Se pone uno a husmear en las hemerotecas digitales, que nos
brindan las dos universidades canarias, en busca de cualquier curiosidad de años
idos y cuando se da cuenta te hallas sumergido en una vorágine de datos de la
que es difícil desembarazarte. Mucho más para un curioso innato. Máxime cuando
una cosa te lleva a la otra. Al final debes poner los pies en el suelo, darte
un baño de realidad y decidirte por uno u otro camino. Así que, y de ahí el
titular del artículo, habiendo leído una pequeña reseña informativa relacionada
con la iniciativa de crear un gremio periodístico, me centré en echar una
visual a los ejemplares publicados entre 1900 y 1902.
No es el presente tratado de rigor alguno. Para ello se
requieren otros mimbres más sólidos que los de un jubilado, cuya única
pretensión es que la única neurona decente no se anquilose. Se trata, simple y
llanamente, de un somero repaso a un parto que se hizo de rogar. No sé si
atravesado, de culo o de pie, pero lo cierto es que algún periódico tinerfeño
ya se quejaba del adelanto en este particular –como en otros tantos, añado yo–
de lo que más tarde sería la otra provincia. Y te aclaro, asimismo, que
bastaron unas horas de varios días para pergeñar estos párrafos, sujetos, por
supuesto, a estudios de mayor empaque, que, a buen seguro, deberán figurar en
soportes variopintos.
Establezcamos, pues, la secuencia cronólogica pertinente y
arranquemos:
Gente Nueva fue un semanario editado en Santa Cruz de
Tenerife y cuyo primer número vio la luz el 9 de octubre de 1899. Comienza con
la clásica salutación a la prensa canaria, muy en boga en aquel entonces, y que
es del tenor literal siguiente:
“Nuestra humilde publicación cumple con un religioso deber
al saludar cortesmente á toda la prensa de la provincia; significándole, al
llenar este cumplimiento de caballerosidad, que nuestro semanario únicamente se
inspira en un desinteresado amor al país y que son nuestros propósitos no
mezclarnos en nada que pueda interpretarse como adhesión á un determinado bando
político y hacer justicia, en lo que al alcance de nuestras fuerzas esté, dando
á Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.
El 15 de enero de 1900, página 6, Gente Nueva, bajo la firma
de R. R., inserta el siguiente manifiesto:
“Los periódicos de la Provincia se
vienen ocupando, si bien muy de tarde en tarde, de las ventajas que reportaría
á la patria canaria, el fundar una Asociación de la prensa.
Más, como casi siempre sucede en casos
análogos al que nos ocupa, los artículos publicados en tal sentido por la prensa
de la provincia, hicieron el mismo efecto que predicar en decierto, como
se dice vulgarmente.
Poner de manifiesto los beneficios que
á la prensa y al país todo prestaría la repetida Asociación, sería empresa larga y que se halla fuera de nuestro intento.
Por eso haremos solo ligeras consideraciones sobre el objeto.
Prescindiendo
de la parte teórica, de lo bello que resultaría el estar unificados
todos los periódicos, y de tener comunes aspiraciones, hallamos los beneficios prácticos de
la dicha institución.
La prensa es el reflejo de la opinión,
y si no lo es, debe serlo; la opinión es el punto de mira que debe mover á
obrar á los que mandan. Por consiguiente, si la prensa no refleja unánimemente
una tendencia, una aspiración del pais; si la prensa aparece dividida en
sus apreciaciones sobre una innovación que trate de hacerse, la voz del pueblo
llegará falseada á las esferas superiores y lo que fácilmente hubiera podido conseguirse,
se obtiene difícilmente ó no se obtiene, con notable perjuicio de los intereses
públicos.
Una cosa es la política y otra cosa es
el bien del país; el que anteponga la primera al segundo no es buen hijo de su
patria.
Ahora bien; si por dificultades de
organización no pudiera entrar en la Asociación de la prensa, toda la de
Canarias, que se forme con la de Tenerife; y si ni aun esto es posible; si los
periódicos viejos, por seguir teorías rancias y ya en desuso no quieren
prestar su cooperación, para hacer prosperar tal idea, unámonos los demás, los
escritos por la gente joven, de alientos vitales é ideas salvadoras.
GENTE NUEVA, el más modesto de todos,
figurará con gusto en la Asociación y prestará su humilde ayuda para formarla,
como para todo lo que signifique bien y engrandecimiento del pais”.
En Unión Conservadora (Santa Cruz de
Tenerife), y en la página 1 del número 121 (19 de enero de 1900), bajo el
epígrafe de Impresiones y con título La unión, esta declaración de intenciones:
“Ocúpase Gente Nueva en un
artículo que publica en su último número bajo el epígrafe Asociación de la
Prensa Canaria, de la necesidad, más imprescindible cada día que pasa, de
realizar la unión de cuantos en Canarias nos dedicamos á la ímproba tarea de
escribir para el público.
Nuestro periódico no es esta la primera
vez que habla de tan simpático proyecto; no es esta la primera ocasión que
hemos aprovechado para tributar nuestro aplauso á los que han intentado llevar
á efecto el proyecto de referencia y para excitar á los que permanecían indiferentes
á que de una vez prestasen su ayuda, y esto podrá demostrar fácilmente que no
es nuestra humilde publicación de las que rehuyen el asociarse, porque es la primera
en apreciar y comprender los grandes beneficios que reportaría la Asociación de
la prensa, no ya solo á los que á ella perteneciésemos, sino que también al
pueblo de Santa Cruz, pues con mucho, acierto dice Gente Nueva que «si
la prensa no refleja unánimemente una tendencia, una aspiración del país; si la
prensa aparece dividida en sus apreciaciones sobre una innovación que trate de
hacerse, la voz del pueblo llegará falseada á las esferas superiores y lo que
fácilmente hubiera podido conseguirse, se obtiene difícilmente ó no se obtiene,
con notable perjuicio de los intereses públicos.»
En un artículo que hablando de tan importante
asunto publicamos hace ya algún tiempo, expresábamos que aquí, donde el
compañerismo entre la gente de pluma ni se respeta ni se acata; aquí donde
existen reglas repulsivas de rivalidades mezquinas, de execrable espíritu de
oposicionismo sistemático, de un odio interno, incomprensible y vergonzoso que,
al radicar en individualidades, se extiende y cunde dominando el conjunto y
hollando la dignísima representación que todo escritor tiene desde el momento
que se exhibe en las columnas de un periódico; aquí, en fin, donde el
periodista es calumniado y apaleado, sería obra de titanes llevar á cabo la
Asociación de la prensa; pero hoy que un periódico independiente y que
representa el elemento joven, la parte sana de nuestro pueblo, de quien hay que
esperar mucho, pues en sus manos está la regeneración nacional, hoy que el
apreciable colega Gente Nueva echa sobre sus hombros la tarea de asociar
á los escritores de Canarias, ó, por lo menos, de la isla de Tenerife, no
repetiremos lo que dijimos en aquella ocasión, pues así como el cofrade ha sabido
vencer obstáculos insuperables para realizar el festival Árbol de Navidad,
y logró que á su llamamiento para la creación de una Escuela de Artes y
Oficios respondiera toda la prensa de la provincia, hoy también que trata de
realizar tan hermoso proyecto sabrá allanar dificultades y hallará en todos la
adhesión más franca y expontánea que esperarse puede, quebrando las ruines reglas
hasta la actualidad establecidas.
Terminen de una vez para siempre esas
injustificadas y baldías discusiones de la prensa; pensemos ya con libre
raciocinio despojándonos de tan ridícula y absurda máscara, y procuremos todos
cooperar á la realización de la misión de los periodistas canarios, que de esa
unión es de donde únicamente veremos surgir las hermosuras de un compañerismo sin
hipocresías, teniendo muy en cuenta que la idea Prensa está por encima de
mercantilísimos editoriales.
(Continuará mañana)
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