Rescatábamos, la semana pasada, unos textos en los que se
daba cuenta de cómo hace un siglo el tiempo era bastante diferente al que nos
ha correspondido vivir estos días. Cuando la calima ha hecho acto de presencia
de una manera tan brutal que al menos un servidor no recordaba suceso similar.
Y ya van unos pocos años a las espaldas.
Ayer tarde, tras una ajetreada mañana de seguir limpiando en
casa, donde la tierra se coló incluso por donde no había agujero, me dediqué,
una vez más, a husmear en publicaciones de hace un siglo. Y te brindo, por si a
bien lo tienes, unos pasajes de los días 25 y 26 de febrero de 1920 (miércoles
y jueves). Yo no había nacido, pero a tenor de lo leído, en el citado mes las
aguas corrieron generosas. Y las desgracias, como siempre, cebándose con
aquellos para los que la naturaleza era el sustento y les proporcionaba mucho
más que idílicos paisajes.
No debían existir las alertas meteorológicas ni grandes
alardes en los servicios de emergencia, pero sí mucha solidaridad. Lee, si te
place, y confronta con situaciones más recientes. Dejo constancia de que todas
las comparaciones son odiosas.
Grandes lluvias en La Laguna
Infeliz mujer perece ahogada con su hijo
Durante todo el día de ayer cayeron en la vecina ciudad
torrenciales lluvias, que determinaron una gran crecida en las aguas de los
barrancos.
Una infeliz mujer, que con un pequeño hijo regresaba del
monte, fué arrastrada por las aguas del barranco de "La Mina",
pereciendo los dos ahogados.
De este triste y doloroso suceso da cuenta el alcalde de La
Laguna, en el siguiente telegrama que anoche recibió el gobernador civil.
Tengo el sentimiento de participar que, a eso de las dos de
la tarde de hoy, al tratar de pasar la vecina de esta población, Catalina
Martín, con su hijo, Pablo Rodríguez, por el barranco de "La Mina",
fueron arrastrados por las aguas que por él discurrían, siendo encontrados los
cadáveres de esos infelices, por varios vecinos del pago de "Las
Mercedes", en el fuerte que existe en el sitio llamado "Las
Portadas".
El Juzgado, a quien se ha dado cuenta del triste suceso, ha
comenzado a instruir las oportunas diligencias.
Otros detalles
Nos dicen también de la vecina ciudad que las aguas han
arrastrado algunas cabezas de ganado. En el barranco que pasa por Santa María
de Gracia estuvieron a punto de perecer ayer tarde, unos campesinos, que tras
grandes esfuerzos fueron puestos a salvo por varias personas que acudieron en
su auxilio.
La Prensa, 25 de febrero de 1920, página 2
Temporal
Agua y viento. Una mujer y un niño perecen ahogados
Este invierno se ha portado como tal. No se engañaban
quienes al ver un verano tan duro como el pasado, auguraron un invierno más
duro aún. Ha muchos años que no se ve un invierno como el actual. Desde el 8
del actual solo ha dejado de llover muy contados días. El frío ha sido intenso
en algunas ocasiones.
El mal tiempo que todos creíamos iba desapareciendo, ha vuelto
a recrudecerse.
Según nos manifiestan en La Laguna llovió ayer de manera que
aterraba. Un verdadero diluvio. Las inundaciones fueron numerosas. El agua
discurrió en abundancia por todos los barrancos. Hasta el de Santos, que ya estaba
casi seco, trae abundante caudal. El de Tahodio también trae abundante agua.
Esta crecida de las aguas ocasionó una desgracia. El suceso
es el siguiente, según telegrama que a este Gobierno civil remitió el Alcalde
de La Laguna:
“Tengo el sentimiento de participar que, a eso de las dos de
la tarde de hoy, al tratar de pasar la vecina de esta población, Catalina Martín,
con su hijo, Pablo Rodríguez, por el barranco de "La Mina", fueron
arrastrados por las aguas que por él discurrían, siendo encontrados los
cadáveres de esos infelices, por varios vecinos del pago de "Las
Mercedes", en el fuerte que existe en el sitio llamado "Las
Portadas".
El Juzgado, a quien se ha dado cuenta del triste suceso, ha
comenzado a instruir las oportunas diligencias.
Las aguas han arrastrado algunas reses. En las que
discurrían por el barranco de Santos, se vieron ayer flotando algunas, entre
ellas una ternera.
En el barranco que pasa por Santa María de Gracia estuvieron
a punto de perecer ayer tarde, unos campesinos, que tras grandes esfuerzos
fueron puestos a salvo por varias personas que acudieron en su auxilio.
En esta capital venta desde esta mañana de un modo
formidable. De más está decir que ha llovido también, en ocasiones reciamente.
El continuo llover ha enlodado todas las calles urbanizadas y a las no urbanizadas
las ha puesto intransitables, como ocurre con el trozo de la de Benavides
comprendido entre la de Porlier y Rambla de Pulido, en el cual hasta los
carruajes vacíos se atascan hasta llegar con la caja al suelo.
En esta Comandancia de Marina se recibió ayer tarde un
telegrama del Observatorio Meteorológico de Madrid diciendo: "Tiende a
empeorar el tiempo en todas nuestras costas".
El Progreso, 25 de febrero de 1920, página 2
En Icod. Lluvias torrenciales. (Por telégrafo)
Las aguas descubren unas antiguas murallas
Icod, 25.17. ̶ Anoche y hoy han caído
torrenciales lluvias en esta comarca.
Todos los barrancos se han desbordado, inundando las
campiñas y arrastrando parte de los plantíos.
La gran corriente de agua que llevaba el barranco llamado
del Preceptor, destrozó la carretera a la entrada de la población, siguiendo
las aguas hasta el puerto de San Marcos, donde retiró las arenas de la playa,
descubriendo unas antiguas murallas que allí existían, y desenterrando unas
maderas ocultas desde el temporal de 1909.
Ignórase si ha habido desgracias personales. Corresponsal
La Prensa, 26 de febrero de 1920, página 1
La gente se divierte
El Carnaval ha estado este año animadísimo.
Como la tierra está mojada, la gente ciudadana también ha
querido "remojarse", participando así de la alegría que muestran
nuestros destripaterrones.
Entre el elemento que aquí se dedica a la pesca, la algazara
fué extraordinaria. Bien es verdad que esos rudos trabajadores del mar no
tienen en todo el año otra fiesta que la de los Carnavales. De ahí su entusiasmo
por las diversiones de Momo y Baco. Para que se vea hasta que punto llega
nuestro costero, en cuanto a su fanática devoción por las Carnestolendas, bástenos
decir que con un mes de anticipación a dichos festejos, hallábanse surtos en
las tranquilas aguas de Puerto de Naos, como unos treinta barcos de los que se
dedican a la pesca en el banco sahárico. Isaac
Viera
La Prensa, 26 de febrero de 1920, página 2
Lluvias. Una mujer y un niño ahogados
Todos estos días no ha cesado de llover, a veces torrencialmente,
siendo ya las aguas demasiado abundantes y temiéndose llegar a convertirse en
funestas, como tristemente ha ocurrido al medio día del martes.
Un chaparrón enorme, de algunos minutos nada más, a la una y
media hizo concebir muy serios temores.
Una pobre mujer, llamada Catalina, esposa de Federico
González, que con dos hijos había acudido por la mañana al monte de las
Mercedes en busca de leña, ha sido víctima del gran aguacero.
La avenida inesperada del barranco de las Mercedes
sorprendió a los tres.
La Catalina pudo pasar la corriente del barranco con su
hija, pero al intentar hacerlo también con su hijo, de 10 años de edad fueron ambos
arrastrados por las torrenciales aguas.
Los dos cadáveres pudieron ser extraídos del barranco, trabados
cerca a los "Ojos del Puente", en las Mercedes.
El Juzgado de Instrucción se constituyó en el lugar del
suceso, ordenando el levantamiento de los cadáveres.
Estos fueron llevados al Depósito de esta ciudad por vecinos
de las Mercedes.
El Progreso, 26 de febrero de 1920, página 2
No hay comentarios:
Publicar un comentario