Hoy, 29 de mayo, viernes, acabamos la singladura con la e de
esperanza. Es la entrada vigésima en
el blog con la particularidad reseñada durante este periodo atípico. Y como el
lunes ya estaremos en junio, creo que lo de epílogo queda meridianamente claro.
Después de unos días en los que Manuel Domínguez volvió a
ser mi fuente de inspiración –más que un chorrito es ya como las cascadas del
Monasterio de Piedra (Zaragoza)– cerramos el mes con los buenos datos que dan a
entender que esta pandemia del coronavirus va quedando atrás. En estas islas, donde tuvimos el triste honor
de ser pioneros, y en todo el país. Pero como vivimos en una aldea global, los
peligros siguen siendo más que evidentes. Extrememos, pues, las precauciones y
no vayamos a echar por tierra los esfuerzos realizados.
Mientras las felicitaciones por cómo nos hemos enfrentado al
bicho nos llegan desde el exterior, algunos partidos políticos, desde dentro,
aprovechan la ocasión para intentar ganar lo que en las urnas no pudieron.
Dicen los versados en esto que en política vale todo. Y como yo entiendo que no,
queda demostrado que el porvenir, o la permanencia, de un servidor en la cosa
pública no pasaría en la actualidad de dos semanas. Así que, Ángel Víctor, si
estás buscando sustitutos para las consejerías vacantes, haz el favor de mirar
para otro lado. Con mis ocupaciones de jubilado voy servido. Con la campaña de
concienciación ciudadana, que ejecuto a través del blog, para que Los Realejos
despierte de un profundo sueño causado por unos polvitos mágicos, que alguien
lanzó desde un parapente cuando se trasladaba a la capital de la isla, tengo
para rato.
Hace un par de días, echando una visual a la información
institucional de la Villa de Viera, vine a enterarme de la creación de una app
(como esto es algo moderno, si se escribe con mayúscula, ya sabes, cámbialo
tú), que se traduce en una aplicación informática para móviles y que ha sido
bautizada como Línea Verde (esa plataforma, que yo sepa, está inventada desde
mucho antes de que yo negociara con Movistar la compra de cierto artilugio).
Sirve la susodicha para comunicar incidencias en la vía
pública y nos la venden como un canal de comunicación directa, inmediata y con
posibilidad de seguimiento de la resolución. Y tú te preguntarás, como lo hago
yo, qué razón existe entonces para tanto concejal liberado, si al final vamos a
ser nosotros los que hacemos el trabajo. Eso sí, mientras tanto ellos seguirán
cobrando y tú deberás conformarte con las gracias, si acaso.
Si desde mucho tiempo atrás vengo sosteniendo que si
Realserv tiene sus encargados en la plantilla, amén del gerente, con lo que no
es necesario el contar con tanto chiringuito para colocar a los quince, más
otros allegados, ahora me lo ponen a huevo para volver a demandar mayor
racionalidad y poner coto a tanto despilfarro. Pero, claro, a lo peor estoy
pidiendo peras al olmo, porque ¿servirán para otra cosa que no sea la papa
suave? ¿Sí? Pues a sus trabajos y liberen las arcas municipales, que hay
urgencias en el pueblo por atender.
Ahora que se ha puesto de manifiesto el gravísimo problema de
tráfico por el derrumbe habido, ¿seremos capaces de reconocer en nuestro pueblo
que urge se acometa la solución del Callejón de los Cuartos, un desahogo directo
a la autopista desde el Polígono Industrial, una entrada por Los Barros con
fundamento, soterramiento que evite el colapso en las rotondas de El Castillo y
Alteza amén de otras que ahora se me escapan? Porque cargar todas las culpas a
otras instituciones por las colas de estas últimas semanas, se traduce en
limpiar nuestra basura para echarla debajo de la alfombra de otros. Recurso
fácil, por supuesto. Y dejo en el aire: ¿Son susceptibles estas sugerencias de
ser incluidas en la app de marras? Puede que sí. Y estos pequeñísimos detalles
que observamos casi todos, ¿quedan ocultos a los ojos de los miembros del
equipo de gobierno o vuelan también en parapente como Manolo? Tiene bemoles la
cosa.
Disfruten del fin de semana.
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