miércoles, 15 de enero de 2020

Irrespeto

Libertad de opinión, siempre. Quede sentado de antemano. Pero ese derecho tiende  a estirarse hasta extremos que rayan la indecencia, cuando no el insulto. Y esa Constitución, a la que tanto recurres, no te ampara en ese ejercicio excremental.

Viene lo anterior a cuento de los comentarios surgidos en torno a la toma de posesión de sus cargos de los ministros que conforman el nuevo Ejecutivo que preside Pedro Sánchez. Y no solo sigue desatada esa derecha sectaria, retrógrada y con tintes que asustan a quienes ya tenemos una edad y recordamos épocas que creíamos felizmente superadas, sino que algún sector –me temo que demasiado amplio– del periodismo se ha sumado, y subido, al carro de los despropósitos.

Se podrá discrepar de cualquier planteamiento, se podrá discutir cuanto menester fuere, pero no perdamos las formas. Póngase en solfa el supuesto incremento de cargos, divérjase, con argumentos, pero hágase con elegancia y guardando siempre el debido respeto a las personas. Ya que ni siquiera se conceden los cien días de cortesía, conveniente sería que se esperara a que se adoptaran los primeros acuerdos para al menos tener temas de los que hablar.

Muy oportunas me parecieron las palabras de Pablo Iglesias cuando asumió su cargo de vicepresidente: No dejéis de criticarnos, no dejéis de presionarnos. Dardo bastante adecuado para el gremio periodístico, demasiado adocenado y vendido al mejor postor, por lo que convierte el deber de informar en un ejercicio muy a la voz de su amo y que echa mano, con pasmosa facilidad, al recurso del disparo indiscriminado.

Pero quiero ir más lejos aún. Cuando te conviertes en opinador –barato, como yo; o de prestigio, como los que acuden a las tertulias en los medios– cuida las formas y no contribuyas a elevar el nivel cultural de la audiencia con más raciones de bazofia. Que ya vamos lo suficientemente servidos como para ofrecer nuevos platos en el menú.

Me parecería muy conveniente que los cargos públicos acudan ante los periodistas mostrando, a ser posible, aunque con decoro y decencia, incluso la ropa interior. Con un fisquito bastaría para saciar curiosidades insanas. Te lo explico:

Al Inda le echo de comer aparte –con el que debo caer en el mismo pecado que regaño– por este titular dedicado a Sánchez: Echemos al inepto, traidor, chulo, plagiario, guerracivilista y embustero. Y sin mirarse al espejo. Al igual que cuestiona determinado nombramiento por ser novio de.

Lo importante de lo acontecido este pasado lunes en la mañana fue que si llevaba un pin; que si se trabucó; que si leyó mal; que si no leyó; que si dijo consejo de ministras; que si llevaba unos puños de piel de zorro (a María Jesús Montero); que si portaba un blazer menos low cost de lo habitual en ella (a Irene Montero); que si es boba, porque es muy mona y se podía sacar más partido, porque cuando el debate en la Sexta la peinaron y maquillaron y, francamente, la dejaron muy guapa (también a Irene Montero); iba con una americana azulona terrible que no venden ni en Lefties y que parece el uniforme de un bedel en la época de Franco, amén de si optas por las camisas blancas te puedes parecer a un camarero de tasca (a Alberto Garzón); una chaqueta estampada de tapicería (a Carmen Calvo); con una chaqueta de esas infumables, blanco nuclear y negro, pésima combinación (a Nadia Calviño); seguro que lleva zapatos de suela con varios pisos de goma y con esa chaqueta pareces Frankenstein con tantas tallas de más (a Pablo Iglesias); y ese broche, ¿es una esponja de baño de esas que nadie compra y que son como un estropajo? (a Carolina Darias)…

No, el párrafo anterior no es una selección extraída de las redes sociales, esa ventana abierta al mundo desde la que se ventilan cuestiones de mucha enjundia. Fue en un periódico. Uno de los tantos que sostienen crear opinión pública.

¿Te extraña que Telecinco bata récords de audiencia con los sálvames, supervivientes, gran hermano y mi casa es la tuya? ¿O que por aquí nos enganchemos a teles locales que han hecho del insulto su leitmotiv, cuando no la xenofobia, el racismo y la vejación? ¿O que emisoras de carácter público…? Ya está. Como expresé este pasado lunes: Madre del amor hermoso. Vaya semana que llevamos. Y lo que nos queda. Compren paraguas para protegerse de babas y mala bilis.

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