viernes, 22 de mayo de 2020

Endesa

El jueves ayer─ fue mi Tempo Happy. Esa jornada que la empresa te concede para que consumas cuanta energía requieras sin limitación alguna y de manera totalmente gratuita. También lo puedes fraccionar en dos horas diarias a lo largo de la semana, pero esta segunda opción, entiendo, es algo más complicada, pues quedas mucho más amarrado y condicionas tu horario a quedarte en casa durante ese intervalo de tiempo. Y así cada día, lo que parece bastante complicado. Así que, ya te puedes imaginar, todos los aparatos del hogar quedan sometidos a una dura prueba de resistencia en la fecha señalada.

Cada familia elegirá la modalidad que mejor le convenga. A los que trabajan, pienso, podría ser los sábados y domingos los que mejor se ajusten a sus necesidades. Pero en los gandules, en los que no tenemos nada por hacer, concurren otras circunstancias. En mi particular caso, son los jueves los días que nos visitan hijos y nietos. Y convendrán conmigo en que son muchos los artilugios que se ponen en funcionamiento, aparte de los englobados en el párrafo anterior. Porque a lavadora, horno, secadora, amén de congelador, frigorífico… se les añaden ordenadores, tabletas, recarga de móviles. Y con las luces no se está tan condicionado al uso del interruptor, elemental ejercicio del que parecen olvidarse lo críos cuando están más entretenidos en otros asuntos.

Ahora bien, cuando en la factura echas una visual a los consumos, te percatas, de una parte, en que la fórmula funciona, pues el diagrama de barras no te engaña. En ese día señalado la altura se dispara hasta cuadriplicar la del resto, lo que indica bien a las claras los giros que ha debido dar la rueda del contador.

Pero claro, de otra, si analizas con detenimiento el contenido del cargo mensual, el pormenor te deja cierto sabor agridulce, cierto regusto amargo. Desciendo al detalle con mi ultima factura: importe total, 48,63, que se desglosan en Potencia, 21,34; Energía, 18,54; Otros, 7,46; Impuestos, 2,50; Descuentos -1,21. Es decir, solo el 38% del importe cargado en la entidad bancaria se corresponde con el consumo realizado en el periodo del 16 de marzo al 17 de abril. El resto (62%) no guarda relación alguna con el hecho de tener las bombillas encendidas o los aparatos en funcionamiento. Te aclaro que el abono de 1,21 se debe a la indemnización que Endesa nos ha reconocido por los dos apagones habidos en el periodo de facturación, uno cuando el famoso cero energético y el otro cuando el episodio de calima que nos tuvo, asimismo, unas cuantas horas a oscuras.

Mucho más de la mitad se ha ido en conceptos que en nada guardan relación con lo que has consumido realmente durante el mes. Y eso debe multiplicarse por los millones de clientes. Es algo parecido a los sablazos de los bancos por el mantenimiento de tarjetas, por ejemplo. Es como si yo cobrara un canon para que tú pudieses leer este comentario del blog. Me imagino el descenso en el número de visitas.

Me queda el consuelo –sigo desmenuzando la factura– que el consumo por horas happy es de 83,537 kWh y el del resto de horas (las que sí se cargan) 128,957 kWh, lo que demuestra que le estoy sacando el jugo a la oferta, pues si comparamos el montante de los cuatro jueves mensuales con los veintitantos días restantes, el balance a mi favor es importante. Aunque poco te compense al final, porque entre potencia contratada (4,6kW) e impuestos, la satisfacción del ahorro conseguido se diluye demasiado.

Pero como todo no puede reducirse a lamentos, más o menos eléctricos, mañana nos iremos al primer baile de magos virtual que celebramos en el pueblo y nos echaremos unas perras de vino con un puñado de chochos. Seguro que allí se darán cita muchos políticos por metro cuadrado (como otra feria de ganado) y hablaremos de lo divino y lo humano. Por supuesto que saludaré a Manolo. Está bueno él para perdérselo. Y el domingo iré  coger un puñado de papas. Sí, no son más, pero como no las queremos para exportar, bienvenidas sean. Hasta el lunes.

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