Continuamos en el mes de mayo (El Valle de Orotava, 22 de mayo de 1889, año II, número 77, página 2),
con un incendio en San Juan de la Rambla y otra reseña de las fiestas villeras:
“En la noche del 17 del corriente, tuvo lugar una sensible
desgracia en el pueblo de San Juan de la Rambla: la casa que habitaba D.
Benigno Torres ardió completamente, siendo devorada por las llamas otra más
pequeña inmediata á la anterior. Fué tal el incremento que tomó el incendio en
poco tiempo, que los habitantes del referido edificio que ya estaban durmiendo
cuando se declaró el siniestro, no pudieron sacar ni sus ropas más precisas.
Ignoramos la causa que produjo dicho incendio, aunque la suponemos casual, toda
vez que no hemos oido afirmaciones en sentido contrario”.
“Empiezan ya los preparativos para las fiestas de San Isidro
que se verificarán en los dias 9, 10 y 11 del próximo Junio. Habrá exposición
de ganado, habiendo sido nombrado presidente de la comisión organizadora D.
Estanislao Lugo; premios á los niños de las escuelas, cuyo acto será organizado
por los Sres. D. José L. Baute, Don Francisco Alvarez y D. Vicente Martínez de
la Peña, y se construye un globo que tiene seis metros más de altura que el
elevado el año último en las fiestas de la Exposición de Horticultura. En el
próximo número publicaremos el programa de los festejos”.
Pasamos a El Valle de
Orotava, 6 de junio de 1889, año II, número 79, página 2, que, en otro
suelto, anuncia:
“El globo que se elevará el dia 10 del corriente, con motivo
de las fiestas de San Isidro, ha llevado siete mil pliegos de papel y es de
mayor volumen que en el que hizo su ascención el capitán Infante”.
Pero, a tenor de lo que se menciona en otro apartado de El Valle de Orotava, 14 de junio de 1889,
año II, número 80, página 2, el gozo (del globo) en un pozo:
“La festividad de San Isidro se ha celebrado en esta Villa
en los días 8, 9 y 10 del corriente con animación y brillantez. La banda de
música de San Juan de la Rambla que tocó el dia 9, lo hizo con gran afinación y
gusto, distinguiéndose notablemente su director D. Temistocles Díaz que ejecutó
unas variaciones en el bombardino que fueron con justicia aplaudidas.
La banda de «El Liceo» tocó el dia 10 con verdadera
precisión, siendo notables el brillante pasodoble de introducción en la tocata
de por la noche y el dúo de tiple y tenor de la ópera Atila, cuyas piezas
fueron elogiadas por todos los inteligentes, recibiendo plácemes por ello el
director de dicha banda, D. Agrícola E. García. En fin, que en cuestión de
música no se pudo desear más de las bandas, según sus facultades respectivas.
La exposición de ganados verificada el 10 fué notable; cada
dia reviste más importancia este acto que en un plazo no remoto se convertirá
en verdadera feria que es lo que hace falta entre nosotros.
El globo magnifico y subió magestuosamente; pero á unos
quinientos metros de altura no pudiendo el papel resistir la fuerza de la
enorme masa de aire caliente y humo contenida en tal débil envoltura, se abrió
por un lado, bajando rápidamente, antes de que las flores que conducía el
aeróstato, pudiesen caer, según estaba proyectado.
Los paseos del 9 y 10 por la noche sumamente concurridos y
muy bien iluminados. El discurso del Sr. Sirvent notable.
Nota. Hubo que suprimir algunos actos anunciados en el
programa, por haberse presentado dificultades imprevistas para ello; entre los
suprimidos se hizo notar el repique de campanas del 8 por la noche que no se
efectuó hasta el 9 por la mañana".
Concluimos este somero recorrido con unos botones de El Valle de Orotava, 22 de julio de 1889,
año II, número 82, página 3, donde vuelve a ser protagonista un pobre
maestro de escuela, para hacer bueno el consabido lema que da título al
presente artículo:
“Según nos informan de la villa de Icod, el 14 del corriente
tuvo lugar un hecho que acusa verdadera imprudencia en el uso de armas de
fuego, imprudencia que desgraciadamente se repite frecuentemente, no bastando
las desgracias que ocurren, para justo escarmiento.
Hallábanse dos amigos dispuestos á salir al campo de paseo y
en la mejor armonía, cuando uno de ellos cogió una escopeta que había en la
habitación en que estaban é hizo ademán de apuntar al otro que se hallaba
sentado, el cual no tuvo tiempo más que para levantarse y decir: mira que está
cargada; pues antes de pronunciar las últimas palabras, salió el tiro,
recibiendo éste último la perdigonada en los muslos y vientre. Al salir el
disparo y enterarse del daño producido, quedó consternado el autor del hecho,
lamentando como el que más la imprudencia por él mismo cometida”.
Y variados son los ejemplos que tengo recogidos de las peripecias
en torno a los miseros sueldos, y casi nunca abonados, de los infelices
maestros:
“El maestro de la villa de Santiago D. José Hernández, ha
tenido que abandonar dicha población por carecer en absoluto de medios para la
subsistencia, á causa de los muchos atrasos que se le adeudan. Para poder vivir
se ha dedicado á las ocupaciones del campo, á las cuales suponemos se hallen
dedicados también los alumnos, por cuya instrucción debe velar, en cumplimiento
de su deber el ilustrado municipio de Santiago”.
Por último, me asalta la duda del significado del adjetivo ‘cargadas’
(¿con una jace de leña, verbigracia,
o con una buenas cuartas de vino?):
“Sería conveniente que los agentes municipales encargados
del orden público, no permitiesen que las personas cargadas transitasen por las
aceras, interrumpiendo el paso de los transeúntes. Esta prohibición, que es ley
en toda población culta, está además incluida en las ordenanzas del municipio;
y creemos que debe llevarse á la práctica sin que por ello se consideren
lastimadas las personas á quienes nos referimos”.
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