquella de escasa calidad moral. ¿Es, acaso, atrevido sostener que hasta corto me quedo en calificar el reciente proceder de nuestro orondo personaje? Cuando redacto estas líneas –tarde del jueves día 2– el único conocimiento que tengo es de que ha pedido disculpas y que, como Juan Carlos, no lo volverá a hacer más. Tiene más morros que bigotes el angelito, el saltimbanqui, el que lleva dando brincos y haciendo acrobacias desde cuando Manuel Hermoso cambió el negocio de la construcción por el más rentable de apuñalar a Jerónimo.
El señor viceconsejero de Acción Exterior (cargo que depende directamente del Presidente del Gobierno, y cuyo departamento engloba dos direcciones generales: la de Emigración y la de Relaciones Exteriores), el mentado Rodríguez Zaragoza, se nos fue al Consejo de la Ciudadanía Española en el Exterior. Y debió sentirse muy solo, a tenor del juego que escogió para matar el aburrimiento. Pero lo pescaron. Como antes las indiscretas cámaras (hoy te pueden grabar con el botón de la chaqueta) lo habían hecho con otros célebres personajes. A los que une el amor desinteresado por la cosa pública, la entrega y el sacrificio por el bienestar ciudadano.
Yo pedí la palabra dos veces, Fernando, te lo juro. Y hablé en las dos ocasiones, palabrita del Niño Jesús. Esto ya era al final y me pudo el mono. Perdona, Clavijín, ¿o ya no me crees? [Ji, ji, ji, tu palabra contra la mía, vaya dos para una conejera]. Asumo el error, solo fue un ratito, yo no la metí sino un fisquito (la pata), no estuve jugando todo el tiempo. Anda, perdóname y no me mires así, no seas malo.
¿En qué posición comprometida hay que trincar a tipos de tal calibre para que presenten la dimisión ipso facto? ¿Cómo es posible que el máximo responsable político de esta Comunidad no le haya dado dos buenas patadas en el culo al segundo siguiente de tener conocimiento de las gratificantes imágenes con las que nos deleitó el tahúr? ¿Hasta cuándo vamos a permitir, sufridores pagadores de impuestos, que sujetos así empañen la noble actividad política? ¿Hasta cuándo los honrados cargos públicos –la mayoría– van a mirar hacia otro lado ante acontecimientos de tal guisa?
La web institucional me señala que la sede de dicha Viceconsejería se halla en la Avenida José Manuel Guimerá, número 10 (Edificio de Usos Múltiples II, Planta 2ª), código postal 38071, Santa Cruz de Tenerife. Y si no pueden ir a saludar al mandamás, siempre que no esté reunido consigo mismo para matar el aburrimiento, te dejo también la dirección del correo electrónico por si te apetece enviarle un cordial saludo: malbmar@gobiernodecanarias.org. Bueno, y si no tienes otra cosa mejor que hacer, llámalo por teléfono (922473920) o mándale un fax (922477098). Yo creo que el hombre necesita toda nuestra comprensión. Mi apoyo incondicional lo tiene. Como lo vislumbre en cualquier muelle contemplando el vaivén de la mar océana, te juro que lo ayudo para que vea el panorama más cerca.
Debería ser requisito obligatorio el pasar por un arco de seguridad, que detecte todo tipo de artilugios que inciten a la distracción, que emita sonoros pitidos y obligue a dejar a buen recaudo los objetos proclives a no estar atentos a lo que se va. Es más, deberían acudir con la lección aprendida y recitarla a viva voz. Para que los defensores de los árboles y enemigos del papel no pongan el grito en el cielo. Y esto lo digo asimismo para los concejales en las sesiones plenarias, los periodistas en los medios audiovisuales y los curas en las misas. ¿Cómo he llegado yo al año 2017 sin móvil? ¿Me lo quieres explicar? Y yo vivo, a lo mejor más feliz que tú, más libre.
Hay que reconocerle, no obstante, al jugador, una acción que merece el más fuerte de los aplausos: No se quedó a la cena. Y sobran los comentarios. ¿Oíste? Ahórrate de plasmar por escrito eso que ahora mismo se te pasó por la cabeza.
Pero si a este no lo cesan, ¿a qué demonios esperan los que cuentan con votos para ello para echar como agua sucia a quienes llevan una purriada de años en el machito riéndose de todo bicho viviente que habita en este terreno volcánico?
Y como quien no quiere la cosa, primer fin de semana de febrero. Ya ni mentamos la otrora terrible cuesta de enero. Transitamos placenteros por el que fuera mes de los gatos. Hasta ellos han cambiado y ya no muestran el mismo celo. Como algunos cargos públicos. Pocos, afortunadamente. Y menos mal que los cazan.
Acabo. Intuí años ha, y escrito está, que el enorme tinglado de la jueza Alaya se iba a desmoronar. Parece que el tiempo me está dando la razón. Y la propia Justicia le reprocha que no se puede actuar en asuntos tan delicados desde el rencor. Pero ese es otro tema. Voy a jugar un fisquito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario