jueves, 27 de febrero de 2020

Deportes, avisos y otros

Ayer miércoles me fui temprano a la piscina (lunes y martes permaneció cerrada por tareas de mantenimiento, según rezaba en un cartel colocado en la puerta de acceso) y seguía inoperativa. Se me informa de que el pasado temporal había causado más desperfectos de los que en principio se estimaban y que, por consiguiente, el cierre de la misma no tenía aún determinado el periodo de tiempo previsto, siquiera aproximado, en el que los usuarios (y los deportistas del CN Reales) no podríamos hacer uso de sus instalaciones.

Cierto es que contra los elementos desatados de la naturaleza bien poco podemos hacer. Mucho menos prever. Pero no es menos cierto el que algunos llevamos años predicando en el desierto, porque sosteníamos, y ahora con más razón, que la piscina requería el que se acometieran reformas urgentes y no meros parches. Ya sabemos la postura del actual equipo de gobierno en cuanto a que habrá que esperar a la construcción del nuevo complejo. Del que nada se sabe, por cierto. ¿Se habrán trazado las primeras líneas del proyecto?

Como en este pueblo se ha venido presumiendo hasta la saciedad del eslogan ‘Los Realejos con el deporte’ y la coletilla en redes sociales de ‘Seguimos sumando’, los escépticos en campañas de marketing –me incluyo– no vemos nada claro el futuro inmediato. Únase el lamentable espectáculo habido con las obras llevadas a cabo en el Estadio Olímpico Iván Ramallo (la ampliación del Pabellón de Deportes Basilio Labrador queda pendiente para otro día), y no creo que deba el PP realejero echar muchos voladores en esta faceta de la que se jactan sobremanera. Si restamos las competiciones que aquí se celebran, pero que vienen rodadas (debidamente planificadas por sus organizadores) y que el ayuntamiento simplemente patrocina, poco bagaje para tanto ‘Me gusta’.

A este simple usuario de la piscina municipal le hubiese gustado que en los canales informativos habituales (web municipal, Radio Realejos, perfiles en redes sociales de los políticos implicados, etc.) se hubiese dado a conocer el revés que vengo comentando. Solo he visto en el muro del club precitado, y que utiliza las instalaciones en horario de tarde, una nota al respecto. ¿Tendremos que pensar, entonces, que solo interesa hacer público los aspectos positivos? Si, como me temo, ha habido desperfectos en el techo por las fuertes rachas de viento del pasado domingo, mientras todos estamos deseando las tan ansiadas lluvias, conozco al menos dos que rezarán diariamente para que ello no ocurra. Porque si antes había goteras…

Y otras pinceladas:

Me alegro enormemente de que solo se haya recogido 30 toneladas de basura tras la celebración de los Indianos en Santa Cruz de la Palma. Es mucha mierda, pero, según los entendidos, vamos mejorando.

No me gusta que se tire del humor para el controvertido asunto del coronavirus. ¿Ayudan los medios de comunicación al necesario sosiego que tan peliagudo tema requiere? Serias dudas.

No entiendo el porqué de tanta felicitación a quienes, llana y simplemente, cumplen con la misión social que tienen encomendada. De tanto hacerlo, el sentido del agradecimiento va a perder su valor. Alguno se vino a dar cuenta del carácter de servicio público de cierto ente, cuando el resto de días… no está.

Debo confesar que me ha sorprendido Ángel Víctor Torres, Presidente del Gobierno de Canarias, por su aplomo y buen hacer en la gestión de los complicados trances que le ha correspondido lidiar en estos meses. Hay mimbres.

No me ha llegado todavía la carta con la cuantía de la pensión para este 2020. A este paso tendré que pensar seriamente si dedicarme a la política, donde, al parecer, no se sufren esos agobios.

Mañana, si no surge novedad alguna que requiera mi presencia, escribiremos de un cementerio.

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