viernes, 10 de enero de 2020

El expediente

Claro que lo habrá. Hay que guardar las formas. Las apariencias en política son muy importantes. Y cuando se reúnan los prebostes coalicioneros, hasta los recalcitrantes áticos votarán a favor de la apertura del mismo. Ni que decir tiene que durante la fase de instrucción ya se buscará la manera de edulcorar el supuesto amargo trance para que la propuesta de resolución sea el sobreseimiento libre, que no provisional. Todo lo demás es mero ruido mediático para tener entretenido al personal plumífero; vendido o no, vaya usted a saber.

Estas líneas que escribo en la tarde del jueves son, como siempre, una simple opinión. Sujeta a cuanto vaivén le provoque el alisio, que en estos días sopla fuerte. Y, por lo tanto, el que yo me equivoque tendrá menos trascendencia que el beso que Francisco, el Papa, le iba a dar a una monja. O el cabreo que cogió el mandamás católico cuando una mujer le sujetó la mano más tiempo de la cuenta. O las ofensas, al decir de los insultadores profesionales de (in)ciertos antros audiovisuales, que hubo en el transcurso del Debate de Investidura.

Lo malo es que lo mismo le estoy dando más protagonismo a la profesional de la política del que realmente merece. Que, a lo mejor, es lo que verdaderamente se halla buscando. Y quizás sería conveniente dejarla sola, sola bailando, porque a esta niña le gusta el fandango…

Vamos a ver: Coalición Canaria es un invento sujeto con poxipol en torno al poder. Y cuando este se pierde –es el caso actual en el panorama canario– se rompen todos los vínculos y el sostén se desmorona. ¿Te pongo el ejemplo realejero? ¿O el portuense? En niveles superiores aún aguantan unos cuantos porque en aquellas instituciones en las que han quedado en la oposición existe la posibilidad de un sueldo como liberados. Amén del Parlamento, donde la (supuesta) dedicación exclusiva permite vivir mucho mejor que un pensionista o un parado.

La sartén está bien agarrada por ATI. Tanto que los otros apéndices insulares ni siquiera se atreverán a desmembrarse. Porque solos no van ni a comprar el periódico en el quiosco de la esquina. Así que cuando desde el PNC, con Juan Manuel García Ramos (ignoro si hay alguno más) y a lo más el asambleario majorero Mario Cabrera, se levanta la voz para no aceptar el perdón fingido de la diputada nacional y avisan de que la desobediencia acarreará consecuencias, pónganle el cuño, fuegos artificiales.

Ya sitúan los puntos sobre las íes ciertos cabezas visibles de la cúpula chicharrera. Carlos Alonso, expopular hasta el fichaje estelar por parte de Ricardo Melchior, duda abiertamente de la posibilidad de que se abra ese expediente. Bermúdez, tres cuartos de lo mismo. Y a Barragán le toca siempre bailar con la más fea. Que no es Linares, aunque méritos contraídos le sobran.

Para añadir algo más de pimienta al mojo canario, cierto periodismo se lanza a la aventura con titulares como los siguientes: “Millones de españoles aplauden a Ana Oramas”. “Tenerife en contra de que se sancione a la diputada”. Y ahí metemos hasta el gato del apuntador que se asomaba por allí. Un poco más y hasta yo me doy por aludido y englobado en el saco común.

Así que tranquilos, Ana Oramas seguirá en Madrid. Ya se lo escuché esta mañana a un pluriempleado de los medios de comunicación, otrora advenedizo socialista y hoy azote de puños y rosas. Con toda probabilidad batirá el récord de permanencia en la cosa pública. Con cuatro décadas bien cumplidas a sus espaldas, ha iniciado la andadura por la quinta. Sigue disfrutando de la enorme ventaja de que toda lo que llueva a su alrededor caerá sobre hombros y espaldas de los otros. Ni paraguas necesita. Con ir al cobijo de los acompañantes, suficiente. Y cuando regrese a la isla, estará presente en los comités y comisiones orgánicas de rigor para recibir los aplausos incondicionales de los demás ordeñadores. Y es que como la teta pública…

¿Tú no te has caído alguna vez y te levantas rápidamente antes de convertirte en espectáculo de los mirones? Pues eso, aquí no ha pasado nada. Tranquila Ana, que estás muy por arriba de dictados partidistas. Tus retiros madrileños de martes a jueves permanecen a buen recaudo. Sabes que dispones del apoyo incondicional de unos quince millones de canarios. O más.

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