jueves, 31 de agosto de 2017

Corrupción

Esstoy algo canssado puess he tenido que adelantar miss ejercicioss mañaneross, pero antess de darme una ducha, o un baldeo por assperssión, me fumaré mi puro diario no ssea que mañana sse alargue essa convocatoria, fuera del periodo de ssessioness, mecachisss. Nunca me he negado a dar explicacioness y he informado en cincuenta y doss oportunidadess. Jamáss he vissto gente tan torpe para comprender algo tan ssencillo, tan ssimple. Ademáss, ssiempre ssoy máss claro que el agua. Cuánta torpezza dialéctica. Qué cabritoss.
La reflexión de Mariano quedó interrumpida por unos ligerísimos toques en la puerta del amplio despacho. Bajó ambos pies de la mesa (la misma que había utilizado José María para escena similar), escondió el habano en el lugar de costumbre (confiado en que, como en otras ocasiones, se apagaría por sí solo), pulsó un par de veces aquel ambientador casero que le habían regalado en Cambados y que tan buenos resultados le estaban proporcionando, cogió la toalla y se la colocó sobre sus hombros.
─Passa, Ssorayita. (Ya conozzco lass ssutiless cariciass de ssuss delicadass manecillas, o manitass, uy, que me trabuco una vezz máss, díjose por lo bajini).
─Buenos días, Mariano. Vamos a repasar tu comparecencia, pero… ¿aún no te has duchado? Ya estuviste fumando de nuevo ─le recriminó la vice mientras se subía a un taburete para llevar a cabo la comprobación de rigor. Tras olfatear en todas las direcciones, y cuando se disponía a la enésima monserga, púsose el presi delante del jarrón chino donde ocultó el cuerpo del delito, y que aún despedía una exigua columna de humo, unos hilillos, y se aventuró a llevar la iniciativa a pesar de que le escocía la quemada del dedo índice de la mano (derecha, por supuesto).
─Tenemoss todo el tiempo del mundo, porque lass cossass sson como sson y ssi fueran de otra manera, puess no sserían essass cossass; ess de lógica aplasstante. Esstaré una media hora en el jacuzzzzi, luego massaje y a lass diez regressaré lissto para dar loss últimos retoquess a los papeless que me dejasste ayer. Anoche ya me leí medio folio y compruebo que hass sseguido al pie de la letra miss insstruccioness. Vass mejorando, Ssorayita.
─¿Y nos dará tiempo, Marianín? ─preguntó Soraya, quien se llevó la mano (derecha, claro) a la boca cuando se percató de la osadía verbal─. Lo siento, presi, pero como tú usas conmigo el diminutivo.
─Ji, ji, ji. ¿Y a qué otra fórmula oral, o recursso esstilísstico, podría recurrir esste gallego cargado de grandess dossiss de ironía, mi “pequeña” princessita (cuánto énfasis puso el registrador de la propiedad en el adjetivo). Ess que sse cae de maduro. Qué bueno ssoy. ¿Lo cogisste, Ssorayita?
─Bueno, estaré en mi despacho. No te vayas a quedar dormido en el baño como la vez anterior. Sniff, sniff, aquí huele raro.
─Qué gran olfato tiene essta chica ─volvió a pensar Mariano (algo rarísimo en él; ¿dos veces al día?, raro, raro, raro)─. No me extraña que haya llegado a esse cargo.
─¿Decías algo?
─Nada, nada. Ssalgo dissparado. Noss vemoss en una hora.
Fuéronse el uno y la otra a sus respectivos quehaceres y encontráronse, según guion acordado, al cabo de los sesenta minutos estipulados (sesenta y tres, para ser exactos).
─Esstoy hecho un chaval. Llevo una marcha. ¿De qué íbamoss a tratar? Ess que hoy dan la etapa íntegra de la Vuelta y ssabess que el ciclismo me puede. Vamoss, Contador. Habrá que pedirle loss papeless al africano del Froome esse. Llama a Zzoido.
─Pero, Mariano, la comparecencia, mañana en el Congreso.
─¡Ah!, ¿mañana ess nuesstro Congresso? ¿Y hay máss candidatoss?
─Que todos los grupos han solicitado que expliques los asuntos turbios.
─¿Assuntoss turbioss? ¿Nossotross? Qué pintoressca obssessión.
─¿Recuerdas lo de la Audiencia el otro día?
─Esstuve brillante, no me lo negaráss. Y el juezz, qué tío máss cachondo, hassta quisso ayudarme, como ssi yo no fuesse capazz. Esso no toca, cortaba de vezz en cuando. Me infundió ssossiego, sserenidad.
─Lo mismo, Mariano. Ni Gürtel, ni Correa, ni Bárcenas.
─¿Gürtel? ¿Correa? ¿Bárcenass? ¿Loss va a fichar el Madrizz? Qué grande eress Florentino, ess un puntal.
─Dale caña con Cataluña, terrorismo, Venezuela.
─No me digass que essos condenadoss por pederasstia, amigoss de etarrass y chavistass de mierda…
─Sin pasarte, presi.
─Denunciadoss por agressiones, por tráfico de drogass, untadoss con dinero negro…
─Borra ese color.
─¿Algo máss, Ssorayita? ¿Cuándo ess la Tomatina de Buñuel?
─Buñol, Valencia.
─¿Y esstará Paco? Pobre Rita, con lo que le gusstaba enfangarsse.
─Si saliera la palabra corrupción…
─ Zzzz. Zzzzz. Zzzzzz. Zzzzzzz.
Y así.

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