lunes, 27 de enero de 2020

Asociación de la Prensa de Tenerife (1)

Se pone uno a husmear en las hemerotecas digitales, que nos brindan las dos universidades canarias, en busca de cualquier curiosidad de años idos y cuando se da cuenta te hallas sumergido en una vorágine de datos de la que es difícil desembarazarte. Mucho más para un curioso innato. Máxime cuando una cosa te lleva a la otra. Al final debes poner los pies en el suelo, darte un baño de realidad y decidirte por uno u otro camino. Así que, y de ahí el titular del artículo, habiendo leído una pequeña reseña informativa relacionada con la iniciativa de crear un gremio periodístico, me centré en echar una visual a los ejemplares publicados entre 1900 y 1902.

No es el presente tratado de rigor alguno. Para ello se requieren otros mimbres más sólidos que los de un jubilado, cuya única pretensión es que la única neurona decente no se anquilose. Se trata, simple y llanamente, de un somero repaso a un parto que se hizo de rogar. No sé si atravesado, de culo o de pie, pero lo cierto es que algún periódico tinerfeño ya se quejaba del adelanto en este particular –como en otros tantos, añado yo– de lo que más tarde sería la otra provincia. Y te aclaro, asimismo, que bastaron unas horas de varios días para pergeñar estos párrafos, sujetos, por supuesto, a estudios de mayor empaque, que, a buen seguro, deberán figurar en soportes variopintos.

Establezcamos, pues, la secuencia cronólogica pertinente y arranquemos:

Gente Nueva fue un semanario editado en Santa Cruz de Tenerife y cuyo primer número vio la luz el 9 de octubre de 1899. Comienza con la clásica salutación a la prensa canaria, muy en boga en aquel entonces, y que es del tenor literal siguiente:

“Nuestra humilde publicación cumple con un religioso deber al saludar cortesmente á toda la prensa de la provincia; significándole, al llenar este cumplimiento de caballerosidad, que nuestro semanario únicamente se inspira en un desinteresado amor al país y que son nuestros propósitos no mezclarnos en nada que pueda interpretarse como adhesión á un determinado bando político y hacer justicia, en lo que al alcance de nuestras fuerzas esté, dando á Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.

El 15 de enero de 1900, página 6, Gente Nueva, bajo la firma de R. R., inserta el siguiente manifiesto:

“Los periódicos de la Provincia se vienen ocupando, si bien muy de tarde en tarde, de las ventajas que reportaría á la patria canaria, el fundar una Asociación de la prensa.

Más, como casi siempre sucede en casos análogos al que nos ocupa, los artículos publicados en tal sentido por la prensa de la provincia, hicieron el mismo efecto que predicar en decierto, como se dice vulgarmente.

Poner de manifiesto los beneficios que á la prensa y al país todo prestaría la repetida Asociación, sería empresa larga y que se halla fuera de nuestro intento.

Por eso haremos solo ligeras consideraciones sobre el objeto.

Prescindiendo de la parte teórica, de lo bello que resultaría el estar unificados todos los periódicos, y de tener comunes aspiraciones, hallamos los beneficios prácticos de la dicha institución.

La prensa es el reflejo de la opinión, y si no lo es, debe serlo; la opinión es el punto de mira que debe mover á obrar á los que mandan. Por consiguiente, si la prensa no refleja unánimemente una tendencia, una aspiración del pais; si la prensa aparece dividida en sus apreciaciones sobre una innovación que trate de hacerse, la voz del pueblo llegará falseada á las esferas superiores y lo que fácilmente hubiera podido conseguirse, se obtiene difícilmente ó no se obtiene, con notable perjuicio de los intereses públicos.

Una cosa es la política y otra cosa es el bien del país; el que anteponga la primera al segundo no es buen hijo de su patria.

Ahora bien; si por dificultades de organización no pudiera entrar en la Asociación de la prensa, toda la de Canarias, que se forme con la de Tenerife; y si ni aun esto es posible; si los periódicos viejos, por seguir teorías rancias y ya en desuso no quieren prestar su cooperación, para hacer prosperar tal idea, unámonos los demás, los escritos por la gente joven, de alientos vitales é ideas salvadoras.

GENTE NUEVA, el más modesto de todos, figurará con gusto en la Asociación y prestará su humilde ayuda para formarla, como para todo lo que signifique bien y engrandecimiento del pais”.

En Unión Conservadora (Santa Cruz de Tenerife), y en la página 1 del número 121 (19 de enero de 1900), bajo el epígrafe de Impresiones y con título La unión, esta declaración de intenciones:

“Ocúpase Gente Nueva en un artículo que publica en su último número bajo el epígrafe Asociación de la Prensa Canaria, de la necesidad, más imprescindible cada día que pasa, de realizar la unión de cuantos en Canarias nos dedicamos á la ímproba tarea de escribir para el público.

Nuestro periódico no es esta la primera vez que habla de tan simpático proyecto; no es esta la primera ocasión que hemos aprovechado para tributar nuestro aplauso á los que han intentado llevar á efecto el proyecto de referencia y para excitar á los que permanecían indiferentes á que de una vez prestasen su ayuda, y esto podrá demostrar fácilmente que no es nuestra humilde publicación de las que rehuyen el asociarse, porque es la primera en apreciar y comprender los grandes beneficios que reportaría la Asociación de la prensa, no ya solo á los que á ella perteneciésemos, sino que también al pueblo de Santa Cruz, pues con mucho, acierto dice Gente Nueva que «si la prensa no refleja unánimemente una tendencia, una aspiración del país; si la prensa aparece dividida en sus apreciaciones sobre una innovación que trate de hacerse, la voz del pueblo llegará falseada á las esferas superiores y lo que fácilmente hubiera podido conseguirse, se obtiene difícilmente ó no se obtiene, con notable perjuicio de los intereses públicos.»

En un artículo que hablando de tan importante asunto publicamos hace ya algún tiempo, expresábamos que aquí, donde el compañerismo entre la gente de pluma ni se respeta ni se acata; aquí donde existen reglas repulsivas de rivalidades mezquinas, de execrable espíritu de oposicionismo sistemático, de un odio interno, incomprensible y vergonzoso que, al radicar en individualidades, se extiende y cunde dominando el conjunto y hollando la dignísima representación que todo escritor tiene desde el momento que se exhibe en las columnas de un periódico; aquí, en fin, donde el periodista es calumniado y apaleado, sería obra de titanes llevar á cabo la Asociación de la prensa; pero hoy que un periódico independiente y que representa el elemento joven, la parte sana de nuestro pueblo, de quien hay que esperar mucho, pues en sus manos está la regeneración nacional, hoy que el apreciable colega Gente Nueva echa sobre sus hombros la tarea de asociar á los escritores de Canarias, ó, por lo menos, de la isla de Tenerife, no repetiremos lo que dijimos en aquella ocasión, pues así como el cofrade ha sabido vencer obstáculos insuperables para realizar el festival Árbol de Navidad, y logró que á su llamamiento para la creación de una Escuela de Artes y Oficios respondiera toda la prensa de la provincia, hoy también que trata de realizar tan hermoso proyecto sabrá allanar dificultades y hallará en todos la adhesión más franca y expontánea que esperarse puede, quebrando las ruines reglas hasta la actualidad establecidas.

Terminen de una vez para siempre esas injustificadas y baldías discusiones de la prensa; pensemos ya con libre raciocinio despojándonos de tan ridícula y absurda máscara, y procuremos todos cooperar á la realización de la misión de los periodistas canarios, que de esa unión es de donde únicamente veremos surgir las hermosuras de un compañerismo sin hipocresías, teniendo muy en cuenta que la idea Prensa está por encima de mercantilísimos editoriales.

(Continuará mañana)

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