El punto 2.1.7 del documento firmado por Pedro Sánchez y
Pablo Iglesias (PSOE y Unidas Podemos), y en el que se vienen a establecer las
líneas programáticas del futuro pacto de gobierno en España, señala: La
asignatura de religión será de carácter voluntario para los estudiantes, sin
que haya una asignatura alternativa ni la nota computará a efectos académicos. Que ya está bien, añado yo de puntuar creencias religiosas. Muy respetables, faltaría más, pero no mérito que condicione, por ejemplo, la elección del futuro de cualquier estudiante.
A tenor de lo leído y escuchado, parece ser que no ha
gustado la propuesta a ciertos sectores de la sociedad. Como tampoco la de
subir impuestos a los que más pudientes. Desprecio a los españoles, ataque a la
escuela concertada, golpe de estado, traición, investidura contra los cuatro
reyes, honda preocupación en la patronal (las declaraciones de Rosa Díez son
para echarle de comer aparte) y un amplio elenco de expresiones de similar
contenido, vienen a poner de manifiesto que el sostén económico del país debe
cargarse, sí o sí, en los mismos de siempre. Para que los ricos lo sean cada
vez más y los de abajo (donde estamos casi todos) sigamos siendo exprimidos.
En todos los años que estuve en activo en el campo de la
docencia siempre sostuve, y a muchos artículos publicados en diferentes medios
me remito, que la religión no debía ser impartida en la escuela pública ni en
la concertada. En el sector privado, fundamentalmente regido por congregaciones
eclesiásticas, que cada cual haga con su dinero lo que crea conveniente. Y cada
familia con el suyo, ídem de ídem.
Los dineros de nuestros impuestos merecen un trato exquisito
y un reparto equitativo. Pienso en aquellos centros ubicados en sectores
poblaciones turísticos de estas islas y atisbo la multitud de procedencias de
los allí matriculados y, por ende, la disparidad de confesiones religiosas que
se dan cita. ¿Por qué, entonces, el trato de favor hacia la católica, cuando
podría ocurrir que ni siquiera fuera la mayoritaria? ¿No tendría idéntico
derecho el resto de creencias?
No hay novedad alguna en que la religión sea de carácter
voluntario porque, simplemente, ya lo es. Pero sería menester ir aún más allá.
Y ubicarla en el lugar adecuado: iglesias, mezquitas, sinagogas, pagodas…
Porque la escuela no es sitio de adoctrinamiento. Y si al menos se impartiera
en los centros la historia de las religiones y sus consecuencias en el devenir de
la humanidad (lo que tiene cabida en otras áreas sociales), se podría colegir
algún tipo de justificación. Pero no es así.
La Constitución requiere modificaciones urgentes. Porque ni
siquiera se viene respetando el supuesto de aconfesionalidad que estipula. Los
privilegios que la religión católica ha venido disfrutando en España ya no
tienen razón de ser. La multiculturalidad de esta aldea global implica un
cambio de papeles inmediato. Y cada cosa en su ámbito. Así de sencillo y así de
normal.
¿Ataque a la escuela concertada? Pues mire, va a ser que no.
Cumpla usted con las reglas del juego mientras yo le inyecte dinero de las
arcas públicas y ríjase por idénticos criterios a la escuela pública. Pero no
se comporte como uno privado porque, sencillamente, no son únicamente los progenitores
de los alumnos los que sostienen el chiringuito. Yo, defensor acérrimo de la escuela
pública, que mis hijos ahí estudiaron y ahora lo hacen mis nietos, también
aporto algún euro al sostenimiento de la concertada. Así que un respetito. Y si
no le interesa –porque en el fondo prima el negocio, y basta echar una visual a
los conceptos por los que sí cobran y no deberían (¿me extiendo o recurro a la parodia
de Gila?)– reconviértalo a privado y exprese en su ideario cuanto estime
conveniente.
Siempre son los mismos los que protestan ante todo intento
de cambio. Los poderosos en el mundo de la economía y los medios de
comunicación afines, aquellos que están vendidos al mejor postor. Que pretenden arrogarse derechos constitucionales que no son de su competencia. Como son los derivados de nuestra opción personal al voto electoral. Por ello
espero y deseo que los malvados llamados a gobernarnos sea capaces de remar,
aun contando con las corrientes adversas con las que se van a tropezar, en pos
de una sociedad más justa, donde aporte más el que más tiene, y en la que el
bolsillo no constituya el único instrumento que valide capacidades y abra las
vías del progreso. ¿No es eso, simple y llanamente, lo que predicaba un tocayo,
al que esos protestones, que no protestantes, invocan reiteradamente cuando
acuden a las iglesias a darse golpes en el pecho, pero al que mandan al carajo
cuando salen del recinto sagrado? Falsos y más que falsos. Separados,
divorciados y rejuntados (amancebados, también indica el DRAE) en privado,
cuando en público están en contra de toda ley progresista. ¿Sigo, pongo nombres
o lo dejo para 2021?
Y politiquillos del tres al cuarto, si hay que trabajar
sábados y domingos, se hace y punto. Como se nota que nunca fueron a echar una
mano en poner una plancha en la casa de un amigo, coger papas o vendimiar. Apoltronados. Voy a
dejarlo, que si no me sale un tratado filosófico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario