En mi particular caso, que venga servida a modo de cortado.
Por pedir que no quede. Y como aún no se ha resuelto la denuncia por la
supuesta contratación ilegal en torno al concierto carnavalero de Juan Luis
Guerra, asunto en el que se halla implicada la Cadena Ser, o Radio Club
Tenerife, cuestión sería de que se pinchara dicha canción al menos cuatro veces
cada cuarto hora a ver si se limpia la atmósfera y puede uno respirar con
fundamento. Porque está claro que con ese olorcito a café recién hecho, se te
queda el cuerpo relajado. Aunque luego no duermas por la noche.
Donde también sería conveniente que cayera un buen aguacero
es en los alrededores del palacio que le pagamos al Borbón descarriado. Sí,
torcido porque las caderas ya no le aguantan tanto trulenque y cambado por una línea de actuación tan empenada como sus oscuros intereses. Y
desde aquí elevo mi formal protesta por haberse unido el PSOE a PP y Vox en el
rechazo a la comisión de investigación. Aunque soy el primero en reconocer, y ya
lo he manifestado en ocasiones anteriores, que las comisiones parlamentarias no
sirven sino para que sus señorías añadan un plus a sus esmirriados sueldos, ya
va siendo hora de que se ponga coto a tanto desmán. El inviolable permanente
sigue riéndose a mandíbula batiente de los paganinis. Y como las leyes, también
la Constitución, no pueden ser asideros a conveniencia, cámbiense, deróguense o
mándenlas para cierto sitio, pero ya está bien. Como si la historia borbonil ya no arrastrara la losa
suficiente como para que el cazador de elefantes, y de otros animales de menos
patas, pusiera la guinda del pastel sin que los poderes del Estado muevan un
dedo.
Ojalá, pues, que llueva café. En el campo y en las zonas
urbanas. Y que lo deje todo negro. A lo peor así, ante tan oscuro panorama,
despertamos y tomamos otros derroteros. Para encauzar un mundo que va a la
deriva. En el que nos tropezamos con unos dirigentes que requieren unas buenas enchumbadas.
Voy a ver si me distiendo un poco o me tomo unas vacaciones.
Porque esta vida de jubilado me trae de un estresado subido. Ni el virus ha
sido capaz de que me desacelere un fisco. Y menos mal que le puse freno a las
redes sociales. Que ahora solo utilizo (Facebook) como trampolín del blog y no
como vehículo de encontronazos con los pesados. Porque algunos –sé con qué ánimos
pero no lo manifiesto– se empeñan en pintar muros ajenos sin percatarse de los
posibles daños y perjuicios que pueden causar. Y como las capacidades de
aguante tienen sus límites, a seguir el consejo de mi padre: cortando aquello
se aprende a lo otro.
Hasta mañana, que ya es viernes y toca en Punta Brava.
Nosotros nos entendemos. Otra semana más y el curso finiquita. Aprovechen los
meses de verano para conocer Canarias. Pero sin necesidad de volverse loco, que
con una ya tuvimos de prueba.
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